domingo, 24 de marzo de 2013


TERRORISMO FINANCIERO

Vieja historia la de los golpes de mercado, menos espectaculares que los clásicos golpes de Estado convencionales. Pero paradojalmente, pese a ser en principio “limpios”y “suaves” (sin la violencia física de las armas), pueden ser tanto o más destructivos que una guerra civil, y con efectos perversamente perdurables, atacando no solo al sensible tejido social de un país, sino también hipotecando su futuro e incluso destruyendo la unidad de ese Todo Político que es una Nación.

En Argentina existe una larga y variada historia de golpes de terrorismo financiero, según los casos “convenientemente” aderezados con presiones políticas (sobre todo el los casos de gobiernos políticamente débiles);  presiones variadas (sobre gobernantes timoratos, indecisos o escasos de criterio); planteamientos castrenses de orientaciones pro oligárquicas (desde 1955 en adelante); fuertes operativos mediáticos, casi siempre sumados a presiones del establishment financiero transnacional y sus apéndices (FMI, BM, etc.); planteos de supuestas “entidades neutras” que en realidad son operadores de guante blanco (como la SIP –Sociedad Interamericana de Prensa-, Fundaciones varias, ONGs variopintas, etc.). Así son de recordar las presiones sobre Frondizi, imponiéndole un ministro ultra liberal  como Alsogaray, para destrozar la industrialización en ciernes (respondiendo a la “sugerencia” del príncipe Felipe de Edimburgo y los mandatos de la SRA y otros recalcitrantes oligarcas); para desestabilizar y derrocar a Illia; para debilitar a militares “pecadores” de incurrir en facetas pro nacionales y/o industrialistas (como Onganía y en cierta forma Levingston); para consumar “las condiciones previas” al tenebroso golpe “marzista” (de marzo) del tristemente célebre “proceso”; para sacar al contradictorio pero por entonces “molesto” Alfonsín (no mencionemos a De La Rúa, quien cayó por su autista incapacidad); y más cerca en el tiempo, las puebladas armadas por la Resolución 125 (que era la excusa para montar un golpe de Estado pro oligárquico); y en los últimos tiempos, las prefabricadas presiones sobre el mercado cambiario, con las claques de opinólogos tristemente célebres reciclados (Cavallo, Broda, Melconian, etc.) y todo el vociferar del establishment que clama por volvernos a la “coherencia” de la subordinación total a los esquemas de economía primaria, desindustrialización acelerada, extranjerización de la economía, concentración de la riqueza, frenos a las obras públicas, y la vuelta al redil de dóciles marionetas de las potencias del G 7 y las megas corporaciones de o asociadas a esas naciones; las mismas que eran rectoras absolutas del mundo hasta casi fines de los ’90.

También hay muchos ejemplos internacionales a citar, siendo tal vez el más notorio, el consumado contra las potencias emergentes del Sudeste Asiático en 1997, con Corea del Sur como presa y víctima principal, nación a la cual le costó la “internacionalización” (léase extranjerización) de algunas de sus empresas emblemáticas (como una de ellas, que pasó a ser una factoría subordinada a General Motors Corporación, esta última hoy casi una estatal norteamericana).

Usualmente esos golpes de Estado encubiertos, son protagonizados por muy poderosos intereses financieros – económicos fuertemente elitistas, los cuales suelen estar asociados o incluso fuertemente influenciados por el mega sector financiero y corporativo transnacional; los mismos que actúan en forma cínicamente apátrida, anteponiendo la brutal fuerza del poder financiero, para quebrar voluntades sin importarles en absoluto los daños que causan. Esos daños –muchas veces terribles-, son despreciados al estilo de los “daños colaterales” con sus secuelas de muertes, mutilaciones físicas y mentales y brutales destrucciones de bienes, que usualmente son soslayados por las tropas colonialistas invasoras, y por quienes desde adentro se pliegan aliándose a sus funestos  objetivos.

Caben recordar las invasiones y/o ataques militares masivos a tantos países y territorios, con cientos de miles de víctimas, a consecuencia de “intervenciones humanitarias”, “salvadoras”, “por la libertad”, “en defensa de los proletarios” (en los casos de las perpetradas por potencias comunistas), o cualquier otra excusa interpuesta por las potencias agresoras.

Las agresiones armadas se planifican en centros de comando estratégico, bajo directivas del respectivo establishment ordenante, y tienen la característica de la espectacularidad y de la atrapante fascinación del imaginario colectivo, que provocan las operaciones militares.

En cambio, las agresiones financieras, los golpes de mercado u operaciones similares, no mueven tropas ni invaden físicamente. Se deciden en poco conocidos u obscuros centros del poder financiero concentrado, moviendo las fuerzas de operadores financieros, con las armas de concentradas (y no necesariamente descomunales) presiones financieras sobre sectores sensibles de la economía nacional a la cual atacan, y siempre contando con los respaldos tácticos de sus “tropas especiales” compuestas por “batallones de élite” expertos en guerras psicológicas, desinformaciones activas, sembradores de rumores y descalificadores a destajo. Esos “batallones de élite” se componen de “especialistas económicos” (siempre adscriptos al liberalismo económico más crudo y apátrida); comunicadores sociales rentados o simplemente colonizados mentales o deseosos de “hacer buena letra” para mantener sus conchabos periodísticos; políticos oportunistas y/o pobres de votos y carecientes de escrúpulos o de formación; más las pléyades de violentos vocacionales o resentidos crónicos de “izquierdas” fuera de foco, a los que pueden sumarse (por “izquierdas” o “derechas”) otros añorantes de supuestas “épocas mejores” –que pueden incluir a patrioteros de bandera, gremialistas en busca de protagonismos personales al como sea-; y las avanzadas de divulgadores de rumores y sembradores de disconformismos.

La precedente reseña, necesariamente incompleta por la magnitud y variedad de los antecedentes existentes (no siempre conocidos, y menos aún recordados), puede servir de encuadre para entender el marco de situación de las maniobras especulativas del dólar paralelo, claramente enraizadas con los minoritarios pero poderosos grupos de poder interno que añoran “las ventajas” (para los especuladores) del modelo neoliberal a ultranza, del noventismo descarnado, que claramente los que ofician de voceros de esos grupos de poder pretenden imponer con diversas maniobras agresivas y desestabilizantes, añorantes de aquellos “años dorados” de la plata dulce, en un proceso que fue perversamente destructivo, con creciente miseria generalizada, quiebras al doquier, hipotecas asfixiantes (seguramente la clase media rural las recuerde), desocupación galopante y de niveles brutales, éxodo masivo de población, cierres y emigraciones de fábricas, desaliento y bajísimos presupuestos para la ciencia, la educación pública en bancarrota y carente de contenidos (recordar la nefasta “reforma educativa” de mediados de los /80, perpetuada hasta los primeros años de la década pasada), y una actitud de política exterior pusilánime y genuflexa, propia de indignas colonias, con gerentes financieros entronizados como los virreyes imperiales de fines del siglo XX.

¡Ese y no otro, es el “paraíso económico” al cual quieren volver a encadenarnos, los que promueven y exaltan al revitalizado terrorismo financiero!

¡Nos va la Patria y la dignidad si sucumbimos –como tantas veces antes- ante esas sutilmente brutales presiones del establishment liberal, con su habitual cohorte de aliados del “progresismo” apátrida, de anarquistas rencorosos,  marxistas desencantados y otros “socialistas” varios!

 

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

martes, 19 de marzo de 2013


LOS ELOGIOS DEL ENEMIGO

En Geopolítica y en relaciones internacionales, cuando un enemigo alaba, es porque se está errando; y cuando critica ácida o veladamente, significa que está molesto porque se están haciendo bien las cosas, sobre todo en la dimensión macro, en lo estratégico, en lo esencial.

Lo de “enemigo” es una figura retórica; en todo caso puede leerse “adversario”, o “potencia con intereses contrarios”, o similar.

En lo geopolítico, salvo en las colonias (siempre adscriptas a designios del imperio del que dependen), no existen aliados permanentes, pero si intereses permanentes. Y dentro de ese concepto, están asociados los intereses contrapuestos permanentes, enmarcados por determinadas estructuras doctrinales y político – económicas.

Por caso, la muy vieja relación entre Europa e Íbero América, ha sido la de las potencias coloniales europeas, subordinando de un modo u otro a las colonias íbero americanas y caribeñas. Luego, desde nuestras independencias formales, se pasó a una total subordinación económica, previa rápida sumisión por vía financiera; y a través de todo eso, a las fuertes injerencias europeas en las políticas internas de nuestros países.

Aclaro que tomo el concepto de “Íberoamérica” del filósofo Alberto Buela, que fundamenta desde lo conceptual el error de expresar “Latinoamérica”, a lo que añado que más bien es un afrancesamiento cultural por el cual la Francia Napoleónica y Post Napoleónica pretende ser parte importante en el rol de un continente que no pudo dominar, pese a sus agresiones armadas y políticas. Y a su presencia colonialista en la Guyana Francesa.

Volviendo al tema analizado, la constante en las relaciones de nuestros países de Sudamérica y El Caribe con la vieja Europa, ha sido de subordinación explícita y descarnada, o en algunos casos sutil; envuelto todo ello en las “independencias” formales, condicionadas por fuertes sumisiones económicas, con los beneplácitos de las minorías oligárquicas locales como socios menores de esos poderes económico – políticos imperiales.

En nuestro subcontinente, la brutal colonización practicada en África y buena parte de Asia, tomó los medios sutiles de las cadenas del “libre comercio” pregonadas por “ese conquistador más temible que Napoleón, que fue Adam Smith”, según palabras del economista Friedrich List.

Para mantenernos en nuestro sumiso rol de dóciles proveedores de materias primas baratas y compradores crónicos de bienes industriales y tecnológicos, se aplicó a ultranza la “teoría de la especialización económica”, en toda su magnitud y perversidad.

Posiblemente en ninguna de las repúblicas en las que particionaron el sueño de la Patria Grande bolivariana - sanmartiniana, el derroche de oportunidades de desarrollo haya sido tan absurdamente grande y prolongado como en Argentina. Y para ello las potencias dominantes han recurrido a toda la parafernalia de las guerras psicológicas, de las cuales la colonización cultural ha sido una herramienta clave.

El viejo y gastado mito de “la grandeza del Centenario”, cuando se mostraba la opulencia de la oligarquía y se ocultaba la miseria generalizada; se mostraban los esplendores del derroche en la Pampa Húmeda y se escondían el atraso y la marginación de casi todo “el resto” (siempre despreciado por esos señorones) del Territorio Nacional; se exhibían los rindes agrícolo - ganaderos y se exaltaban las “ventajas” de no industrializarnos; se mostraban las inversiones en ferrocarriles y otras, y se escondía la total falta de una visión estratégica integradora; todo eso y más aún, se basaba en las supuestas “grandes ventajas” del libre comercio, en un desproteccionismo institucionalizado, que por supuesto no practicaban Gran Bretaña ni otras potencias europeas, ni los ya pujantes EEUU.

Resulta muy claro que hoy la ampliación del espectro de las guerras psicológicas, ha llevado al relativamente nuevo concepto de guerras blandas, las cuales son una suerte de guerras totales sin el uso de violencia física.

Las ONGs, las Fundaciones, los medios de comunicación y las instituciones educativas son los arietes básicos, sumados a las cadenas de mensajes electrónicos y otras versiones de la desinformación y la malidicencia institucionalizadas.

Con relativa fuerza, pues hoy no pueden mostrarse como “modelos a imitar”, por la innegable profunda crisis que sacude a Europa (consecuencia de “tomar la misma medicina” neoliberal que nos inocularon en los ’80 y ’90), es visible que quieren torcer nuestra voluntad y las acciones conducentes al desarrollo socio económico.

Por ello, no sorprende que Europa (la UE) presione por un TLC (Tratado de Libre Comercio), para llenarnos de sus manufacturas que hoy sus empobrecidos pueblos no pueden comprar…y de paso omiten el “libre comercio” para nuestras más eficientes producciones agrícola – ganaderas.

Como cadenas de transmisiones de sus “mensajes” (léase imposiciones, que antes aceptábamos sumisa y resignadamente, con paradigmas y gobiernos dependientes), tienen a la pléyade de “especialistas” (monocordemente neoliberales), comunicadores “exitosos” (léase rentados por el establishment, como algún caso que se destapó con los papeles de Repsol, incautados durante el exitoso proceso de toma de la sede local), y diversos medios del periodismo “libre” (“libre” de todo principio ético y valores nacionales); más los machacares de las ONGs pseudo ambientalistas, pseudo derecho humanistas y pseudo indigenistas; diversas Fundaciones –económicas, “culturales” y otras-), más algunos otros influyentes abulonados en Universidades y otros lugares.

Recientemente, en uno de esos “mensajes” la UE tuvo la osadía de criticar nuestro proteccionismo (de varios países de la UNASUR), y el activo intervencionismo estatal, que son las causas de los formidables desarrollos no solo cuantitativos del PBI, sino cualitativos de diversos indicadores sociales, y de sectores que están transformando nuestras economías, como el industrial y el tecnológico; además por supuesto de las concretas acciones de integración de nuestras naciones.

En eso, ya lo dijo conceptualmente Jauretche, “si la oligarquía se queja, vamos bien; si aplauden, nos estamos equivocando…o vendiendo”.

Lo mismo puede decirse de los poderes imperiales y del paralelo accionar del establishment corporativo financiero transnacional. Y del geronte patriotero de bandera, usurpador del poder como jefe de las tropas de ocupación en las que llegaron a transformar –lamentablemente- a Nuestras Fuerzas Armadas; que no arrepentido de haber destrozado social y económicamente a Argentina, clama por repetir otro acto de ignominia vandálica y antinacional similar al consumado en el “proceso”.

También el vetusto imperio colonialista usurpador, está molesto con el Papa Francisco I, …¡lo cual es muy buen síntoma!

Sin perjuicio de errores y tareas pendientes…¡nos critican…vamos bien!

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

sábado, 16 de marzo de 2013


REFERÉNDUMS, PLEBISCITOS Y OTROS MAMARRACHOS

La frase más acertada para calificar el absurdo referéndum de los kelpers, es considerarlo una autoafirmación de los “ocupas”, de los ocupantes ilegales. Equiparable a una votación de usurpadores de un edificio, que pretendan luego exhibir ese acto reñido de toda legalidad, como base de sus pretensiones de usurpación permanente.

