jueves, 5 de marzo de 2015

RENOVABLES MENTIROSAS Existen fuertes y nada inocentes presiones, orquestadas a nivel internacional, para promover e imponer al como sea, a las hoy llamadas “energías renovables”. El mismo concepto no es totalmente preciso, y se llegó a esa definición, por un proceso de prueba y error, ante fallidos precedentes apelativos para definir y a la vez calificar a ese amplio abanico de fuentes energéticas, de las cuales las más conocidas y relativamente difundidas, son la eólica y la solar. Primeramente se las llamó “nuevas fuentes de energía”, pero resulta que la fuerza del viento y el poder del sol, tienen antiquísimas aplicaciones, que se remontan muy atrás del comienzo de la era cristiana. ¿Nuevas fuentes? ¡NO! Después, los prestidigitadores de conceptos, quisieron imponer el concepto de “energías alternativas”, pero resulta ser que esas fuentes de energía se caracterizan por la insalvable intermitencia y su difícil sino imposible utilización pre programada, pues dependen de factores no sujetos a la voluntad humana (el hombre no regula los vientos, ni los días soleados ni la intensidad de los vientos y las radiaciones solares). A consecuencia de todos esos factores, las energías eólica y solar no son aptas para funcionar como centrales de base, o sea que no son “alternativas” de las tecnologías confiables, programables y probadas (termoelectricidad, hidro y nuclear); siendo simples complementos. Pero como llamarlas “energías complementarias” hubiese definido públicamente el rol secundario y accesorio de esos tipos de energía, sus voceros y agentes de prensa, o “prestidigitadores conceptuales” al servicio de esos intereses sectoriales, eludieron prestamente el concepto que mejor las define –son meros complementos-, y masivamente impusieron el nombre y calificativo de “energías renovables”, lo cual sin duda tiene mejor resonancia, resulta conceptualmente más “amigable” y tiene preestablecida una mejor imagen pública. Peeeero, he aquí, que el concepto de “renovable” les presenta una complicación, a las ONGs transnacionales, sus adherentes de ONGs menores, y a todos los poderosos sectores vinculados a su comercialización, que hacen lobby (presiones) para imponer a esas energías, incluso más allá de sus conocidas pero bien escondidas limitaciones técnicas. Primeramente deben precisarse cuales son los sectores con intereses económicos directos en promocionar a ultranza a las energías eólica, solar y otras similares (undimotriz, mareomotriz, geotérmica, hidrógeno, etc.). Sin duda están los fabricantes de esos equipos y sus accesorios, comercializadores e importadores varios, asesores y otros intermediarios, y curiosamente (para incredulidad de buena gente no informada), también fogonean a estos tipos de generadoras (a las “renovables” eólica, solar, etc.), diversos operadores vinculados con la termogeneración en base a hidrocarburos. Intereses vinculados a la termogeneración, significa petroleras, gasíferas, fabricantes de equipos de generación a petróleo, gas o carbón, transportistas, etc. Paradigmáticos, muy ejemplificadores, son los casos de España y Alemania, recurrentemente citados como ejemplos en la implementación de “energías renovables”, pero en los cuales se ocultan los “efectos colaterales” de las masivas instalaciones eólicas y solares. Junto con los “ventiladores” y paneles solares, en esos países se multiplicaron las usinas termoeléctricas (a petróleo y sobre todo gas natural), que dan respaldo técnico a las intermitentes “renovables”; y que en conjunto encarecen los costos de la energía eléctrica. En Alemania, los incrementos de costos, ocasionados por las “renovables” se estiman por ahora en 10 %. Además, el coloso germano, pasó a ser muy dependiente energéticamente, pues está sujeto al abastecimiento de gas ruso, carbón polaco y estadounidense, y fluido eléctrico de sus socios comunitarios. Todos esos efectos negativos de las “renovables” son cuidadosamente ocultados por las transnacionales del ecologismo extremista, y pretenden ser desconocidos por los operadores locales del ecologismo cavernario. Volviendo al “problemita” que el concepto de “energías renovables” le presenta a los promotores a ultranza de las eólicas, solares y similares, es “el detallecito” nada menor por cierto, que por definición lógica, la hidroelectricidad es también un tipo de energía renovable. A partir de esa irrefutable verdad, el concepto de “renovables” se les complicó bastante a los sectores fundamentalistas de la ecología, los cuales, respondiendo a “mandatos superiores” emanados de las transnacionales del ultra ecologismo, atacan sistemáticamente, con profusión de mentiras, verdades a medias, y sobre todo, usando miedos irracionales, para descalificar y demonizar a las energías hidroeléctrica y nuclear. Existiendo solo tres tecnologías básicas aptas para funcionar como