domingo, 24 de mayo de 2020

ENERGÍA SOLAR CARA E INEFICIENTE – MISIONES ERRA EL CAMINO
Las muy promocionadas (nada inocentemente) energías solar u eólica, tienen muchas características que las hacen muy caras por kWh y muy ineficientes.
Son energías intermitentes, cuyas fuentes (el sol y el viento) no pueden ser controladas por el ser humano. Sus intermitencias (cortes imprevistos y fluctuaciones bruscas de potencia), las hacen totalmente inútiles como centrales de base de ningún sistema, por lo que son meros complementos en los sistemas interconectados.
Esas intermitencias incluso llegan a producir bruscas variaciones en el voltaje de la energía, por lo que para estabilizar el suministro, deben funcionar vinculadas a otros tipos de centrales eléctricas, técnicamente aptas como bases del sistema.
Las energías de base deben ser confiables, programables y de funcionamientos estables, existiendo solo tres tipos de las mismas: termoeléctricas convencionales (quemando petróleo, gas, o biocombustibles), hidroeléctricas y nucleares.
Dicho en castizo claro y directo, son usinitas de muy baja calidad, de segundo orden, que producen energía acorde a su baja calificación.
Por otra parte, el tema de los costos reales por kWh generado (el dato clave para evaluar la eficiencia económica), usualmente se oculta bajo siete llaves, derivándose rápidamente los informes respectivos hacia lugares comunes de hueco o falaz contenido (como “energías limpias”, “rendimientos crecientes”, etc.), o mezclándose groseramente datos de Potencia Instalada Máxima con la Energía Generada.
Cuidadosamente, los grupos de poder vinculados a esas energías (ONGs ultra ecologistas, con “letras” dictadas desde las Potencias Atlantistas; importadores de equipos, algunos fabricantes locales de partes de los mismos; empresarios e intermediarios del sector; publicaciones especializadas financiadas por esos intereses sectoriales; políticos arribistas y por lo general vinculados al neoliberalismo salvaje, y otros), omiten otro tema crucial, que si se expone sin cortapisas, revela la inviabilidad y en muchos casos los escandalosos negociados en base a los cuales se sustenta artificialmente el crecimiento de las energías eólica y solar.
Esas generadoras, más aun cuando son de pequeñas potencias como las solares, solo son viables en base a enormes subsidios, y un montón de ventajas prebendarias, directamente escandalosas, que usualmente no trascienden, y son desconocidas para el común de la gente. La muy activa “promoción” de las “renovables” que se hizo en Argentina básicamente en el macrismo, no solo incluye altos subsidios, sino también tarifas dolarizadas e indexadas, exenciones impositivas prácticamente totales, prioridad para el despacho (la venta) sin importar que sean energías incluso mucho más caras; ocultándose también su dependencia respecto a usinas convencionales, por lo general turbinas de gas, que deben operar como reservas en caliente (funcionando), para cubrir los baches de generación y las bruscas oscilaciones del voltaje.
Por otra parte, lo de “energías limpias” es otro concepto amañado y falso. No son limpias, pues tienen varios tipos de “costos ambientales”, desde su fabricación, el montaje, la operación y el desguace final una vez cumplidas sus vidas útiles. En el caso de los paneles solares, estimaciones serias calculan que en la zona media de nuestro territorio continental, (Pampa Húmeda y Cuyo), la energía total que producen en sus vidas útiles, es equivalente a la energía gastada para producirlos, transportarlos, instalarlos, operarlos, y finalmente desmontarlos y dar destino ambientalmente neutro a los desechos finales.
La propia destrucción final tiene sus complejidades, pues es usual que los paneles tengan componentes de alta toxicidad, que si no se los neutraliza, pasan a contaminar el suelo y el agua.
En la orgía importadora y antiindustrialista del neoliberalismo macrista, se dio vía libre a las importaciones masivas de usinas solares y eólicas, por lo que es muy posible que los paneles en proceso de instalación en Posadas, sean importados, o sea nulo aporte positivo a la alicaída industria argentina. Y consecuentemente, muy poca utilización de mano de obra argentina, y de Misiones, por lógica. O sea, muy escaso efecto económico multiplicador.
Lo de sumar las potencias declaradas de los paneles, al total de la Potencia Instalada Disponible, es otra gruesa falsedad, que no admite ninguna defensa, y solo se sostiene mediante la omisión grosera de la realidad técnica.
Son paneles solares, o sea dependen del sol para generar.
Eso significa que en teoría tienen aproximadamente doce horas de
funcionamiento cada veinticuatro. Pero el máximo de potencia se alcanza con el sol en el cenit, o sea unas pocas –tres o cuatro- horas por día. El funcionamiento diario es una curva, que arranca desde cero a la mañana, y vuelve a cero al oscurecer.
Eso significa que realmente solo producirían entre el 15 y el 20 % (en números redondos), de la energía teórica máxima…suponiendo que no sean días nublados o lluviosos.
Y en una matriz de consumo como la de Misiones, con escasa relevancia del sector industrial, el pico diario de consumo se verifica entre el anochecer y las 22 horas, aproximadamente. Como a esa hora no hay sol, los paneles solares están fuera de servicio, lo cual significa que no aportan en el pico de la demanda, cuando más se los necesitaría, para cubrir, así sea marginalmente, el consumo en ese horario crítico.
Si en este momento, la demanda máxima de Potencia está en 550 MW, es previsible que en una década necesitemos contar con 550 MW de Potencia Instalada, pero efectiva y despachable, no meramente nominal como es la de las “renovables”, y particularmente de las solares.
Las 20 valiosas has. de terreno, que se ocuparán para los paneles, en las cercanías del hermoso nuevo barrio Itaembé Guazú, apenas tendrán una exigua Potencia Nominal Instalada de 10 MW. Eso es tan poco, que “no mueve la aguja” de la Potencia Instalada, además de la muy baja confiabilidad y escaso espectro horario disponible.
¿No hubiera sido mejor disponer de ese enorme lote para construir nuevas viviendas y un gran parque que sirva de pulmón a la ciudad?
Como también en un medio digital se informó que está planificado instalar más paneles solares a la vera del embalse del Urugua-Í, e incluso colocar paneles flotantes (con todas las complicaciones técnicas y costos adicionales de instalación, mantenimiento y desmontaje final que eso significará), todo eso para aportar energía escasa y de muy baja calidad, ¿no será acaso mucho más 
productivo y totalmente lógico impulsar el muy interesante proyecto del Túnel del Urugua-Í, que con escasa inversión en función de la producción resultante, permitirá triplicar la producción de nuestra central hidroeléctrica, produciendo energía de calidad (apta como base del sistema provincial), y a muy bajo costo, además de una previsible muy larga vida útil? Este proyecto, por otra parte, como todas las obras hidroeléctricas, será de utilización intensiva de mano de obra, con vasto efecto multiplicador en el norte misionero, y en toda la provincia.
Es errar groseramente el camino del desarrollo, seguir desechando nuestro enorme potencial hidroeléctrico, con valiosos proyectos binacionales y otros siete totalmente estudiados, en cursos de agua interiores; potencial que, al concretarse en obras de enorme importancia energética, económica y geopolítica, posicionará
en forma ventajosa a nuestra pequeña provincia, en el contexto nacional; además de tender nuevos lazos concretos de hermandad con las dos naciones vecinas.
Serán aportes en lo energético, en lo turístico (son indudables atractivos), y facilitarán las provisiones de agua e incluso potencialmente se podrá avanzar en obras de regadío en parte del territorio provincial, evitándose las recurrentes sequías, que tanto daño hacen a la agricultura provincial.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopoliticos

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