Bajo las muy endebles excusas de “resguardar el orden”, de “no gastar más para no provocar inflación”, “no provocar el déficit fiscal”, otras frases prearmadas de huecos contenidos, o mediante sucesivas maniobras distractivas de la opinión pública, claramente el accionar libertario está provocando homicidios culposos, sean esos por acción; o por inacción sin justificativo lógico alguno.
Incluso en no pocas opiniones del presidente y de sus colaboradores, se puede advertir claramente el desprecio a nuestro pueblo, con expresiones como “pueden elegir entre el salario que les ofrecen, o morirse de hambre”; aberraciones conceptuales que desnudan la nula empatía de libertarios con el común de la gente.
En todos los casos, se pueden constatar inaceptables actitudes de
aporofobia (fobia a la pobreza), y de desprecio abierto y muy evidente al pueblo en general, en muchos casos no solo con acentuado clasismo (entre otros el concepto de “gente de bien”, con pretendida exclusión de todos los no pertenecientes a determinados núcleos socio económicos privilegiados…o los que pretender serlo); sino también con evidente malsano racismo, evidenciado entre otros hechos y actitudes, por la institucionalización del peyorativo concepto de “marrones”, para etiquetar excluyentemente a todo nuestro pueblo que no tiene rasgos acentuadamente caucásicos, y “para peor” (según esos criterios racistas), que son de piel algo oscura.
Evidentemente, ese racismo institucionalizado entre libertarios y sus cómplices o subordinados políticos, es la continuación del también burlón calificativo de “cabecitas negras”, que el cerrado antiperonismo definido como “gorila”, utilizó hasta el hartazgo en los años ’50, y en menor escala en los ’60, para manifestar su claro desprecio a los compatriotas que “no calificaban” como
Pero en verdad, lo que molestaba al gorilaje y a la oligarquía siempre cipaya, era el muy claro hecho que los pretendidamente denigrados por “cabecitas negras”, eran prácticamente en su totalidad, adherentes al peronismo.
Volviendo al tema central acá expuesto, el muy destructivo libertarismo es claramente el causante de muchas muertes, algunas de ellas inmediatas, y otras en procesos no inmediatos, que pueden catalogarse como “muertes por goteo”.
Entre las muertes inmediatas, con muy poca difusión mediática, están los dolorosos casos de personas a quienes les interrumpieron la provisión de medicamentos muy costosos, que resultaban imprescindibles para los respectivos tratamientos médicos, entre ellos los afectados por distintos tipos de cánceres, quienes, al verse privados de medicamentos, fueron de hecho empujados a la muerte.
Otras muertes inmediatas, a consecuencia del accionar libertario, son los accidentes en rutas con saldos luctuosos, provocados por la falta total de mantenimiento, además de haberse cancelado por completo las obras públicas.
Son decesos claramente imputables a la desidia oficial, que en los hechos se burla de las necesidades de los argentinos, así como de las innegables prioridades geopolíticas, que debe tener toda nación con criterio de grandeza y soberanía, valores esenciales que los apátridas desprecian.
Incluso en el habitual tono cargado de soberbia, el impresentable vocero oficial dijo que no está en los planes gubernativos invertir en obras públicas y mantenimiento de rutas, mostrando claro desdén a las urgentes necesidades nacionales…pero en línea con las dudosamente equilibradas expresiones presidenciales en las que afirmó que es “el topo que vine a destruir el Estado desde adentro”.
Muy pocos parecen haberse dado cuenta de la extrema gravedad de esa afirmación (dicha con impostada voz y evidente malsana fruición), pues SIN ESTADO NO HAY NACIÓN Y SIN NACIÓN NO HAY PATRIA.
Del contenido perverso de esa afirmación, muchos ni se dan cuenta, ni siquiera los supuestos “expertos en patriotismo” uniformados de mentes proceseras, que solo practican un hueco patrioterismo de bandera, que se agota en el himno y la bandera, siendo en todo lo demás fervorosos partidarios de la antipatria, como lo demuestran apoyando irracionalmente a neoliberales y libertarios.
Muchas sin duda, son las “muertes por goteo”, inducciones a fallecimientos tempranos, que con notable desprecio por los compatriotas, así como con descarnada brutalidad, está provocando el gobierno libertario, con las complicidades de sus socios / subordinados políticos, que con toda maliciosa intencionalidad, empujan a la pobreza profunda, cuando no a la miseria más
abyecta, a las mayorías de nuestra población, con salarios y jubilaciones intencionalmente en grave deterioro, mientras otros muchos compatriotas pasan a ser nuevos desempleados, con riesgos muy certeros de convertirse en desocupados crónicos, en el contexto de cierres y quiebras de empresas industriales y comerciales, mientras que con brutal ferocidad antinacional, se profundizan medidas económicas que agudizan los fomentos a las importaciones masivas y dificultan nuestras exportaciones, empujándonos a la primarización forzosa de la economía nacional.
Esos enormes y acentuadamente crecientes sectores de nuestra población, en el contexto de percibir ingresos de miseria, se ven obligados a deteriorar la calidad de los alimentos que pueden comprar, cuando no directamente a pasar hambre, con solo una o dos magras comidas por día; y ante la falta de recursos, a no poder comprar medicamentos esenciales; con todo lo cual el cruel modelo
socio económico libertario, los empuja a muertes anticipadas; y en los casos de niños criados en situación de miseria crónica, se ven expuestos a deterioros cognitivos y físicos, que pasan a ser irreversibles.
Es una horrible realidad, que está recreando la situación de miseria estructural que padecía la mayoría de los argentinos en la segunda mitad del siglo XIX, prolongada a comienzos del siglo XX, para después volver institucionalizada como “algo normal”, en la década infame (1930-1943) de exacerbación del muy corrupto liberalismo, pletórico en negociados vergonzosos, falta total de concreto patriotismo y carente de toda sensibilidad social.
En la segunda mitad del siglo XX, siempre con los explícitos apoyos de la retrógrada oligarquía, de cerrado anti industrialismo, soberbia y excluyente de las mayorías populares, sucesivos gobiernos de orientación económica liberal, tuvieron como explícito objetivo recrear aquella cruel realidad de pobreza y exclusión para las mayorías, mientras concentraban la riqueza en pocas manos, y
en política exterior se subordinaban gustosos a la potencia colonialista de turno.
Era y es frecuente que, por malicia antinacional, o por supina ignorancia, se alabe la supuesta “grandeza” de aquella perimida Argentina del 900, mentira crónica en la cual también incurrió el actual verborrágico presidente, omitiendo que éramos subordinados explícitos y gustosos (por parte de la oligarquía dominante), del poder anglosajón, con una minoría obscenamente opulenta, y el
resto de nuestra población pobre, con altos porcentajes sumergidos en la miseria más abyecta.
El servicio militar obligatorio, institucionalizado por Roca en su segunda presidencia, permitió tener una radiografía de la realidad social, con muy altos porcentajes de población desnutrida y en muchos casos débil y enferma, pero esa realidad la ocultan los poderes que nos quieren retrotraer a aquel contexto de
economía primaria con acentuada exclusión social…el cual es claramente el objetivo de mínima de libertarios y sus secuaces políticos.
En lo que va del siglo XXI, después que se consiguió el histórico desendeudamiento, que nos libró de los nocivos condicionamientos del FMI y otros acreedores externos, y con notables apoyos al desarrollo nacional y a las mejoras sociales (fuertes impulsos a la reindustrialización, apoyos concretos a los
desarrollos tecnológicos, enorme plan de obras públicas a nivel nacional, mejoras acentuadas en el poder adquisitivo de los salarios, concreto accionar soberano en política exterior, entre otras acciones inductoras del desarrollo), entre el gobierno neoliberal del macrismo, la anomia irresoluta del albertismo, y el actual cruel libertarismo en plena perpetración al como sea, nos han vuelto a endeudar, nos destrozan en lo económico, en lo social e incluso nos subordinan explícitamente a órdenes extranjeras, sean esas del FMI, del Comando Sur de EEUU, de la OTAN, o de poderosos grupos financieros transnacionales.
La extrema crueldad social no solo hace apalear y gasear a jubilados y a quienes los acompañan (así sea como periodistas, como sacerdotes de la opción por los pobres, o a quien sea), faltando quizás muy poco para que tengamos que lamentar decesos, ante la cobardía de los represores que agreden a indefensos ancianos y periodistas que cubren esas manifestaciones.
Y la crueldad no parece tener límites, pues ahogan presupuestariamente al sistema sanitario, buscando vaciar e incluso cerrar a prestigiosos hospitales públicos, algunos de ellos verdaderos referentes mundiales por los muy altos niveles técnicos y por el reconocido compromiso humano de sus profesionales de la salud y técnicos de apoyo.
Tal como afirmé y fundamenté en precedentes análisis, el objetivo de mínima del desquicio organizado actual, es involucionarnos al inviable esquema de economía primaria del siglo XIX; pero de máxima, se puede inferir que están operando para desguazar a Argentina en pequeñas e inviables republiquetas, que sean dóciles proveedoras de materias primas, carentes de toda dignidad nacional.
Preocupante realidad, que explícita o implícitamente, genera preocupación severa en otros analistas geopolíticos, con los cuales compartimos elementales valores de sano patriotismo.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos