miércoles, 9 de julio de 2025

 

                                        TRISTÍSIMO 9 DE JULIO
   Magna fecha la que se conmemora hoy, para todos los argentinos que amamos sincera y profundamente a nuestra patria.

También con toda sinceridad, en toda mi larga vida (por la que agradezco mucho a Dios) no recuerdo otro 9 de julio tan patéticamente triste, tan lúgubre, y tan lleno de desastrosos hechos negativos, perpetrados además con perversa intencionalidad, que como adicional muestran la evidente y descarada intencionalidad del dudosamente equilibrado presidente y sus secuaces, de
consumar en el breve plazo, la disolución nacional.

   Si bien era muy pequeño como para evaluar aquel contexto histórico, creo que la tristeza, bronca y desesperanza que con nítida claridad se siente hoy, es incluso mucho mayor, que lo provocado por el muy oligárquico y apátrida golpe de Estado de 1955 -con claras influencias británicas-, aun aquel con sus terribles
secuelas de fusilamientos, torturas, persecuciones brutales, y sus odios de la peor caterva, que hasta penalizaron el lenguaje, al prohibir expresar el nombre y todo lo relacionado con el líder Nacional y Popular, depuesto por la fuerza.

Evidenciando la extrema crueldad de sus actos, que con verborrágica
confesión expresó con toda claridad, las masivas destrucciones de diversos entes nacionales de suma importancia estratégica, social y económica (como Vialidad Nacional, INTI, INTA, y varios más), fueron perpetradas en las vísperas de la magna fecha de la Independencia Nacional; lo cual bien puede entenderse como la brutal reafirmación del destino de desguace total al cual pretenden llevarnos los apátridas libertarios y sus socios/subordinados que operan como secuaces o incluso mercenarios al tanto por cuanto, de la propia política, de los medios concentrados y de los otros Poderes Nacionales; para los cuales el imaginario popular ya los definió como los Kueider de la vida, en alusión al tránsfuga ex legislador, que emigró del peronismo al libertarismo, y que como milagro
similar al del pastor evangélico chaqueño, se encontró repentinamente con un grueso fajo de dólares, que no supo precisar como ni porqué, cuando fue requisado por las fuerzas de seguridad de la hermana República del Paraguay.

   Hace ya un año y medio largo, que el demasiado paciente pueblo argentino, soporta la destrucción sistemática de la economía nacional (con acentuado industricidio y tecnicidio -esto último por los perversos ataques a los prestigiosos entes tecnológicos argentinos-); con las crecientes pobreza y miseria acentuada;
con la perversa aporofobia, que evidencia enfermiza crueldad contra los muchos compatriotas llevados a la penosa situación de calle; por la injustificada negativa 
a dar el destino correcto a las muchas toneladas de alimentos, frazadas y seguramente otros elementos de primera necesidad, que caprichosamente no se hicieron llegar a comedores comunitarios y otros sitios de caridad; por el desprecio y claro desdén de los compatriotas a los que condenaron a muerte al
negarles los costosos tratamientos oncológicos y de otras patologías, que antes el Estado inclusivo suministraba con claros principios humanistas, que los libertarios y neoliberales desprecian; y por otras acciones de evidente crueldad.
   Largos meses en los que por puros caprichos ideológicos sin ninguna base lógica que los pueda sostener, paralizó por completo no solo las obras públicas, incluso las que tenían financiaciones muy favorables (como la cuarta central nuclear, y las dos grandes hidroeléctricas patagónicas); sino que también en una medida de acentuada irracionalidad paralizó por completo todas las tareas de
mantenimiento de las infraestructuras de caminos, electroductos, centrales eléctricas y otras, siendo eso causal directa de numerosos accidentes, varios de ellos con irreparables daños de vidas humanas tronchadas por tanta desidia y maldad. Además ataca al personal sanitario, buscando desguazar hospitales; y acciona para desfinanciar la educación pública, con especial saña contra las
Universidades Nacionales.