Por otra parte, tal como analicé en mi reciente artículo “El Imperio está molesto”, este referéndum de los isleños británicos, es una prueba palpable demostrativa que el accionar argentino en diversos foros internacionales, con una persistencia y contundencia destacables, está poniendo muy incómoda a la posición colonialista y agresora del vetusto imperio anglosajón europeo.

Más aún molesta al agresivo y vetusto imperio, que el nuevo Papa es argentino. ¡Eso está muy claro, según el siempre agresivo y muy nervioso Cameron!

Es muy claro que el tema de los archipiélagos australes (Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur), es una prioridad para Argentina, pero también para el Mercosur, la UNASUR y la CELAC, por la prolongación de la usurpación colonialista, y por la amenaza que implica a la región y sus proyecciones marítimas y antárticas.

Pero desde otra óptica, queda en descubierto que montar la parodia que es un referéndum monocorde, digitado desde Londres y aceptado por sus súbditos, no oculta la usurpación territorial. Eso también demuestra que esos actos predigitados –llámense referéndums o plebiscitos- pueden ser usados como pantallas de decisiones preacordadas por las cúpulas o sectores del poder.

Y en ese sentido, el absurdo referéndum kelperiano, nos trae a la memoria el rebuscado plebiscito anti represas, montado en Misiones en pleno noventismo (en 1996), aquella década tristemente recordada por ser la de la exacerbación de las muy nefastas políticas neoliberales; las mismas que provocaron miseria, entrega del patrimonio nacional, vergonzosos actos de corrupciones institucionalizadas a escalas mayúsculas, y que casi nos costó la unidad político – territorial de nuestro país, claramente empujado a un proceso infame de balcanización.

En esos años, las deshilachadas estructuras partidarias, conscientes de su creciente deterioro ante la opinión pública, montaron en Misiones el circo politiquero de un plebiscito “en contra de”, en el que no le ganaron a nadie, pues todo el arco político –muy cargado de neoliberalismo activo o de pasivas complicidades con el establishment-, se alineó “para ganar” luego de una maratón de retorcidas opiniones cargadas de errores técnicos, inexactitudes, falsedades de todo calibre; y sobre todo, una absoluta falta de previsión del futuro y de como cubrir la demanda eléctrica sin profundizar la dependencia de los hidrocarburos (petróleo y gas), que ya marcaba un sesgo preocupante en nuestra distorsionada matriz energética.

No pudo sorprender que la claque del ecologismo fundamentalista, tan carente de patriotismo (reemplazado por un difuso “amor a Gea” –La Tierra-), como lleno de dogmatismo fanático, haya apoyado entusiastamente aquel absurdo acto de engaño masivo a la opinión pública que fue el plebiscito.

Y tras bambalinas, también lo apoyaron los múltiples intereses creados, vinculados con la generación termoeléctrica (importadores de usinas convencionales, transportistas de petróleo, asesores especializados, e incluso estructuras interesadas en evitar “usinas que necesitan poco personal”, etc.).

Hoy aparecen otros actores que se suman a la parafernalia anti represas, o viejos actores trasvestidos con nuevos ropajes, como los promotores a ultranza de eólicas, que por sus limitaciones técnicas, necesitan los respaldos de usinas térmicas funcionando en paralelo. ¡Entonces las supuestas “virtudes” ecológicas de las eólicas demuestran su falsedad, y de sus altísimos costos y problemas ambientales, ninguno de sus “promotores” ni se acuerdan ni mencionan!

A casi dos décadas del mamotreto impresentable que fue el plebiscito anti represas de 1996, ninguno de los gestores de entonces pudo probar que ventajas obtuvo nuestra provincia y nuestra nación, con aquel pírrico “triunfo” no solo hueco de sustancia, sino carente de propuesta alguna superadora. Como tampoco ninguno de los que hoy –sin aprender nada de la historia y sin sustento técnico alguno- pretenden mostrar como “un gran logro democrático” ese engendro de la partidocracia mediocre y neoliberal que fue aquel amañado plebiscito, adhiriendo a planteos falsos y descolgados de la realidad, solo sustentables en mentes afiebradas de fundamentalistas de la ecología; y siguen opinando irresponsablemente en un tema complejo que no admite improvisados ni advenedizos, como lo es el energético; con fuertes connotaciones estratégicas, sociales, económicas y geopolíticas.

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

miércoles, 13 de marzo de 2013


LAS MENTIRAS DE GREENPEACE Y ENTES VINCULADOS

Se comprobó fehacientemente que la histriónica “denuncia” de Greenpeace –con la claque de FUNAM- de supuestas aguas radioactivas en Ezeiza, es otra de las usuales mentiras sobre las que el ecologismo fundamentalista monta sus campañas mediáticas. Con nula repercusión en los medios, recientemente La Justicia consideró totalmente demostrado que la denuncia judicial carece de todo sustento: ES FALSA.

Pocos años atrás, Fundación Vida Silvestre –el brazo “argentino” de World Wildlife Foundation (WWF), también hizo una rimbombante “denuncia” mediática de un supuesto trasvasamiento de aguas de Yacyretá al Iberá, con los “avales” de ignotos profesores universitarios, que ni siquiera se presentaron a defender sus acusaciones, montadas sobre mentiras, especulaciones, falsedades y tergiversaciones. Estudios científicos serios permitieron demostrar que tal “trasvasamiento” solo existió en mentes afiebradas o en personas de muy mala fe, y del tema no se habló más, pero tampoco la desmentida tuvo mucha prensa.

También miente Greenpeace, cuando afirma retorcidamente que la usina termoeléctrica de Río Turbio “afectará los glaciares”, en otra campaña de terrorismo mediático, muy salpicada de efectos emotivos. ¡La distancia al glaciar más cercano es de varios cientos de kilómetros, y con vientos “en contra” que alejarán los pocos gases que emanarán de esa usina cuando funcione! Y en nada tiene en cuente el ecologismo cavernario las opiniones mayoritarias de los pobladores de esa ciudad y su entorno, ampliamente favorables a la construcción de esa usina, de gran importancia social, económica, geopolítica y energética (será punta de línea del SADI –Sistema Argentino De Interconexión-, y sin una usina poderosa allí, podrían existir problemas de tensión y de voltaje).

Exageran y mienten esas transnacionales del ecologismo ultra, cuando demonizan a la soja y la minería, “casualmente” dos actividades fuertemente productoras de divisas, y generadoras de muchos puestos de trabajo, de muy buenos salarios al menos en la minería.

Demonizan al gas de esquistos (o no convencional), con excusas “ecológicas” siendo que en realidad quieren impedir nuestro autoabastecimiento, para hacernos dependientes de las importaciones, pues el establishment nos quiere débiles.

Atacan con ferocidad cargada de falsedades a las usinas hidroeléctricas y nucleares, e inculcan miedos “por si acaso”, promocionando como grandes soluciones a energías caras y muy limitadas (no sirven como usinas de base), como son las eólicas y solares, escondiendo que por sus limitaciones, necesitarán –de instalarse masivamente-, también masivas inversiones en usinas convencionales a gas, aumentando con ello nuestra dependencia hidrocarburífera (consumimos demasiado petróleo y gas, en nuestra matriz energética, y de hecho las transnacionales de la ecología buscan –aunque no lo dicen abiertamente- aumentar nuestra dependencia de esos combustibles).

