sábado, 21 de septiembre de 2013


RUSIA LA TIENE CLARA

“Tenerla clara” es una expresión muy argentina, referida a tener conceptos y conocimientos precisos sobre un tema, y actuar en consecuencia. Valga la aclaración para lectores que no lo sepan.

El caso analizado no se refiere a la crisis de Siria, en la cual el papel desempeñado por Rusia es hasta ahora mucho más digno y humano, que las agresivas posturas belicistas de EEUU y sus aliados o subordinados menores, como Francia, encubiertamente Gran Bretaña, Turquía, Israel, España, Estados monárquicos absolutistas árabes, etc.

Después de haber estado en un pernicioso proceso de descomposición social acelerada; de apoderamiento de su riqueza por parte de grupos financieros oligopólicos –conocidos como “los oligarcas”- que en varios casos optaron por radicarse en Londres u otras grandes metrópolis financieras del mundo; de estancamiento y posterior involución económica; y de serio riesgo de fragmentación territorial; la vieja y orgullosa Rusia resurgió con fuerza; mostrando la solidez de sus basamentos culturales, que le permitieron mantener su carácter nacional, más allá de los profundos y por lo general violentos cambios en sus estructuras de poder interno.

Rusia embrionaria hace más de un milenio, Moscovia en el siglo XIII.  luego Rusia imperial en constante expansión, monarquía absolutista llena de contrastes e inequidades, imperio comunista por setenta años, y ahora resurgente potencia capitalista…sin que melle ni se diluya su ser nacional.

Esa notable solidez en sus bases constitutivas nacionales, sumadas a una dirigencia que luego de las vacilaciones y/o corruptelas de Gorbachov y de Yeltsin,  dio muestras de no negociar su soberanía ni su dignidad nacional.

Por cierto el gobierno de Putin entendió la sutil pero terrible amenaza a la integridad nacional, que representan las múltiples ONGs, que bajo fachadas supuestamente “ambientalistas”, “derecho humanistas” y otras; actúan en diversos lugares del mundo, y prácticamente en todos ellos o casi todos, se advierte que no por casualidad, sus accionares resultan sugestiva y llamativamente muy funcionales a los intereses geopolíticos de las potencias anglosajonas –Reino Unido y EEUU-,  secundariamente en algunos casos a los del hoy alicaído grupo del G 7, y supletoriamente a la Unión Europea.

Ya en su momento, en el primer gobierno de Putin, Rusia tomó una drástica medida, que resultó decisiva para revertir el deterioro socio – económico que amenazaba su subsistencia y su integridad nacional…¡expulsó sin miramientos, y en un plazo muy perentorio, a más de 100 pseudo “inocentes” ONGs transnacionales –y sus filiales “rusas”-, acusadas de realizar tareas de espionaje y disolución social!

En la misma línea de acción, con dureza acorde a las circunstancias, y enfrentando el accionar ecoterrorista, recientemente Rusia procedió a detener a un grupo de activistas de la transnacional británica pseudo ecologista Greenpeace, cuyo accionar ponía en riesgo una plataforma petrolera rusa, incluso violando abiertamente la soberanía rusa, al abordar sin autorización la citada plataforma.

Por supuesto que en esos juegos de presiones mediáticas y agresiones encubiertas bajo fachadas medioambientales, la ONG británico-holandesa es siempre funcional a los intereses del viejo imperio. Resulta notable la doble vara de Greenpeace, desde siempre mucho más suave en sus protestas (a veces incluso inexistentes, como en el caso del derrame en Magdalena, Buenos Aires), cuando se trata de petroleras británicas o norteamericanas.

Sin duda Rusia la tiene clara, y no está dispuesta a dejarse llevar por delante, cortando de cuajo las acciones patoteriles del terrorismo ecologista.

Esperemos que en Argentina y en Íbero América dejemos de ser tan permeables y permisivos, para con las constantes y crecientes agresiones perpetradas por los activistas del terrorismo ecológico, de los cuales las transnacionales británicas Greenpeace y Word Wildlife Foundation operan como instigadores y ejecutores principales; las cuales y sus otras ONGs vinculadas, en los hechos son en nuestro medio activistas del subdesarrollo crónico.

 

 

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

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