viernes, 29 de agosto de 2014

LA INVOLUCIÓN ENERGÉTICA DE MISIONES – ANACRONISMO CARO Y CONTAMINANTE DE LAS USINAS DIESEL Después de una larga y compleja lucha por el desarrollo provincial, que nos insumió más de tres largas décadas, en 1990 Misiones logró romper el monopolio de los fortísimos intereses creados, existentes en torno a la generación termoeléctrica; intereses que por medio de distintos tipos de presiones, nos impedían suplantar las costosas y muy limitadas usinas que funcionan devorando enormes cantidades de combustibles fósiles; intereses que nos impedían (impiden) utilizar nuestro enorme potencial hidroeléctrico. En nuestra provincia, al carecer de gasoductos, dependíamos –contra toda lógica- del abastecimiento de combustibles líquidos, los cuales a partir del cierre de la planta de almacenamiento de YPF de Posadas, deben ser transportados por tierra desde San Lorenzo, Santa Fe, en un largo periplo de más de 2.000 kilómetros entre ida y vuelta, pues al transportarse combustibles, debe sumarse el costo del flete falso del equipo vacío, en su viaje de vuelta. Esos fletes seguramente fueron un excelente negocio para la empresa transportista –que creció exponencialmente-, pero era una operatoria ruinosa para las arcas estatales, pues en promedio los fletes encarecían el precio del Diesel Oil, 35 % por sobre el ya costoso precio del combustible al pie de la refinería. Y aunque los usualmente escandalosos y verbalmente violentos militantes del ecoterrorismo se nieguen sistemáticamente tan siquiera a considerarlo, la generación termoeléctrica es muy contaminante. No solo emite gases por efecto de la combustión de cada grupo electrógeno, también utiliza lubricantes y refrigerantes, que con frecuencia terminan derramados en algún vertedero de basura, donde contaminan la tierra y enormes cantidades de agua de lluvia y del subsuelo. La contaminación sónica es otro efecto negativ o de las usinas termoeléctricas; además de los repuestos usados, empapados en combustibles y lubricantes, que por lógica también contaminan. Y por supuesto, los fletes de combustibles son una larga y muy contaminante huella de carbono y otros residuos perniciosos, sin olvidar los muy negativos efectos de la interminable fila de camiones, congestionando el tránsito, agregando peligros y potenciales accidentes a las rutas argentinas y en particular a las de esta provincia. ¿Acaso alguien vio alguna manifestación de los muchos grupúsculos de activistas del ecoterrorismo, en contra de las usinas termoeléctricas, verdaderas devoradoras de combustibles, aunque se las instalen frente a sus narices? ¡No, jamás lo hacen! Sucede que aunque no lo reconozca ningún activista del ecologismo cavernario, sus agendas son dictadas desde el exterior, y marcadas por las transnacionales del ecologismo fundamentalista que operan en nuestro país. Y las ONGs transnacionales, demuestran hacer muy buenas migas con las petroleras transnacionales anglosajonas. Más allá del valioso paliativo que significó la interconexión con la generación hidroeléctrica de Acaray – Paraguay- (cuya magnitud decreció por el lógico aumento del consumo propio del vecino país, y que además estuvo sujeta a los vaivenes de la cotización del dólar), el verdadero quiebre del monopolio termoeléctrico estuvo marcado por la puesta en marcha de la Central Hidroeléctrica Urugua-Í, verdadero hito del desarrollo provincial y obra modelo en su tipo en Sudamérica. Urugua-Í permitió tener las usinas termoeléctricas como reservas frías (o sea paradas, disponibles para emergencias o posteriores crecimientos de la demanda), y sobre todo, cortó el cuantioso derroche de combustibles y negocios asociados (fletes y otros). Posteriormente, la interconexión con Yacyretá (originalmen te negada por el centralismo portuario, perversamente ejercido sobre todo en épocas neoliberales), completó positivamente la matriz eléctrica de Misiones; tanto que nuestra provincia es la única del país en la que el 90 % de la electricidad consumida es hidroeléctrica; siendo que la matriz eléctrica nacional depende en su mayor parte (65 %) de los combustibles fósiles. Lamentablemente, los bajos costos de la generación hidroeléctrica no se reflejan en los precios finales de la electricidad en Misiones, infl uyendo en eso la sobredimensionada estructura de costos de EMSA, y los lógicos mayores costos operativos resultantes de un servicio prestado en una matriz geográfica muy dispersa y con escasos consumos unitarios relevantes. O sea, se cubre toda la provincia (cobertura muy dispersa), y son casi inexistentes los grandes consumos industriales o de otros grandes usuarios, lo cual es característica de la baja industrialización de Misiones, que resta rentabilidad a la prestación del servicio eléctrico. Pero volviendo al tema central que motiva este artículo, ante la incoherente y perversa “demonización” de la generación hidroeléctrica, sistemáticamente realizada por los militantes del ecoterrorismo; por determinados medios de comunicación nada objetivos ni veraces (o que defienden otros intereses encubiertos); y por políticos de muy bajo vuelo y/o de notables carencias de formación; resulta notorio el congelamiento total al cual sometieron a todos los proyectos hidroeléctricos estudiados y otros factibles. Y esos proyectos no son solo las importantes centrales hidroeléctricas binacionales, a construirse con Brasil y Paraguay –que serán importantes factores de consolidación de nuestras integraciones en los marcos del Mercosur y la Unasur -, sino también – lamentablemente-, se han dejado de lado más de media docena de interesantes proyectos de mediana potencia, planificados en ríos interiores de Misiones, y que de haberse construido, habrían fortalecido nuestra matriz eléctrica con múltiples efectos positivos, dando más seguridad al sistema de transmisión y mejorando la calidad del servicio, al mejorar y estabilizar la tensión en lugares hoy muy críticos, por estar muy alejados de las fuentes de generación, lo cual provoca caídas de tensión y otros problemas técnicos, tal como lo han explicado con notable solvencia técnica los ingenieros Soracco y Beltramo, entre otros capacitados profesionales de nuestra provincia. Incluso, esas presas hidroeléctricas en cursos de agua interiores, habrían solucionado los serios problemas de abastecimiento de agua a diversas localidades –absurdamente incoherentes en una provincia riquísima en recursos hídricos-, y eventualmente hubiesen podido suministrar valiosos sistemas de riego, a los agricultores de sus zonas de influencia. A todo ello, se suman los innegables atractivos turísticos que esas obras y sus embalses, inteligentemente manejados, sin duda pasan a constituir. Hay tantos ejemplos positivos en tal sentido, que solo la fanática necedad del ecoterrorismo puede negarlos. Por supuesto no me refiero a las microturbinas, las que por sus minúsculos tamaños nunca “movieron la aguja” y fueron estruendosos fracasos, pues ni siquiera se autofinanciaban (sus bajísimas generaciones no alcanzaban ni para pagar personal de mantenimiento, ni otros exiguos gastos menores). Dado que el variado arco de la dirigencia política de Misiones, parece incapaz de vencer el perverso embretamiento pseudo ecologista en el cual se metió, a consecuencia del mentiroso plebiscito de 1996 y de los accionares de determinados oportunistas de muy bajo vuelo, y de la irresolución de otros, casi nadie parece dispuesto a analizar el tema con la debida seriedad y sólida fundamentación, con lo cual se sigue perdiendo tiempo. Como el consumo eléctrico sigue creciendo, y los problemas de caídas de tensión y otras precariedades técnicas se van agravando, en lugares alejados de las grandes usinas o conexiones básicas con ellas, va siendo necesario implementar de urgencia, diversos “parches”, que individualmente no representan grandes inversiones iniciales, pero a la larga resultan muy costosos, desde lo económico y lo ambiental, así como desde lo social, pues son “soluciones” muy limitadas y condicionadas. En ese contexto, y pese a que hay líneas de financiación promocionales para centrales hidroeléctricas de mediana potencia; como absurdamente la dirigencia de Misiones se sigue negando –mayoritariamente- a implementar esas soluciones energéticas, de muy bajo costo operativo; ante falencias puntuales en el servicio eléctrico, con financiación de La Nación, se montaron hace pocos años dos pequeñas usinas Diesel en Aristóbulo Del Valle y Leandro N. Alem. Pese a ser uno de los focos más virulentos del ecologismo cavernario una de esas localidades, los supuestos “ecologistas” guardaron silencio absoluto, ¿acaso no contaminan mucho los motores Diesel instalados? ¡Es que no son “ecologistas”, son meros opositores al desarrollo socio económico, y por ende son opositores al desarrollo de la hidroelectricidad! Ahora, en este mes de agosto de 2014, el gobernador de Misiones anunció diversas inversiones para EMSA, y entre ellas, las adquisiciones de más equipos Diesel de generación de muy baja potencia unitaria (menos de 1 MW), a instalarse en Bernardo de Irigoyen, San Antonio y otra localidad a determinar. Como ya es usual, los ecoterroristas parecen estar muy complacidos, no molestándoles las múltiples contaminaciones de esos grupos electrógenos Diesel. ¿Ambientalistas…? ¡No! Son simples ecoterroristas que se complacen en el subdesarrollo crónico. Mientras muchas localidades padecen deficiencias en el suministro de agua potable, los sufridos colonos padecen recurrentes sequías (¡en una provincia llena de agua superficial y subterránea!), mientras que el enorme potencial hidroeléctrico se dilapida inútilmente hora a hora…¡nadie parece tomar conciencia de semejante conjunto de absurdos institucionalizados, a partir de las mentiras montadas en torno a la generación hidroeléctrica! Seguro que los ecópatas y otros fanáticos seguirán mintiendo acerca de las falsas “enormes posibilidades” de las energías eólica (en una provincia sin vientos permanentes), y solar (que no funciona de noche, ni en los frecuentes días lluviosos y nublados), como tampoco querrán tozudamente reconocer las intermitencias de esas limitadas tecnologías de generación que dependen de factores aleatorios como el sol y el viento; todo lo cual las hace a eólicas y solares inútiles para operar como centrales de base. Mientras, los transportistas de combustibles, deben estar restregándose las manos, ante la absurda involución de Misiones, que retrocediendo medio siglo, vuelve a depender –parcialmente- de la ineficiente y obsoleta generación Diesel, todo por negarse en base a prejuicios maliciosos, a la limpia y eficiente generación hidroeléctrica. Los interesantes proyectos hidroeléctricos de entre 9 a 90 MW, solventados por la provincia, que alguna vez durmieron en los anaqueles, junto a las muestras de perforaciones, según fuentes confiables, en épocas neoliberales habrían sido literalmente comidos por las ratas, tirados como basura, y tapados por un denso manto de silencio. Además existe el interesante proyecto del Túnel de Urugua-Í, obra que permitirá triplicar la generación media anual de esa hidroeléctrica, elaborado más recientemente, también “ninguneado” y silenciado. Y mientras Corrientes acciona positivamente para maximizar los beneficios regionales de la hidroeléctrica Garabí, en Misiones casi ni se habla del tema, por ignorancia supina, dejadez, o por absurdos “miedos” a los eco terroristas. El desarrollo industrial en gran escala, y el consecuente gran desarrollo socio económico, parecen seguir siendo temas inexistentes por completo, en esta hermosa y aún marginal provincia de Misiones. C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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