usinas de base de cualquier sistema eléctrico, es muy elemental que al atacar a dos de ellas se está promocionando de hecho a la tercera de esas tecnologías. Dicho más claramente, al atacar en formas sistemáticas y persistentes, a las usinas hidros y nucleares, los “fundambientalistas” benefician a las usinas termoeléctricas, grandes devoradoras de petróleo, gas o carbón. Pero, volviendo al tema, las hidros son renovables por definición, y por la naturaleza de su actividad (las corrientes de los ríos son perennes, renovables). Desde ese punto, el accionar del fundamentalismo pro eólico y solar, acciona de distintas formas. Por caso, en España, donde ya se construyeron casi todas las hidroeléctricas posibles, ese tipo de generación ya no es competencia para abastecer el aumento de la demanda (porque no pueden construirse más usinas hidros). Entonces, allá, los promotores de eólicas y solares, mezclan las estadísticas, “apropiándose” de la generación hidroeléctrica para presentar mejores datos, haciendo un menjunje de “renovables” metiendo en la bolsa a las hidros. Por ejemplo, unas estadísticas maliciosamente publicadas a fines de diciembre, sin datos del año completo (hasta el 22/12/2014), afirmaron exultantes que “las renovables abarcaron el 42,8 % del mercado eléctrico español”. Pero ese 42,8 % se compone de 15,4 % hidroeléctrico, 20,4 % eólico, y 7 % solar y solar térmico. Pese a estar congelados nuevos proyectos nucleares en España, esta fuente de generación fue individualmente la más importante, con 21,9 %. Pese a su importancia, la núcleo electricidad, es tratada con claro desdén, por la publicación “del gremio renovable”, acá citada. Por supuesto, nada dice de los altísimos costos de las eólicas y solares, de las onerosas subvenciones estatales, ni de los negociados en su momento detectados con esas facturaciones, como los de solares que “producían” de noche, entre otros casos de corruptelas vinculadas a las subvenciones. Para mayor precisión, según datos de la publicación electrónica “Energías Renovables – España”, la demanda española 2014, hasta el 22/12, se abasteció de las siguientes fuentes de generación. Eólica 20,4 % Solar 7,0 % Subtotal de “renovables amputadas” = 27,4 % Hidroeléctrica 15,4 % Subtotal de “renovables” = 42,8 % Nuclear 21,9 % Gas 18,9 % Carbón 16,4 % TOTAL 100 % En Argentina en cambio, donde nuestro potencial hidroeléctrico aún no utilizado es muy importante y muy competitivo, los activistas de las eólicas y solares, impusieron el criterio que yo llamo de las “renovables amputadas”, pues caprichosamente amputaron de esa clasificación a las hidroeléctricas. La Ley 26.190, fogoneada claramente por las filiales de las transnacionales del ecologismo fundamentalista, y en base a la escasa o nula claridad conceptual evidenciada por los legisladores, lograron aprobar el capcioso criterio de considerar “renovables” solo a las pequeñas hidroeléctricas, de hasta 30 MW; que además pretendió forzar al como sea masivas inversiones en eólicas y solares, lo cual fue un fracaso total, por los bajos rendimientos operativos. Ese criterio discriminativo, marginando a las hidroeléctricas importantes, es técnicamente aberrante, es como pretender modificar por decreto, la ley de la gravedad, o alterar el valor de Phi. Es harto evidente, que los que desde las sombras promovieron tan distorsionada ley, tienen intereses en la comercialización de esas poco eficientes usinas (por eso nunca mencionan los costos operativos, que son altísimos). Detrás de esos operativos, operan las ONGs transnacionales británicas, cuyo verdadero objetivo es mantenernos a los argentinos sumidos en el subdesarrollo crónico. Dicha ley es funcional, totalmente, a los nada fundamentados postulados del conjunto de informes llamado pomposamente “Escenarios Energéticos Argentina 2030”, el cual analicé y diseccioné en mi libro “Los Profetas del Caos”, obtenible en caoenergia.blogspot.com.ar Para peor, está con media sanción, el llamado Proyecto de Ley Guinle, promocionado por varias bancadas partidarias, que pretende profundizar la negativa ley 26.190, estableciendo obligatoriedades distorsivamente grandes, de inserciones de “energías renovables” (las amputadas), con una serie de privilegios abusivos y sobrecostos a ser pagados por todos los usuarios argentinos del servicio eléctrico, e incluso facultando importaciones masivas de equipos solares y eólicos, todo ello para forzar incoherentes y nada económicas ampliaciones del parque “renovable” de generación de energía. Esperemos que esta vez primen el sentido común y los basamentos técnicos, no sancionándose esa conflictiva y dudosamente racional ley de ultra promoción de las “renovables amputadas”. Seguiremos analizando ese proyecto de ley, Dios mediante. C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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