TOTAL APOYO A JUSTOS RECLAMOS DE LAS UNIVERSIDADES NACIONALES –
REPUDIO A LA VISIÓN UNITARIA Y EXCLUYENTE DE ALGÚN REFERENTE DE LA
UBA
Como argentino, totalmente identificado con el Pensamiento Nacional (tal
como lo definió con prístina claridad y precisión el patriota Arturo Jauretche), y
como orgulloso egresado universitario de la institución señera que es la
Universidad Pública, Nacional y Gratuita; expreso mi total apoyo a los muy justos
reclamos, ante la perversa acción de ahogos financieros, y comentarios
maliciosos sin base alguna, expresados por el verborrágico presidente libertario;
conducente a la degradación, desprestigio, arancelamiento forzoso, y la
desaparición total de las muy prestigiosas Universidades Nacionales.
Los positivos roles desempeñados por las Universidades Nacionales, poseen
importancia relevante en lo social, económico y estratégico, siendo factores
claves que apuntalaron el desarrollo socio económico e incentivaron la movilidad
social ascendente, favoreciendo la integración de nuestra población, al extender
sus positivos efectos sobre la población, sin limitaciones geográficas y sin
inadmisibles barreras sociales ni raciales, esto último muy importante, dado el
accionar inclusivo para nuestra variada población.
En sus comienzos, y pese a la reforma universitaria del ’18 (1918) en años
de Yrigoyen, la Universidad Argentina siguió siendo un enclave básicamente
elitista, financieramente vedado o de muy difícil acceso para los sectores
populares de nuestra población, además de mantener contenidos o enfoques
afines a las concepciones excluyentes, subordinadas al pensamiento liberal -o sea
antinacional- en lo económico, y conservador en lo político, lo que equivale a muy
afín a los intereses de la oligarquía clasista y consustanciada con intereses
extranjeros, lesivos para los Intereses Nacionales.
Ya mucho había costado, que la Universidad amplíe su horizonte formador
hacia las carreras técnicas, como las ingenierías y otras de las ciencias duras, eso
acorde con el pensamiento de colonizados mentales que afirmaban la
“superioridad innata” (o conceptos similares), de los ingenieros anglosajones,
respecto a eventuales egresados criollos.
Sucesivas camadas de ingenieros y otros egresados en ciencias duras,
demostraron las calidades de excelencia de muchos profesionales argentinos.
En ese contexto, los grandes cambios de las Universidades Nacionales, se
dieron en el primer período del gobierno de Perón, con la gratuidad universitaria
(1949), que posibilitó el acceso a vastos sectores sociales de bajos recursos
económicos; siendo otro hito muy relevante la creación de la Universidad Obrera
Nacional (1948), transformada después en la Universidad Tecnológica Nacional,
con sedes en varias provincias (1959).
Posteriormente se fueron creando nuevas Universidades Nacionales, con
sedes en diversas provincias, con todo el efecto multiplicador positivo que ello
implica. Entre ellas, la UNaM (Misiones) creada durante la presidencia de M.E. M.
de Perón. Pero, en el colmo de la irracionalidad, muchos de sus docentes votaron
al “verdugo” libertario, y despotrican sin fundamentos contra el peronismo.
En 2001, el ministro de Economía neoliberal López Murphy, que pretendió
arancelar las Universidades Nacionales, duró muy poco en su cargo, eyectado por
la masiva oposición de estudiantes, docentes y personal no docente, en
manifestaciones de repudio de carácter nacional.
Particularmente importante fue la creación de 16 nuevas Universidades
Nacionales en el período 2007 a 2015, facilitando el acceso a la educación
superior a gran número de estudiantes, transformando ciudades en nuevos polos
universitarios.
El gobierno anarco – libertario, congeló la creación de cinco nuevas
Universidades Nacionales, que ya habían sido aprobadas por ley. Antes de eso, y
en la misma línea opuesta a las creaciones de más Universidades Nacionales, en
2015, Macri expresó “¿qué es eso de andar creando Universidades por todos
lados?”, lo cual evidencia una continuidad con las políticas de acceso restrictivas,
tal como sucedía en épocas de otros gobiernos elitistas, que marginaban
intencionalmente el acceso popular masivo a la educación superior.
En 2023, legisladores del macrismo, impidieron la creación de ocho nuevas
Universidades Nacionales.
Antes de eso, en 2019, la por entonces gobernadora
bonaerense M.E. Vidal, en una conferencia en el Rotary Club, había expresado el
excluyente concepto de “¿para que crear nuevas Universidades, si todos sabemos
que los pobres no llegan a la Universidad?”.
Afirmación falsa con tintes clasistas la de Vidal, pues muchos que fuimos
universitarios, podemos afirmar que tuvimos compañeros o conocidos, de
orígenes humildes, cursantes de la Universidad, y muchos de ellos se recibieron;
y esa realidad inclusiva no debe ser negada, sino fomentada, por estricta justicia
social.
Tampoco cabe omitir el improvisado discurso de un alto oficial militar, que
se refirió a la Universidad como “el huevo de la serpiente”, sin razonar que de allí
egresaron los médicos, odontólogos, ingenieros, arquitectos, abogados,
contadores y otros profesionales que, con seguridad, deben haberlo atendido.
Algunos siguen viendo “zurdos subversivos” hasta en la sopa, tan negativo eso,
como algunos “progres” que desprecian “per se” a todos los uniformados, sin
tomar conciencia que necesitamos Señores Militares de Mentalidad Nacional,
que parecen ser muy escasos, por cierto.
Volviendo al tema central, ¡defendamos a las Universidades Nacionales,
Pública y Gratuitas, pues su destrucción y/o transformación en unidades
aranceladas, es un tema clave dentro de la maliciosa perversión de
implementación de la destrucción del Estado Argentino, claro objetivo de
anarquistas y sus socios neoliberales!
Pero enfaticemos que esa defensa debe involucrar a todas las Universidades
Nacionales, por lo que cabe repudiar el accionar del periodismo portuario,
centrado excluyentemente en la UBA, sin siquiera mencionar a todas las otras,
que son muy valiosas y cumplen significativas acciones de desarrollo socio
económico en las respectivas provincias y regiones provinciales en las que se
asientan y desarrollan sus actividades.
Por cierto, deplorable el comentario de un alto funcionario de la UBA, quien
tal vez obnubilado por el gigantesco tamaño y gran prestigio de esa Universidad
Nacional, o por estar involucrado en la visión unitaria que afecta a muchos
capitalinos, omitió señalar (y enfatizar), que la lucha por la subsistencia de las
Universidades Nacionales, Públicas y Gratuitas, involucra a todas, no solo a la UBA
y a las otras dos que casi de paso, mencionó con evidente visión excluyente.
Tal vez para entender ese enfoque unitario que prima en muchos
intelectuales y periodistas de la Gran Urbe, la UBA es la única de las Universidades
Nacionales, que en su nombre omitió precisamente la palabra “Nacional”.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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