viernes, 29 de agosto de 2014

LA INVOLUCIÓN ENERGÉTICA DE MISIONES – ANACRONISMO CARO Y CONTAMINANTE DE LAS USINAS DIESEL Después de una larga y compleja lucha por el desarrollo provincial, que nos insumió más de tres largas décadas, en 1990 Misiones logró romper el monopolio de los fortísimos intereses creados, existentes en torno a la generación termoeléctrica; intereses que por medio de distintos tipos de presiones, nos impedían suplantar las costosas y muy limitadas usinas que funcionan devorando enormes cantidades de combustibles fósiles; intereses que nos impedían (impiden) utilizar nuestro enorme potencial hidroeléctrico. En nuestra provincia, al carecer de gasoductos, dependíamos –contra toda lógica- del abastecimiento de combustibles líquidos, los cuales a partir del cierre de la planta de almacenamiento de YPF de Posadas, deben ser transportados por tierra desde San Lorenzo, Santa Fe, en un largo periplo de más de 2.000 kilómetros entre ida y vuelta, pues al transportarse combustibles, debe sumarse el costo del flete falso del equipo vacío, en su viaje de vuelta. Esos fletes seguramente fueron un excelente negocio para la empresa transportista –que creció exponencialmente-, pero era una operatoria ruinosa para las arcas estatales, pues en promedio los fletes encarecían el precio del Diesel Oil, 35 % por sobre el ya costoso precio del combustible al pie de la refinería. Y aunque los usualmente escandalosos y verbalmente violentos militantes del ecoterrorismo se nieguen sistemáticamente tan siquiera a considerarlo, la generación termoeléctrica es muy contaminante. No solo emite gases por efecto de la combustión de cada grupo electrógeno, también utiliza lubricantes y refrigerantes, que con frecuencia terminan derramados en algún vertedero de basura, donde contaminan la tierra y enormes cantidades de agua de lluvia y del subsuelo. La contaminación sónica es otro efecto negativ o de las usinas termoeléctricas; además de los repuestos usados, empapados en combustibles y lubricantes, que por lógica también contaminan. Y por supuesto, los fletes de combustibles son una larga y muy contaminante huella de carbono y otros residuos perniciosos, sin olvidar los muy negativos efectos de la interminable fila de camiones, congestionando el tránsito, agregando peligros y potenciales accidentes a las rutas argentinas y en particular a las de esta provincia. ¿Acaso alguien vio alguna manifestación de los muchos grupúsculos de activistas del ecoterrorismo, en contra de las usinas termoeléctricas, verdaderas devoradoras de combustibles, aunque se las instalen frente a sus narices? ¡No, jamás lo hacen! Sucede que aunque no lo reconozca ningún activista del ecologismo cavernario, sus agendas son dictadas desde el exterior, y marcadas por las transnacionales del ecologismo fundamentalista que operan en nuestro país. Y las ONGs transnacionales, demuestran hacer muy buenas migas con las petroleras transnacionales anglosajonas. Más allá del valioso paliativo que significó la interconexión con la generación hidroeléctrica de Acaray – Paraguay- (cuya magnitud decreció por el lógico aumento del consumo propio del vecino país, y que además estuvo sujeta a los vaivenes de la cotización del dólar), el verdadero quiebre del monopolio termoeléctrico estuvo marcado por la puesta en marcha de la Central Hidroeléctrica Urugua-Í, verdadero hito del desarrollo provincial y obra modelo en su tipo en Sudamérica. Urugua-Í permitió tener las usinas termoeléctricas como reservas frías (o sea paradas, disponibles para emergencias o posteriores crecimientos de la demanda), y sobre todo, cortó el cuantioso derroche de combustibles y negocios asociados (fletes y otros). Posteriormente, la interconexión con Yacyretá (originalmen te negada por el centralismo portuario, perversamente ejercido sobre todo en épocas neoliberales), completó positivamente la matriz eléctrica de Misiones; tanto que nuestra provincia es la única del país en la que el 90 % de la electricidad consumida es hidroeléctrica; siendo que la matriz eléctrica nacional depende en su mayor parte (65 %) de los combustibles fósiles. Lamentablemente, los bajos costos de la generación hidroeléctrica no se reflejan en los precios finales de la electricidad en Misiones, infl uyendo en eso la sobredimensionada estructura de costos de EMSA, y los lógicos mayores costos operativos resultantes de un servicio prestado en una matriz geográfica muy dispersa y con escasos consumos unitarios relevantes. O sea, se cubre toda la provincia (cobertura muy dispersa), y son casi inexistentes los grandes consumos industriales o de otros grandes usuarios, lo cual es característica de la baja industrialización de Misiones, que resta rentabilidad a la prestación del servicio eléctrico. Pero volviendo al tema central que motiva este artículo, ante la incoherente y perversa “demonización” de la generación hidroeléctrica, sistemáticamente realizada por los militantes del ecoterrorismo; por determinados medios de comunicación nada objetivos ni veraces (o que defienden otros intereses encubiertos); y por políticos de muy bajo vuelo y/o de notables carencias de formación; resulta notorio el congelamiento total al cual sometieron a todos los proyectos hidroeléctricos estudiados y otros factibles. Y esos proyectos no son solo las importantes centrales hidroeléctricas binacionales, a construirse con Brasil y Paraguay –que serán importantes factores de consolidación de nuestras integraciones en los marcos del Mercosur y la Unasur -, sino también – lamentablemente-, se han dejado de lado más de media docena de interesantes proyectos de mediana potencia, planificados en ríos interiores de Misiones, y que de haberse construido, habrían fortalecido nuestra matriz eléctrica con múltiples efectos positivos, dando