jueves, 8 de junio de 2023

 EL ENORME POTENCIAL HIDROELÉCTRICO DE MISIONES - A LA ESPERA DE SU APROVECHAMIENTO COMO PALANCA DEL DESARROLLO 
En las pasadas décadas del ’60, del ’70, y comienzos del ‘80, se desarrollaron ingentes esfuerzos para planificar el correcto aprovechamiento del significativo potencial de generación hidroeléctrica, que posee la amplia y diversificada red de cursos de agua interiores que como silenciosa pero muy destacable riqueza, posee esta pequeña y pujante provincia. 
Misiones padeció una crónica carencia general, no solo energética, sino de infraestructura en general, así como marginación en proyectos de desarrollo nacionales, en buena parte a consecuencia del centralismo portuario y de la miopía de gobiernos liberales, lo que nos marginó totalmente por largas décadas. 
Un gran avance fue la construcción del Sistema Interconectado Provincial, cuya financiación estuvo vinculada con la aprobación del crédito del BID para la Hidroeléctrica Acaray, en Paraguay, cerca de la Triple Frontera. Como se dice en lenguaje coloquial, “ligamos esa obra de rebote”, pues hubo que buscarle un mercado consumidor, para los primeros años de funcionamiento de Acaray, dado que el mercado nacional del Paraguay era muy reducido en ese momento. Por ese acuerdo, ANDE, de Paraguay, se comprometió a suministrar a EMSA, de Misiones, electricidad por diez años, en forma creciente los primeros cinco años y luego decreciente. Ese acuerdo se rubricó en los años ’60. Se afirmó que en los 10 años de vigencia del acuerdo, se podría construir una hidroeléctrica en Misiones, cuya generación reemplazaría la proveniente de ANDE. Pero los tecnócratas afines a la generación térmica (a base de combustibles) se encargarían de dilatar en forma sucesiva, lo que obligó a instalar equipos termoeléctricos y consumir ingentes cantidades de combustibles. 
El primer proyecto hidroeléctrico provincial, de notable envergadura para la reducida economía provincial de más de medio siglo atrás, fue Piray Guazú, cerca de la desembocadura en el Paraná, después redenominado Piray Guazú 3, pues la numeración se define por su ubicación desde el nacimiento del río hasta la desembocadura en el Paraná. 
Cabe acotar que la mayoría de los cursos de agua interiores de esta provincia, son técnicamente ríos, pero localmente son llamados arroyos, por sus caudales relativamente reducidos, en comparación con los grandes ríos Paraná, Uruguay e Iguazú, que definen fronteras con Paraguay y Brasil. 
Los “arroyos” de Misiones son de cortas extensiones, con nacientes en las serranías y con trazas predominantes en el sentido este – oeste, u oeste – este. Sus caudales dependen mucho de la pluviosidad, con notables diferencias que marcan grandes crecientes y recurrentes sequías. Eso se acentuó al ir perdiéndose grandes extensiones de la selva que cubría casi todo el territorio provincial, antes del poblamiento y el desarrollo de diversas actividades. 
Para que se entienda, la selva no solo facilita mayor pluviosidad, por la evaporación normal de la masa selvática, sino que al cubrir el suelo impide la degradación del mismo por escorrentías, y permite la absorción de las lluvias al subsuelo, alimentando las napas que a su vez proveen agua a las numerosas vertientes, en un circuito virtuoso que la tala desmedida y el desmonte generalizado, en gran parte destruyeron. 
La topografía provincial tiene mayor altitud media y mayores desniveles en el norte provincial, morigerándose más allá de la mitad del territorio hacia el sur, siendo los últimos tramos ya lindantes con Corrientes los preanuncios de las extensas llanuras que marcan el territorio correntino. Esa es la causa por la que los sitios naturalmente más aptos para el desarrollo hidroeléctrico se encuentran en los dos tercios provinciales ubicados más al norte, en los cuales son numerosos los saltos de agua, mucho más escasos en el tercio sur, definido esto con imaginarias líneas en sentido este – oeste. 
