domingo, 27 de octubre de 2019

FANTOCHADAS DE LOS “CHILENISTAS”
De muy larga data, es que los sectores políticamente más reaccionarios, o sea ultra conservadores hasta lo indecible, nos hayan pretendido engañar con las supuestas “grandes ventajas” y el “buen ejemplo” del modelo político – económico de Chile.
Liberales de distintos pelajes y diversos “cartelitos” políticos, dirigentes empresarios con mentalidad de bolicheros semianalfabetos, neoliberales recalcitrantes, “progresías” varias muy confusas, proceseros contumaces y muy obcecados, el grueso de la muy poco informada y prejuiciosa “familia militar liberal”, economistas autopromocionados en busca de cargos de jugosas remuneraciones o asesorías muy bien pagas, periodistas al tanto por cuanto, y acomodaticios varios, han sido los constantes y muy tenaces promotores del “modelo chileno”, presentado como la panacea de la “democracia” y el “orden económico”.
Incluso recientemente, el candidato a presidente “libertario” (o sea neoliberal recargado) J. L. Espert, en sus ampulosos y melosos discursos, presentó a Chile como “el modelo a seguir”, mencionando también como “modelos” a Paraguay y Perú. Del hermano pueblo paraguayo podemos decir que carece casi por completo de atención médica de calidad, que solo puede aspirar a la educación primaria muy elemental, y que la sociedad paraguaya es fuertemente elitista y excluyente de las grandes mayorías de su población. Y bastante similar es el caso del hermano pueblo peruano. Pero eso no lo dice el “libertario”.
Con el actual estallido de las protestas en Ecuador, en Chile y con otros caracteres en Perú; del pueblo harto de prebendas y privilegios abusivos para las minorías oligárquicas, y frustraciones para el grueso de la población, las falsedades e hipocresías de esos tres ejemplos claros de neoliberalismo aplicado, estallaron a la vista de todos…si bien el periodismo concentrado busca ocultar los hechos, sus terribles consecuencias, y sobre todo, las causas de vieja data que provocaron el acentuado descontento y bronca popular.
Con Chile en particular, intentaban promocionar el envoltorio sin dejar ver el contenido. Es como mostrar un hermoso celofán muy colorido, que presupone un contenido mejor aun, tal como se estila en los regalos…solo que el contenido apenas se escarba un poco es directamente impresentable, como regalar chatarra oxidada, oculta en un prolijo paquete; en este caso un envoltorio de mentiras y tergiversaciones, tan usuales entre los promotores del neoliberalismo.
El modelo político chileno, es la directa continuidad del pinochetismo, que hasta les impuso una constitución que la clase política no tuvo el coraje de cambiar, o fue directamente cómplice por cobardía o espíritu acomodaticio.
Y eso es lo que envidian los proceseros argentinos, pues allá las fuerzas armadas no dejaron su ideología neoliberal sino que siguen siendo como tales (como personeros del neoliberalismo apátrida) un factor de poder, por encima de los formalismos democráticos, además de la impunidad total de la que gozan del otro lado de la cordillera los uniformados golpistas neoliberales, y los civiles que les dictaron letra.
Al igual que los proceseros de este lado de la cordillera, los militares chilenos están fuertemente imbuidos del patriotismo declamativo, de bajo vuelo, y siendo en su mayor parte provenientes de las clases sociales bajas o medias bajas, están particularmente dispuestos a apalear civiles, muchos de ellos de sus mismos orígenes socio económicos y étnicos. Aunque como dijera algún retirado de mentalidad nacional, los suboficiales chilenos saben más de geopolítica que los altos oficiales argentinos. Por supuesto, hay excepciones.
Algún amigo que conoce del paño social chileno, lo definió con notable agudeza: “Chile es un país donde un millón de caucásicos dominan y someten a voluntad a quince millones de mestizos”. O sea, una minoría excluyentemente blanca (por lo general germánicos y vascos, de mentalidad veladamente racista) tiene el monopolio del poder socio económico, excluyendo al resto de la población, mayoritariamente compuesta por descendientes de pueblos preexistentes mezclados con españoles.
Ese es un concepto en nada racial, pero si de precisos caracteres sociológicos descriptivos. Es una sociedad fuertemente clasista, excluyente, y posiblemente con ribetes racistas cuidadosamente ocultados por ser “políticamente inconvenientes”.
Esa exclusión involucra a la educación pública y la salud. Lo estatal es insuficiente, y por lo general de muy baja calidad, lo cual hace depender de servicios de educación y salud pagos, lo que ante los bajos salarios imperantes, opera como factor de fuerte exclusión para las grandes mayorías de la población.
Incluso se pudo ver mentir –descaramente- al presidente Piñera, cuando en un discurso difundido por TV afirmó que “no existe en el mundo acceso gratuito a la Universidad”, siendo que es conocido que desde el peronismo en adelante, la Universidad es gratuita en Argentina. Y tampoco puede decir que sea la nuestra una educación universitaria de baja calidad, pues el buen nivel es de público conocimiento. Incluso nuestros Premios Nobel, son todos ellos egresados de la Universidad Pública, al igual que muchos relevantes científicos y profesionales de distintas áreas. Y por algo, en la Comisión Nacional de Energía Atómica, ente de excelencia científica, prefieren incorporar a egresados de Universidades Nacionales... Lo escuché explícitamente en una conferencia en la Sede Central.
Chile estalló, y no se puede decir que sea obra de “terroristas” o “subversivos marxistas” ni ninguna de las justificaciones que prestamente presentan las oligarquías cuando se las cuestiona con fundamentos. Es claramente el pueblo que se hartó, y lo mismo evidencia suceder en Ecuador, con un gobierno que traicionó sus principios y es genuflexo ante sus mandantes extranjeros. Además que Lenin Moreno en forma arrastrada, canceló el asilo a Assange, lo cual sin duda le estará significando un serio riesgo a su integridad y a su salud mental, habida cuenta de los siniestros antecedentes de los neocolonialistas contra los que los desafían o no se subordinan a sus turbios manejos.
En Chile existe el “bipartidismo” y la “alternancia” al estilo del liberalismo apátrida, o sea se alternan en el poder pero para que nada cambie, por más “socialismo” que algunos proclamen.
Carecen de una alternativa Nacional y Popular con la cual canalizar el descontento y la real oposición política a un modelo socio económico excluyente.
En Argentina, ante aberraciones tan o más graves perpetradas por el neoliberalismo macrista, el estallido social posiblemente no se dio, pues la cercanía de las elecciones brinda una concreta posibilidad de positiva transformación socio económica.
Por otra parte, aunque les moleste visceralmente a los sectores oligárquicos y al gorilismo militar tan severamente inculcado desde 1955, y acentuado desde 1976, la aglutinación de lo Nacional y Popular que se sintetiza en el peronismo, con su sólida doctrina y sus concretos logros, marca una profunda diferencia de Argentina respecto a varios de los otros países de Sudamérica, que carecen de una expresión política de similares caracteres.
En Perú, el aprismo, que fue precursor en defensa de lo Nacional y del concepto de Patria Grande, se desdibujó. En Brasil, Lula, con todo su accionar y sus transformaciones socio económicas, no logró institucionalizar sus ideas como para garantizar perdurabilidad ante los embates apátridas y oligárquicos. En Ecuador, Moreno traicionó todos sus principios.
Lo que en verdad buscan los promotores de la “chilenización” de Argentina, es institucionalizar la precariedad laboral, los muy bajos salarios, la represión salvaje que impida todo disenso “peligroso” (o sea que pueda desestabilizar el statu quo ultra conservador), la primarización extrema de la economía, y la subordinación total a los poderes financieros transnacionales, operando como meras marionetas de las Potencias Atlantistas y sus agresivos dictados.
Y en todo ese cuadro de situación, incluyendo la guerra híbrida que soporta Venezuela, se pueden advertir las acciones geopolíticas disolventes del poder financiero transnacional y de las muy agresivas potencias neocolonialistas del siglo XXI, con sus aliados menores de Los Atlantistas.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

1 comentario: