lunes, 15 de abril de 2024

 TOTAL APOYO A JUSTOS RECLAMOS DE LAS UNIVERSIDADES NACIONALES – REPUDIO A LA VISIÓN UNITARIA Y EXCLUYENTE DE ALGÚN REFERENTE DE LA UBA 
Como argentino, totalmente identificado con el Pensamiento Nacional (tal como lo definió con prístina claridad y precisión el patriota Arturo Jauretche), y como orgulloso egresado universitario de la institución señera que es la Universidad Pública, Nacional y Gratuita; expreso mi total apoyo a los muy justos reclamos, ante la perversa acción de ahogos financieros, y comentarios maliciosos sin base alguna, expresados por el verborrágico presidente libertario; conducente a la degradación, desprestigio, arancelamiento forzoso, y la desaparición total de las muy prestigiosas Universidades Nacionales. 
Los positivos roles desempeñados por las Universidades Nacionales, poseen importancia relevante en lo social, económico y estratégico, siendo factores claves que apuntalaron el desarrollo socio económico e incentivaron la movilidad social ascendente, favoreciendo la integración de nuestra población, al extender sus positivos efectos sobre la población, sin limitaciones geográficas y sin inadmisibles barreras sociales ni raciales, esto último muy importante, dado el accionar inclusivo para nuestra variada población. 
En sus comienzos, y pese a la reforma universitaria del ’18 (1918) en años de Yrigoyen, la Universidad Argentina siguió siendo un enclave básicamente elitista, financieramente vedado o de muy difícil acceso para los sectores populares de nuestra población, además de mantener contenidos o enfoques afines a las concepciones excluyentes, subordinadas al pensamiento liberal -o sea antinacional- en lo económico, y conservador en lo político, lo que equivale a muy afín a los intereses de la oligarquía clasista y consustanciada con intereses extranjeros, lesivos para los Intereses Nacionales. 
Ya mucho había costado, que la Universidad amplíe su horizonte formador hacia las carreras técnicas, como las ingenierías y otras de las ciencias duras, eso acorde con el pensamiento de colonizados mentales que afirmaban la “superioridad innata” (o conceptos similares), de los ingenieros anglosajones, respecto a eventuales egresados criollos. 
Sucesivas camadas de ingenieros y otros egresados en ciencias duras, demostraron las calidades de excelencia de muchos profesionales argentinos. 
En ese contexto, los grandes cambios de las Universidades Nacionales, se dieron en el primer período del gobierno de Perón, con la gratuidad universitaria (1949), que posibilitó el acceso a vastos sectores sociales de bajos recursos económicos; siendo otro hito muy relevante la creación de la Universidad Obrera Nacional (1948), transformada después en la Universidad Tecnológica Nacional, con sedes en varias provincias (1959). 
Posteriormente se fueron creando nuevas Universidades Nacionales, con sedes en diversas provincias, con todo el efecto multiplicador positivo que ello implica. Entre ellas, la UNaM (Misiones) creada durante la presidencia de M.E. M. de Perón. Pero, en el colmo de la irracionalidad, muchos de sus docentes votaron al “verdugo” libertario, y despotrican sin fundamentos contra el peronismo. 
En 2001, el ministro de Economía neoliberal López Murphy, que pretendió arancelar las Universidades Nacionales, duró muy poco en su cargo, eyectado por la masiva oposición de estudiantes, docentes y personal no docente, en manifestaciones de repudio de carácter nacional. 
Particularmente importante fue la creación de 16 nuevas Universidades Nacionales en el período 2007 a 2015, facilitando el acceso a la educación superior a gran número de estudiantes, transformando ciudades en nuevos polos universitarios. El gobierno anarco – libertario, congeló la creación de cinco nuevas Universidades Nacionales, que ya habían sido aprobadas por ley. Antes de eso, y en la misma línea opuesta a las creaciones de más Universidades Nacionales, en 2015, Macri expresó “¿qué es eso de andar creando Universidades por todos lados?”, lo cual evidencia una continuidad con las políticas de acceso restrictivas, tal como sucedía en épocas de otros gobiernos elitistas, que marginaban intencionalmente el acceso popular masivo a la educación superior. En 2023, legisladores del macrismo, impidieron la creación de ocho nuevas Universidades Nacionales. 
Antes de eso, en 2019, la por entonces gobernadora bonaerense M.E. Vidal, en una conferencia en el Rotary Club, había expresado el excluyente concepto de “¿para que crear nuevas Universidades, si todos sabemos que los pobres no llegan a la Universidad?”. Afirmación falsa con tintes clasistas la de Vidal, pues muchos que fuimos universitarios, podemos afirmar que tuvimos compañeros o conocidos, de orígenes humildes, cursantes de la Universidad, y muchos de ellos se recibieron; y esa realidad inclusiva no debe ser negada, sino fomentada, por estricta justicia social. 
Tampoco cabe omitir el improvisado discurso de un alto oficial militar, que se refirió a la Universidad como “el huevo de la serpiente”, sin razonar que de allí egresaron los médicos, odontólogos, ingenieros, arquitectos, abogados, contadores y otros profesionales que, con seguridad, deben haberlo atendido. Algunos siguen viendo “zurdos subversivos” hasta en la sopa, tan negativo eso, como algunos “progres” que desprecian “per se” a todos los uniformados, sin tomar conciencia que necesitamos Señores Militares de Mentalidad Nacional, que parecen ser muy escasos, por cierto. Volviendo al tema central, ¡defendamos a las Universidades Nacionales, Pública y Gratuitas, pues su destrucción y/o transformación en unidades aranceladas, es un tema clave dentro de la maliciosa perversión de implementación de la destrucción del Estado Argentino, claro objetivo de anarquistas y sus socios neoliberales! 
Pero enfaticemos que esa defensa debe involucrar a todas las Universidades Nacionales, por lo que cabe repudiar el accionar del periodismo portuario, centrado excluyentemente en la UBA, sin siquiera mencionar a todas las otras, que son muy valiosas y cumplen significativas acciones de desarrollo socio económico en las respectivas provincias y regiones provinciales en las que se asientan y desarrollan sus actividades. 
Por cierto, deplorable el comentario de un alto funcionario de la UBA, quien tal vez obnubilado por el gigantesco tamaño y gran prestigio de esa Universidad Nacional, o por estar involucrado en la visión unitaria que afecta a muchos capitalinos, omitió señalar (y enfatizar), que la lucha por la subsistencia de las Universidades Nacionales, Públicas y Gratuitas, involucra a todas, no solo a la UBA y a las otras dos que casi de paso, mencionó con evidente visión excluyente. 
Tal vez para entender ese enfoque unitario que prima en muchos intelectuales y periodistas de la Gran Urbe, la UBA es la única de las Universidades Nacionales, que en su nombre omitió precisamente la palabra “Nacional”. 
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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