LAS DOS GUERRAS QUE CITAN LOS IDEÓLOGOS PROCESEROS
El repetido argumento de “las dos guerras en las que se combatió”, de las
que pretenden enorgullecerse, son parte central del pensamiento
“proceseramente correcto”, que repiten cuan mantra supuestamente
indiscutible, los uniformados (por lo general retirados), cuando quieren
“glorificar”, con sus enrevesadas y muy pobres argumentaciones, el deplorable
accionar de las FFAA y FFSS, en particular en el período del tristemente célebre
“proceso” (1976-1983), pues en todo lo demás, las consecuencias sufridas por
Argentina a consecuencia de ese gobierno pretoriano, claramente fueron muy
negativas.
¡Y tozudamente, se niegan a admitirlo!
Y para peor, la muy errada y hoy anacrónica mentalidad procesera,
claramente se sigue inoculando en los institutos de formación castrense, en los
cuales se predica el odio visceral a todo lo Nacional y Popular, y “viendo”
supuestos “zurdos” hasta en la sopa; mientras no ven ni les importan las viles
acciones destructivas y de entrega de soberanía, que perpetran neoliberales,
libertarios y sus adláteres.
Como el “proceso” es indefendible, claramente buscan justificarlo con el
argumento de exaltar “las dos guerras”, en las que, se enfatiza, combatieron los
militares argentinos; y para ello, tras una montaña de autoelogios, encubren y
pretender tapar los muy gruesos errores y evidentes falencias formativas, con
ignorancias casi totales en Geopolítica, Historia y Economía, que el accionar del
gobierno pretoriano, puso en claras evidencias con sus groseros errores.
Lo que no parecen razonar, ni por asomo, es que ambos hechos de violencia,
fueron instigados por el usurpador gobierno pretoriano de Videla, sus secuaces y
continuadores; y tuvieron consecuencias funestas para Argentina, siendo además
falso que hayan sido desencadenados por el simple devenir de los hechos, siendo
que en realidad fueron consecuencias del pésimo accionar del Poder Militar
(también denominado Partido Militar), demostrando en forma palmaria el muy
pobre o nulo nivel de formación del grueso de los uniformados, quienes en los
hechos operan como subordinados al poder anglosajón del Atlantismo, y a la
retrógrada oligarquía de Argentina.
Algunos dicen “no entender” por qué no sucede en Argentina el trato muy
respetuoso y afectuoso que otras fuerzas armadas reciben de sus respectivas
poblaciones. Pero esas otras fuerzas armadas no masacraron a sus propios
pueblos ni los despreciaron clara y abiertamente, como si lo hicieron -incluso
enorgulleciéndose por tan deplorables acciones- como lo perpetraron con
brutalidad y sadismo, el “sector gorila” de las FFAA de Argentina y sucesores,
desde 1955.
Lo poco que pudieron estudiar de esas asignaturas tan esenciales para la
Defensa Nacional, evidentemente fue (y es) fuertemente sesgado por la “Escuela
de las Américas” dictada por el poder imperial que nos quiere subordinados al
dócil “patio trasero”, como es la visión de las Potencias Atlantistas, la cual
claramente no solo no es coincidente con la Visión Nacional, sino que es opuesta.
Los Intereses Nacionales deberían ser el norte que guie el accionar de los
que se dicen “muy patriotas” -y lo fue de auténticos y destacados patriotas de
uniforme que supimos tener-, pero que en los hechos en las últimas décadas
mayoritariamente son solo patrioteros de bandera, que no entienden nada del
básico concepto de Soberanía Nacional, la cual no se agota en el himno y la
bandera.
Industria y tecnología Nacional también son partes esenciales de la
Soberanía, como también las diversas infraestructuras (incluyendo en ellas las
vinculadas a la producción, el transporte y la conectividad de nuestro enorme
territorio; la salud pública, la educación pública en sus tres niveles), así como sus
necesarias inversiones en mantenimiento y otras mejoras.
También el
desendeudamiento externo tiene que ver con la soberanía, así como su
contracara, el endeudamiento externo, es claramente lesivo a nuestro accionar
digno y soberano.
Pero poco o nada de todo eso evidencian entender las amplias mayorías de
los uniformados, incluyendo oficiales de altos rangos, que suelen pronunciar
estentóreos discursos, cargados de pseudo patriotismo declamativo pero
carecientes del concreto y muy necesario patriotismo efectivo.
En el colmo de las groseras confusiones mentales que instalaron en el
pensamiento “militarmente correcto” del grueso de las FFAA y FFSS,
entusiastamente -y se enorgullecen de ello-, apoyan a sectores políticos que nos
destrozan y nos empujan a la miseria crónica, e incluso a la disolución nacional.
