sábado, 22 de mayo de 2021

 ENERGÍA - EL NECESARIO ROL DEL ESTADO PARA EL DESARROLLO
En el siglo XIX dependíamos del carbón británico, mientras se afirmaba que en Argentina no hay carbón. Después se descubrió que hay carbón.
Después, pasamos a ser importadores netos de petróleo, y la muletilla era la misma, afirmándose que “en Argentina no hay petróleo”.
Eran épocas de liberalismo doctrinario descarnado y de sumisión total a los dictados británicos. El Estado era raquítico, carente por completo de visión de grandeza nacional y de sensibilidad social. La oligarquía se negaba a industrializarnos, y lo impedía, en sintonía con los mandatos doctrinarios liberales y británicos.
Tan fuertes eran las presiones de las petroleras anglosajonas, que para encontrar petróleo en Comodoro Rivadavia, se debió pretextar que se perforaba buscando agua. Eso fue en 1907. Pero prácticamente todo el manejo de la importación, producción, procesamiento y comercialización del petróleo y sus derivados, siguió siendo feudo excluyente de las petroleras extranjeras, hasta que en 1922 se creó YPF, la primera petrolera estatal del mundo, y modelo de todas las otras petroleras estatales que se fueron creando sucesivamente.
Y como para desmentir falsedades recurrentes de los voceros del liberalismo (doctrina antinacional por definición), no solo los países económicamente periféricos o los “no capitalistas” crearon sus propias empresas petrolíferas y gasíferas nacionales. También lo hicieron los industrializados, los del “núcleo duro” del poder mundial, como Francia con ELF, Italia con el ENI, y varios más. Eso por no citar a los gigantes energéticos de la Unión Soviética, que fueron un factor clave en el resurgimiento ruso de la actual Era Putin, al ser reestatizados, luego del destructivo neoliberalismo del período de la perestroika…pero esto ya es otra historia. ¡Y los dogmáticos malintencionados seguro “denunciarán” que defender un Estado fuerte equivale a “comunismo”!, lo cual es una no inocente mentira.
Después de los ocho años de creación y desarrollo de YPF, en 1930 sobrevino la nefasta “década infame”, que significó 13 años de reestablecimiento del poder británico –ya compartido con EEUU- manejando todos los hilos de la economía y la política nacional; y con ello la carta blanca a las petroleras anglosajonas para imponer precios leoninos y para entorpecer la producción nacional de petróleo, mientras el gas se desperdiciaba.
Ese estado de desquicio generalizado de predominio absoluto del poder feudal de la oligarquía campera, subordinada a los británicos y ya por entonces al creciente poder económico de Estados Unidos, fue interrumpido por el golpe militar de 1943, el único de todo el siglo que tuvo claro perfil nacional.
Si bien Perón ya influía fuertemente desde 1943, fue desde 1946 cuando se crearon y aplicaron fuertes medidas económicas de clara raigambre nacional, lo cual también sucedió en lo energético.
No solo se buscó desarrollar a YPF, sino a la vez se implementaron diversas iniciativas, conducentes a potenciar el desarrollo energético y tecnológico nacional.
Se crearon entes señeros del área energética, como Agua Y Energía Eléctrica, Gas Del Estado y la Comisión Nacional de Energía Atómica. Fueron logros notables, de enorme valor estratégico. Pero como los oligarcas camperos y los dogmáticos liberales solo conciben en vetusto país – estancia como fuimos en el siglo XIX, operaron constantemente para degradarlos o hacerlos desaparecer.
Agua y Energía Eléctrica tuvo múltiples actividades. Se encaró el aforamiento (medición de caudales) de prácticamente todos los ríos del país, con lo que se recolectó valiosísima información, que luego fue crucial para planificar y ejecutar diversas obras hidroeléctricas. Además, planificó y en varios casos concretó diversas obras hídricas de provisión de agua, y en algunos casos de generación hidroeléctrica.
En el apogeo destructivo neoliberal, perpetrado durante el menemato, se disolvió Agua Y Energía Eléctrica, sin cuidado alguno de poner a buen resguardo sus muy valiosos archivos. Todo un delito de lesa patria, de los muchos que hubo durante el nefasto noventismo.
Gas Del Estado fue el ente nacional encargado del manejo estratégico de gas natural, habiéndose concretado el primer gran gasoducto Comodoro Rivadavia – Buenos Aires, en tiempo record y a costo total menor al presupuestado, durante la primera presidencia de Perón. Tan exitoso fue el accionar de este ente, que fue el modelo para Gaz De France, de la Francia de posguerra, bajo la concepción estatista de De Gaulle, empeñado en la reconstrucción socioeconómica sin subordinarse al enorme poder financiero yanqui.
Gas Del Estado fue desguazada y malvendida, durante la orgía privatista neoliberal de los ’90.
La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) es un ente esencial que apuntaló el desarrollo tecnológico nacional en tecnologías de avanzada, no solo en el área nuclear. Junto con el INVAP, ente rionegrino nacido con la fuerte apoyatura tecnológica de la CNEA, ha sido esencial para el enorme desarrollo que Argentina concretó en varias estratégicas áreas tecnológicas; en particular la nuclear, de la cual nuestro país es sin duda uno de los referentes mundiales de sólido prestigio.
Pocos conocen que Argentina exporta radioisótopos radioactivos de usos medicinales, aplicados en oncología y otros tratamientos. Y además exportó varios reactores de baja potencia, utilizados para investigación y para producir insumos, como los radioisótopos. Eso tiene un enorme efecto multiplicador positivo, pero los poderes mediáticos concentrados lo ocultan, y el Sector Nuclear parece carecer de las necesarias políticas activas de divulgación de sus logros.
