jueves, 7 de abril de 2022

 PATRIOTISMO Y SOBERANIA NO ES SOLO DECLAMAR MALVINAS 
En fechas como las que transitamos, ni los cipayos asumidos (como ciertos pseudo intelectuales macristas y otros similares, como los libertarios), se animan a opinar en contra del sano patriotismo, que aflora con fuerza y convicción. 
Pero es de importancia crucial, teniendo en cuenta los muchos peligros concretos que amenazan nuestra soberanía, nuestra integridad territorial, y nuestra propia existencia como Unidad Nacional, considerar que el sensible y muy delicado tema de la soberanía, no comienza ni se agota en Malvinas, y que para consolidarlo es imprescindible pasar de lo meramente declamativo, a las acciones concretas para construir y consolidar la efectiva Soberanía Nacional. Analizado desde el rigor de la Geopolítica, China nunca hubiera recuperado Hong Kong y Macao, si previamente no se hubiera consolidado como una de las potencias regionales (y hoy incluso uno de los referentes mundiales). Con la sola presión, en su rol de Potencia Soberana, logró recuperar esos territorios, usurpados desde mediados del siglo XIX, y lo hizo sin necesidad de tirar un solo tiro ni efectuar movimientos de tropas u otro tipo de presiones de ese tipo. 
En Argentina, para ser creíble, e incluso para alejar los muy concretos riesgos de disolución nacional, que con sutileza las potencias neocolonialistas instalan y fogonean, es totalmente necesario poner el rumbo decididamente hacia el desarrollo socio económico en un marco de respeto total hacia nuestra soberanía e integridad territorial. 
Y para eso, el desarrollo tecnológico autónomo, unido al industrial, y al desarrollo social, con la total integración territorial, son imprescindibles, pues con la economía primaria y la concentración económica en la Pampa Húmeda, simplemente no alcanza; y en ese contexto, se es dependiente crónico, con un modelo primario de simple exportador de materias primas. 
Para advertir a los incautos, desinformados crónicos y confusos varios, debe tenerse muy en cuenta que determinados Grandes Poderes que operan a escala planetaria, tienen en sus agendas más activas las perpetraciones de desguaces de los Estados en situación de debilidad, e incluso la desaparición fáctica de los mismos, bajo la infame figura de Estados fallidos. Todo eso enmarcado en la globalización salvaje, materialista objetivo de neoesclavitud a escala planetaria. 
Se pueden citar muchos casos de Estados fragmentados o incluso desguazados: Checoslovaquia (dividido en dos); Yugoeslavia (separado a los bombazos previa instigación de odios profundos, en siete naciones); los separatismos y agresiones de los “democráticos”, en el estratégico Cuerno de África; Iraq; Libia; Siria (que no se desguazó pero sigue siendo agredida por “los democráticos”, frenados por la intervención de Rusia); varios empobrecidos países excolonias de Francia y de Gran Bretaña, amenazados por fuertes odios internos, que pudieron ser exacerbados por los europeos colonialistas; Guatemala, con Belice usurpada y separada por la nociva acción de Gran Bretaña; debiendo agregarse las acciones separatistas fogoneadas en Bolivia, Brasil, y en forma semi encubierta y larvada, en Argentina y Chile.
Más atrás en el tiempo, caben recordar las usurpaciones territoriales de EEUU en perjuicio de México, el desguace de La Gran Colombia en cuatro naciones; la fragmentación de la América Central; y las acciones de achicamiento territorial de los unitarios rivadavianos pro británicos en los primeros años de Argentina. 
Para lograr esos deleznables fines, en particular las Potencias Atlantistas, con las dos anglosajonas a la cabeza, utilizan diversas herramientas para instalar, inducir, fogonear y finalmente perpetrar alguno de los diversos formatos de agresiones, conducentes a la desintegración de los Estados naciones atacados, o al menos para mantenerlos sumidos en el subdesarrollo crónico, con lo cual quedan en estado latente muy proclive a su disolución. 
Entre otras muchas herramientas de presiones, utilizan diversos tipos de ONGs, Fundaciones y otros medios, pudiendo señalarse las siguientes, sin excluir a muchas otras; 
* Las ecologistas de tipo cavernario, o algunas descaradamente operando para los “servicios” de esas potencias, como Greenpeace y WWF, con sus diversas ramificaciones o derivaciones en otras ONGs menores creadas en los países agredidos; 
* otros tipos de ONGs, como las “indigenistas” que promueven el “racismo inverso” de odio al blanco y pretenden crear “Estados” autónomos como pasos previos a la escisión territorial (sobresale en ese perverso accionar la ONG Mapuche Nation, con sede en Bristol e integrantes británicos, excepto el supuesto presidente de la misma); 
* ONGs derecho humanistas siempre sesgadas hacia el discurso pseudo democrático de las potencias instigadoras (que pretenden instalar “democracias” al estilo anglosajón europeísta subordinadas a los dictados de ese centro de poder, pasando por sobre las idiosincrasias locales); 
*  Otros tipos diversos de ONGs; con letras dictadas desde las Potencias Atlantistas, como los que promueven la disolución de valores esenciales del ser humano o buscan promover confrontaciones internas, dejando de lado la prioridad del desarrollo y la soberanía; 
*  Fundaciones diversas, en muchos casos promotoras a ultranza de la “libertad” política y económica en el formato del nada inocente liberalismo, de su exacerbación el neoliberalismo, y su paroxismo el “libertarismo”; 
*  Distintos formatos de entes supranacionales, siempre sesgados hacia esos mismos centros de poder, como la Sociedad Interamericana de Prensa, que nunca protesta por la elevadísima concentración del poder, de empresas oligopólicas del sector, como ocurre en Argentina, Brasil y muchos otros. 
*  Las agencias de noticias, que sin rubor alguno distorsionan y presionan a favor del “pensamiento políticamente correcto” del Atlantismo, por caso tildando de “regímenes” a gobiernos que no les son dóciles, y exaltando a figuras y figurones puestos por esos mismos poderes, como el impresentable caso de Guaidó, entre muchos más. En este momento, hay una muy fuerte guerra mediática para desacreditar a Rusia, ocultando las agresiones previas y actuales de la OTAN. Hace al caso recordar que, en 1982, esos mismos medios catalogaban a Argentina como país agresor, ocultando el agresivo colonialismo británico. 
*  Los personajes, que evidenciarían ser protegidos de las embajadas anglosajonas, que con total descaro operan desde adentro en contra de los sagrados Intereses Nacionales, como los promotores del desguace neoliberal, y los “intelectuales” que apoyan las usurpaciones británicas en los tres conjuntos de islas, incluso con algunos llegando más allá, diciendo desvergonzadamente “no entender de problemas de soberanía” (Macri), o que si fuera por ellos cederían también la Antártida y Tierra del Fuego (Lucas Llach); y como los economistas eternos promotores del achicamiento, como son todos los neoliberales y libertarios, con muchos espacios en los medios concentrados. 
Particularmente preocupantes, son los casos de ciertas “progresías” y de los patrioteros de bandera. Los primeros, son consumidores fáciles sin mayores razonamientos, de ideas nada inocentes emanadas de los países neocolonialistas y sus socios menores. Tales los casos de los “viudos del marxismo”, que indefectiblemente terminan jugando a favor de las posturas e intereses de las oligarquías y sus mandantes extranjeros. 
Los sectores de violencias explícitas de las “izquierdas” fueron los que con su accionar resultaron funcionales a los que buscaban tomar el poder total, como lo perpetraron en el “proceso” de 1976. No fue casualidad que se hayan interceptado al menos dos cargamentos de armas y municiones, bajadas de un barco y un avión británicos, cuyos destinatarios eran -con certezas o fuertes presunciones- esos grupos guerrilleros. 
Todo acorde a la guerra civil, que el intelectual británico Harry S. Ferns definió como la única forma de destruir los fuertes y notables avances sociales y económicos logrados por el peronismo. 
No fue casualidad que los anglosajones, directa o indirectamente, fogonearan a ambos sectores (guerrilleros y milicos liberales) a desatar la orgia de violencia y destrucción en la se sumió a Argentina, caos en cuyo contexto a los poderes tras las sombras les fue fácil embretarnos en el neoliberalismo, con todas sus destructivas consecuencias. 
Eso lo explica muy bien en uno de sus libros, el patriota Dr. Julio Carlos González, que por su probado patriotismo sufrió cárcel y torturas psicológicas durante todo el perversamente antiargentino “proceso” de 1976 – 1983.
Los segundos, tan colonizados mentales como los más, gritan el supuesto “patriotismo” a voz en cuello, pero como fueron colonizados mentales en grados superlativos, desde 1955 en adelante, y mucho más desde 1976, son ignorantes en grados sumos, en temas esenciales como Historia Argentina e Historia Mundial, Economía y Geopolítica. Hay honrosas excepciones.
Son privatistas a ultranza hasta la necedad, olvidando que ellos mismos son simples empleados públicos con uniforme. Se burlan de la industria argentina, incluso con voceros que afirman agresivamente que “en Argentina no se puede fabricar nada”, culpando a los obreros, pero omitiendo las gruesas responsabilidades de los estafadores – timberos de las finanzas, fugadores de divisas y otros delincuentes de guantes blancos-. 
Sus cerrazones mentales son tan profundas, que obedeciendo las cadenas de “mensajitos” que reciben con frecuencia para mantenerlos “alineados” (o más bien alienados), justificaron la estafa mayúscula de Vicentín, “en defensa de la propiedad privada”, sin razonar -no están entrenados para eso- que se estafó al Banco Nación y a muchos pequeños productores rurales. Los patrioteros de bandera desconocen los muchos logros de los científicos argentinos, y se regodean cuando los desfinancian o los obligan a emigrar, mientras se alegran cuando se gastan divisas en importar tecnologías y bienes industriales que bien se podrían producir localmente. 
Se llenan las bocas declamando el coraje demostrado en Malvinas, pero ni se les ocurre cuestionar toda la desastrosa conducción de los muy nulos milicos proceseros, que nos llevaron de las narices a una derrota militar de la cual seguimos pagando las consecuencias. 
Tan nulos e ignorantes esos milicos proceseros, que ignorando las gruesas advertencias de la historia, supusieron la neutralidad de EEUU y de la OTAN, aliados históricos de Gran Bretaña y contumaces agresores a escala planetaria. 
Tan iletrados que se llenan las bocas alabando la “grandeza” de la Argentina del Centenario, ignorando que operábamos como dóciles furgones de cola a las órdenes del Imperio Británico, negándonos al desarrollo industrial cuando la coyuntura mundial nos proveía de los recursos necesarios para esa gran transformación positiva. 
Tan ignorantes que siguen alabando como próceres a infames traidores a la patria y agentes al servicio extranjero, como Urquiza, Rivadavia y Mitre, entre otros.
¡Y siguen “enseñando” esas aberraciones conceptuales, en los institutos de (de)formación militar! 
Tan obtusos mentales, que siguen ignorando que el motivo real del golpe de Estado de 1976, fue para imponer el infame y apátrida neoliberalismo, que tanto daño nos sigue haciendo. 
El tema no se agota. 
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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