EDESUR DESMIENTE EL MITO LIBERAL DE LA EFICIENCIA PRIVADA
La doctrina económica liberal, así como sus derivadas el neoliberalismo y el
“libertarismo”, se basan en diversos falsos prejuicios, que a fuerza de repeticiones
y con las presiones constantes del establishment (el poder establecido), se
instalan como supuestas “verdades absolutas” y pretendidamente
incontestables, varias de las cuales incluso entronizadas como “leyes
económicas”, las que pese a ser demostradamente falsas, siguen usándose en
forma dogmática.
Una de las más repetidas, es la que pregona la “eficiencia privada”, la cual
involucra la falsedad asociada, de la también dogmatizada y falsa “ineficiencia
crónica del Estado”.
Con previsibles desastrosos resultados económicos, sociales e incluso
geopolíticos, esas dos muletillas, de asociada difusión, fueron parte del eje
comunicacional central, cuando con el soporte de las bayonetas del gobierno
militar de Videla y sucesores, se instaló el neoliberalismo, que nos endeudó
brutalmente; estatizó deudas privadas de grandes empresas (entre ellas la de
Macri); forzó la desindustrialización; cerró o ahogó financieramente a los entes
tecnológicos estatales; aumentó la desocupación; hizo crecer rápida y
acentuadamente la pobreza y la miseria, convirtiéndolas en estructurales; y nos
subordinó explícitamente a los dictados del grupo de poder mundial hoy llamado
El Atlantismo.
Claro que los “patrioteros de bandera” no lo asumen y siguen
siendo colonizados mentales en grado sumo…pero este ya es otro tema.
El infame “proceso” de la dictadura cívico militar, creó forzadamente las
condiciones para el endeudamiento irracional y la inviabilidad financiera de las
Empresas Del Estado, siendo con eso el prolegómeno del desguace estatal a
precios viles, perpetrado en los nefastos años ’90, lo que a su vez nos llevó a la
crisis terminal de 2001/2002, con la cual afortunadamente no lograron uno de los
objetivos básicos de los apátridas personeros del neoliberalismo salvaje, que era
-y sigue siendo- la balcanización del territorio nacional en media docena o poco
más, de irrelevantes republiquetas, que hubieran sido fácilmente manejables por
el mega poder financiero transnacional.
A ese objetivo de balcanización (fragmentación territorial), apuntan el
ultraindigenismo (con el mapuchismo fogoneado desde Gran Bretaña como
punta de lanza), y la nada inocente iniciativa del exgobernador “cambiemita”
Cornejo, que propuso independizar a Mendoza.
A eso tendía Cavallo, con su
maliciosa y falsa definición de “provincias inviables”; y a lo mismo apunta el
macrismo, con uno de sus personeros diciendo que regalaría a Gran Bretaña, no
solo Malvinas (dijo Falklands), sino también Tierra Del Fuego y La Antártida.
Pero como el tejido socio cultural argentino es aun, pese a todo, sólido
como para resistir embates balcanizantes, los personeros del neoliberalismo
tienen el objetivo de mínima, de retrotraernos al siglo XIX de la inviable y
anacrónica Argentina feudal, de economía forzosamente primarizada, expulsora
de población, con miseria generalizada, y con todo el poder en manos de los
“patrones de estancia” y otros mandamases de similar catadura oligárquica
clasista excluyente, imbuidos de ilimitada soberbia antinacional.
Esos sectores antinacionales odian y desprecian al Estado, al cual incluso
algunos verborrágicos lo consideran “el enemigo a derrotar”, pero son los
primeros en exigir al mismo Estado al cual dicen odiar, auxilios financieros ante
sequías, inundaciones u otros problemas que puedan aquejarlos.
Tampoco, esos señorones oligárquicos y sus voceros y comparsas de la
política y los medios masivos de comunicación, se detienen a razonar que, sin un
poderoso Estado, caeríamos en una inmanejable anarquía; y tampoco razonan
que todas las naciones desarrolladas, tienen un Estado Nacional fuerte y muy
activo, lo que incluye entes y empresas estatales sólidas, puntales de sus
economías nacionales.
Ahora, ante el caos de EDESUR, denso silencio de los
promotores de lo privado. Del tema, la historia enseña mucho, y amerita un
artículo separado, en mérito a la brevedad.
Cabe recordar, que la estatal SEGBA (Servicios Eléctricos del Gran Buenos
Aires), fue creada durante el breve gobierno desarrollista -de Frondizi-, para
frenar o terminar los desmanejos de las empresas privadas, que por décadas
manejaron el servicio eléctrico en ese gran conglomerado poblacional e
industrial, empresas que por cierto muy poco invertían pues, según prolijas
investigaciones, como la de la comisión especial dirigida por Matías Rodríguez
Conde, priorizaban sus utilidades y las remesas al exterior de las mismas.
La planificación a mediano y largo plazo, brillaba por su ausencia, y las
inversiones en mantenimiento y expansión del servicio, muy pobres o casi nulas.