Lo precedente es el marco natural que define las ubicaciones de los diversos proyectos hidroeléctricos, casi todos ellos estudiados y desarrollados con presupuestos y supervisión de la provincia, siendo la hoy desaparecida Dirección General de Electricidad de Misiones (luego redenominada Dirección General de Construcciones Eléctricas-DGCE), el ente provincial específicamente creado y dotado para tal tarea, el cual fue disuelto de un plumazo en 1983, lo que ocasionó serios perjuicios al perderse muy valiosos antecedentes técnicos y no ser reemplazado por otro ente de similares características. 
La experiencia permite afirmar que es más eficiente separar la prestación del servicio eléctrico -con todas sus urgencias-, de la planificación y ejecución de obras a mediano y largo plazo. 
Eso sucedía la coexistir el ente con poder de policía y a cargo de obras de infraestructura eléctrica (DGCE), y la empresa prestadora del servicio eléctrico (EMSA). Pero hubo promesas de campaña de “liquidar” EMSA, afirmado en forma estentórea por políticos de pocos o nulos conocimientos de Energía. 
Solo para precisar, se cita que el supuesto reemplazo de la DGCE fue un ente supuestamente controlador general del Sector Eléctrico, llamado EDEMSE, que careció del poder real, disolviéndose al ser absorbido por EMSA poco tiempo después de haber sido creado. Pero la desaparición de la DGCE tuvo otras consecuencias, muy negativas. Siete proyectos hidroeléctricos fueron estudiados por la DGCE, seis de ellos con el respaldo de la consultora Inconas S.A., y uno de la consultora Videla Nadeo, alcanzando todos ellos el avance a nivel de Proyecto Ejecutivo (o sea listos para ser licitados). El único construido es el de Urugua-Í. Otro estudio, el del Garuhapé, fue encarado por la Cooperativa de Luz y Fuerza de Libertador General San Martín, de la localidad de Puerto Rico, a nivel de idea o anteproyecto. A eso se agregaría el Proyecto del Túnel del Urugua-Í. estudiado por EMSA en los años ’90. 
La sucesión de proyectos hidroeléctricos fue motivada por la reticencia de la Secretaría de Energía de la Nación, que condicionaba los avales bajo el pretexto de buscar estudios de mayor eficiencia, con lo cual se perdió valioso tiempo en el cual al menos uno de los proyectos debió concretarse, ya en los años ’60 o comienzos de los ’70, con lo que se habría evitado gastar en equipos termoeléctricos, de muy onerosa generación, no solo por el costo creciente de los combustibles y sus fletes (que lo encarecían un 35 % más, para beneficio de transportistas camioneros), sino también por las erogaciones en repuestos y reparaciones. 
Por caso, el primer proyecto estudiado, el de Piray Guazú 3, de haberse comenzado a comienzos de los años ’60 (cuando era un clamor generalizado de entidades cooperativas y asociaciones económicas provinciales, solicitando su construcción), para fines de los años ’70 habría estado no solo terminado y generando, sino también totalmente pagado, proveyendo energía de base (libre de intermitencias) a muy bajo costo y sin la polución de las usinas termoeléctricas. 
Recién en el Plan Energético de Misiones (en el que participé), aprobado en 1980, pudo incluirse el Proyecto Hidroeléctrico Urugua-Í, obra que comenzó en 1985, siendo un logro notable, por las fuertes presiones en contra, del lobby permanente vinculado con la termoelectricidad. Hasta hoy es la mayor obra encarada por la provincia. Con Urugua-Í, Misiones salió del cáncer económico que de la costosa y contaminante generación termoeléctrica. 
Al planificarse, la generación media anual de Urugua-Í cubría el 120 % de las necesidades eléctricas provinciales. Con 33 años de eficiente funcionamiento, provee energía de base y muy económica, al sistema provincial, siendo clave para evitar en Misiones el apagón masivo del 2019, causado por falta de mantenimiento del Sistema Interconectado Nacional. 
Los proyectos desarrollados por la DGCE contaban incluso con muestras de suelo, cuidadosamente almacenadas en cajas, además de todas las carpetas técnicas, con planos y todo lo que conforma proyectos ejecutivos. Todos esos valiosos antecedentes estaban guardados en la Dirección Técnica dependiente de la DGCE, en la casona ubicada en la esquina de Alvear y Ayacucho. Pude conocer eso, pues la Dirección de Infraestructura y Tarifas Eléctricas, a mi cargo, funcionaba en la misma sede. Con mucha prisa y posiblemente sin el cuidado necesario, al desaparecer la DGCE, esos valiosos antecedentes, fueron llevados al galpón que fuera el taller de la DGCE, junto a la Usina Sulzer, quedando en custodia de EMSA. Según referencias de buena fuente, las carpetas y planos, fueron afectados por filtraciones de lluvias, y por roedores. Lo que quedaba, junto con las muestras de suelo, habría sido simplemente tirado como basura, sin cuidado alguno. 
