miércoles, 14 de diciembre de 2016

¿ES ALEPO EL STALINGRADO DE LOS ATLANTISTAS?
Después de largos años de cruentas luchas, el ejército de la República Siria acaba de liberar de los agresores terroristas la estratégica e importante ciudad de Alepo, en el norte del país, cerca de Turquía y del Mediterráneo.
Con poca o nula difusión en diarios argentinos, el suceso mereció algunos análisis de reconocidos especialistas geopolíticos locales.
Uno de ellos trazó un paralelismo entre el rol crucial que tuvo la prolongada lucha en Stalingrado, en la Segunda Guerra Mundial; con los durísimos combates en Alepo, cuya resolución favorable a Siria y sus aliados (Rusia, Irán, ¿China?, ¿Egipto?, ¿Iraq?), es un golpe muy duro al accionar de beligerantes de agrupaciones transnacionales supuestamente ultra islamistas, copiosamente armadas y financiadas por las potencias atlantistas y sus aliados de la región.
El tablero geopolítico mundial, cuyo próximo devenir en buena parte se define en la siempre volátil región de Medio Oriente, es sumamente complejo, por lo que sería una torpe simpleza restringir todo al estrecho campo de lo militar.
Las potencias atlantistas, básicamente EEUU y la UE, y de esta última principalmente Gran Bretaña y Francia, completando con el coloso yanqui el trípode de las que llamé “los neocolonialistas del siglo XXI”, han vuelto en paralelo y como soporte mutuo al avance del poder financiero neoliberal (décadas del ’80 y ’90 pasadas en adelante), a las metodologías de agresiones armadas e intervenciones militares directas, configurando una suerte de “revival” del colonialismo descarnado y cruel del siglo XIX. Colonialismo decimonónico que tuvo su formalización de repartija de África y Asia en la Conferencia de Berlín (1884/5) entre las potencias europeas de la época, mientras EEUU mandaba en su “lago interior” del Caribe, y partes de Sudamérica configuraban una “entente cordial” de colonialismo económico, manejado por Gran Bretaña y nuestro vecino grande del norte.
La larga serie de intervenciones militares directas, bajo distintos subterfugios o rebuscados pretextos, o directamente sin ellos, se aplicó con éxito para los agresores, en Yugoeslavia, varios países del África Subsahariana (la ex gran región colonial francesa y británica), Iraq, Libia, los “golpes de colores” fogoneados por las redes mediáticas (el más violento posiblemente el de Ucrania), los intentos de agresiones a Irán, el actual a Siria, más los golpes blandos en Honduras, Paraguay y Brasil, y el golpe mediático “sociológico” en Argentina; más las hasta ahora contenidas intentonas de derrocamiento en Venezuela que incluyeron una fallida guerra entre Colombia y Venezuela intentada por el eje “oribista” con respaldo de la CIA y/o el Pentágono; forman una larga cadena de casi dos décadas, derrocando o intentado voltear gobierno indóciles o de marcado nacionalismo no alineado con el eje atlantista – financiero transnacional.
El mundo unipolar soñado por EEUU y los globalizadores neoliberales, duró muy poco, para pasar a un actual contexto multipolar, en el cual el eje del poder económico se fortalece en Asia (incluyendo en el concepto a la Rusia bicontinental), mientras muestra signos de debilitamiento en el eje EEUU – UE; debilidad que parece ser directa consecuencia de la primacía financiera-especuladora sobre los factores productivos y humanos.
En lo que parece una “huida hacia adelante” de las potencias tradicionales, se acentuaron los avances hacia el este, por parte de la OTAN, mientras que en el mar circundante al extremo este y sur de Asia, se disputan influencias y capacidades de defensa – agresión entre China y EEUU, con Japón y otros actores menores del tablero geopolítico extremo oriental.
Pero de la mano del fortalecimiento económico, así como claras doctrinas geopolíticas de Defensa Nacional de las tres principales potencias del BRICS, en los últimos años se fortalecieron sus aparatos tecnológico-militares. Ese poder duro explícito, con respaldo del poder blando político-económico de Rusia, China y en menor medida India, llevó al rápido empantanamiento de las últimas operaciones de agresiones militares; sin tampoco dejar de considerar el elevado nivel de maniobras geopolíticas de alta estrategia, por parte de Putin y su equipo, así como de los tal vez más sutiles pero muy firmes de los gobernantes de China.
En el mismo sentido juegan los resquebrajamientos del poder hegemónico neoliberal en la UE, los cambios estratégicos muy profundos operados en Turquía, Bulgaria, Moldavia y Filipinas; así como la imparable marcha económica de China y los acuerdos petroleros que favorecen la postura rusa.
Pese a que la ofensiva de los fundamentalistas islámicos en Siria varió su eje hacia Palmira, todo parece indicar que la derrota militar de los mismos –y de las potencias que les proveyeron apoyos logísticos y militares-, sería irreversible.
La realidad geopolítica mundial está en pleno proceso de transformación, incluyendo los giros profundos hacia un acentuado proteccionismo e intervencionismo estatal que parece estar por implementar Trump.
Lamentablemente, el retrógrado establishment argentino, conformado por los neoliberales subordinados al poder financiero mundial, más las oligarquías campera, especuladora e importadora, con los respaldos de militares proceseros anclados mentalmente en los años ’70, y las claques de los mercenarios de la desinformación pública, más ciertos sectores “progres” que con sus cerrados adoctrinamientos marxistoides y libretos “ecologistas” e “indigenistas” dictados por ONGs británicas, son de última funcionales al establishment; todos ellos parecen fingir no darse por enterados, llevandonos peligrosamente hacia el abismo del debilitamiento acelerado y la muy factible disolución nacional.
Mi reconocimiento a los analistas geopolíticos Lic. Carlos Pereyra Mele y mi amigo Dr. Miguel Ángel Barrios; quienes no solo tienen una fundamentada postura muy crítica al neoliberalismo apátrida, sino que también anticiparon estos cambios profundos en la guerra librada en Siria y en el tablero mundial. Valentía cívica al sostener esas ideas, que ubican a esos dos intelectuales –y sin duda muchos otros - muy lejos del rol chirle cuando no acomodaticio para con el establishment local, que mantienen otros analistas geopolíticos que por mantenerse pegados al calorcito de lo “políticamente correcto” gozan de amplias difusiones en los medios concentrados, amén de seguramente diversas otras facilidades y promociones.
Vieja historia de la metodología del látigo, la zanahoria y la chequera presta, utilizada por el establishment para “domesticar” intelectuales, evitando difundir a pensadores “molestos” insubordinados a “los poderes detrás del trono”.
Paupérrimo el rol de colonizados mentales crónicos, ejercido por algunos “retirados” de altos rangos, más algunos civiles del entorno “procesero”, que “bajan línea” a otros “retirados” y posiblemente a personal en actividad, que los toman como “grandes pensadores”…domesticados por los cursos de adoctrinamiento de la Escuela de las Américas y similares; y en esos deplorables
roles, avalan al neoliberalismo así como a la sumisión explícita al “mundo libre, occidental y cristiano” que nos agrede y subordina, no queriendo comprender que están destrozando todo vestigio de soberanía nacional y toda posibilidad de construir el Gran Bloque de Poder que debería ser nuestra Patria Grande.
Mientras el Stalingrado del Medio Oriente sacude la realidad geopolítica mundial, haciendo imprescindible pensar y actuar con espíritu crítico y visión de grandeza, el Jefe del Gabinete Nacional de Argentina, Marcos Peña Braun, pretende mentes estupidizadas, al oponerse abiertamente a que se ejerza libremente el Pensamiento Crítico. El neoliberalismo apátrida necesita borregos dóciles para llevar al matadero donde se sacrifica la Soberanía y la Dignidad Nacional.
Los proceseros macristas y los clasemedieros muy confusos y alienados, califican muy bien para la visión del citado ministro…
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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