miércoles, 16 de marzo de 2016

LA GEOPOLÍTICA DE LA DEPENDENCIA
PATÉTICAS DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA
Para los sectores de la oligarquía campera argentina, sus asociados y compañeros de ruta, la patria es un concepto meramente declamativo, o incluso incómodo que debe ser borrado o reducido a su mínima expresión, para dar preeminencia completa y excluyente a “los mercados”, la “libre empresa” y “el libre comercio”, fetiches usuales de los que declaman liberalismo económico extremo…pero a los que no les hace asco ni prurito alguno recurrir al Estado para solicitar “ayudas financieras” (que no devuelven) o prebendas de todo tipo.
Como para esos sectores de poder excluyente, la patria no existe ni importa, la soberanía es un concepto molesto que prefieren obviar, y consecuentemente carecen de toda noción de Geopolítica con Sentido Nacional.
Desde siempre, ese sector oligárquico mega terrateniente, con sus necesarios soportes de intelectuales encandilados por ideas librecambistas y sutiles teorías de la dependencia inculcadas desde Europa Occidental y EEUU, y muchas veces respaldados por sectores militares cooptados por engañosas teorías de soberanía meramente declamativa pero de sumisión total efectiva; han practicado de hecho la antigeopolítica argentina, sintiéndose complacidos con el rol de subordinados explícitos y dóciles de la potencia de turno…siempre que no les toquen sus intereses sectoriales.
Por caso, en la década infame, el Pacto Roca – Runciman (1935) nos humilló en el rol de colonia económica de Gran Bretaña, explícitamente aceptado exultantemente por la oligarquía “reinante”…fraude mediante. Pero esa misma gente (sus herederos), asumieron posturas “patrióticas” en épocas del proceso, cuando transgrediendo políticas yanquis de bloqueo económico a la URSS, concretaron redituables operaciones de exportaciones de carnes…presumiendo “soberanía en las decisiones”, precisamente personajes tan subordinados a los centros “occidentales” de poder, como Videla, Martínez de Hoz y otros. ¡Patriotismo de bolsillo, que le dicen; y que debe haber contado con un guiño de aprobación por parte del Departamento de Estado de EEUU, y del bloque europeo occidental!
Un correcto planteo geopolítico argentino, debe basarse en varios aspectos troncales, de tipo político-estructural; así como en ejes de acciones básicas tendientes a crear y consolidar condiciones de efectiva soberanía.
Los aspectos troncales son:
- Consolidación de gran bloque regional, habida cuenta que el siglo XXI no deja margen de acción para los Estados Nacionales, pues estamos en la era de los grandes bloques de poder, sean uniestatales (Rusia, China, India, EEUU) o bloques multiestatales; en nuestro caso estructurado sobre la base de los organismos regionales ya creados: Mercosur, Unasur, Celac.
- Realización de acuerdos estratégicos, sobre bases dignas y soberanas, de mutuo respeto, y beneficiosos para todos los actores involucrados, con otros bloques de poder, tanto los de primer nivel económico – político (casos de China y Rusia, sin descartar otros), como con otros Estados y bloques de poder, incluyendo otras Potencias Emergentes, como diversas del G 77.
- Preservar la política de no intervención y de neutralidad en conflictos que no nos atañen, como los que afectan a algunos puntos de África y al Medio Oriente. Esa neutralidad fue transgredida en el menemato neoliberal, al enviarse naves de guerra a apoyar la primera invasión a Iraq. Ese negativo precedente no debe repetirse.
- Todo lo dicho, sin descuidar el propio proceso de desarrollo socio económico, y la al menos suficiente capacidad de autodefensa, sin las cuales toda expresión de soberanía es letra muerta.
Ejes de acciones básicas.
- Fuertes inversiones en el sector tecnológico, con especial énfasis en tecnologías de punta. Junto con la instrucción pública, es el tipo de inversión más rentable en el mediano plazo. El Estado debe ser el eje rector.
- Políticas activas de desarrollo industrial, y consecuentemente, de protección del mercado interno.
- Evitar todos los acuerdos de “libre comercio” con otras regiones, pues son reales instrumentos de sometimiento y de desindustrialización activos, al operar como eliminaciones de toda protección interna al accionar de los grandes factores de poder económico –financiero transnacional, y de los grandes bloques regionales que les sirven de bases principales operativas (EEUU-UE-Japón-y asociados).
- Políticas activas de desarrollo agro ganadero en todo el territorio, acorde a las características de cada provincia/región; evitándose las distorsiones productivas y de poder fáctico, que son consecuencia del concepto ilimitado de propiedad, y de su derivada directa que es el mega poder oligárquico – feudal, que sistemáticamente se opone al desarrollo social, industrial y geográficamente equilibrado de la República Argentina.
- Políticas activas de desarrollo minero, que prioricen la transformación e industrialización local, evitándose ser meros exportadores de materias primas.
- Manejo estatal de sectores de gran importancia estratégica, como el comercio exterior, los hidrocarburos y la energía, el transporte aéreo y los ferrocarriles, etc.
- Incrementar fuertemente las inversiones en infraestructura educativa, sanitaria, de comunicaciones en general, y otras áreas de importancia estratégica.
- Favorecer el crecimiento cualitativo y cuantitativo de la población, que es el eje central de la soberanía y el desarrollo. Dentro de ello, mejorar la muy mala distribución geográfica de nuestra población.
- Desendeudar al país, evitándose los condicionamientos que son consecuencia del endeudamiento, tal como lo demuestra la Historia Argentina y de los países hermanos de la región.
La clara antítesis de todas esas premisas y acciones, es lo que está siendo ejecutado (perpetrado) por el actual gobierno ultra liberal de Argentina; que demuestra estar decidido a llevarnos de bruces a un anacrónico sistema feudal dieciochesco, con pinceladas de “moderno” sistema financiero adosado /subordinado a los centros de poder de las potencias tradicionales (las del G 7 y sus socios menores). Los costos sociales ya son enormes, y de persistirse, podrán tener insospechados niveles de pobreza, indigencia y exclusión. En lo político, se acentúa el severo riesgo de disolución, fragmentación en varias republiquetas, y pérdida total de soberanía (como por poco pudo ocurrir en 2001/2002).
A consecuencia de ese preocupante panorama, el accionar de política exterior de Argentina, en estos tres meses de nuevo gobierno, adolecen de un preocupante doble rasero. Una vergonzosa sumisión genuflexa frente a las potencias tradicionales (Gran Bretaña, la Unión Europea, EEUU, y los Poderes Financieros Transnacionales); y una absurda, altanera (por momentos estúpida) postura y acciones, respecto a los Organismos Regionales –nuestros bloques-, y a las dos mega potencias con las cuales tenemos vigentes muy importantes acuerdos estratégicos.
Dentro de esas acciones absurdas, está la decisión de paralizar o demorar injustificadamente obras de infraestructura de gran importancia estratégica, que cuentan con soportes tecnológicos y financiaciones blandas de China y de Rusia (tres nucleares y tres hidroeléctricas: la brutal incoherencia de sugerir “acuerdos secretos” con China por las dos grandes hidroeléctricas patagónicas, lo que fue contestado rápida y muy directamente por el embajador chino; y ahora la insólita decisión de hundir un pesquero chino, siendo que es de suponer que pudo ser interceptado, traído a puerto y debidamente multado. Claro que la “dureza” ante China, puede sumar puntos ante Obama, al menos para la mediocre conducción geopolítica actual.
Tema simple de comprender, pero complejo para analizar, pues no hay forma que sea “neutro”. Los silencios de varios analistas de renombre, son estruendosos.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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