lunes, 17 de julio de 2017

VENDER ARSAT ES VENDER LA SOBERANÍA
La venta de ARSAT (Argentina Satelital), tramitada en el hermetismo total que es metodología habitual entre los traidores a la patria y cipayos de distintos pelajes; violando con alevosía normas legales, y “rifando” con estulticia no solo un Ente Estatal de muy alta tecnología, de notable rentabilidad que le permite autofinanciarse, con elevado efecto multiplicador en el sector científico y en la economía nacional; sino también resignando con total falta de patriotismo, la soberanía nacional en un área muy sensible, de muy elevado interés estratégico, pues se tramitó la cesión a una empresa de EEUU el manejo discrecional del área espacial que como nación soberana que éramos, nos pertenecía.
Con esa execrable medida, además se agrede al desarrollo de la Ciencia Argentina, metiéndonos a los empujones en el anacrónico rol de estancia del feudalismo mitrista del sigo XIX, ese rol servil de las potencias atlantistas, al que tanto añoraban volver los señorones de la oligarquía campera, otras oligarquías asociadas, y a los cuales se subordinan sectores fuertemente colonizados mentales, como sucede con amplias capas de los militares proceseros (*), y por supuesto la pléyade de mercenarios de la incomunicación y otros serviles al tanto por cuanto. Ante el ocultamiento de informaciones, y el bombardeo constante de noticiosos basuras, amplios sectores de las clases media y baja ni se enteran, o lo toman como un dato sin importancia.
También eso representa un golpe muy fuerte que desmotiva y desfinancia a un ente de excelencia técnica, como es el INVAP, el cual desde Bariloche investiga y fabrica reactores nucleares, radares, satélites y otros productos de muy alta tecnología. En síntesis, un mazazo contra la soberanía y contra el desarrollo tecnológico nacional.
Para perpetrar la aberración de vender ARSAT, claramente existen complicidades de amplios sectores de retirados de las FFAA, quienes a cambio de los indultos que habrían negociado con el macrismo, demuestran estar dispuestos a aceptar cualquier cosa, incluyendo actos de traición a la patria, como cabe calificar la extranjerización de ARSAT. También es evidente la indolencia de la clase media en general, desinformada y abotagada con mediocridades conceptuales machacadas por los medios concentrados manejados por grupos de poder afines al neoliberalismo; y todo el conjunto de medidas regresivas y destructivas es tolerado con el beneplácito de las siempre apátridas y egoístas oligarquías solo interesadas en sus privilegios y en accionares de búsqueda de sus hiper rentabilidades y las posteriores fugas de divisas al exterior.
Los neoliberales hoy en el poder formal, y con poder real acentuado, están decididos a desguazar sistemáticamente a nuestro país, pues como “internacionalistas” que son, su objetivo estratégico es hacernos involucionar a la economía primaria, sin industrias y sin entes creadores de tecnologías nacionales, con una minoría hiper rica, y con las grandes mayorías excluidas y resignadas.
La metodología de acción es la misma que se aplicó en otros países hoy empobrecidos, embretados en el endeudamiento impagable, y con la soberanía pisoteada o hecha harapos o poco más, como por ejemplo Grecia, Portugal, España, los pueblos hermanos de casi toda América Central, y otros.
Hoy padecemos una versión recargada del neoliberalismo brutalmente aplicado en “el proceso”, y en los años ’90 en nuestro país. Y claramente la Ceocracia gobernante, demuestra estar decidida a completar la tarea destructiva que sus predecesores realizaron pero que casi de milagro no pudieron completar.
En los años ’90, el objetivo era la balcanización de nuestro país, sea bajo la ruin iniciativa de permutar deudas por territorio (se amenazó con entregar parte de La Patagonia a los acreedores, y las dos blondas ultra reaccionarias de la TV portuaria –Mirtha y Susana- fogoneaban la nefasta idea como “algo necesario”); o directamente por una implosión al estilo de Yugoeslavia.
Hoy los poderes financieros transnacionales, con las voces rectoras del FMI y del Banco Mundial, dan claras evidencias de buscar objetivos de destrucción total de Argentina, en el marco de una cuidadosa planificación de “tierra arrasada”; dando indicios claros de una versión actualizada y recargada del siniestro y vengativo Plan Morgenthau.
Por cuatro veces estuvimos en el umbral del desarrollo, por cuatro veces estábamos saliendo del triste rol de subdesarrollo crónico, de vulgar proveedor dócil de materias primas, que los grandes poderes plutocráticos, y en particular las potencias anglosajonas, nos impusieron, siempre con las complicidades de las oligarquías apátridas locales, y estas a su vez usando a sectores ideológicamente muy confusos o directamente traidores a la patria, de las Fuerzas Armadas.
Ahora claramente nos quieren hacer revolcar en el fango de la miseria total, de la indignidad, de la humillación a escala brutal; que no nos deje margen alguno para el patriotismo y el orgullo nacional. La soberanía, la historia nacional y todos los valores nacionales, son sistemáticamente pisoteados, para que perdamos todo atisbo de dignidad nacional. Mientras, los patrioteros de bandera, ni se dan por enterados.
Esos poderes transnacionales, los del neocolonialismo del siglo XXI, vinculados  estrechamente con el accionar de las potencias atlantistas, saben que Argentina es una de las piezas claves para consolidar el Mercosur y la Unasur. Nos quieren débiles y desunidos, para que no podamos salir del rol de dóciles proveedores baratos de materias primas, subordinados geopolíticamente a sus intereses.
Por eso nos agreden de manera tan brutal, con las complicidades gustosas de sus subordinados internos de la ceocracia, en el marco de apatía o complicidades implícitas de otros sectores internos, como las dirigencias sindicales, empresarias, etc. Muy preocupante realidad, de la que muchos no parecen tomar debida conciencia.
(*) “Proceseros” = Vinculados o partidarios del autodenominado “proceso de reorganización nacional”, que usurpó el gobierno en 1976 para imponer el neoliberalismo y consumar toda suerte de negociados y acciones contrarios al Interés Nacional, bajo la excusa de combatir la subversión guerrillera, la cual pudo combatirse dentro del marco legal y constitucional.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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