Tiempo atrás presenté nota consultando al entonces presidente de EMSA, por esos antecedentes, recibiendo la respuesta que no existían. 
Es posible que algún juego completo de dichos proyectos, haya sido guardado por alguno de los ingenieros de la DGCE, varios de los cuales fallecieron y otros no viven actualmente en Misiones. Sería muy bueno recuperarlos. 
La Facultad de Ingeniería de la UNaM, no habría solicitado copias de esos valiosos antecedentes técnicos, ni organizarían visitas técnicas a Urugua-Í. 
Se transcriben datos esenciales de los citados proyectos, más el interesante estudio del Túnel del Urugua-Í, desarrollado por profesionales de EMSA, al cual, el notable experto internacional Dr. Ing. Giovanni Lombardi, estimó como plenamente factible. Al agregar caudal, triplicará la generación media anual de Urugua-,I, sin agregar ninguna turbina ni modificar la presa ni la propia central. Proyecto - Costo U$S Potencia - Energía media -  Ente involucrado                 Millones         MW         GWh-año 
Piray Guazú 1 19             30             26                     DGCE 
Piray Guazú 2 23             90             39                     DGCE 
Piray Guazú 3 60             140            40                    DGCE 
Piray Miní 1    20             67             41                     DGCE 
Piray Miní 2    12             37             18                     DGCE 
Saltito 3             5             9                 1                     DGCE 
Garuhapé         10             40             15             Coop. LFLGSM 
Túnel del 
Urugua-Í     Sin datos         0             610                     EMSA 
Totales             149         413             180 
Casi todos esos proyectos califican como de “energías renovables”, que las leyes vigentes incluyen en el concepto a las hidroeléctricas de hasta 50 MW, con lo cual se podría acceder a imprescindibles apoyos financieros para sus construcciones. 
No son temas menores, considerar las notables ventajas de esos proyectos hidroeléctricos, respecto a las muy promocionadas pero problemáticas energías “renovables sesgadas” eólicas y solares, tal como se detalla seguidamente. 
• La hidroeléctrica es Energía de Base, libre de las intermitencias de las “sesgadas”, además de lo cual su costo por kWh será muy reducido. 
• Permitirán contar con valiosos reservorios de agua, muy importantes en épocas de recurrentes sequías, pudiendo servir como fuentes de abastecimiento de agua potable para muchas localidades de sus entornos. 
• Esos reservorios de agua también podrán abastecer de agua a equipos que combatan los incendios rurales. 
• Fundamentarán la importancia de crear nuevas áreas protegidas, en las altas cuencas de los respectivos arroyos, para recrear entornos naturales que faciliten la acumulación de agua en las napas subterráneas. 
• Serán nuevos atractivos turísticos, al constituir áreas recreativas en los entornos de los embalses a crearse. 
• Al ser obras relativamente pequeñas, podrán ser construidas por empresas o UTEs con sede en esta provincia, con lo que el efecto multiplicador de las construcciones, en buena parte favorecerá al tejido social y al contexto económico provincial. 
• Sus insumos en su mayor parte, pueden ser de industria argentina, a diferencia de los paneles solares (que son chinos), y los molinos eólicos, (que son de industria europea). 
Pese al rotundo fracaso de las “renovables sesgadas” eólicas y solares en Europa, donde por sus limitaciones técnicas no pudieron suplir a las Energías de Base provistas por la Generación Nuclear y los hidrocarburos rusos; los “mandatos transnacionales” impulsados por los Acuerdos de París y similares, presionan para imponer al como sea a las poco eficientes eólicas y solares, omitiendo fuentes de generación eficientes, confiables y no contaminantes, como lo son las hidroeléctricas y las nucleares. 
Es de esperar, que en Argentina vuelvan a primar los Intereses Nacionales, no doblegándonos ante las presiones de los terroristas de la ecología cavernaria, que difunden libretos dictados desde las Potencias del Bloque Atlantista. 
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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