martes, 10 de junio de 2014

ARGENTINA AL BRICS – FACTORES GEOPOLÍTICOS QUE SUSTENTAN LA INCORPORACIÓN.
No es casual que Argentina integre el G 20, como tampoco es casual que haya sido invitada a la próxima reunión del BRICS, a celebrarse en Brasil.
Más allá de los eternos agoreros del fracaso y del desánimo, por lo general mercenarios a destajo operados por el establishment que pretende mantenernos atados al subdesarrollo, y en lo geopolítico a un rol subordinado a “occidente”; lo concreto es que existen poderosos motivos que avalan más que suficientemente dicha invitación a participar, la cual muy posiblemente sea el paso previo a la integración formal a ese selecto grupo de naciones emergentes.
Hace algunos años acuñé el concepto de “Los E 12”, los doce emergentes que integran el G 20 (Grupo de los 20). Y Argentina es uno de ellos.
Es cierto que existen otros países cuyos PBIs son mayores que el nuestro, pero ese no es el único factor a considerar, pues por caso, el PBI argentino supera al de Sudáfrica en aproximadamente 20 %. Claramente, nuestro PBI es sensiblemente mayor que el del último socio incorporado al BRICS.
Claro está, que Sudáfrica pasó a ser “la pata africana” del selecto club de los grandes emergentes, y tiene otros méritos geopolíticos propios, que avalaron su inclusión junto al destacadísimo cuarteto original.
Brasil, Rusia, India y China, “están en las ligas mayores” de la geopolítica  mundial, pues se ubican en el pelotón de las 10 mayores economías del mundo, entre otros factores muy relevantes.
Sudáfrica está en el puesto 29º de la clasificación por magnitudes económicas de las economías nacionales. Y Argentina ocupa el puesto 26º, nada despreciable por cierto, en el contexto de casi 200 naciones. (*)
Con la incorporación de Argentina, los países de habla hispana tendrán su representante en el bloque de los Grandes Emergentes. Y si bien las economías de España y de México tienen volúmenes mucho más grandes que la de Argentina, existen consideraciones geopolíticas insoslayables, para comprender debidamente el rol que Argentina puede asumir dentro del relevante bloque, que hoy es el BRICS.
España está fuertemente ligada (subordinada) a la Unión Europea, careciendo de hecho de autonomía en aspectos claves, como la economía, las posturas geopolíticas y consecuentemente, en las decisiones estratégicas. Incluso apoyó con tropas las aventuras agresivamente invasivas de la “Troika Neocolonialista” (EEUU, Gran Bretaña, Francia) en varios países; y está fuertemente aquejada por una gravísima recesión vinculada a la imposición de las conocidamente perversas “recetas” neoliberales. Su economía está manejada por banqueros, obedientes a las órdenes del Banco Central Europeo y el FMI. Todo eso es totalmente incompatible con las firmes posturas geopolíticas y económicas del BRIC original.
México por su parte, integra el NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), por lo que su economía está subordinada totalmente a la poderosa economía norteamericana. Aplica políticas económicas neoliberales, y su cerrado alineamiento con EEUU, hace dudosamente compatible a ese país con el BRICS.
Descartando a España y México, Argentina pasa a ser la principal economía de habla hispana (el español es ya la segunda lengua más hablada del mundo, hablada en tres continentes y con influencias culturales en cuatro); y es innegable la fuerte y fraternal influencia que nuestro país ejerce en los restantes países hispano americanos, además de los roles importantes que ejerce en los tres organismos multilaterales regionales, que en los últimos años tuvieron acciones relevantes en la esfera regional (Mercosur, Unasur, Celac).
Otro factor primordial es la activa participación de Argentina en el ámbito diplomático mundial, en la última década larga; con otras acciones paralelas relevantes, como en la última visita presidencial a Francia, en la cual hubo un certero comentario acerca del doble estándar de las potencias “occidentales” comparando el caso de Crimea con el de Malvinas.
Sin entrar en innecesarias confrontaciones con el bloque conformado por el G 7 más el resto de la UE (Unión Europea), Argentina desarrolló interesantes acciones diplomáticas y económicas con las grandes potencias del BRICS, siendo además activa nuestra participación en otros foros mundiales, como los que aglutinan a los países antes llamados subdesarrollados.
