viernes, 6 de septiembre de 2013


Paraguay, la central nuclear y los fundamentalistas

Muy llamativo por lo no fundamentados, resultaron los planteos de tono fuertemente alarmistas, rayanos con lo apocalíptico, que emanados de altos funcionarios nacionales del Paraguay, tuvieron amplia difusión a ambos lados de la frontera, abundando en descalificaciones y/o en insólitas afirmaciones tremendistas, respecto al proyecto de instalar una Central Nuclear tipo CAREM en las cercanías de la ciudad de Formosa.

 

Si bien puede ser comprensible que posiblemente la hermana república carezca de científicos sólidamente formados en la Tecnología Nuclear, es de práctica elemental de todo político responsable consultar alternativamente varias fuentes de datos, teniendo especial cuidado que las mismas sean de irrefutables quilates científicos y técnicos, cuidándose también de comparar y tamizar las conclusiones, evaluándose por ende las trayectorias y basamentos técnicos y científicos de aquellos a quienes pueda consultarse, o a las fuentes de datos utilizadas al efecto.

 

Por otra parte, el simple machacar de determinados comunicadores sociales y/o medios periodísticos masivos, no debería ser el fiel que incline la balanza de las opiniones de encumbrados funcionarios con delicadas responsabilidades políticas, pues es elemental saber que en los amplios andariveles de la comunicación existe de toda clase de opinantes: algunos pocos serios y bien formados, otros que simplemente surfean sobre las noticias en boga sin profundizar nada, también los hay irresponsables en grado sumo, y por supuesto existen vulgares mercenarios y operadores al tanto por cuanto…hay de todo en la viña del señor.

 

Lamentablemente en Paraguay montaron unas jornadas de divulgación –según indicaron los medios periodísticos-, en las cuales la única o principal referencia “científica” ha sido la opinión de un conocido activista del ecologismo fundamentalista, vinculado a la transnacional británica Greenpeace, la cual es bien sabido que en Argentina e Íbero América, opina y actúa como usina del ecoterrorismo, fijando su agenda de acción atacando sistemáticamente a determinadas actividades y sectores que tienen importancia estratégica para el  desarrollo nacional. El mencionado activista, que formó otra ONG que opera en los hechos como extensión de la transnacional británica, habría sido recibido en Asunción como “palabra autorizada”, no obstante que su formación de biólogo no lo faculta para opinar con propiedad ni bases profesionales sobre el Sector Energético, y menos aún del específico caso de la Energía Nuclear; ni tampoco se habría considerado el perfil fundamentalista, muy afín al terrorismo ecolátrico, que muestra el accionar del activista convocado.

 

 Si los funcionarios paraguayos que utilizaron las apocalípticas y dudosamente bien basadas opiniones del activista del ecologismo ultra, hubiesen tenido primero la necesaria precaución de escuchar otras voces autorizadas, les hubiese sido muy fácil convocar a especialistas –de reconocida solvencia y seriedad profesional- de la Comisión Nacional de Energía Atómica de Argentina, y a su contraparte brasileña del CNEN, e incluso pedir opinión autorizada a la AIEA, ente mundial de reconocida solvencia científica.

 

 De esa forma se hubiesen podido enterar que la Central CAREM que se instalará en Formosa, es de muy baja potencia, de un diseño extremadamente seguro, dotado de varios sistemas redundantes y automáticos que le confieren altísimos niveles de seguridad operativa, con una estructura blindada a prueba de fugas, y con un funcionamiento automatizado que inhibe las posibilidades de muy poco probables errores humanos.

 

 Los escandalizados funcionarios paraguayos, deberían haber considerado que todo el Sector Nuclear Argentino opera con elevadísimos estándares de seguridad, que Argentina es uno de los líderes mundiales en el uso pacífico de la energía nuclear, seguramente ni evaluaron que Formosa no está en una región sísmica, y al prestar oídos a descabelladas comparaciones con Fukushima (¿tsunamis en Formosa?), con Chernobyl (grandes reactores de diseño soviético sin redundantes sistemas de seguridad), o aceptando sin más el nada inocente alarmismo del terrorismo mediático del ultra ecologismo, simplemente se hicieron eco de posturas disparatadas, totalmente disociadas de la mesura, fundamentación y coherencia que deberían primar en el delicado ejercicio de la Función Pública. Esperemos que reflexionen y rectifiquen.

 

Por supuesto se descarta que hayan incluido en semejantes errores, como fruto de una acción de presiones políticas internacionales de muy baja estofa, de indigna concepción, que solo son funcionales a los aviesos intereses que buscan crear motivos de fricciones absurdas, en relaciones que para el bien común superior de nuestra región, deben cuidarse de mantenerse en un plano de excelencia.

 

Vale la salvedad, que de este lado de la frontera también suelen cometerse errores o groserías políticas incompatibles con actitudes y roles de estadistas, que deberían ser la norma de acción constante.

 

Por citar tan solo un par de ejemplos, el deplorable accionar de la administración Busti, en Entre Ríos, que luego de poner trabas a la instalación de las pasteras en suelo argentino, se montó en el absurdo conflicto con el hermano pueblo uruguayo, todo bajo el fogoneo artero de Greenpeace y otros activistas del ecologismo cavernario, rematando ello con la sanción de una incoherente ley antirrepresas…pese a que usufructúan los beneficios de Salto Grande. O el insólito caso de Corrientes, donde reconocieron que la reciente creciente del Paraná los tomó de sorpresa…¡porque ocurrió un fin de semana! ¿No tenían un servicio de guardia permanente, más aun siendo público y notorio que la creciente se desplazaba aguas abajo desde el Alto Paraná?

 

En todos lados suelen se cocinan habas…¡pero es tan bochornosamente negativo…!

  

Nuestros pueblos, nuestras patrias y la Patria Grande (en formación en el Mercosur y la Unasur), necesitan dirigencias a la altura de las circunstancias; no meros ejecutores de politiquerías mediocres cargadas de grandilocuencia y negatividades disfrazadas de patrioterismo o provincialismos obtusos.

 

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

Investigador de temas económicos y geopolíticos

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