El listado de mentiras y tergiversaciones, puede seguir hasta el infinito.

En cambio, guardan cómplices silencios, cuando se trata de empresas británicas (como el derrame de petróleo de Shell, en las costas de Magdalena); o en los barcos agresores británicos hundidos por nuestros aviones, que con sus armamentos nucleares ¿acaso no los tenían? están contaminando el Atlántico Sur; o se desentienden de problemas “no agendados” (no determinados por sus casas matrices, manejadas desde el imperio colonialista británico, aunque una de sus sedes esté en Holanda), como las matanzas de árboles en Buenos Aires.

Cabría acotar que desde hace varios siglos Holanda opera como subordinada estratégica de Gran Bretaña, por lo que la sede holandesa de Greenpeace es una anécdota, pero ese ya es otro tema.

Al decir “entes vinculados” a Greenpeace se expresa no solo las ONGs del estilo “sellos de goma” (o sea con uno o un puñadito de activistas), como el reciente desprendimiento “grimpiciano” que es la ONG “Los Verdes”, así como FUNAM (Fundación para la defensa del medio ambiente), también con la cara visible de otro activista vinculado a la ONG transnacional; pues también cabe mencionar a los “compañeros de ruta”, dentro de los cuales se destaca (por su machacar mediático fuertemente emotivo, pero no por su seriedad ni certeza científica) otra transnacional, WWF (World Wildlife Foundation) con su filial “argentina” Fundación Vida Silvestre; y cada transnacional con su propia miríada de “sellitos de goma” desplegados en nuestro territorio.

Con la complicidad de casi todo el arco mediático, se repite en forma sistemática la metodología con la cual logran fuertes golpes de efecto, y casi nulas repercusiones de las numerosísimas demostradas falsedades, gruesas mentiras y constantes tergiversaciones, en las que incurren al parecer sistemáticamente, por la recurrencia de ese tipo de acciones.

Cada una de las “denuncias” de estos provocadores supuestamente revestidos con el sayo de “salvadores del mundo”, tiene muy fuertes efectos mediáticos, con amplias coberturas en diversos medios; pero en cambio las contundentes desmentidas que se van concretando, apenas si merecen algún espacio pequeño y marginal, en páginas interiores de los cada vez menos leídos diarios convencionales (en papel), jamás en las tapas de los diarios digitales, y casi por lógica consecuencia, no son mencionados en las radios (que se nutren de noticias de esos medios), ni en noticiosos de la TV.

Recientemente la Justicia Argentina determinó que la muy promocionada denuncia de supuestas “aguas radioactivas” de Ezeiza; eran simplemente una denuncia falsa, sin ningún asidero científico, pese a las estrambóticas y vociferantes denuncias de Greenpeace y sus laderos funcionales (por caso FUNAM y el más reciente “Los Verdes”); con las complicidades del arco de peones mediáticos. De estos últimos, cabría indagar si lo hacen por ignorancia, por cooptación psicológica (léase fanatismo dogmático) o por simples y oscuros intereses venales (léase por aportes financieros u otras recompensas) como el caso de cierto famoso comentarista que se quedó con su sola voz, muy ultra privatista él, a sueldo de Repsol.

El fallo judicial de Lomas de Zamora, determinó con la fuerza de los peritajes científicos incuestionables, que resulta totalmente falaz pretender inculpar a la Comisión Nacional de Energía Atómica, a cuyo Centro Atómico Ezeiza querían endilgar una supuesta contaminación radioactiva que no existe.

Quedó en claro que la CNEA –ente científico de notable trayectoria e incuestionable relevancia, no solo nacional sino mundial-, estaba totalmente acertada en sus descargos, comprobándose que las napas subterráneas del entorno, muestran trazas considerables de nitratos (productos de aguas negras, o pozos cloacales), además de niveles normales de radioactividad.

¡Tal cual, la radioactividad existe en la naturaleza!, y en dosis muy bajas, emana de muchos elementos con los que convivimos diariamente, como las estructuras de cemento, diversos otros minerales,  el agua que fluye arrastrándolos en pequeñísimas moléculas, etc.

Pero mientras tanto, las agresivas y dudosamente bien intencionadas manifestaciones públicas de activistas, difamaron sistemáticamente al Sector Nuclear Argentino, buscando provocar miedos y sentimientos negativos en la población, como parte de las acciones de destrucción de ese puntal del desarrollo tecnológico argentino.

Eso no es inocente ni casual, pues tanto Greenpeace como WWF, son transnacionales creadas y manejadas por Gran Bretaña, y operan como apéndices del poder colonialista, en el marco de la “war soft” (guerra blanda) que claramente y en forma solapada e insidiosa realiza sin descanso contra nuestro país, en pos de su objetivo de volver a transformarnos en una dócil republiqueta, fácilmente manipulable y reducida al rol de mísero productor de materias primas, sin industrias y sin desarrollo tecnológico propio. ¡Solo así se entiende tanto ensañamiento, tanta tergiversación y tanta carga de agresivas mentiras, montado todo en forma tan constante y sistemática!

 

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

LAS MENTIRAS DE GREENPEACE Y ENTES VINCULADOS

Se comprobó fehacientemente que la histriónica “denuncia” de Greenpeace –con la claque de FUNAM- de supuestas aguas radioactivas en Ezeiza, es otra de las usuales mentiras sobre las que el ecologismo fundamentalista monta sus campañas mediáticas. Con nula repercusión en los medios, recientemente La Justicia consideró totalmente demostrado que la denuncia judicial carece de todo sustento: ES FALSA.

Pocos años atrás, Fundación Vida Silvestre –el brazo “argentino” de World Wildlife Foundation (WWF), también hizo una rimbombante “denuncia” mediática de un supuesto trasvasamiento de aguas de Yacyretá al Iberá, con los “avales” de ignotos profesores universitarios, que ni siquiera se presentaron a defender sus acusaciones, montadas sobre mentiras, especulaciones, falsedades y tergiversaciones. Estudios científicos serios permitieron demostrar que tal “trasvasamiento” solo existió en mentes afiebradas o en personas de muy mala fe, y del tema no se habló más, pero tampoco la desmentida tuvo mucha prensa.

También miente Greenpeace, cuando afirma retorcidamente que la usina termoeléctrica de Río Turbio “afectará los glaciares”, en otra campaña de terrorismo mediático, muy salpicada de efectos emotivos. ¡La distancia al glaciar más cercano es de varios cientos de kilómetros, y con vientos “en contra” que alejarán los pocos gases que emanarán de esa usina cuando funcione! Y en nada tiene en cuente el ecologismo cavernario las opiniones mayoritarias de los pobladores de esa ciudad y su entorno, ampliamente favorables a la construcción de esa usina, de gran importancia social, económica, geopolítica y energética (será punta de línea del SADI –Sistema Argentino De Interconexión-, y sin una usina poderosa allí, podrían existir problemas de tensión y de voltaje).