más seguridad al sistema de transmisión y mejorando la calidad del servicio, al mejorar y estabilizar la tensión en lugares hoy muy críticos, por estar muy alejados de las fuentes de generación, lo cual provoca caídas de tensión y otros problemas técnicos, tal como lo han explicado con notable solvencia técnica los ingenieros Soracco y Beltramo, entre otros capacitados profesionales de nuestra provincia. Incluso, esas presas hidroeléctricas en cursos de agua interiores, habrían solucionado los serios problemas de abastecimiento de agua a diversas localidades –absurdamente incoherentes en una provincia riquísima en recursos hídricos-, y eventualmente hubiesen podido suministrar valiosos sistemas de riego, a los agricultores de sus zonas de influencia. A todo ello, se suman los innegables atractivos turísticos que esas obras y sus embalses, inteligentemente manejados, sin duda pasan a constituir. Hay tantos ejemplos positivos en tal sentido, que solo la fanática necedad del ecoterrorismo puede negarlos. Por supuesto no me refiero a las microturbinas, las que por sus minúsculos tamaños nunca “movieron la aguja” y fueron estruendosos fracasos, pues ni siquiera se autofinanciaban (sus bajísimas generaciones no alcanzaban ni para pagar personal de mantenimiento, ni otros exiguos gastos menores). Dado que el variado arco de la dirigencia política de Misiones, parece incapaz de vencer el perverso embretamiento pseudo ecologista en el cual se metió, a consecuencia del mentiroso plebiscito de 1996 y de los accionares de determinados oportunistas de muy bajo vuelo, y de la irresolución de otros, casi nadie parece dispuesto a analizar el tema con la debida seriedad y sólida fundamentación, con lo cual se sigue perdiendo tiempo. Como el consumo eléctrico sigue creciendo, y los problemas de caídas de tensión y otras precariedades técnicas se van agravando, en lugares alejados de las grandes usinas o conexiones básicas con ellas, va siendo necesario implementar de urgencia, diversos “parches”, que individualmente no representan grandes inversiones iniciales, pero a la larga resultan muy costosos, desde lo económico y lo ambiental, así como desde lo social, pues son “soluciones” muy limitadas y condicionadas. En ese contexto, y pese a que hay líneas de financiación promocionales para centrales hidroeléctricas de mediana potencia; como absurdamente la dirigencia de Misiones se sigue negando –mayoritariamente- a implementar esas soluciones energéticas, de muy bajo costo operativo; ante falencias puntuales en el servicio eléctrico, con financiación de La Nación, se montaron hace pocos años dos pequeñas usinas Diesel en Aristóbulo Del Valle y Leandro N. Alem. Pese a ser uno de los focos más virulentos del ecologismo cavernario una de esas localidades, los supuestos “ecologistas” guardaron silencio absoluto, ¿acaso no contaminan mucho los motores Diesel instalados? ¡Es que no son “ecologistas”, son meros opositores al desarrollo socio económico, y por ende son opositores al desarrollo de la hidroelectricidad! Ahora, en este mes de agosto de 2014, el gobernador de Misiones anunció diversas inversiones para EMSA, y entre ellas, las adquisiciones de más equipos Diesel de generación de muy baja potencia unitaria (menos de 1 MW), a instalarse en Bernardo de Irigoyen, San Antonio y otra localidad a determinar. Como ya es usual, los ecoterroristas parecen estar muy complacidos, no molestándoles las múltiples contaminaciones de esos grupos electrógenos Diesel. ¿Ambientalistas…? ¡No! Son simples ecoterroristas que se complacen en el subdesarrollo crónico. Mientras muchas localidades padecen deficiencias en el suministro de agua potable, los sufridos colonos padecen recurrentes sequías (¡en una provincia llena de agua superficial y subterránea!), mientras que el enorme potencial hidroeléctrico se dilapida inútilmente hora a hora…¡nadie parece tomar conciencia de semejante conjunto de absurdos institucionalizados, a partir de las mentiras montadas en torno a la generación hidroeléctrica! Seguro que los ecópatas y otros fanáticos seguirán mintiendo acerca de las falsas “enormes posibilidades” de las energías eólica (en una provincia sin vientos permanentes), y solar (que no funciona de noche, ni en los frecuentes días lluviosos y nublados), como tampoco querrán tozudamente reconocer las intermitencias de esas limitadas tecnologías de generación que dependen de factores aleatorios como el sol y el viento; todo lo cual las hace a eólicas y solares inútiles para operar como centrales de base. Mientras, los transportistas de combustibles, deben estar restregándose las manos, ante la absurda involución de Misiones, que retrocediendo medio siglo, vuelve a depender –parcialmente- de la ineficiente y obsoleta generación Diesel, todo por negarse en base a prejuicios maliciosos, a la limpia y eficiente generación hidroeléctrica. Los interesantes proyectos hidroeléctricos de entre 9 a 90 MW, solventados por la provincia, que alguna vez durmieron en los anaqueles, junto a las muestras de perforaciones, según fuentes confiables, en épocas neoliberales habrían sido literalmente comidos por las ratas, tirados como basura, y tapados por un denso manto de silencio. Además existe el interesante proyecto del Túnel de Urugua-Í, obra que permitirá triplicar la generación media anual de esa hidroeléctrica, elaborado más recientemente, también “ninguneado” y silenciado. Y mientras Corrientes acciona positivamente para maximizar los beneficios regionales de la hidroeléctrica Garabí, en Misiones casi ni se habla del tema, por ignorancia supina, dejadez, o por absurdos “miedos” a los eco terroristas. El desarrollo industrial en gran escala, y el consecuente gran desarrollo socio económico, parecen seguir siendo temas inexistentes por completo, en esta hermosa y aún marginal provincia de Misiones. C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

