¿CONGRATULACIONES?
Aumentos inmediatos de las naftas del 10 % y 12 %. Anunciados fuertes aumentos adicionales en los próximos meses.
Preanunciados muy fuertes nuevos tarifazos en todos los servicios públicos, como el gas, el servicio de agua y cloacas, telefónicas, teléfonos celulares y transporte público.
Anunciado fin de los convenios colectivos de trabajo, lo cual claramente busca bajar los sueldos, con la excusa de “reducir costos de producción”.
Precarización de las condiciones laborales, llevándonos al esquema de semi esclavitud que padeció la peonada argentina del siglo XIX.
Anulación o desarticulación de diversas conquistas sociales, como aguinaldo, vacaciones, adicionales por horas extras, etc.
Previsible aumento de la inflación, empujada por los tarifazos en implementación, y por el desmadre del déficit fiscal, este último por la sumatoria de desacertadas o intencionales pésimas medidas de gobierno (por ejemplo, las exenciones impositivas al mega sector agropecuario, a las mineras, a Bancos y actividades financieras; por la creciente incidencia de los intereses de la ya descomunal –y rápidamente creciente- deuda externa, por múltiples contrataciones de “ñoquis gourmet” y otros gastos suntuarios o innecesarios claramente desbocados, como la masiva publicidad oficial y los muy activos trols que según es público, manejaría el ministro Peña).
Siguen los cierres de fábricas, en forma masiva; y los cierres de comercios en general, sobre todo en las zonas de frontera (como lo padecemos en Misiones, y no es el único caso); todo eso con los despidos masivos y desocupación creciente consecuentes.
Se anunció la arancelización de los hospitales (los pobres enfermos graves, podrán morirse rápida y “libremente”).
Previsiblemente, intentarán arancelar las Universidades Nacionales, para que sean inaccesibles a los sectores populares; y seguir degradando a las escuelas públicas, con bajísimos sueldos a docentes y carencias crecientes de todo tipo en equipamiento e infraestructura.
Esos “pequeños detalles” precedentemente enunciados, los deberían conocer los sectores de clase media e incluso media baja, que con sus votos avalaron “el cambio” en perpetración desde fines de 2015. ¡Pero el odio inculcado por los medios de comunicación, y la evidente cerrazón mental en grado superlativo, evidentemente no les dejan ver!
Otros datos significativos, por ser de mayor nivel de tecnicismo económico y geopolítico, posiblemente son totalmente desconocidos por amplios sectores de la población, como los señalados a continuación.
Inmediato nuevo endeudamiento externo, que se suma a los más de 100.000 millones de dólares ya pedidos, monto del cual alrededor del 80 % se fugó al exterior en operaciones de especulaciones financieras.
A consecuencia de ese brutal endeudamiento, ya los intereses de la deuda externa superan los presupuestos sumados de Salud Pública y Educación.
Bicicleta financiera institucionalizada por el Banco Central, mediante altísimos intereses pagados a las LEBACs, lo cual forma una descomunalmente creciente bola de nieve de endeudamiento en pesos, que ya superaría la friolera de 1.000.000.000.000 (un billón, o si se prefiere, un millón de millones de pesos), en una operatoria similar a la perpetrada en 2001, que fue una de las causantes de la crisis terminal de 2001, ejecutada por el mismo perpetrador, el economista neoliberal Federico Sturzenegger. Esa operatoria, montada para frenar la inflación –supuestamente-, no logró ese resultado; pero hoy es una bomba de tiempo, que más antes que después estallará descalabrando aun más la economía, o acentuando todavía más la imparable espiral del endeudamiento externo.
Vuelta a subordinarnos a las “recetas” (léase imposiciones draconianas de achicamiento perpetuo), del FMI.
Acentuadas caídas en las producciones de petróleo y gas natural, mientras que las importaciones de esos hidrocarburos aumentan y tienen “vía libre” bajo el “aperturismo” ilimitado implementado. “Casualmente”, Shell, hoy manejando el Ministerio de Energía, acapara muchos de los contratos de importaciones, sobre todo de gas, mientras se prefiere el gas muy caro traído en barcos vía Chile (*), que los más baratos gas nacional y gas boliviano
Próximas firmas de acuerdos de “libre comercio” con EEUU, la Unión Europea y posiblemente con otros aliados estratégicos de esos bloques de poder. “Casualmente”, esas potencias económicas son fuertemente proteccionistas. O sea que los “aperturistas” somos nosotros, mientras ellos protegen sus producciones estratégicas o no negociables (como las producciones agropecuarias fuertemente subsidiadas de la UE, y los biocombustibles). Eso asegura miseria y pérdida total de independencia para Argentina.
Apertura comercial indiscriminada que acentúa nuestro déficit comercial, y que provoca que EEUU, la UE y Japón, nos transfieran la crisis económica financiera de la cual aun no pudieron reponerse del todo.
Desfinanciación, freno o directamente destrucción de todos los proyectos de desarrollos tecnológicos, como el nuclear, satelital, de radarización, de desarrollos científicos diversos como los del CONICET, etc. Eso implica un retroceso a aquella Argentina de economía primaria, pastoril, del siglo XIX.
Desjerarquización tendiente a la disolución de los muy importantes organismos regionales, que son claves para posicionarnos como una Gran Región Emergente, crucial
proyecto geopolítico hoy dejado de lado, que estaba en construcción en los marcos del Mercosur, la Unasur y la Celac; además de los hoy también degradados Acuerdos Estratégicos con Rusia y China. Todo eso, además de otros acuerdos de muy diferente y subordinado tenor, en curso de ejecución con las Potencias Atlantistas y sus aliados menores, nos lleva de bruces a una carencia total de peso geopolítico propio, incluso con riesgo cierto de pérdida total de soberanía y de desintegración nacional, en un cuadro cada vez más parecido a la crisis terminal de 2001/2002.
Resignación explícita de soberanía en Malvinas, con serios riesgos en La Antártida, el Mar Argentino, e incluso con sombrías perspectivas en La Patagonia.
Crecientes operativos represivos, con coberturas mediáticas que los minimizan, justifican u ocultan, y con accionar del Poder Judicial cada vez mostrándose más subordinado al Ejecutivo y a “voces cantantes” del Legislativo, que parecerían dictarles las orientaciones y medidas a tomar o eludir; todo lo que nos asemeja preocupantemente cada vez a las operatorias del “proceso”; no por casualidad ambos períodos –aquel y el actual- bajo similar proyecto económico neoliberal excluyente.
Ese clarísimo y muy preocupante cuadro de situación general, ¿es acaso para congratular a los sectores de clase media, e inclusive populares de pobreza económica, que apoyaron con sus votos al preanunciado agravamiento de las medidas de ajuste del actual gobierno neoliberal? ¿O es que el odio irracional puede excluir toda posibilidad de comprensión racional del preocupante cuadro de situación?
(*) Varios fundamentados informes de OETEC analizan el caso.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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