   Año y medio en el que por puro capricho se paralizaron obras para ampliar las capacidades operativas del Gasoducto Néstor Kirchner (por fobia antiperonista redenominado Perito Moreno), lo cual provocó el faltante del vital insumo en vastas zonas del país, en el crudo invierno que estamos soportando.

   Período en el cual el presidente y su séquito fueron pródigos en viajes al exterior, de cuyos seguramente elevados costos y dudosos motivos lógicos nunca rindió cuentas, mientras que como contrapartida negó toda asistencia a las poblaciones afectadas por catástrofes naturalespero en cambio trascendió que aseguró coberturas sociales y asistencias financieras a migrantes israelíes que
quieran asentarse en territorio argentino. Generosidad para extranjeros y desprecio para compatriotas que necesitan ayuda, solidaridad y empatía.

   Evidenciando desapego total a los símbolos patrios, no se ve al presidente luciendo la escarapela ni abrazando la bandera, como tampoco concurriendo a actos como el tradicional en el Monumento a la Bandera, ni en el de la Independencia, en Tucumán, en este 9 de Julio, con banales y nada creíbles excusas para justificar sus ausencias; mientras viajó para las fotitos con líderes y capitostes extranjeros de gran poder financiero empresario.
En sus frecuentes desbocados discursos llenos de insultos, palabrotas soeces y odios mal digeridos, se lo escuchó insultar al Papa Francisco, para luego
con dudosa unción visitarlo y comulgar, y después concurrir con mucha prensa al Muro de Los Lamentos, para recientemente ocupar el púlpito en un templo evangélico mezclando groseramente un sitial presuntamente espiritual para dar rienda suelta a sus aberraciones conceptuales, como las denostaciones al Estado al cual él dirige y representa.

   Afortunadamente, más allá de las complicidades implícitas del pastor de los milagros financieros de convertir pesos en dólares, además de oportunas y certeras críticas de varios sacerdotes católicos (con muy poca difusión, lamentablemente), hubo una clara desaprobación de tres importantes entes de la pastoral evangélica, expresando que más que el autoasumido rol de Moisés, Milei se asemeja al Faraón, por su explícita crueldad.

   Desastrosa es la gestión gubernativa, con los manipulados índices de nada creíble baja inflación, mientras el endeudamiento externo crece en forma alevosa e impagable, y ahora, agotadas las fuentes externas por el exceso de deudas, se aprontan a malvender valiosos patrimonios estatales, con lo cual seguramente algunos beneficiarios pagarán mucho menos que lo que valen, mientras Caputo y compañía siguen desguazando impúdicamente a Argentina.

   Con eso buscan mantener el nocivo retraso cambiario, para intentar engañar al pueblo con la falsa estabilidad de precios que es lo único que pueden argumentar como supuestamente positivo dentro de la hecatombe socio económica general que día a día profundizan.

   En lo referente a la soberanía, la arrastrada sumisión que el gobierno demuestra ante el Bloque Atlantista, y en particular respecto a EEUU, el Reino Unido e Israel, nos reduce al vergonzoso rol de meros apéndices dóciles de los intereses geopolíticos de esos Estados, llevándonos incluso a tomar partido en conflictos que no son nuestros, como el del polvorín del Medio Oriente (pisoteando nuestro tradicional rol en favor de la paz honrosa para todos), y en
la guerra de la OTAN contra Rusia, librada en suelo del martirizado pueblo ucraniano.

   Desde lo geopolítico, es inadmisible la pretendida incorporación a la OTAN (si es que ya no la perpetró sin difundirla), pues ese ente del poder bélico del Atlantismo, apoya las usurpaciones territoriales del Reino Unido, e incluso amenaza nuestra soberanía en Tierra Del Fuego, la Patagonia, y nuestros fundamentados derechos en la Antártida Argentina.
Claramente, por temor al repudio popular, y ahora el vacío que le iban a hacer los gobernadores, el presidente y su séquito, omiten concurrir a actos en los que siempre primó el sincero patriotismo, cualidad que evidencian no solo desconocer, sino también despreciar.
                                    MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

                        Analista de Temas Económicos y Geopolíticos