Por otra parte, no tenemos cuestiones irritativas ni puntos de fricción, en lo geopolítico, con el BRICS; siendo que sí los tenemos y muy serios con el bloque de poder “occidental” (G 7 más UE). Más aún, de los BRICS, del bloque Íbero Americano y Caribeño, y de prácticamente todo el amplio abanico de naciones subdesarrolladas, recibimos fuertes y constantes apoyos por el conflicto por los archipiélagos australes y el Mar Adyacente a los mismos. Respecto a la Antártida, la soberbia postura británica tiene el apoyo de los mencionados G 7 y UE; mientras que de los otros países y las potencias del BRICS, podemos cosechar valiosos apoyos. Todo eso no solo avala el acercamiento nuestro al BRICS, sino que también suma a favor de nuestra integración a ese selecto y crecientemente influyente bloque de poder.
Las enormes potencialidades de la economía argentina, importante productor a nivel mundial en varios rubros de alimentos, con alto valor estratégico, más la enorme riqueza yaciente en hidrocarburos no convencionales, la masiva producción muy eficiente de biocombustibles, sumado a la posesión de gigantescos yacimientos de litio; las grandes reservas de agua dulce (otro bien estratégico); un más que respetable desarrollo industrial, con algunos rubros en los que somos fuertes exportadores mundiales (como máquinas e implementos agrícolas, además de variados alimentos procesados), más otros con volúmenes interesantes (como la automotriz), y con niveles de calidad competitivos (como la naval, entre muchos otros); los notables avances en tecnología de diversas áreas, en las que descollan  la tecnología nuclear y la satelital; el claro crecimiento de las matrículas universitarias sumadas a los fuertes impulsos a las ciencias duras, son factores también sumamente positivos, que en su conjunto permiten avizorar un futuro de potente crecimiento y sostenido desarrollo.
Lo precedente se potencia en función del extenso territorio continental (el 8º del mundo), al que se suma similar superficie de nuestra “pampa azul” en el mar y la  proyección antártica (continente en el que tenemos amplia experiencia y dilatada trayectoria de ocupación efectiva); con una población relativamente reducida pero con buen promedio de capacitación y dentro de dicha población, altos porcentajes de profesionales universitarios, comparados con nuestros pares de Íbero América. Por otra parte nuestra población tiene fuertes ligazones culturales (todos nos sentimos y pensamos  con identidad nacional propia), y afortunadamente por regla general no existen problemas de tipo racial, a lo que se agrega positivamente la movilidad social generalmente ascendente.
Nuestro país exhibe una década de fuerte crecimiento económico y de desarrollo socio económico sostenido, a lo que se agrega positivamente el marcado desendeudamiento externo, conformando un cuadro macro económico muy favorable, con uno de los menores indicadores de endeudamiento del mundo.
Otro de los factores estratégicos de primer orden, es considerar que nuestro país es la ligazón natural y parte central, de la gran y muy privilegiada región de Sudamérica, que posiblemente en muy pocos años alcanzará el rol primordial de principal productora y exportadora de alimentos del mundo. Esa región está conformada por nuestra zona pampeana más su prolongación en Entre Ríos y Corrientes, y la gran región chaqueña; y sus continuidades en Bolivia, Paraguay, el sur de Brasil y todo Uruguay. A ello se agregan otras producciones alimentarias de las restantes regiones del extenso territorio argentino y de nuestro extenso mar. Tomando los conceptos visionarios del Experto en Geopolítica Jorge Luis Rodríguez Zía (vertidos cuatro décadas atrás), nuestras naciones tienen el enorme privilegio de poder llegar a ser la gran fuente de alimentos, para un mundo cada vez más necesitado de ellos;  a lo cual se agregan por supuesto las otras múltiples capacidades humanas, potencialidades mineras, industriales, tecnológicas e incluso culturales de Argentina y de su entorno.
Si bien existirán obstáculos a superar (seguramente externos a los países directamente involucrados, y de los sectores minoritarios y retrógrados de Argentina); nuestra incorporación efectiva al BRICS, será beneficiosa para cohesionar y complementar a ese importante Bloque de Poder; fortaleciendo significativamente las capacidades de negociación de nuestro país, y por extensión, de los países hermanos de Íbero América y El Caribe.

(*) Datos del Banco Mundial, del año 2012.

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

No hay comentarios:

Publicar un comentario