viernes, 22 de agosto de 2014

¿POR QUÉ SOLO AMBIENTAL Y FORESTAL? Sin duda dentro de las campañas proselitistas de los posibles precandidatos presidenciales, el bonaerense Daniel Scioli visitó recientemente Misiones. En el marco de una entrevista que se le habría realizado en presencia del gobernador misionero, en Iguazú, Scioli expresó que ambas provincias deben intercambiar experiencias en lo ambiental y lo forestal. Lo que aparentemente nadie se planteó, ni menos aún preguntó o expresó públicamente, es: ¿por qué el intercambio de experiencias y conocimientos solo debe ceñirse a esos dos únicos ítems? (aparentemente ni se consideraron otros). Temas sumamente importantes, de amplio desarrollo en la provincia de Buenos Aires, como el crecimiento y diversificación de las industrias, incluso las de alta tecnología; el notable aumento de las actividades e institutos tecnológicos, aplicables a diversas áreas económicas y sociales; la creación, ampliación y marcada proliferación de exitosos parques industriales; la acentuada diversificación de la matriz productiva; son –entre otros más que podrían citarse-, ítems de marcada importancia estratégica y socio económica, en los cuales Misiones mucho debería aprender de las provincias centrales, principalmente de la de Buenos Aires. Téngase en cuenta que, a título de ejemplo, si Misiones contara con el mismo porcentaje de parques industriales en relación al total nacional, deberíamos tener al menos seis, en plena y exitosa marcha. Ese número sale de una elemental ecuación: el PBG (Producto Bruto Geográfico) de Misiones, es aproximadamente el 2 % (dos por ciento) del PBI argentino; y si en Argentina existen más de 300 parques industriales en funcionamiento pleno, Misiones debería tener por lo menos 6 (seis) parques industriales. La realidad indica que –más allá de algunas enjundiosas iniciativas comunales, que dudosamente calificarían como verdaderos parques industriales (por cuestiones de infraestructura, equipamiento, servicios disponibles, ausencia de leyes específicas de promoción impositiva, de líneas de créditos especiales, e incluso la superficie mínima acorde a tamaña calificación); en concreto solo tenemos un parque industrial en los alrededores de Posadas, el cual aparentemente no termina de arrancar. Por supuesto el intercambio de conocimientos debería haber incluido –de haber sido amplio y en doble sentido, de ida y vuelta-, acerca de como transformar positivamente la matriz económica misionera, desde siempre atada en exceso a la producción primaria, de escaso valor agregado y muy escasamente proveedora de fuentes de trabajo, en la cantidad y calidad que nuestra creciente población misionera necesita. Lamentablemente, tampoco parece haberse tocado el estratégico tema de la imprescindible provisión de crecientes cantidades de energía eléctrica, para sustentar nuestro desarrollo. Parecería que ni el conocido visitante, ni nuestra dirigencia (del amplio abanico político), parecería haber tomado conciencia que en solo dos décadas, el previsible incremento del consumo eléctrico provincial, será equivalente al total de la parte argentina de Garabí más Panambí. Temas de elemental importancia estratégica, que necesitan mentalidades de estadistas para ser abordados y adecuadamente resueltos, que por regla general (aparentemente con muy escasas excepciones), parecen estar “fuera de agenda” para los políticos, comunicadores sociales e incluso intelectuales, de esta muy hermosa pero muy marginal Provincia de Misiones; en la cual pocos parecieran advertir la enorme diferencia entre el crecimiento económico lineal, y el amplio horizonte de un bien implementado proceso a largo plazo de desarrollo socio económico, lo cual implica un muy diferente y mucho más positivo enfoque geopolítico. C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

sábado, 16 de agosto de 2014

BREVÍSIMO RESUMEN DE LA SITUACIÓN DEL MERCADO ELÉCTRICO DE ARGENTINA 1 – Historia reciente. A consecuencia del fuerte sesgo pro termoeléctrico del cuarto de siglo neoliberal (1976-2001), la matriz eléctrica argentina fue llevada a una patológica dependencia de los hidrocarburos, en particular del gas natural. En la matriz energética (que además de la generación eléctrica abarca a otros usos de los combustibles y energéticos), el gas natural y el petróleo forman aproximadamente el 90 % del abastecimiento de la demanda total argentina. En la matriz eléctrica los combustibles fósiles alcanzan un porcentaje del orden del 65 %, en este caso incluyendo una marginal utilización del carbón. Semejante grado de dependencia de los combustibles fósiles es totalmente irracional, y solo puede encontrarse en algunos países grandes exportadores de petróleo y gas (que a la vez no cuentan con recursos hidroeléctricos ni tecnología nuclear), o en países carentes de grandes potencialidades hidros ni acceso a la núcleo electricidad, por lo que deben depender de combustibles importados. En Argentina, esa perversa política energética se materializó y acentuó, en el marco del neoliberalismo, que además fue fuertemente “privatizante” (léase extranjerizante), regalándose prácticamente por monedas el manejo de los recursos estratégicos, como lo son los energéticos. En semejante marco político-económico, Repsol y otras extranjeras, se dedicaron a “ordeñar” (concepto usual en la jerga energética en esos años), los yacimientos de petróleo y gas de YPF, “haciendo caja” lo más rápidamente posible, sin invertir casi nada en exploración, con lo cual provocaron el agotamiento de las reservas de esos hidrocarburos, trabajosamente atesorados en décadas de eficaz acción estatal. Cabe recordar que desde pocos meses antes de ser parcialmente reestatizada, Repsol y las petroleras anglosajonas (Shell y Esso), realizaron de hecho arteras maniobras políticas golpistas, al desabastecer intencionalmente el mercado interno, provocando enormes colas para cargar combustible, en todas las bocas de expendio, buscando sin duda el malhumor y hartazgo de la población. Una de las falsedades institucionalizadas épocas neoliberales era afirmar que “Argentina es un país gasífero”, siendo que en realidad era un país con gas. O sea, con yacimientos suficientes (por entonces) para asegurar el suministro interno, pero no para exportar masiva e irracionalmente, como se hizo, con la voracidad de los “privados” y la complaciente complicidad de las estructuras del poder neoliberal ramificado en nuestro país. Además, se dieron todas las facilidades para instalar numerosas nuevas plantas de generación de electricidad, movidas a gas natural, casi a riesgo cero por los “privados”, mientras las autoridades del momento intentaban anular toda posible competencia a las usinas térmicas. En ese contexto estuvieron los incalificables proyectos de exportar todos los volúmenes de energía de las binaciones hidroeléctricas de Salto Grande y Yacyretá, bajo el falso pretexto de “sobrar energía”. En realidad ese era un negociado a dos puntas: por un lado revender a precios de Brasil (con lucro privado) la barata energía hidroeléctrica de las grandes usinas; y por otro dejar el mercado argentino cautivo de la crecientemente costosa energía termoeléctrica…mientras que “para la tribuna” los ecoterroristas pregonaban las supuestas “grandes soluciones” de las energías eólica, solar y similares, en realidad un engaño a escala masiva, funcional a los mandatos del lobby termoeléctrico. Mientras, en un acto calificable de traición a la patria, en el alfonsinato Se paralizó de cuajo al Sector Nuclear, como paso previo a su planificada desaparición, intentada afortunadamente sin éxito en el menemato y el delarruato. Eso ocasionó frenar por más de dos décadas la construcción de la Central Nuclear Atucha II, impedir la construcción de dos más planificadas, y congelar el Proyecto CAREM, primera central nuclear de tecnología totalmente nacional, además de congelar las vacantes y desfinanciar adrede y alevosamente a esta importantísima actividad tecnológica. Además del incalificable daño estratégico que ocasionó paralizar casi totalmente el desarrollo nuclear argentino, el lucro cesante por la económica energía nuclear no generada en esos años, resultó cuantioso, a lo cual cabe agregar las desastrosas consecuencias financieras de incrementar las importaciones de gas y petróleo (que habrían sido ahorrados por esas centrales nucleares), y los daños de las emanaciones de las termoeléctricas (que hubieran sido evitados, con las mucho más limpias nucleares), tema este último siempre omitido (“curiosamente”) por los ecoterroristas. Por otra parte, las “privadas” (en varios casos estatales extranjeras), incumplieron los planes de inversiones contractuales y/o promocionados cuando se fogoneaban las “bondades” de las privatizaciones. Tal cosa sucedió con la casi total falta de extensión de gasoductos para el consumo interno (enfocándose todo en los 10 gasoductos para exportación, obviándose el casi 50 % de los consumidores internos no conectados a ese servicio); en la no construcción de nuevas refinerías; en la casi total ausencia de inversiones en las redes troncales de transporte de electricidad; y por parte del Estado –ya achicado y casi sin funcionalidad operativa, acorde a los dictados tiránicos del Consenso de Washington-, una carencia casi absoluta de inversiones en hidroelectricidad, incluyendo la parálisis en las inversiones de Yacyretá, hecho que ocasionó enormes volúmenes de lucro cesante y otros daños, por impedir generar a plena potencia durante largos años. Se consideró innecesario e incluso negativo planificar, aduciendo que “el mercado todo lo soluciona”, lo cual es una de las mayores mentiras del neoliberalismo. En ese marco, se afirmó que “sobra energía eléctrica”, siendo que en un marco de profunda recesión, la capacidad instalada permitía contar con poco más que la reserva operativa imprescindible. En 2002 afirmé que en 2006 se produciría una crisis por falta de Potencia Instalada. Fui “ninguneado” por los “gurúes energéticos” del establishment…pero la verdad lamentablemente me dio la razón. Los manejos sesgados o directos desmanejos del Sector Energético en el cuarto de siglo neoliberal (1976-2001), fueron conducentes a causar la tremenda crisis terminal socio-político-económica a la que nos llevaron en 2001-2002, cuyo objetivo estratégico por parte de los centros de poder del G 7, eran provocar el desguace definitivo de Argentina en media docena de dóciles republiquetas, fácilmente manipulables y de imposible renacimiento como una Potencia Emergente, tal como –afortunadamente- está siendo resultado de la aplicación del neokeynesianismo con medidas económicas heterodoxas, no sujetas a falaces dogmas del liberalismo. Y los tecnócratas que impulsaron esas medidas de tan nefastos resultados, se transmutaron hoy en críticos acerbos y supuestamente impolutos…¡como sin no tuvieran ninguna responsabilidad en los desmadres anteriores! 2 – Situación actual. Las fuertes incorporaciones de Potencia Instalada (usinas nuevas y repotenciaciones), y las considerables inversiones en líneas de alta, media y baja tensión, concretadas en los últimos años (sobre todo desde 2006), fueron permitiendo cubrir los constantes crecimientos de la demanda, prácticamente sin cortes significativos como los acaecidos en décadas pasadas (por ejemplo la gravísima crisis padecida a fines del gobierno de Alfonsín), con excepción de algunos incidentes acaecidos por falta de inversiones suficientes por parte de empresas distribuidoras, en líneas de distribución en Capital Federal y Gran Buenos Aires, y otros hechos similares en algunas provincias, como uno focalizado pero muy grave en el nordeste correntino. Los intercambios de energía que se hacen regularmente con Brasil, Uruguay, y en menor medida Paraguay, obran como reaseguro adicional, siendo seguro que en 2015 o 2016 Bolivia también esté en condiciones de vendernos Potencia y Energía Eléctrica, mediante inversiones termoeléctricas en curso de ejecución. Los datos expuestos seguidamente son los operados por CAMMESA en el SADI (Sistema Argentino de Interconexión), haciéndose la salvedad que no incluyen Potencia y Energía operados directamente en varios sistemas provinciales, como por ejemplo la Central Hidroeléctrica Urugua-Í, y suministros de energía de ANDE (Paraguay), en ambos casos en Misiones. Potencia Instalada (junio 2014) 31.427,10 MW Demanda Máxima de Potencia 24.034 MW Demanda Máxima Diaria de Energía 396,1 GWh Reserva técnica del sistema: Existen varios criterios – Máquina o usina de mayor potencia – entre el 20% y el 30 % de la Potencia Instalada nominal. De acuerdo a ello, en teoría, la reserva técnica actual es suficiente, pero anualmente requiere ser aumentada. Potencia adicional en instalación en 2014: aproximadamente 3.000 MW. Tasa anual de crecimiento de la demanda: entre el 3 % y el 6 % a.a. (con criterio conservador). Incremento anual mínimo necesario de Potencia Instalada: 1.500 MW., incrementable en progresión geométrica. En 10 años, el incremento mínimo anual deberá ser del orden de 2.330 MW. En 20 años, por año como mínimo será necesario agregar 4.540 MW de Potencia Instalada. 3 - Alternativas reales de incrementos de Potencia Instalada (usinas nuevas). Las usinas de base de todo sistema eléctrico, solo pueden ser de tres tipos básicos de tecnologías: termoeléctricas, hidroeléctricas, nucleares. Dado que a la fecha solo existe una hidroeléctrica en construcción (Punta Negra, en San Juan, de 62,2 MW y 296,4 GWH/a de media de generación), y tres próximas a comenzar (Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, en Santa Cruz; Chihuido I en Neuquén); más el prototipo de la central nuclear CAREM, puede asegurarse que serán mínimos o casi nulos los aportes de hidroeléctricas y nucleares, que podrán incorporarse efectivamente en los próximos cinco años. Las renovables complementarias, son solo eso: complementos. No son aptas para operar como base del sistema eléctrico, por ser discontínuas; no confiables por depender de fuentes no controlables (sol, viento, otros); muy caras por KWh; y con serios problemas técnicos si se las conecta directamente a la red, sin soporte de centrales convencionales, pues provocarían variaciones abruptas de voltaje, de defectos en línea llamados armónicas, y otros problemas insolubles. Por esos motivos, que son indiscutibles, este tipo de centrales solo podría cubrir hasta un 20 % de la demanda, o más coherentemente, entre 10 % a 15 %. No es un tema menor que los subsidios que demanda son muy onerosos, y tampoco son inocuas al medio ambiente, pues provocan contaminaciones encubiertas. Las presiones de los entes ultra ecologistas transnacionales y sus ramificaciones “argentinas”, conducentes a montar una matriz eléctrica basada excluyentemente en eólicas, solares y similares, no solo es un absurdo total sin sustento técnico, sino que de concretarse, conduciría a un caos absoluto del servicio, por las limitaciones y problemas técnicos insanables, que provocaría. En el “corto plazo energético” de una década, si no surgen nuevos inconvenientes, Argentina puede contar con dos centrales nucleares más (posiblemente una con apoyo técnico-financiero de China, y otra de Rusia, con una potencia total de aproximadamente 1.500 MW. También podría estar operativa o en una fase avanzada de construcción, la 1º central CAREM (nuclear modular), de 150 MW. En el mismo plazo, deberían estar operativas las centrales hidroeléctricas siguientes: Néstor Kirchner y Jorge Cepernic (ex Cóndor Cliff y La Barrancosa) 1.740 MW Añá Cuá (50 % de Argentina) 276 MW 138 MW Garabí más Panambí (50 % de Argentina) 2.200 MW 1.100 MW Corpus (50 % de Argentina) 2.800 MW 1.400 MW Chihuido I 637 MW Total de hidros (computando solo las proporciones argentinas) 5.015 MW A las precedentes pueden sumarse algunas centrales hidros de menores potencias. Los adicionales de Potencia Instalada firme (de base preferentemente) en una década se estiman en el orden de 19.800 MW. De ese total, 1.650 MW serán nucleares (de no surgir retrasos), y 5.015 MW hidroeléctricos (siempre como opción óptima, sin retrasos). En ese supuesto, las centrales termoeléctricas deberán cubrir la mayor parte de los 13.135 MW adicionales, estimándose –con criterios lógicos- que solo una mínima fracción será de renovables complementarias (eólicas y solares), lo que se explicita seguidamente. Potencia adicional estimada total en una década. 19.800 MW Aportes nucleares nuevos 1.650 MW Aportes hidroeléctricos nuevos 5.015 MW - 6.665 MW A cubrir con termoeléctricas y renovables complementarias 13.135 MW Es decir que en el escenario óptimo de maximización de inversiones hidros y nucleares técnicamente posible en una década, casi 2/3 de la Potencia Instalada adicional serán termoeléctricos. No es lo ideal, es lo real. Ello implicará quemar enormes volúmenes adicionales de gas natural. Por eso, el rápido autoabastecimiento de gas y petróleo, posiblemente en su mayoría de yacimientos no convencionales, es una necesidad imperiosa, afortunadamente en marcha. Para el largo plazo, como objetivos estratégicamente imprescindibles, debe continuar la expansión del Plan Nuclear, con más usinas operativas; así como más centrales hidroeléctricas. Los estudios de Agua y Energía Eléctrica –algunos hoy morigerados por exagerados condicionamientos ambientales-, más otros proyectos provinciales, suman casi 24.000 MW, es decir casi quintuplicando el parque hidro actual. Por su parte, el conocido especialista Gustavo Malinow afirma que se puede triplicar la Potencia Instalada Hidroeléctrica actual, seguramente de acuerdo a pautas más conservadoras, pero totalmente respetables desde lo técnico. Tal en breve síntesis, una esquema real del panorama eléctrico argentino, cuyo detalle in extenso sería enciclopédico y un trabajo breve pero más completo requeriría al menos docientas fojas. C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ Especialista en Energía Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

sábado, 9 de agosto de 2014

LOS RACISTAS INVERSOS

El contradictorio Sarmiento –que aconsejaba “no ahorrar sangre de gauchos, que para lo único que sirve es para abonar la tierra” (así de directo y brutal)-, también avalaba la teoría de la “superioridad” anglosajona y nórdica. Alberdi explícitamente exponía la supuestamente innata “superioridad” de anglosajones respecto a criollos, mestizos y mulatos que conformaban la mayoría de la población argentina previa a las oleadas inmigratorias europeas. Ambos fueron los más conocidos “intelectuales europeístas” que fueron funcionales a la explícita subordinación a Gran Bretaña, que instauraron por largas décadas las minorías llenas de poder político y económico, que lucraron con nuestra dependencia, a costa del propio desarrollo nacional, condenándonos al secundario papel de dócil granja proveedora de la estructura industrial británica. Medio siglo largo después, el entonces Vicepresidente “Julito” Roca, a la firma del infame Pacto Roca Runciman –en 1935- se ufanaría de calificar a Argentina como “la diadema más preciosa en la corona de Su Graciosa Majestad”. Constantes fueron las tareas de zapa, para subordinarnos mentalmente mediante la sistemática colonización cultural, comenzada desde antes de los albores de nuestra patria, cuando nuestra intelectualidad de entonces, asimilaba sin digerir adecuadamente, los por entonces nuevos pensamientos europeos de fines del siglo XVIII. Largo de enunciar el conjunto de ideas fuerza de autodenigración, instalando la falacia de una supuesta congénita inferioridad racial del crio llo, del hispano y del indígena (bases mayoritarias de nuestra población, hasta la masiva inmigración europea que desde la sexta década del siglo XIX perduró hasta mediados del siglo XX), impuestas con fuerzas de dogmas a partir del derrocamiento de Rosas (1852) y sobre todo desde la instauración del régimen oligárquico-liberal subordinado explícita y gustosamente a los dictados de Gran Bretaña, a partir del mitrismo (1862). Por supuesto que bienvenida toda la diversidad inmigrante que se asimiló bien a nuestro país, pues ya sus hijos se consideraron plenamente argentinos, poblando y trabajando las enormes extensiones continentales de nuestro territorio nacional. Pero no por ampliase la paleta genotípica de nuestra variada población, cesaron las disolventes acciones de inculcación sistemática de pensamientos de autodegración, con ideas perversas como presuponer la “incapacidad” o “genética inferioridad” del argentino, para las ciencias duras, para el desarrollo industrial, para la navegación de ultramar, entre otras barbaridades conceptuales, repetidas por sectores pseudo intelectuales (los que Jauretche llamó “la intelligentzia”), machacadas por los “grandes diarios” (todos pro oligárquicos), e instaladas en las cátedras universitarias como verdades asumidas. Las élites económicas, que conformaron básicamente los grandes terratenientes de la Pampa Húmeda (con propiedades enormes acumuladas al amparo de los manejos de los resortes del poder, por parte del régimen mitrista y sus continuadores), más los sectores portuarios vinculados a los negocios de importaciones, algunas oligarquías provinciales que se enquistaron en regímenes anacrónicamente feudales, los sectores financieros y el capital extranjero que manejaba los resortes estratégicos de nuestra economía; por cierto todos ellos se sentían muy cómodos con la vigencia y profundización de la colonización cultural, que a costa de hipotecar el futuro nacional, aseguraba la preeminencia social, política y económica de esas castas de privilegios, en un entorno de fuertes desigualdades sociales y económicas. El radicalismo yrigoyenista alcanzó a cuestionar fuertemente esas anquilosadas estructuras del poder, con sus soportes de dependencia cultural; estructuras que volvieron a monopolizar el poder en la década infame (1930-1943, según la certera definición del luchador que fue el escritor José Luis Torres, precursor de Jauretche). El peronismo, continuador y profundizador histórico del accionar de Yrigoyen, cambiaría fuertemente las ecuaciones del poder, dando lugar y otorgando capacidades políticas y reconocimientos a los sectores postergados, en un fenómeno de transformaciones que dio lugar a nuevos conceptos de claros tintes sociológicos, como “los cabecitas negras”, “los descamisados”, “los grasitas”; y sus contracaras o dudosamente definidos, “los tilingos”, “los guarangos” “el medio pelo”, “lo garcas”, y después “los gorilas”; entre otras definiciones que forman parte del lunfardo argentino, sobre todo en su versión rioplatense. Todo ello conformó un fuerte revulsivo a las anquilosadas estructuras del poder, que utilizaron como una de sus herramientas cierto relativamente sutil racismo de subordinación explícita a “lo nórdico”, “lo anglosajón”, estructuras del poder tradicional que en lo cultural seguían (y en muchos casos siguen) atadas a cerradas pautas dieciochescas de eurocentrismo a ultranza. Con las Fuerzas Armadas cooptadas ideológicamente por las pautas impartidas por la Escuela de las Américas e instituciones similares, desde 1955 en adelante, las bayonetas operaron como herramientas del mismo núcleo de poder oligárquico y antinacional, cuyo foco visible puede situarse en la estructura de la Sociedad Rural Argentina; pero ya con poderes compartidos con varios sectores, como las filiales de la Banca transnacional, entre otros. Después se generarían las condiciones para la guerra civil “encubierta”, sugerida por el historiador canadiense-británico Harry S. Ferns, como precondición necesaria para desindustrializar y “redomesticar” a Argentina; guerra civil de la cual serían actores principales la guerrilla irracional –en sus variadas expresiones-, y las propias Fuerzas Armadas, desmadradas de su necesario encuadre civil y constitucional. Notable es que ambos sectores que pasarían a ser actores de esa dolorosa etapa de la historia argentina reciente, fueron alentados e incluso pertrechados, por los mismos poderes anglosajones. Para esto cito los valiosos antecedentes valientemente expuestos por el Dr. Julio Carlos González, y su discípulo y colaborador, el salteño Dr. Javier Cornejo Solá, entre otros. Pese a todos los embates, el tejido social y cultural argentino se mantuvo unido en una clara conformación nacional, siendo uno de los factores esenciales que permitió superar la gravísima crisis terminal de 2001-2002, inducida por los personeros del neoliberalismo apátrida y sus necesarios cómplices internos. Pero las metodologías de ataques que buscan dividir y sembrar odios irreconciliables y racismos absurdos, en una población que naturalmente no los tiene, van variando y tomando nuevas formas o tácticas diferentes. Sin ser las únicas acciones que pueden constatarse, cabe señalar un par de actores principales. Por una parte, los mensajes subliminales o brutalmente directos (según los casos), instalados y repetidos por la televisión “nacional” (léase portuaria centralista capitalina); en algunos casos con sutiles sátiras o degradaciones o exclusiones, a los amplios sectores de nuestra población que no “califica” en los estereotipos nórdico-europeos. Por caso, es casi imposible localizar alguna locutora, conductora de programa o periodista, que no encuadre en la tipología “rubia, preferentemente de ojos claros” (así sea una blonda teñida y/o con anteojos de contacto cromáticos). En otro esquema de acciones, mucho más cáusticas y agresivas, están las muchas ONGs ultra indigenistas, las principales o más activas de ellas transnacionales, no por casualidad orientadas y/o financiadas desde el G 7, y en particular Gran Bretaña, con el ejemplo paradigmático de la ONG Mapuche Nation, con sede…en Bristol (en “La Rubia Albión”). Esas ONGs, con rebuscadas argumentaciones y sinuosas interpretaciones históricas tergiversadas según las conveniencias de sus intérpretes ultra indigenistas, predican, fomentan y posiblemente financian un activo racismo inverso, según el cual “los originarios” “deben” odiar al resto de “los invasores” blancos, y muy particularmente a todo lo que tenga algún atisbo cultural hispano. Eso lo están fomentando en muchos o todos los países íbero americanos, claramente como una de las más peligrosas acciones tendientes a nuestra balcanización en múltiples mini Estados, que serían fácilmente manipulables desde los centros del Poder Mundial, previa instalación de odios absurd os e irreconciliables. Cuentan para ello con las huestes de “odiadores seriales” que “dan letra”, como el relator historicista Osvaldo Bayer, y sus múltiples y entusiastas discípulos sociólogos, antropólogos, periodistas y otros diplomados de humanidades, filosofía y similares; apoyados por otros muy sui generis interpretadores históricos anarquistas, marxistas, liberales a ultranza y otros varios, de los cuadros que si viviera Jauretche seguramente llamaría “la neo intelligentzia”. Por supuesto dejan de lado evaluar que mientras que el anglosajón exterminó sistemáticamente a los pueblos pre existentes (como sucedió en EEUU y Canadá), el español se mezcló amplia y profusamente, dando origen a las mayorías de las poblaciones íbero americanas. En Argentina en particular, la movilidad social y la notable inexistencia de odiosos racismos, hacen que nuestra población sea una saludable mezcla de muy diversos orígenes. Desde ya que el concepto de “originario” es una falacia, pues nadie es originario de América. Y seguramente un análisis de ADN mostraría notables mezclas en los orígenes de casi toda nuestra población, mucha de la cual posiblemente desconozca realmente que parte de los mismos tienen componentes de afro descendientes y/o de poblaciones nativas prexistentes; pese a que en muchos casos predominan genotipos europeos, a consecuencia de las masivas inmigraciones promovidas activamente por casi un siglo. El ultra indigenismo promueve un pernicioso pensamiento de “racismo inverso”, de odios irracionales a “los blancos”, como paso previo para las nuevas tácticas de la vieja estrategia del “divide y vencerás”, tantas veces impuesta por los Centros del Poder Mundial. ¡Anteponiendo a ello, bienvenidas sean la diversidad y la integración vigente en nuestra población, sin prejuicios raciales! C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ Investigador de Temas Económicos y Geopolíticos

martes, 5 de agosto de 2014

EL DOBLE ESTÁNDAR DE LOS ECOTERRORISTAS – A PROPÓSITO DE LOS CASOS DE CÓRDOBA, FORMOSA Y MISIONES En Córdoba sucedió una tragedia de proporciones considerables, que incluso pudo ser mucho mayor, al estallar una cañería de gas que abastece a una central termoeléctrica de generación de electricidad. Esta tragedia se suma a muchas otras, provocadas en distintos puntos del mundo, por la extrema inflamabilidad de los combustibles fósiles, sobre todo derivados del petróleo o del gas natural. Curiosamente (o no tanto, si se analizan detenidamente las “motivaciones”), todo el usualmente muy ruidoso y revulsivo arco del ecologismo fundamentalista, guardó un absoluto y muy cómplice silencio. Y en el caso de Córdoba es más notable, pues el siniestro ocurrió prácticamente en las narices de los verbalmente muy violentos activistas de FUNAM, ente permanentemente vinculado a acciones virulentas de ecoterrorismo, (siempre operando “en contra de” todo lo que pueda significar desarrollo socio económico) y no por casualidad, actuando como una extensión “argentina” de la británica Greenpeace. ¿Por qué guardan los activistas del ecoterrorismo ese cómplice silencio, siendo precisamente quienes promueven en los hechos una mayor dependencia de los combustibles fósiles, de la ya muy distorsionada y patológica matriz energética argentina, excesivamente dependiente del gas natural y del petróleo? ¿Acaso ignoran los fundamentalistas de la ecología (con libretos dictados por las transnacionales del ecologismo ultra), que al atacar a las usinas nucleares e hidroeléctricas, están automáticamente favoreciendo el crecimiento desmesurado del parque de generación termoeléctrico –el que quema por hora siderales volúmenes de gas natural y petróleo-? ¿Pueden con honestidad intelectual, pasar por alto, que las usinas termoeléctricas están entre las principales causas de la contaminación a escala global? Estimaciones serias, responsabilizan a las usinas termoeléctricas del 40 % de las emisiones mundiales de gases contaminantes diversos, pero ese “detallecito” los ecoterroristas lo soslayan sistemáticamente. Tampoco parece importar al ecoterrorismo, que la energía termoeléctrica es sensiblemente más costosa (no solo menos segura desde lo accidentológico), y mucho más contaminante, que las generaciones nuclear e hidro, que tan sistemática y mendazmente combaten esos grupos de activistas. Pero claro está, que muchas voces se alzaron, y existen indicios de fuertes evidencias, acerca de las vinculaciones de las grandes ONGs transnacionales y los poderosos intereses vinculados a las transnacionales petroleras anglosajonas; así como la notable generosidad con la cual algunos sectores de la mega Banca transnacional (como los Rockefeller, los Rotschild y similares), subvencionan a y crean ONGs y Fundaciones, que operan promoviendo el “pensamiento energéticamente correcto”. Y ese “pensamiento”, no solo ataca ferozmente, con mentiras, verdades a medias y exageraciones burdas, a las usinas hidros y nucleares; también promueven a ultranza las “renovables alternativas”, principalmente las muy costosas (por KWh) y poco eficientes solares y eólicas, siendo ese un “negocito” aparte. En efecto, las solares y eólicas, están atadas a elevados e irracionales subsidios, sin los cuales no pueden operar. Obligar a los Estados a implementar planes de costosísimos subsidios, para “soluciones ambientales” de generación que resultan falsas, es en si mismo un fuerte motivante, detrás del cual acciona el ecoterrorismo, con las complicidades de quienes buscan vender al como sea esas costosas y falaces “grandes soluciones limpias” para generar energía eléctrica; generación que resulta siendo muy escasa, y de muy mala calidad, por sus intermitencias y otros insalvables problemas técnicos, cuando se pretende darles el rol de Centrales de Base, en lugar de sus limitadas capacidades como complementos marginales de cualquier sistema eléctrico. Pero además –y he aquí el interés de esos banqueros asociados a las petroleras transnacionales anglosajonas-, las instalaciones de solares y eólicas, implican las necesarias instalaciones de más Usinas de Base para estabilizar el suministro eléctrico. Como las Centrales de Base solo son de tres tecnologías – térmica, nuclear e hidro-, y los ecoterroristas atacan a dos de esas tecnologías, están de hecho favoreciendo a la tercera de ellas, ¡es decir a la termogeneración, con lo cual están promoviendo mayores consumos de gas natural y de petróleo…!, precisamente lo más contaminante, promocionado por los supuestos “ecologistas”. Entonces se entiende porque el accionar “asociado” de los vendedores y promotores de eólicas y solares, del ecoterrorismo militante, y de los poderosos lobbies vinculados a la termogeneración (fabricantes e importadores de usinas, petroleras transnacionales, y otros negocios asociados). La cuarta pata de la ecuación, la conforman sectores político-económicos neoliberales y oportunistas varios de la politiquería de bajo vuelo. En ese contexto, cobra lógica y se comprenden los porqués de los notables silencios cuando se trata de los problemas y peligros concretos de la termogeneración (como en el caso de Córdoba); y consecuentemente los motivos de las feroces y engañosas campañas del ecoterrorismo y sus compañeros de ruta; en los casos de Formosa (atacando al Plan Nuclear Argentino), y de Misiones (intentando frenar al como sea los importantes y muy necesarios proyectos hidroeléctricos binacionales). Por supuesto, detrás del accionar del ultraecologismo transnacional, y de sus marionetas y mercenarios locales, están también los poderosos intereses de las Potencias del G 7, que por todos los medios nos quieren volver a sumergir en el subdesarrollo crónico, para eliminarnos del selecto grupo de los E 12, los Doce Emergentes Principales del contexto mundial. Sin duda esos poderosos intereses, y sus subordinados locales, añoran los “buenos tiempos” en los que Argentina era la dócil granja que proveía materias primas baratas, obedientemente, como parte -en los hechos- integrante del hoy alicaído pero siempre peligroso imperio británico. C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ Diplomado en Geopolítica Experto en Energía Analista de Temas Económicos y Geopolíticos