jueves, 4 de septiembre de 2014

NO OLVIDE LA QUINTA PATA, SR. GOBERNADOR El 3 de setiembre de 2014, en un conocido programa político nocturno de la TV portuaria (capitalina), fue entrevistado el gobernador de Misiones. Sin entrar en disquisiciones de valor ni de mérito referentes a las preguntas del equipo periodístico, ni a la fluida y vigorosa exposición del gobernador Closs (eso lo dejo a los especialistas en política nacional y provincial, y a colegas de los comunicadores mediáticos, algunos tan volcados a la cotidianeidad como poco proclives a análisis más profundos y estratégicos); un punto específico de la disertación del titular del ejecutivo misionero me pareció de relevante e incluso excluyente importancia. Al definir el perfil productivo de Misiones, el Dr. Closs explicó los que a su criterio son pilares económicos de esta provincia, a saber:  El agro tradicional (yerba mate, té, tabaco, etc.).  La foresto industria (básicamente pinos, eucaliptos y fábricas papeleras).  El comercio fronterizo (que hoy nos favorece por el cambio).  El turismo. Lamentablemente, acorde con las “opiniones políticamente correctas” instaladas en esta provincia, omitió totalmente tan siquiera mencionar el enorme potencial energético, que solo aprovechamos en una mínima parte, desperdiciándose inútil y absurdamente, hora a hora, millones de KWh que no se generan, conformándose un pasivamente aceptado y no cuestionado descomunal lucro cesante; inconcebible desde todo punto de vista, pero mucho más en el contexto de una provincia claramente marginal, con indicadores socio económicos que nos ubican claramente en el pelotón de las provincias pobres (pese a los avances logrados), y –lo que es peor- aparentemente sin indicios fuertes y concretos de revertir el cuadro de producción primaria y terciaria, incapaz de proveer trabajo digno y suficiente, a la numerosa y fuertemente creciente población que sin duda tendremos en una a dos décadas en adelante. Ese lucro cesante económico no solo nos priva de las importantes regalías que el Estado Provincial y los municipios vinculados con las hidroeléctricas deberían percibir, sino que nos priva de contar con mucha mejor infraestructura eléctrica y una mucho mayor y superior oferta de energía barata, limpia y abundante, con la cual deberíamos sustentar un portentoso proceso de desarrollo industrial y tecnológico de vastas proporciones; des arrollo muy factible de lograr, pero que algunas mentes muy estrechas y determinadas mediocres concepciones políticas se niegan tan siquiera a considerar. Y precisamente allí pasa la enorme diferencia entre simples y eventuales dirigentes, incluso de buenas gestiones pero que no motorizan grandes transformaciones (aplicable no solo a todo el arco político, sino también a los ámbitos profesionales, gremiales, empresarios, científicos, intelectuales y comunicacionales); y el mucho más amplio rol y visión de futuro de verdaderos estadistas. Los grandes estadistas no tienen temor en ir en contra de la corriente de negativos prejuicios instalados en el imaginario colectivo, o en enfrentar intereses creados, por poderosos que sean. Los estadistas dejan marcadas profundas huellas que definen el progreso y superiores niveles de vida que se sustentan en nuevas y mejores realidades, basadas en poderosas transformaciones estructurales que perduran en el tiempo e incluso crean las condiciones para sustentar el desarrollo en el tiempo. En el concepto precedente están las profundas diferencias entre un simple crecimiento (por más fuerte que coyunturalmente pueda ser), y un sólido proceso de desarrollo socio económico integral. Resulta evidente que las persistentes campañas de tergiversaciones conceptuales del ecoterrorismo lograron no solo “sacar de la agenda” al importantísimo tema de la generación hidroeléctrica, sino que también parecerían haber borrado casi totalmente toda idea de industrialización en gran escala, en la cual alguna vez Misiones pretendió crear las condiciones para su desarrollo. En vez de esos altos objetivos de desarrollo socio económico, el ecologismo fundamentalista instaló una suerte de pasivo conformismo al rol secundario y subdesarrollado, que parece excluir toda posibilidad de desarrollo socio económico en gran escala; el cual es el camino hacia el cual deberían converg er nuestros mayores esfuerzos. Precisamente esa negación irracional a utilizar el cuantioso potencial hidroeléctrico (que en cierto modo se instaló en el imaginario popular, y en los sectores dirigentes que surgen del común de la gente), y la absurda demonización de esa enorme capacidad de generar la limpia y barata energía hidroeléctrica (el petróleo blanco que tiene Misiones), impide sustentar un poderoso desarrollo tecnológico e industrial; y parece estar marcando las diferencias entre un mero crecimiento (verificable claramente en la última década larga) y un poderoso proceso de desarrollo integral, que no nos limite a las producciones y actividades tradicionales, con las cuales no podremos dar trabajo digno y bien remunerado a las numéricamente crecientes nuevas generaciones de nuestra población. Analizando con criterio riguroso y con la profunda visión que debe caracterizar a los grandes estadistas, se puede constatar que en el marco de la economía tradicional, Misiones tiene poco futuro, y de persistirse en esos esquemas, pronto volverá a convertirse en provincia expulsora de nuestra valiosa población, que será obligada a emigrar por falta de trabajo y/o por carecer en nuestro medio de mejores niveles de salarios, los cuales son propios de economías más desarrolladas. No solo al discurso del actual gobernador, sino a casi toda nuestra actual dirigencia, a muchos de nuestros comunicadores sociales y otros sectores con capacidad de representación o inserción popular; parece estar faltándole ese formidable principal pilar para el desarrollo socio económico provincial (nuestro enorme potencial hidroeléctrico), no solo para apuntalar mucho más sólidamente los cuatro pilares de desarrollo tradicional (agro, foresto industria, comercio, turismo), sino también crear un sexto y poderoso pilar adicional de desarrollo, una diversificada actividad industrial; incursionando incluso en rubros de gran efecto multiplicador, como industrias pesadas, químicas, metalmecánicas y otras de similares potencialidades, hoy inexistentes en nuestra provincia. Allí radica la clave para diferenciar un futuro mediocre y conflictivo; de superiores, más sólidos y bien basados estadios de desarrollo socio económico, los cuales también implican mejores niveles ambientales, pues no debe olvidarse que la peor de las contaminaciones es la generada por la miseria extrema, la cual es causada por la mediocridad y el subdesarrollo crónicos. C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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