martes, 18 de noviembre de 2014
LA DESPÓTICA TIRANÍA DE LOS ECONOMISTAS NEOLIBERALES
A quienes “conocemos el paño” no nos puede sorprender la denuncia pública que el economista Andrés Asiain –docente de Economía de la UBA, y claro exponente de la heterodoxia económica-, hizo recientemente, referente a claras y arteras maniobras persecutorias, perpetradas para entorpecer su normal dictado de la cátedra, señalando en el caso a una nueva funcionaria vinculada a un sector político claramente pro oligárquico, ultra conservador y volcado a la más dura ortodoxia económica (o sea al neoliberalismo), y a parte de las estructuras no docentes y académicas.
Tampoco puede sorprender que en su columna económica, Alfredo Zaiat haya señalado un documento producido por el citado economista Asiain, junto a sus colegas Rodrigo López y Nicolás Zeolla, el que titularon “Enseñanza y ensañamiento del neoliberalismo en la Facultad de Ciencias Económicas-UBA”, en el cual denuncian una carga excesiva de matemática, en desmedro de materias importantes para comprender la realidad, en su compleja integridad, expresándose textualmente: “que la descontextualización entre la realidad económica nacional y la formación que reciben los economistas se evidencia “en hechos insólitos como que la mayor parte de los egresados no haya estudiado la explotación de recursos naturales vitales para el país, como el petróleo y la minería. También se encuentra ausente el estudio de las economías regionales, así como el de las economías latinoamericanas. El resultado es que el egresado de la carrera carece de elementos para comprender el funcionamiento de la economía argentina, ámbito central donde debería desarrollar su profesión”.
Otro párrafo significativo indica: “El resultado es que el egresado de la carrera carece de elementos para comprender el funcionamiento de la economía argentina, ámbito central donde debería desarrollar su profesión”. Dicho claramente, se están formando tecnócratas, capaces de elaborar sesudas teorías econométricas en el aire, pero que son ignorantes totales de la realidad nacional, e incluso la realidad mundial.
Zaiat cita a un economista liberal, autor de un libro cuyo título ya exime de mayores comentarios: “Los Economistas Como Armas de Destrucción Masiva”, claramente refiriéndose a la catarata de daños impiadosos cometidos con arrogancia y culposo desdén, por esos altivos economistas que se arrogan la suma del conocimiento económico, no importándoles un ápice las nefastas consecuencias de sus teorizaciones divorciadas de la realidad; lo precedente en clara y directa referencia a los tecnócratas neoliberales, que tanta destrucción socio económica provocaron en cuanto país condujeron, tal como sucedió en Argentina en el cuarto de siglo 1976-2001, y sobre todo en la “segunda década infame” acaecida entre 1989 y 2001.
Por supuesto que el nada inocente dogmatismo de los liberales –de vieja y perversa suma de acciones en Argentina, en cuanto gobierno ultra conservador o reaccionario en extremo padecimos entronizado en el poder-, resulta tan perjudicial y fuera de la realidad,
como el accionar de los marxistas ortodoxos, que todo comienzan y terminan referenciando a la revolución bolchevique, considerando de validez universal y atemporal, los razonamientos pergeñados por Marx y Engels en el período decimonónico en el marco de dos de las potencias industriales de esos años (Gran Bretaña y Alemania), y por otra parte, con razonamientos económicos montados sobre la escuela económica liberal, cuyas bases resultan demostradamente falsas y amañadas, tal como lo demostraron con contundentes razonamientos Friedrich List, John Maynard Keynes, Michal Kalecki, John Nash, Viviane Forrester, Naomí Klein, y Walter Graciano, entre muchos otros.
Las actuales persecuciones que padece el economista heterodoxo A. Asiain no constituyen un deplorable hecho aislado, o carente de antecedentes.
Es bien sabido (pero cuidadosamente ocultado a la opinión pública), que es metodología usual de los sectores más recalcitrantemente antinacionales (como liberales y marxistas), predicar de viva voz valores abstractos como “libertad”, “democracia”, “equidad” y “justicia”; pero sus actos sistemáticamente se ubican en las antípodas, pues son tiránicos, excluyentes, impiadosamente marginadores al como sea, contra quienes no comparten sus planteos doctrinales, peor aún si exponen pública y decididamente sólidos fundamentos que avalan visiones doctrinales que invalidan con la contundencia de los hechos, las dogmáticas perversiones político-económicas que aquellos presentan como “verdades reveladas”.
Hace al caso recordar que por motivos similares a los expuestos por el economistas Asiain, en 2005 de hecho se me expulsó, al rescindirse el contrato que me vinculó por más de dos décadas, como docente-investigador a la Facultad de Ciencias Económicas de la UNaM, después de soportar un constante y creciente proceso persecutorio, por claros motivos doctrinales, ante una sumatoria de “hechos heréticos” de mi parte, que resumidamente se sintetizarían en: a) denunciar públicamente un plan de arancelamiento encubierto, que bajo la falsía de “reducir a cuatro años las carreras de grado, en realidad, por vaciamiento de contenidos, hubiese obligado a los egresados a cursar dos más, pero arancelados, extendiendo de hecho las carreras de cinco a seis años; b) publicar abundantes artículos, de temas de mucha actualidad (economía, energía, geopolítica, historia económica), tocando “temas tabúes” y muy conflictivos, y para peor, con un enfoque económico heterodoxo, opuesto al conformismo ultra ortodoxo (neoliberal) que justificaba sino alababa las (des)políticas perversas y genocidas aplicadas por personeros del neoliberalismo transnacional, como Martínez de Hoz, Cavallo, López Murphy, etc. (es de recordar que este último fue el que propuso arancelar las Universidades Nacionales, en 2001); c) decir verdades gruesas y sin anestesia, como las precedentes y muchas otras, en el acto público transmitido por dos radios, realizado en el colmado salón de acceso del Campus Universitario, a fines de 2001, mientras los economistas “serios” “neutros” o declaradamente neoliberales resultaban inhallables
(habían sido “neutros” o alabado a los causantes del descomunal caos); d) sugerir la compra de bibliografía afín al Pensamiento Nacional, como Jauretche, Scalabrini Ortiz, J. M. Rosa y otros, lo cual provocó fuertes rechazos por parte de los “economistas serios”…; e) en un momento en el que los libros publicados por docentes de esa Facultad se contaban con los dedos de una mano (y sobraban dedos), había cometido la “osadía” de publicar un total de cinco libros; f) para escándalo total e inaceptable para algunos (incapaces de escribir una cuartilla, y carentes de coraje cívico para publicarla), resultaba “inadmisible” y casi un acto sacrílego…que uno de mis libros haya sido utilizado en las dos materias que llegué a dictar; g) lo más “grave”, tal como insólita y descerebradamente me planteó un portavoz, era dictar las materias bajo una clara orientación nacional. Hoy, nueve años y nueve libros después, pude constatar no solo la supresión de la cátedra de Economía Argentina y el cercenamiento de horas (contenidos) en Historia Económica (uniéndola a Geografía Económica) en dos de las carreras de grado, sino en la ausencia casi total de materias que permitan conocer a los egresados la realidad socio económica provincial, regional, nacional y mundial. ¡Enseñar a pensar y a cuestionar sanamente todo, resulta usualmente inadmisible para mediocres y acomodaticios!
Otros dos casos a citar (entre los innumerables perpetrados para impedir que se difundan otros pensamientos económicos) son los siguientes.
El Licenciado Jorge Barrera, en algún momento, se vio privado de enseñar Economía en la UNLP; afortunadamente pudo canalizar su vocación docente en la Maestría en Gestión de la Energía, de la UNLa, la cual dirige. Existen referencias concretas que la FCE de la UNLP fue copada excluyentemente por neoliberales.
El notable patriota y cerebro privilegiado que es el Dr. Julio Carlos González, soportó siete años de cárcel bajo constantes torturas psicológicas, que deterioraron considerablemente su salud, durante el infame y apátrida “proceso”; ello por los “graves cargos” de ser patriota insobornable y a carta cabal. Cumplió un rol más que relevante, como Secretario Legal y Técnico de Perón y su sucesora M.E.M de Perón. No fue repuesto en su cátedra de la Facultad de Derecho de la UBA. Afortunadamente, desde 1989 es docente en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, junto a su destacado colaborador Javier Cornejo Solá.
Tanto marxistas (y anarquistas) como liberales, tienen como constante metodología de acción copar total y excluyentemente los ámbitos académicos en los que se desenvuelven, y a partir de una posición de poder, desarrollar todo tipo de acciones (aún las peores felonías) para excluir a quienes no comparten sus doctrinas, o –más “grave” aún- si fundamentan sólidamente posiciones doctrinales que desmienten los estructurados castillos de arena que son las marañas argumentales de liberales (por un lado) y marxistas y anarquistas (por el otro).
Lo propio hacen sistemáticamente, cuando se apoderan o crean una entidad supuestamente neutra de “estudios económicos”, que pretende dar la imagen de “neutralidad ideológica” y de “pureza científica impoluta”, a acciones y planteos, que en rigor de verdad están cargados de tendenciosidad marcada, de argumentaciones y ejemplos sesgados, fuertemente cargados de componentes político-doctrinales, que suelen ocultar en palabrería densamente “técnica”, la cual frecuentemente está cargada de anglicismos o referencias en otros idiomas (sin traducción indicada), con todo lo cual la lectura se vuelve un galimatías casi indescifrable para personas sin formación económica.
Por supuesto que el establishment (el “poder establecido”) da fuertes apoyaturas a los economistas neoliberales, ocultando sistemáticamente sus gruesos errores, tanto de aplicación de sus políticas económicas siempre recesivas y perjudiciales para los Intereses Nacionales; como en las “predicciones” de crisis y otras catástrofes que constantemente difunden como parte de las acciones de desgaste de políticas económicas heterodoxas (con intervencionismo estatal activo), y para confundir a la gente. Esas apoyaturas evidentemente son sustanciosas en lo financiero, manteniendo estructuras de “fundaciones” y otros entes propagandísticos de la doctrina neoliberal; y también con fuertes vínculos en lo mediático, difundiendo las actividades de esas “fundaciones” o similares, resaltando sus “conclusiones” (y ocultando las fallas de sus “profecías”), etc.
En esa línea de acción, la muy liberal Asociación Argentina de Economía Política (AAEP) realizó su reunión anual en Posadas, entre los días 12 al 14 de noviembre. El título que un diario dio a la divulgación de las conclusiones, es cuanto menos desafortunado: “Advierten sobre la falta de un plan económico del Gobierno”, y de una lectura rápida del mismo, parecería indicarse que ese es el pensamiento unánime de “los economistas argentinos”, siendo que en rigor es de “los economistas alineados con el neoliberalismo salvaje”, los mismos que condujeron a Argentina al descalabro mayúsculo de 2001-2002. La nómina de los economistas integrantes y de los entes auspiciantes de la AAEP, no deja lugar a muchas dudas del carácter recalcitrantemente neoliberal que caracteriza al esa Asociación.
¡Claramente, quieren volver a Argentina al redil de los sumisos al FMI, a la Banca Transnacional, y a las decadentes potencias hegemónicas del G 7! ¡Quieren que volvamos a tener una economía pastoril, subdesarrollada crónica y mansamente dependiente! Así de simple.
C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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