OMISIONES Y FALSEDADES DE LAS RENOVABLES SESGADAS
Eólicas y solares las defino como “renovables sesgadas”, pues las leyes
específicas de Argentina, contra toda lógica técnica y realidad empírica, excluyen
del concepto legal de “energías renovables”, a las hidroeléctricas de más de 50
MW.
Eso es una amañada incoherencia, cargada de ignorancia cuando no de
maliciosidad, por parte de los volubles legisladores, influidos o presionados por
los personeros de adentro y de afuera, de esos intereses creados, que buscan
claramente imponerlas al como sea, obedientes de agendas transnacionales del
Bloque Atlantista, pero de cuya obediencia ciega también se benefician potencias
extra atlantistas, como China, gran exportador de paneles solares, y los europeos,
proveedores de centrales eólicas.
Excluyendo a hidroeléctricas del concepto legal, les impiden acceder a la
sumatoria de ventajas y facilidades montadas a favor de las “renovables”, y a la
vez esos intereses creados buscan anular la competencia, pues las hidroeléctricas
generan Energía de Base (no como eólicas y solares, que son intermitentes), y sus
costos reales por kWh son sensiblemente menores, entre otras ventajas a favor
de la hidroelectricidad.
Se analizan datos no difundidos, tergiversados, o falsos de “renovables”.
- Se promocionan como “energías limpias”, ocultándose los muchos costos
ambientales, cuidadosamente omitidos por sus promotores. Contaminan al
fabricarse, transportarse, instalarse, mantenerse durante sus breves vidas
útiles, y finalmente disponer de sus residuos al término de uso.
- Contaminan más aun, si se utilizan acumuladores (baterías) para almacenar
energía, salvando con eso las intermitencias, pero los ácidos y otros
componentes tóxicos de las baterías, son de difícil neutralización, al término
de las muy cortas vidas útiles de las baterías.
- Se omiten las protestas de pobladores, que se oponen a sus instalaciones,
por las muchas molestias y perjuicios que ocasionan. Entre otros problemas,
las extensiones de tierras inutilizadas en torno a las eólicas, como “área de
seguridad” para evitar daños a personas y animales, por desprendimientos
de partes y de bloques de hielo, esto en zonas frías; los desmontes y
derribos de flora, desproporcionados para las casi irrelevantes capacidades
productivas de solares; y tanto en eólicas y solares, las problemáticas
disposiciones finales de sus componentes, no biodegradables e incluso
contaminantes (como los lubricantes en las eólicas y componentes tóxicos
de los paneles, además de vidrios astillados y peligrosos, de las solares).
- Las eólicas causan ruidos molestos, que alteran a pobladores cercanos, y
operan como degolladores de pájaros, entre otras consecuencias nada
“ecológicas”.
- Tampoco se registran correctamente, las contaminaciones de centrales
termoeléctricas, que deben funcionar como respaldos, en muchos casos “en
caliente” (funcionando) de las “renovables”, para suplir los baches de
generación.
- Los ya mencionados acumuladores, ocupan espacios desproporcionados
que impiden su utilización para grandes potencias. Por algo, la vieja Europa,
con muchas inversiones en eólicas y solares, no aplica la “solución” teórica
de los acumuladores, que evidencian ser hoy por hoy inaplicables para muy
grandes potencias, como las del sistema interconectado de la Unión
Europea. Por eso consumen petróleo, gas y carbón, y en el caso de Francia
y el Reino Unido, apelan a la energía nuclear.
- No se expone con claridad y precisión, a cuanto ascienden por kWh, las
sumatorias de “ventajas especiales” con las cuales se favorece a las eólicas
y solares, para con eso impedir que, por sus altos costos reales, queden
totalmente fuera de competencia, frente a otras tecnologías de generación.
Esas “ventajas especiales”, forman un enmarañado combo de exenciones
impositivas, facilidades financieras, subsidios y otras ventajas que parecen
configurar un cuadro claramente abusivo, el cual incluye incluso la prioridad
para el despacho de energía (venta al sistema interconectado o a usuarios
determinados), sin importar que, al momento de despachar esas energías,
existan otros generadores que puedan abastecer a costos inferiores.
- Lo lógico sería que eólicas y solares aporten algún tipo de soluciones, así sea
parciales, adaptándose a las necesidades del servicio público. Pero por el
contrario, y bajo constantes presiones de los “medios especializados”, y
seguramente con gestores que operan para eso, todo funciona al revés,
pretendiendo que las otras usinas operen para facilitar el funcionamiento
de las “renovables sesgadas”, incluso obligando a hacerlas funcionar por
fuera de sus especificaciones técnicas, con lo cual no solo se desperdicia
capacidad de generación más económica y de mejor calidad, sino que se
atenta contra la vida útil de cada central obligada a operar con paradas,
arranques, picos y valles de generación, en los casos de usinas diseñadas
para operar en forma constante. Según referencias de buena fuente, eso se
está buscando implementar en los casos de grandes hidroeléctricas, y no
sería raro que buscaran imponer lo mismo para las centrales nucleares, las
que por diseño y especificaciones técnicas deben generar a pleno, como
bases del sistema eléctrico.
- Los costos reales de generación, por kWh, de eólicas y solares, brillan por
sus ausencias, en medio de las densas palabrerías que a diario se publican
en “medios especializados”, en comentarios de “periodistas
especializados”, así como en expresiones de dirigencias políticas
involucradas o que apoyan de uno u otro modo, a esas poco eficientes y
nada limpias generadoras eólicas y solares
Muy pocos o casi nadie parece tener conciencia que, si nuestro país acepta
mansamente las imposiciones de los sectores del Poder Transnacional que
buscan imponer matrices eléctricas basadas en “renovables sesgadas”, iremos
directamente a un pernicioso cuadro de pobreza energética, de doble efecto, por
costos muy altos de generación, y por problemas técnicos en el sistema
interconectado, a consecuencia de las intermitencias del servicio, que pueden
obligar a implementar costosas soluciones de apuro, en vez de cuidadosas
inversiones en planificaciones a largo plazo que busquen eficiencia y solvencia
técnica, imprescindibles para sustentar nuestro necesario desarrollo socio
económico.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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