Es de destacar que antes fue dificultoso nacionalizar el servicio eléctrico en
la vasta área luego atendida por SEGBA, pues los contratos de concesiones
estaban vigentes, por lo que el Estado Nacional, en años del peronismo, optó por
invertir en obras para mejorar las interconexiones en Capital Federal y el
creciente Gran Buenos Aires, mientras también se invertía en nuevas unidades de
generación, en diversos puntos del país.
Cabe recordar que las acciones para desguazar y privatizar SEGBA,
comenzaron a perpetrarse apenas instalado el gobierno usurpador del poder, en
el siniestro “proceso” cívico militar, para lo cual, después de una reunión
convocada por Videla, al salir y a las pocas cuadras, fue secuestrado el dirigente
de Luz y Fuerza, Oscar Smith, pasando a ser un “desaparecido más”, siniestra
denominación creada como evidente sinónimo de “asesinado”.
Precisamente, el poderoso ministro de economía, dupla civil de Videla, José
Alfredo Martínez De Hoz, entre las muchas acciones para endeudar y debilitar las
Empresas del Estado, tenía especial interés en el Sector Eléctrico, pues era
directivo de la Compañía Ítalo Argentina de Electricidad -la Ítalo-, por entonces
de capitales suizos, que logró transferir su patrimonio al Estado a muy alto precio,
pues sus maquinarias estaban totalmente amortizadas y en muy deficiente
situación de mantenimiento. La excusa fue que “era necesario hacerlo, para tener
abiertos los canales de préstamos”, pues ya estaba en marcha el voluminoso e
irracional endeudamiento, que el nefasto proceso, dejó como una de sus peores
“herencias” al gobierno civil que años después lo sucedió.
Toda la destrucción socio económica perpetrada para forzar embretarnos
en el neoliberalismo salvaje, estuvo manchada con sangre y marcada con
“desapariciones”, tal como pasó en el Sector Eléctrico.
Muchos ignoran que toda la violencia -de guerrillas y del Estado cooptado
por neoliberales- provocada y desatada desde antes y durante el “proceso”, fue
lo sutilmente “sugerido” por el historiador canadiense – británico, Harry S. Ferns,
para anular y destruir todos los avances muy significativos logrados por el
peronismo, tal como lo dijo en uno de sus libros.
Vendrían después los deplorables años ’90, en los que el grave deterioro
adrede provocado en las Empresas Del Estado, hizo que les fuera fácil a la dupla
Cavallo – Dromi, privatizarlas y en su mayoría extranjerizarlas a precios y en
condiciones viles para Argentina; y en otros casos cerrarlas sin importar las
consecuencias, como casi todos los ramales ferroviarios, y en otros perdiéndose
valiosísimos antecedentes técnicos, como los de Agua y Energía Eléctrica.
Fue entonces cuando se desguazó SEGBA, en EDENOR, EDESUR y EDELAP,
empresas que en las tres décadas que vienen operando, no brillaron
precisamente por sus inversiones, para mejorar el servicio; inversiones que
tampoco evidencian haberse hecho en la medida adecuada, en los cuatro años
del neoliberalismo macrista, período en el cual los usuarios de los servicios
públicos, debimos soportar brutales incrementos tarifarios, los que según
múltiples denuncias y evidencias difundidas por críticos de esas operatorias, se
utilizaron básicamente para distribuir como ganancias entre los accionistas, los
cuales en su mayoría, son extranjeros o locales vinculados a los sectores al poder
real que tras bambalinas, mueve los hilos del accionar neoliberal, o sea apátrida.
Completando el cuadro de situación, ante la desesperación de muchos
usuarios de EDESUR, por padecer largos períodos de cortes del servicio eléctrico,
el Jefe de Gobierno (léase intendente) de CABA (léase Capital Federal), envió a su
policía a reprimir brutalmente a los usuarios afectados, como si fueran
delincuentes, y en otra operatoria similar movilizó a La Infantería como amenaza
directa a otro grupo de vecinos padecientes de los prolongados cortes del
servicio. Pero claro, EDESUR es de capitales extranjeros, y para los ultra privatistas
del neoliberalismo, esos capitales (claramente especulativos y sin vocación de
mejorar el servicio), son más importantes que el pueblo de a pie.
Indignante todo, y muy visible el escaso o nulo accionar de los privados para
mantener y mejorar el vital servicio eléctrico; y a la vez inentendible que el Estado
-de CABA, de la provincia de Buenos Aires y el Nacional-, manejado o influenciado
por ideólogos del neoliberalismo en CABA, e inexplicablemente en los otros dos
casos, no haya implementado rápidas acciones para morigerar el desesperante
cuadro de situación, de largos días o semanas de carencia del vital fluido.
También es muy preocupante que no se advierta el necesario accionar de
planificación eléctrica y energética en general, en el corto, mediano y largo plazo.
Y en Energía, la falta de planificación, se paga siempre muy cara.
MGTR, CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Excelente. Muchas gracias.
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