La CNEA fue agredida con un congelamiento total de todos los proyectos y de la plantilla de personal, durante largos 22 años, desde el comienzo del alfonsinato (por iniciativa del personero de los intereses termoeléctricos, Jorge Lapeña), hasta el fuerte relanzamiento del Plan Nuclear, en 2006.
Incluso durante el noventismo, hubo intentos de privatizarlo, por iniciativa de la nefasta dupla Cavallo – Bastos.
Resurgió como el Ave Fénix, entre 2006 y 2015, con notables concreciones positivas, para volver a ser frenado su desarrollo y cancelados sus planes, en los muy negativos cuatro años del neoliberalismo recargado del macrismo.
Ahora hay evidencias de volver al desarrollo, con la muy posible concreción de la Cuarta Central y con otras iniciativas positivas, como recomponer la Planta Industrial de Agua Pesada, que estuvo a punto de ser desguazada, un par de años atrás.
El desarrollo de la explotación carbonífera estuvo inicialmente bajo la órbita de YPF, como una división especializada.
Una de las primeras medidas del gobierno desarrollista de Frondizi fue la creación de Yacimientos Carboníferos Fiscales, en 1958, como ente separado de YPF. Fue privatizado durante el menemato, y frenada su producción.
Transformada en Yacimientos Carboníferos Río Turbio, fue intervenida durante el gobierno de Duhalde, en 2002.
La empresa tuvo fuerte impulso en los doce años del período kirchnerista, incluso invirtiéndose en el montaje de una central carbonífera de 240 MW, instalada prácticamente al pie de la boca de la mina.
Volvió a ser frenado su desarrollo y paralizada la terminación de la central carbonífera, durante el neoliberalismo macrista.
Actualmente se está trabajando para recomponer la actividad.
Yacimientos Petroliferos Argentinos, continuamente agredida por interventores de mentalidad privatista, en sucesivos gobiernos liberales, fue endeudada y vaciada durante el período militar del “proceso”, para ser extranjerizada –por un monto muy reducido- en el período ultra privatista de Menem.
Se reestatizó el 51 %, en una operación de gran significación estratégica, en 2012. En los cuatro años de neoliberalismo macrista, se volvió a operar para achicarla, endeudarla y forzar las condiciones para volver a extranjerizarla.
Con el cambio de políticas en 2019, se volvió a fortalecer el rol de YPF, si bien se plantearon dudas respecto a algunas figuras de perfil liberal en algún cargo clave; y recientemente el especialista Bruno Capra (del IESO – Instituto de Energía Scalabrini Ortiz) manifestó su preocupación ante posibles ventas de yacimientos en La Patagonia, que implicarían un achicamiento encubierto de YPF.
Sin olvidar el plan petrolífero de Frondizi, con la impronta de Frigerio, que logró por primera vez el autoabastecimiento, cabe mencionar que el fuerte impulso dado a las grandes obras hidroeléctricas, se dio en los años de Onganía, durante el gobierno militar de 1966 – 1973, que tuvo aristas liberales pero también fuertes componentes nacionales, esto último en buena parte con las activas participaciones del General Guglialmelli y el economista Aldo Ferrer.
En ese período se fundó Hidronor S.A., Hidroeléctrica Norpatagónica, que planificó y concretó las construcciones del conjunto de grandes hidroeléctricas ubicadas en el Comahue, en el noroeste patagónico.
Hidronor S.A. se disolvió en los años ’90, y absurdamente se concesionaron todas esas grandes hidroeléctricas, en varios casos a consorcios extranjeros. Literalmente, se les paga por subir o bajar las palancas de conexión, pues son obras en muy buen estado y casi sin gastos de mantenimiento. Esas concesiones vencen en 2022, y es un imperativo que vuelvan a pleno control del Estado.
La metodología para volver inviables a todas las empresas y entes estatales, fue de una simpleza y contundencia maliciosamente perversa, consumada por la dupla Videla – Martínez De Hoz.
Ese operativo consistió en obligar a todas las empresas y entes estatales, a asumir cuantiosas deudas externas en divisas, siendo transferidos esos fondos al Tesoro Nacional, para financiar las deficitarias y desastrosas medidas económicas de achicamiento neoliberal, impuestas por Martínez De Hoz, con la cobertura brutal de las bayonetas de los milicos liberales.
De esa forma, todas las empresas y entes estatales, pasaron a ser deficitarios, lo cual dio falaces argumentos a los voceros y mercenarios mediáticos del neoliberalismo, para despotricar contra todo lo estatal.
La Política no se comprende desvinculada de la Economía, todo lo cual a su vez requiere la visión abarcativa de la Geopolítica.
El neoliberalismo, y su versión recargada libertaria, buscan hacer inviables a los Estados Nacionales, para forzar la globalización salvaje, alentado todo eso por las Potencias Atlantistas.
Todas las potencias “tradicionales”, y las nuevas potencias emergentes, lograron su ascenso y consolidación, en base a poseer Estados fuertes consustanciados con sólidos principios de defensa de los Intereses Nacionales.
Lo explicaron y fundamentaron, economistas de gran relieve, como Ha Joong Chang, nuestro Aldo Ferrer, y varios más; así como en forma más elíptica Stiglitz, Krugman, Piketty y otros, no por casualidad poco o nada mencionados por los medios concentrados y sus mercenarios asalariados.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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