Exageran y mienten esas transnacionales del ecologismo ultra, cuando demonizan a la soja y la minería, “casualmente” dos actividades fuertemente productoras de divisas, y generadoras de muchos puestos de trabajo, de muy buenos salarios al menos en la minería.

Demonizan al gas de esquistos (o no convencional), con excusas “ecológicas” siendo que en realidad quieren impedir nuestro autoabastecimiento, para hacernos dependientes de las importaciones, pues el establishment nos quiere débiles.

Atacan con ferocidad cargada de falsedades a las usinas hidroeléctricas y nucleares, e inculcan miedos “por si acaso”, promocionando como grandes soluciones a energías caras y muy limitadas (no sirven como usinas de base), como son las eólicas y solares, escondiendo que por sus limitaciones, necesitarán –de instalarse masivamente-, también masivas inversiones en usinas convencionales a gas, aumentando con ello nuestra dependencia hidrocarburífera (consumimos demasiado petróleo y gas, en nuestra matriz energética, y de hecho las transnacionales de la ecología buscan –aunque no lo dicen abiertamente- aumentar nuestra dependencia de esos combustibles).

El listado de mentiras y tergiversaciones, puede seguir hasta el infinito.

En cambio, guardan cómplices silencios, cuando se trata de empresas británicas (como el derrame de petróleo de Shell, en las costas de Magdalena); o en los barcos agresores británicos hundidos por nuestros aviones, que con sus armamentos nucleares ¿acaso no los tenían? están contaminando el Atlántico Sur; o se desentienden de problemas “no agendados” (no determinados por sus casas matrices, manejadas desde el imperio colonialista británico, aunque una de sus sedes esté en Holanda), como las matanzas de árboles en Buenos Aires.

Cabría acotar que desde hace varios siglos Holanda opera como subordinada estratégica de Gran Bretaña, por lo que la sede holandesa de Greenpeace es una anécdota, pero ese ya es otro tema.

Al decir “entes vinculados” a Greenpeace se expresa no solo las ONGs del estilo “sellos de goma” (o sea con uno o un puñadito de activistas), como el reciente desprendimiento “grimpiciano” que es la ONG “Los Verdes”, así como FUNAM (Fundación para la defensa del medio ambiente), también con la cara visible de otro activista vinculado a la ONG transnacional; pues también cabe mencionar a los “compañeros de ruta”, dentro de los cuales se destaca (por su machacar mediático fuertemente emotivo, pero no por su seriedad ni certeza científica) otra transnacional, WWF (World Wildlife Foundation) con su filial “argentina” Fundación Vida Silvestre; y cada transnacional con su propia miríada de “sellitos de goma” desplegados en nuestro territorio.

Con la complicidad de casi todo el arco mediático, se repite en forma sistemática la metodología con la cual logran fuertes golpes de efecto, y casi nulas repercusiones de las numerosísimas demostradas falsedades, gruesas mentiras y constantes tergiversaciones, en las que incurren al parecer sistemáticamente, por la recurrencia de ese tipo de acciones.

Cada una de las “denuncias” de estos provocadores supuestamente revestidos con el sayo de “salvadores del mundo”, tiene muy fuertes efectos mediáticos, con amplias coberturas en diversos medios; pero en cambio las contundentes desmentidas que se van concretando, apenas si merecen algún espacio pequeño y marginal, en páginas interiores de los cada vez menos leídos diarios convencionales (en papel), jamás en las tapas de los diarios digitales, y casi por lógica consecuencia, no son mencionados en las radios (que se nutren de noticias de esos medios), ni en noticiosos de la TV.

Recientemente la Justicia Argentina determinó que la muy promocionada denuncia de supuestas “aguas radioactivas” de Ezeiza; eran simplemente una denuncia falsa, sin ningún asidero científico, pese a las estrambóticas y vociferantes denuncias de Greenpeace y sus laderos funcionales (por caso FUNAM y el más reciente “Los Verdes”); con las complicidades del arco de peones mediáticos. De estos últimos, cabría indagar si lo hacen por ignorancia, por cooptación psicológica (léase fanatismo dogmático) o por simples y oscuros intereses venales (léase por aportes financieros u otras recompensas) como el caso de cierto famoso comentarista que se quedó con su sola voz, muy ultra privatista él, a sueldo de Repsol.

El fallo judicial de Lomas de Zamora, determinó con la fuerza de los peritajes científicos incuestionables, que resulta totalmente falaz pretender inculpar a la Comisión Nacional de Energía Atómica, a cuyo Centro Atómico Ezeiza querían endilgar una supuesta contaminación radioactiva que no existe.

Quedó en claro que la CNEA –ente científico de notable trayectoria e incuestionable relevancia, no solo nacional sino mundial-, estaba totalmente acertada en sus descargos, comprobándose que las napas subterráneas del entorno, muestran trazas considerables de nitratos (productos de aguas negras, o pozos cloacales), además de niveles normales de radioactividad.

¡Tal cual, la radioactividad existe en la naturaleza!, y en dosis muy bajas, emana de muchos elementos con los que convivimos diariamente, como las estructuras de cemento, diversos otros minerales,  el agua que fluye arrastrándolos en pequeñísimas moléculas, etc.

Pero mientras tanto, las agresivas y dudosamente bien intencionadas manifestaciones públicas de activistas, difamaron sistemáticamente al Sector Nuclear Argentino, buscando provocar miedos y sentimientos negativos en la población, como parte de las acciones de destrucción de ese puntal del desarrollo tecnológico argentino.

Eso no es inocente ni casual, pues tanto Greenpeace como WWF, son transnacionales creadas y manejadas por Gran Bretaña, y operan como apéndices del poder colonialista, en el marco de la “war soft” (guerra blanda) que claramente y en forma solapada e insidiosa realiza sin descanso contra nuestro país, en pos de su objetivo de volver a transformarnos en una dócil republiqueta, fácilmente manipulable y reducida al rol de mísero productor de materias primas, sin industrias y sin desarrollo tecnológico propio. ¡Solo así se entiende tanto ensañamiento, tanta tergiversación y tanta carga de agresivas mentiras, montado todo en forma tan constante y sistemática!

 

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

jueves, 7 de marzo de 2013


GEOPOLÍTICA Y COLONIALISMO CULTURAL

         Negar la colonización cultural que las potencias dominantes inculcaron y profundizaron en nuestra América Criolla, es como negar la existencia de las acciones de guerras psicológicas, hoy devenidas en el más amplio concepto de guerras blandas; las cuales abarcan una amplísima gama de herramientas, desde los medios tradicionales, los planes de estudios, las comunicaciones convencionales y las múltiples nuevas facilitadas por las crecientes y cambiantes creadas por las tecnologías digitales y electrónicas, etc.

         Las poderosas herramientas de cooptación mental, que incluso llevan en casos extremos a metodologías drásticas como las denominadas de “tabla rasa” (vaciamiento de todos los contenidos mentales normativos y evaluativos, para sustituirlos por las pautas dictadas por los manipuladores), han llevado a niveles de sutileza y de perfeccionamiento, solo comparables con el grado atroz de deshumanización total que los motivan.

         Ese es el amplísimo campo de acción de las guerras blandas, concepto que ha incluido y sustituido al de guerras psicológicas, por ser de mucha mayor amplitud y profundidad.

         Los efectos destructivamente perversos que derivan de esos procesos de cooptaciones mentales, confusiones conceptuales profundas y distorsionadas visiones de la realidad, han sido palpables en una confusas y distorsionadas opiniones  de un “analista estratégico” (a la sazón oficial retirado), de conclusiones tan erradas como las de otro experto geopolítico (en ese caso un General retirado) que demostrando su profundo extravío doctrinario y conceptual, afirmó la –por él supuesta- superioridad de Chile por haber firmado “tratados de libre comercio”, con lo que evidenció no conocer ni la historia económica ni los principios político – económicos reales, ni los sutiles mecanismos de la dependencia. Tan errado eso como los que enseñan como “la verdad asumida” la economía liberal, o la marxista.

         El claro desprecio que demuestra del conocimiento de la Historia Argentina, como si fuese un lastre molesto, revela el grado de confusión conceptual, seguramente acorde al duro proceso de colonización cultural que tiene que haber asimilado cualquiera que incurra en tales confusiones.

         La ignorancia histórica lleva a cometer los mismos errores, y a no tener conciencia de los orígenes de nuestros problemas y de nuestra dependencia.

Es bien sabido (para quienes no llevan anteojeras culturales ni dogmas cerrados que distorsionan sus análisis), que la colonización cultural opera en los distintos niveles de nuestra sociedad argentina, tal como sucede en toda América Latina. Ahora bien, las evidencias indican claramente que ese proceso de colonización cultural y de tergiversaciones conceptuales, ha sido particularmente perverso en los Institutos Militares, en los cuales se inculcó la “historia oficial”, con tan gruesos errores y omisiones intencionales, que es común encontrar personas que incluso de buena fe, afirmen ser “nacionalistas liberales”, lo cual es una incongruencia total, o que repiten como verdades supremas otras frases hechas instauradas por el colonialismo cultural.

 Por supuesto, no se enseña en esos Institutos Militares, que los golpistas y luego asesinos de la “fusiladora” fueron no solo instigados, sino también armados y equipados por la Royal Navy en alta mar, ni se dice que el golpe fue festejado por el gabinete británico (significaba que volvíamos al rebaño como dócil colonia, que aborrecía de la industrialización y de una postura internacional autónoma e independiente, nada menos).

         También es poco conocido que tanto la irracional guerrilla, como la brutal represión que sirvió de marco a las políticas socio económicamente destructivas de los ”Chicago’s Boys” del “proceso”, fueron instigados e incluso armados por Gran Bretaña y seguramente por sus socios de ruta. En eso es muy claro que el Foreing Office siguió al pie de la letra las recomendaciones del historiador canadiense – británico Harry S. Ferns, quien con todas las letras expresó que “solo una guerra civil podría desarticular las fuertes transformaciones positivas realizadas por el peronismo” (la cita es conceptual, no textual, del libro “La Argentina”).

         En ese marco de brutales confusiones y falta de conocimientos históricos, abundaron los escritos, discursos, expresiones varias, y acciones, notablemente erróneos y en muchos casos burdamente perpetrados.

         Por caso, fue corriente leer o escuchar a altos oficiales, que decían “en este país no hay negros”, o “nada tenemos que ver con los indios jíbaros”, y otras barbaridades varias, que implicaban no solo absurdo racismo, sino claros menosprecios a otros pueblos latinoamericanos. Y como libros “de cabecera”, entre varios, uno de un alto oficial de la Marina, que en el colmo del colonialismo mental, después de describir la Guerra de Atlántico Sur (o de Malvinas), terminaba sugiriendo una alianza con Gran Bretaña. Fue el mismo que lanzó la absurda tesis de “La Argentina Insular”, que Guglialmelli contestó duramente con su tesis de “La Argentina Peninsular”.

         Esos mismos afectados por el colonialismo mental, afirmaron sacando pecho, que “somos aliados de EEUU”, no percatándose que operaron como dóciles marionetas, y en el colmo de la ignorancia histórica y geopolítica suponían que EEUU sería neutral en la guerra de 1982, o que incluso nos apoyaría diplomáticamente, desconociendo los fortísimos lazos entre ambas potencias anglosajonas, desde fines del siglo XIX.

         Si hubieran conocido una pizca de historia real (la narrada por los buenos revisionistas, entre otros), se hubieran enterado de las múltiples manipulaciones e injerencias directas perpetradas por Gran Bretaña en Argentina, desde 1852, sin solución de continuidad; y desde antes por medio del infame Rivadavia y sus acólitos.

         Y de esa forma, no hubiese sido Profesor de Historia de una Academia Militar, un geronte de cerrado pensamiento, que narraba una Historia de San Martín que se perdía en las burdas anécdotas (parecía un cuentito para jardín de infantes), omitiendo todo pensamiento estratégico, todo análisis de la realidad histórica y toda mención al pensamiento de Patria Grande que claramente vinculaba a ambos grandes libertadores de Sud América. Y por supuesto, ninguna mención a las sibilinas acciones de zapa e intentos de asesinato al Padre de la Patria, por parte de los rivadavianos; ni de la disolución del Regimiento de Granaderos a Caballo, perpetrada por ese mismo grupo de agentes británicos aglutinados en el sector de los unitarios. ¡Ninguna mención de todo eso!

         Precisamente las cúpulas procesistas fueron claros ejemplos de colonización mental, cuando no de soberbias acciones de traiciones a La Patria. A esas cúpulas me referí al mencionar la pésima conducción político –estratégica de la Guerra de 1982, y no a quienes pusieron el pecho a las balas, como tergiversadamente pretendío hacerme decir un siempre confuso opinante (en Mercedes Opina – on line).

         Tengo el mayor respeto por los ex combatientes, conozco a varios y algunos son muy queridos amigos míos.  Y no olvido que muchos ofrendaron sus vidas, otros volvieron heridos, o mutilados física o psicológicamente…¡por defender nuestro suelo! ¡¡¡COMO NO LOS VOY A RESPETAR!!! Mi mayor respeto para todos ellos.

         Pero claro que las conducciones de la guerra cometieron gruesos errores, por algo lo dice el Informe Rattenbach, que curiosamente los patrioteros de bandera, colonizados mentales o acomodaticios varios, ocultan prolijamente, y ni lo mencionan.

         Y dentro de las conducciones cegadas por años de soberbia y de esa miopía propia de los que no saben pensar por su cuenta (típico de los colonizados mentales), cabe mencionar a las cúpulas de las tres armas, incapaces de coordinar esfuerzos, tal como si la guerra hubiese sido una competencia inter fuerzas, y que aún después de la guerra se sacaban en cara los mayores o menores méritos de una u otra Arma. ¡Absurdo propio de mediocres!

         ¡Que decir de Menéndez, que exigió que le lleven un Falcon (¿no podía moverse en un jeep?), en vez de apurar los envíos de varios cañones de 155 mm., de tan buen desempeño pero que tan escasos fueron!

         ¡Y de los imbéciles que desdeñaban la ayuda soviética, por ser básicamente fieles “al sistema” antes que a La Patria, que es el valor perenne!

         Y por supuesto, que decir del brutal grado de improvisación, y de desconocimiento histórico (postura que tanto le gusta a algún oficial retirado tan erróneamente opinante), que supusieron que Gran Bretaña no reaccionaría y que no habría guerra.

         Y de los Altos Oficiales, que no planificaron adecuadamente la defensa, ni fortificaron los pocos sitios aptos para el desembarque, pues hasta lo último suponían que no se lucharía.

         Y las corruptas y colonizadas mentales cúpulas cívico militares, que mantuvieron a un Ministro de Economía ultra liberal, que continuó los pagos a la Banca Europea (inclusive la británica) aún en plena guerra.

         Por supuesto que respeto a quienes de buena fe expresan gruesos errores, como algún joven oficial, que suponía el patriotismo de un Videla, pues no entendía (hasta que lo comprendió) que fue un traidor a La Patria, al apoyar tozudamente un destructivo plan económico que nos entregó como prostitutas baratas, a los designios de la Banca Transnacional, interesada en el desguace de la Economía Argentina que perpetraron Martínez de Hoz y sus sucesores, como paso previo a la balcanización, que casi consiguen en 2001.

         O como un alto oficial, que de buena fe suponía “la grandeza de la Argentina del Centenario”, hasta que seguramente reflexionó que esa Argentina era el furgón de cola, atado a los designios del Imperio Británico, interesados en que no nos desarrollemos (lo cual no es lo mismo que crecer), y que se oponía (aún lo hace) a nuestro desarrollo tecnológico propio y nuestra industrialización.

         Evidentemente, algunos confusos y críticos opinantes, tienen el tremendo error conceptual (inculcado fuertemente en el “proceso”) de considerar “zurditos y peligrosos antinacionales”, a todos los que pensamos por nuestra cuenta y tenemos el coraje cívico de expresarlo, no entendiendo ni remotamente la existencia del Pensamiento Nacional.

         Ya lo expresé en algunos artículos anteriores, y en uno o dos de mis libros: tengo el mayor respeto y un recuerdo excelente, de dos grandes que me enseñaron nociones de Geopolitica, el Coronel Jorge Luis Rodríguez Zía y el General de División Juan Enrique Guglialmelli. Además, entre otros expreso mi reconocimiento al notable pensador “oriental” Alberto Methol Ferré (a quien agradezco la deferencia de prologar uno de mis libros de Geopolítica); y a mi amigo el Dr. Miguel Ángel Barrios, destacado asesor de la UNASUR y de la CELAC.

         Por supuesto, tengo algunos amigos de las FFAA y muchos respetados conocidos en esas instituciones. Y considero a las Instituciones que son las FFAA como elementos muy importantes y totalmente necesarios para la conformación nacional. Lo cual no puede ser obstáculo para conocer que hubo serios errores, graves confusiones doctrinales y fallas muy profundas en los procesos de formación, que debemos intentar corregir y mejorar.

         Al respecto, fijé postura pública, al salir al cruce a las prédicas corrosivas de Osvaldo Bayer y otros “indigenistas”, que en una campaña muy funcional al Reino Unido, predican un indigenismo a ultranza, cargado de odios y resentimientos, con lo que preparan el terreno para una fragmentación política y territorial de Argentina, que en una campaña propagandística brutalmente distorsiva cargan contra la figura del General Roca (a su modo y en su época un patriota, con virtudes y defectos), y al atacar a Roca atacan con odio a las instituciones de las FFAA. Esa campaña de difamación de Bayer y sus acólitos anarquistas, es funcional a la que perpetran ONGs y Fundaciones financiadas por Gran Bretaña, como por ejemplo Mapuche Nation, con sede en Bristol. Mal puede entonces algún descolgado opinante, atribuirme un antimilitarismo cerril, ni afinidades con otros violentos de distintas trazas.

         Tampoco se puede desconocer que el proceso de colonización cultural afectó tanto a ciudadanos civiles como a militares. Solamente que sacar el velo de las confusiones doctrinarias, históricas y conceptuales, puede ser muy dificultoso en las necesariamente muy jerárquicas y verticales instituciones como son las FFAA.

         Otros dislates que evidencian desconocimiento y serios grados de colonización cultural, como “comprar” las opiniones de los personeros del liberalismo aplicado al Sector Energético, al afirmar –sin conocimientos en la materia- los supuestos “errores totales” en la materia, ni merecen ser contestados, pues incluso lo han sido en numerosos de mis artículos, y el tema está también mencionado en mi nuevo libro, recientemente publicado por vía electrónica, fácilmente obtenible en mi blog. http://caoenergia.blogspot.com.ar/

         Se suele desconocer la enorme importancia de ser un país desarrollado, como fundamento de la Defensa Nacional, lo que se evidencia al desconocer y/o despreciar el fuerte crecimiento del PBI de los últimos años, los fuertes presupuestos para diversas áreas tecnológicas, la reindustrialización, la notables inversiones en obras públicas de grandes importancias no solo sociales sino también estratégicas, las políticas activas para inducir al desarrollo, las recuperaciones de empresas y áreas económicas emblemáticas, y los apoyos a las acciones de claro corte geopolítico como las creaciones de la UNASUR y la CELAC, que solo los dogmáticos incurables pueden omitirlas en sus “análisis”.

         Por cierto que hay errores y cosas faltantes, entre ellas un mayor reequipamiento de las FFAA –concepto que mencioné en algunos artículos-, pero solo los cerrados de entendimiento y dogmáticos muy mediocres (de los que se consideran analistas y estrategas) pueden omitir entender la diferencia entre heterodoxia y ortodoxia económica, y con ello pasar por alto que en los últimos años, muy claramente los principales referentes del variopinto arco opositor, pretenden volver a imponernos los retrógrados enfoques e ideas del liberalismo absoluto, de corte dieciochesco, que tantos perjuicios indudablemente nos ha producido.

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

sábado, 2 de marzo de 2013


MINERÍA PARA EL DESARROLLO O PARA LA DEPENDENCIA

Una reciente nota del Dr. (Geólogo) Ricardo Alonso, se agrega a otra que hace pocos meses fue publicada por el Presidente de GEMERA –Grupo de Empresas Mineras Exploradoras de la República Argentina-, el Dr. (Geólogo) Julio Ríos Gómez; coincidiendo ambos en expresar claramente sus totales adhesiones al pensamiento filosófico – económico de acentuados matices ortodoxamente liberales, o sea claramente opuestos a la heterodoxia o “capitalismo de Estado” vigente. Esa adhesión al liberalismo extremo es evidente, al criticar fuertemente las medidas estratégicas de intervencionismo estatal aplicadas en los últimos años.

Ambos profesionales son claramente personalidades muy destacadas del ámbito de la minería argentina, y sus sólidos basamentos en temas técnicos de geología y minería no pueden ser sino muy respetados.

Al Dr. Alonso no tengo el gusto de conocerlo personalmente, pero leo habitualmente sus didácticas y siempre bien fundamentadas notas periodísticas, difundidas en publicaciones vinculadas a la actividad minera. Por cierto que esos artículos me permiten ir conociendo con mayores basamentos científicos esa apasionante y compleja actividad que es la minería.

Al Dr. Julio Ríos Gómez y a varios profesionales y empresarios del sector, tuve el enorme gusto de conocer y de escuchar, en una reunión a la que fui amablemente invitado; en oportunidad de un breve viaje a San Juan, motivado por  una reunión técnica organizada por el CAP (Comité Argentino de Presas), pocos meses atrás.

La profunda versación en temas mineros y la evidente gran experiencia que este profesional y su equipo aquilatan, nos permitieron a quienes concurrimos a esa interesantísima reunión con la cúpula minera sanjuanina, recibir valiosas y muy bien fundamentadas explicaciones, además de informaciones técnicas de primera mano. Por esa deferente invitación, los asistentes sin duda estamos muy reconocidos.

No obstante, dicho con leal espíritu crítico, en aquella didáctica reunión realizada en San Juan, se pudo advertir que en ese ámbito prima una fuerte postura económica ortodoxa, o sea basada en pautas económicas dieciochescas, ancladas en el llamado “pensamiento económico clásico” liberal pregonado por el británico Adam Smith. Inclusive parecería primar una clara admiración al “modelo chileno”, no solo en lo concerniente al mayor desarrollo trasandino de la actividad minera, sino en lo referente al supuesto “mayor desarrollo” respecto a Argentina, que desde esa particular óptica parecerían interpretar de la realidad de Chile.

La minería en gran escala es de larga data en Chile, y en Argentina es relativamente reciente; siendo sin duda más desarrollada en el país trasandino.

Pero llevado el análisis al contexto general, tomar como “modelo a seguir” a Chile, es una opinión que si bien puede ser mayoritaria en el sector minero argentino, es por lo menos harto discutible. ¿Puede ser “el modelo a seguir” una economía reducida casi totalmente a la producción primaria, que en aras al “libre comercio” renunció a todo intento de industrialización general (carece de industria automotriz, de motocicletas, de electrodomésticos, electrónica, de maquinaria agrícola, etc.); que claramente no alcanzó los niveles de desarrollo tecnológico de Argentina (por caso en la tecnología agrícola de precisión, nuclear, aero espacial, satelital, etc.), y que no evidencia el énfasis en lo tecnológico del que da muestras la Argentina actual; que tiene un sistema de educación pública arancelada cara y excluyente; cuya sociedad es estratificada, con poca o nula movilidad social, con los sectores medio alto y alto claramente diferenciados del común de la gente; y con un PBI que no solo es fuertemente primarizado sino también que es la tercera parte o menos que el Argentino?

Desde ya no es un dato menor que todas las Potencias Emergentes practican de distintos modos la heterodoxia económica -Estado activo e interviniente-, mientras que las Potencias Centrales, que en los últimos años “han probado su propia medicina” de liberalismo extremo y salvaje, se debaten en una profunda crisis socio – económica y política. Esa misma “medicina venenosa” nos habían impuesto a todos los países del mundo “en desarrollo” (léase excluido) y en Argentina nos costó la peor crisis de la historia, y por poco nos cuesta la unidad nacional, claramente amenazada en esos años de desembocar en un trágico cuadro de balcanización.

Curiosamente los dos opinantes, tal vez como voceros del sector minero, muestran elíptica pero claramente su adhesión al sistema político – económico de tan perversos y nefastos comprobados resultados, como los que padecimos en 2001-2002. En mérito a la buena fe no puesta en duda de ambos destacados profesionales, puede asumirse que los profundos conocimientos en geología y minería, no acreditan necesariamente los debidos conocimientos de economía, historia económica y geopolítica, que deberían los basamentos lógicos de las ideas críticas expuestas.

En ese marco de disvalores –sin duda expresados sin mala fe, pero muy fuera del contexto socio económico real-, no puede sorprender que esos referentes de la minería argentina, hayan opinado en forma críticamente negativa respecto a muy trascendentes y estratégicas decisiones adoptadas en los últimos años, como la reestatización parcial de YPF, de los fondos previsionales, del cambio de funciones y roles del Banco Central, de las limitaciones a las nocivas fugas de divisas, y otras.

¿Acaso pueden ignorarse las arteras maniobras de desabastecimiento del mercado interno, de fuga de divisas, de vaciamiento empresario, y antes de saqueo acelerado de nuestras reservas de petróleo y gas, perpetrados por la transnacional española que –privatizaciones salvajes mediante- se apoderó de nuestra emblemática petrolera de bandera? ¿Puede desconocerse la enorme importancia estratégica de contar con una petrolera estatal, como casi todos los países del mundo con vocación de grandeza?

¿Se desconoce acaso el cúmulo de negocios “poco claros” efectuados bajo el corrupto sistema de las AFJP, que además de beneficiar a conocidas corporaciones, estaba desfinanciando el sistema previsional argentino? ¿Se prefiere tal vez que Argentina vuelva a endeudarse en el exterior, en lugar de autofinanciarse, retribuyendo a la ANSES los correspondientes intereses?

¿Puede acaso creerse el dogma de los Bancos Centrales “independientes”, que en realidad son dependientes de las corporaciones financieras transnacionales; y vinculado con ello, puede admitirse que el Sector Financiero –especulador- maneje y condicione al Sector Económico –productor-?

¿En un país de dimensiones continentales como Argentina, puede omitirse la existencia de una aerolínea de bandera, que una nuestro extenso territorio? ¡Pocos podemos darnos el lujo de movernos en aviones privados corporativos! ¿Acaso se olvidó el saqueo alevoso de Aerolíneas Argentinas, a manos de operadores extranjeros “privados” y supuestamente “más eficientes”?

El formidable crecimiento e incluso desarrollo económico que se concretó en los últimos años, en buena medida es clara consecuencia de haberse implementado Políticas de Estado activas, conducentes a esos fines. ¿Y pese a eso nos quieren hacer volver a perimidos esquemas “noventistas”?

Muchos argentinos de bien, queremos el desarrollo de la minería argentina, pero como actividad integrada y que sustente el desarrollo socio económico integral. Mas de ningún modo resulta aceptable que bajo imposiciones sectoriales se pretenda volver a imponer nefastas políticas económicas que nos destrozaron y nos colocaron de rodillas, como una dócil colonia republiqueta títere de los poderes financieros transnacionales.

Y por supuesto, es sumamente conveniente que se amplíe el abastecimiento de insumos mineros nacionales, como una forma activa de inducir el efecto multiplicador en toda la Economía Argentina.

Los esquemas de “libre comercio” y “economía abierta” fueron los que en lugar de posibilitar el desarrollo integral nos posicionaron como el manipulable “país –estancia” en el que se nos constriñó desde que el liberalismo económico extremo –irracional y miope- se adueño del poder, tirando por la borda toda idea concreta de Grandeza Nacional. Mientras, las potencias dominantes, predicaron liberalismo y aplicaron proteccionismo y fuertes grados de intervenciones estatales.

La Historia debe servir para no repetir errores.

Australia y Canadá nos superaron ampliamente, porque no fueron irracionales ni dogmáticos cerrados, apostando a sus desarrollos integrales, compatibilizando industria, tecnología y servicios, con sus amplias potencialidades como productores primarios. En Argentina, la cerrazón mental y egoísmo de la llamada “oligarquía vacuna” (en rigor de la Pampa Húmeda), impidió tozudamente todo desarrollo industrial, tecnológico, y toda lógica mejora sensible en lo social, queriendo hacer perdurar esquemas feudales propios del medioevo. ¡No queremos repetir eso con la minería!

¡Minería para el desarrollo sí, pero minería neocolonial, no!

 

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