Esas severas distorsiones y gruesos errores en los enfoques estratégicos,
lamentablemente vigentes y aparentemente mayoritarios entre los uniformados,
son evidentes consecuencias de la implementación de la doctrina de la seguridad
nacional (dictada desde EEUU), suplantando la Doctrina de la Defensa Nacional;
como también por el profundo e irracional odio antiperonista, inculcado cuan
“verdad indiscutible” en los cursos formativos de las FFAA y FFSS, desde 1955 en
adelante, pero muy acentuado ello desde el pernicioso “proceso” (1976), lo cual
integra los anacrónicos y muy mal fundamentados “principios básicos” que
evidentemente- se siguen inculcando a los uniformados.
Destrozar al Estado es el pernicioso objetivo claramente expuesto por el
muy cipayo “libertarismo”, pero eso no parece preocupar en lo más mínimo, al
grueso de los uniformados, con sus neuronas saturadas de odio antiperonista,
hasta el extremo de no ser conscientes que son simples empleados públicos con
uniforme. Y que el juramento de defender a la Patria, debe incluir la defensa del
Estado, pues sin Estado no hay Nación, y sin Nación no hay Patria.
Analicemos ambos hechos de violencia, que marcaron al “proceso”. De ningún modo, se pretende avalar ni menos ensalzar el muy negativo
accionar de las guerrillas, como tampoco sus pretendidos fundamentos
ideológicos, como la supuestamente irreversible “realidad”, según la cual “el
mundo marcha hacia el ‘socialismo’ ”, que repetían sus promotores ideológicos
en los hoy lejanos años ’70 del siglo XX, que los hechos se encargan de refutar.
Pero el caso es que tanto las guerrillas, como todas las violencias
relacionadas con esos tristes hechos, en una magnitud que pudo asimilarse a una
guerra civil, fueron perfectamente funcionales al siempre sutil accionar del Reino
Unido, y así fueron planteados a fines de los ’60 y comienzos de los años ‘70 por
el intelectual canadiense – británico Harry S. Ferns, quien como un párrafo más,
pero con todas las letras, analizó que los notables avances que logró Argentina
con el peronismo, solo podrían ser destruidos mediante una guerra civil.
Si bien tuvo poca difusión, se supo que dos cargamentos de municiones y
armas, bajados del buque Endurance (surto en Buenos Aires), y de un avión de
British Caledonian estacionado en Córdoba, fueron interceptados por fuerzas
argentinas de seguridad, pudiendo suponerse que eran destinados a abastecer
las guerrillas.
Habría sido lo que en castizo simple se dice “echar leña al fuego”,
abasteciendo a las guerrillas, mientras que las cúpulas militares y sus entornos
civiles, eran alentados por los anglosajones a usurpar el poder real argentino, con
la excusa del accionar subversivo.
¡Combo perfecto, para que, en un contexto de violencias, los personeros de
la antipatria, implementen sin oposición posible, al neoliberalismo en su más
salvaje versión, perpetrando el anti industrialismo, el endeudamiento
desenfrenado, la irracional apertura económica y la destrucción de muy positivo
accionar que en general había tenido el Estado Nacional!
El terrorismo de Estado fue implementado por el “proceso”, siendo muy
claro que, para enfrentar las violencias guerrilleras, no era necesario usurpar el
poder formal.
Cabe recordar que la primera víctima del “proceso”, en la misma noche del
golpe, fue el Mayor Bernardo Alberte, asesinado en su departamento, frente a su
familia, seguramente por el “grave pecado” de haber cursado una valiente nota
a Videla, advirtiéndole de las funestas consecuencias -que luego sucedieron- a
consecuencia del golpe de Estado, el cual algunas semanas antes era vox populi.
El jefe de la patota asesina, habría alcanzado, después, el grado de General. Años
después, Alberte seria ascendido a Teniente Coronel, post mortem.
La violencia represiva fue brutal, impidiendo toda oposición al accionar del
poder político – económico que se había adueñado de nuestro país.
Tanto la entonces presidente, M.E. Martínez de Perón, y el muy patriota
Secretario Legal y Técnico Dr. Julio Carlos González, sin motivo real alguno y sin
juicio legal, fueron presos políticos durante todo el “proceso”, entre muchos
otros casos, de vengatividad pura de la oligarquía, siempre cegada de
antiperonismo visceral.
Ferozmente interrogados, los colaboradores de Julio C.
González, sufrieron brutales consecuencias, incluyendo paro cardíaco y muerte
de al menos uno de esos abogados.
Además de muchas iniciativas de claro Perfil Nacional, parece ser que la
vengatividad fue consecuencia de cambios legales que cuidaron los intereses de
YPF, pues dejaron sin efecto amañadas operatorias que beneficiaban a las
petroleras privadas, a costa de la petrolera estatal.
Poco después, sería secuestrado y “desaparecido” el gremialista Oscar
Smith, que se oponía patriótica y tenazmente, al desguace de SEGBA, que
Martínez De Hoz presionaba para perpetrar. Como todo se relaciona, debe
señalarse que la más problemática de las tres empresas en las que se fraccionó
SEGBA, EDESUR, tiene como uno de sus principales accionistas al endeudador
serial “Toto” Caputo.
Posteriormente, en un muy “raro” accidente, sería embestido y muerto, el
muy querido folclorista Jorge Cafrune, quien iba a caballo rumbo a Yapeyú, para
estar en el acto anual sanmartiniano.
Es muy conocido que, a las oligarquías
apátridas, les molesta el fervor popular con el cual el pueblo retribuye a cantores
con los que se siente identificado.
Ya en el mundial de fútbol de 1978, eran conocidos en el exterior muchos
hechos aberrantes perpetrados por el “proceso”.
Seguramente buscando una real Causa Nacional, con profunda raigambre
popular, ante el deterioro acentuado del impresentable “proceso”, los milicos
proceseros y sus “asesores” civiles, implementaron la recuperación, manu
militari, de Malvinas y los otros dos archipiélagos australes, usurpados por el
Reino Unido casi un siglo y medio antes.
El pueblo festejó la recuperación (que sería muy fugaz) de Las Malvinas,
dejando de lado el profundo rechazo que había cosechado el infame “proceso”.
Pero claramente, fueron muy gruesos los errores en base a los cuales, los
muy poco lúcidos gobernantes militares proceseros, y sus asesores civiles,
planificaron y ejecutaron el operativo militar.
Se citan varios de esos gruesos
errores, probatorios de las profundas ignorancias en Historia, Geopolítica y
Economía, de las que adolecen -con algunas notables excepciones- los
uniformados argentinos.
- Supusieron que el Reino Unido no reaccionaría, lo cual evidencia la
profunda ignorancia de la Historia, que muestra la tozudez y belicosidad de
los anglos.
- Con la soberbia propia de ignorantes usufructuarios de un poder que les
quedaba muy grande, se creyeron “aliados” de EEUU (por haber colaborado
en acciones encubiertas en Nicaragua y posiblemente otros países de
Centroamérica). Nunca entendieron que solo fueron -y son- marionetas
dóciles descartables.
- Vinculado con lo anterior, supusieron que EEUU sería neutral, o incluso que
estaría a favor nuestro, en el conflicto armado. Eso muestra las profundas
ignorancias de los uniformados de mentes proceseras, pues cualquiera que
sepa algo de Historia y de Geopolítica, conoce los profundos lazos que
marcan la alianza entre el Reino Unido y EEUU, desde fines del siglo pasado,
cuando EEUU suministró ametralladoras Gatling al RU, usadas para
masacrar a los zulúes, que luchaban por su independencia; abarcando en el
rol de aliados, las dos guerras mundiales, Corea, la invasión a Iraq, y el
listado no se agota.
- Como la embajada argentina en Londres habitualmente tuvo agregados
militares, no se entiende que no hayan analizado que prácticamente en
cada pueblo del RU hay un monumento, que muestra nombres de soldados
de EEUU y RU, que murieron combatiendo en las guerras mundiales. Se ve
que ni lo analizaron. Razonar por cuenta propia no se incluyó en el
adoctrinamiento al cual fueron sometidos, como dóciles subordinados al
“mundo occidental, libre y cristiano”, que no es nada de eso, es subordinado
a las dos megas potencias anglosajonas.
- Solo seres irracionales pueden involucrar a su país, en una guerra de una
brutal desigualdad de capacidades bélicas, acentuada por el poder de la
agresiva OTAN.
- El retroceso muy acentuado en los esfuerzos diplomáticos para recuperar
Malvinas, sigue vigente; así como el desguace de nuestras hoy muy
menguadas capacidades de defensa, sobre todo en la Fuerza Aérea.
- Nadie parece haber asumido responsabilidades por las muertes en
combate, mutilaciones físicas y psíquicas, y los numerosos suicidios que
hubo, a consecuencia de tan disparatadamente “planificada” guerra.
- El meduloso Informe Rattenbach, que analizó los groseros errores
estratégicos y tácticos de los comandantes y altos jefes de nuestras fuerzas,
no parece haber sido muy tenido en cuenta.
- El gobierno militar y sus adláteres, insistieron en identificarse con la
ideología económica liberal, no entendiendo que la misma es un poderoso
instrumento de colonización económica, política y cultural. Aun hoy no
razonan que las grandes potencias “occidentales”, predican liberalismo,
pero practican fuertes intervencionismos de sus poderosos Estados
Nacionales.
El tema no se agota. Vaya el total respeto a todos nuestros combatientes, y
a los que reivindican los derechos argentinos en los territorios irredentos,
usurpados bajo el poder de la fuerza bruta del neocolonialismo muy afín al Bloque
Atlantista.
Necesitamos uniformados con auténtico patriotismo, como los tuvimos en
cantidad y calidad; así como gobernantes y pueblo imbuidos de esos altos Valores
Nacionales.
Estamos en riesgo de disolución nacional, pero muchos no lo ven.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
¡Muy bueno como siempre, Carlos! Una sola observación: cuando usted menciona lo de los zulúes, no fue "en el siglo pasado" sino en el siglo XIX. ¡Saludos!
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