DE IMPLÍCITOS ADHERENTES A CÓMPLICES DE LA DESTRUCCIÓN Y EL SAQUEO DE LA PATRIA –
A PROPÓSITO DE UN MILITAR EN ACTIVIDAD EN EL GABINETE LIBERTARIO.
No es ningún secreto, que la abrumadora mayoría de los uniformados, apoya -con entusiasmo y fervor dignos de mejor causa-, al actual gobierno libertario y a sus cómplices varios. Ese apoyo es implícito, si bien en los muchos comentarios en las redes, es muy explícito. Tanto como carente de toda lógica.
Esa postura, alineada irracionalmente con liberales, neoliberales y libertarios (ideologías claramente opuestas a toda Doctrina Nacional) no deja de ser un grosero oxímoron, un contrasentido que muestra en forma contundente el desconocimiento en grado muy profundo, de los uniformados argentinos, en temas esenciales de Economía, Historia y Geopolítica, pues se dicen e incluso declaman a viva voz el supuesto patriotismo, mientras en los hechos, demostrando ignorancia total y cerrazón mental en grados superlativos, apoyan a gobiernos y sectores políticos que por definición y con contundentes evidencias históricas y actuales, desprecian la soberanía nacional.
Es una elementalidad geopolítica, entender que la soberanía concreta y efectiva, se basa en poderosos pilares industriales y tecnológicos, así como en el buen nivel económico, cultural -con basamentos académicos- y sanitario de nuestra población.
Como valor esencial de soberanía, se debe tener una postura geopolítica digna y soberana, en las antípodas de “alineamiento” vergonzosamente subordinado a las imposiciones del “patrón del barrio”, que nos considera parte dócil de su patio trasero; y a los intereses siempre usurarios y extorsivos, del gran sector financiero transnacional, que claramente busca estancarnos en el subdesarrollo crónico
Todos esos valores esenciales, los desprecian y atacan, los personeros del liberalismo decimonónico, y sus continuadores ideológicos, neoliberales y libertarios; que son y actúan como claros y muy evidentes operadores de la antipatria, la cual desprecia abiertamente la soberanía, y con ello se mofan, de hecho, de la importancia estratégica de poseer y desarrollar poderosos y muy sólidos sectores tecnológicos e industriales en la economía nacional.
Es muy claro que la ideología liberal (fuertemente dogmática antinacional, salpimentada con mero patrioterismo declamativo), opera en los hechos en lo que bien cabe definir como “el partido militar liberal”, continuador confeso de los golpes de Estado de 1930, 1955, 1962 y 1976, el cual por una mezcla de severas distorsiones conceptuales, ignorancias muy profundas, y un severo y persistente proceso de colonización mental en grado superlativo, es lo que impera en forma casi excluyente entre los uniformados
Más allá de los claros apoyos implícitos del “partido militar liberal”, a las destrucciones generalizadas que perpetra -y sigue haciendo- el libertarismo; el reciente nombramiento de un General en actividad -seguramente de ideología liberal y/o “procesera”- significaría un claro alineamiento institucional de las FFAA (y por derivación de las FFSS), a las destructivas acciones del gobierno libertario, las que -cabe reiterar lo fundamentado en artículos precedentes-, tienen dos claros objetivos:
1) de mínima, llevarnos a la economía totalmente primarizada como lo éramos a fines del siglo XIX, con una estructura político social anacrónicamente feudal;
2) de máxima, empujarnos a la disolución nacional, acorde a los mandatos del poder financiero transnacional y sus aliadas, las Potencias Atlantistas.
En ese preocupante y evidente contexto general, las FFAA y FFSS, con todo su poder represivo con potencial de usarse contra el pueblo (como ya lo hacen con alevosía contra manifestantes populares, como jubilados, nuevos desempleados, docentes, personal de la salud, y otros); implicaría que en los hechos pasen a operar institucionalmente como tropas de ocupación al servicio extranjero (y de sus mandantes locales).
Cabe no obstante señalar que ese desquicio acentuado y extravío doctrinario que padece y evidencia el grueso de los uniformados, en buena parte es también responsabilidad de ciertos sectores de las “progresías”, los que parecen predicar y practicar un visceral rechazo a los uniformados en general.
Eso es un craso error, que evidencia los escasos conocimientos en Historia Argentina, de esos por lo general fervorosos, pero poco fundamentados militantes políticos, identificados a su modo con el Pensamiento Nacional (definición jauretcheana), pero que en los hechos terminan siendo funcionales a la antipatria.
Como claros ejemplos de Señores Militares que por sus dichos y acciones se identificaron con el Ideario Nacional, cabe citar a varios muy relevantes, sin por ello agotar el listado, expuesto seguidamente.
En los albores de la Patria: San Martín; Belgrano; Güemes; Rosas (entre muchos otros); después: General Pablo Riccheri; Generales Ingenieros Enrique Mosconi y Alonso E. Baldrich; General Manuel Savio; General tres veces Presidente Juan D. Perón; Tte. (FAA) Ernesto “Muñeco” Adradas; Brigadier Juan I. San Martín; General Hernán Pujato; Cap. De Navío Ing. Nuclear Carlos Castro Madero; Mayor (Tte. Cnel. P.M.) Bernardo Alberte.
Mención respetuosa al Coronel Jorge Luis Rodríguez Zía, y al General Juan Enrique Guglialmelli, notables patriotas que fueron mis maestros en Geopolítica.
Algunos se podrán quejar por citar a Castro Madero, al que involucran (y otros excluyen), en desapariciones entre el personal de la CNEA; pero a él cabe el mérito de haberse opuesto al accionar destructivo del Sector Nuclear, que pretendió perpetrar Martínez De Hoz.
Al fallecer Guglialmelli, el historiador José María Rosa escribió valientemente (en pleno vengativo “proceso”, período marioneta de los neoliberales): “ha muerto el último General de la Patria, ahora solo quedan generales de empresas”. Seguramente hoy diría “solo parecen quedar patrioteros de bandera” … con las honrosas excepciones, que siempre hay.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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