DESTRUIR AL SECTOR NUCLEAR ES TRAICIÓN A LA PATRIA
Dentro del preocupante contexto de destrucción intencional generalizada,
hecha con alevosía y con evidente sadismo, que perpetra el anarquismo
libertario, es todo tan preocupante, afectando o amenazando gravemente a
distintos sectores de nuestro patrimonio socio económico y nuestra población, e
incluso poniendo en serio riesgo la continuidad del Estado Nación que es
Argentina; que cuesta focalizarse en alguna de las múltiples áreas destruidas o en
serio riesgo de desaparición, de desguace parcial, o de innecesaria y negativa
privatización o extranjerización lisa y llana.
Es muy claro que, de mínima, nos quieren jibarizar a aquella perimida y hoy
inviable Argentina feudal, solo productora primaria y negada a la industria y la
tecnología propia, del mitrismo unitario, racista y excluyente, del siglo XIX; y de
máxima, buscan perpetrar la disolución nacional, como obedientes verdugos al
servicio de los mandatos del mega poder financiero transnacional.
Particular preocupación, causa en quienes conocemos la gran importancia
estratégica y el enorme efecto multiplicador, que caracterizan al Sector Nuclear,
las confesas ideas privatizantes del ente que maneja las centrales nucleares, a la
vez que sin motivo valedero alguno, frenaron totalmente dos proyectos
tecnológicos muy interesantes y rentables, que estaban en avanzados grados de
desarrollo, de los cuales además despidieron masivamente a valiosos operarios
altamente calificados.
Siendo un tema técnico especializado, para una mejor comprensión, debe
señalarse que los reactores nucleares se clasifican en dos grandes grupos bien
diferenciados.
Los de Investigación, son de potencias reducidas, y tienen usos básicamente
científicos, sirviendo también para producir diversos insumos con aplicaciones en
medicina (oncología, estudios no invasivos y otros); en ingeniería (análisis de
resistencia de materiales, entre otros); controles de plagas aplicables a
agricultura; esterilizaciones de alimentos, para mayor durabilidad; y para otros
fines de ciencia pura y aplicada.
Los de Potencia son los que producen energía eléctrica de calidad,
calificando como Generadores de Base del respectivo Sistema Interconectado.
Producen a costos por kWh significativamente más bajos que las usinas
termoeléctricas (las que queman hidrocarburos y eventualmente
biocombustibles), y que las mal llamadas “renovables” eólicas y solares,
falsamente presentadas como energías limpias.
Argentina es un principalísimo referente mundial en la producción y
exportación de Reactores Nucleares de Investigación y otros componentes
tecnológicos. Las exportaciones de centrales nucleares de investigación y otros
equipamientos de alta complejidad, fueron adquiridos por diversos países,
comenzando por Perú, y en notable sucesión, Egipto, Argelia, Arabia Saudita,
siendo resonantes los éxitos en licitaciones de Australia, Países Bajos, e incluso a
dos grandes potencias nucleares, como China e India (a estas dos últimas
componentes de alta tecnología), todo lo cual ratifica el nivel de excelencia
alcanzado por nuestro Sector Nuclear.
Los dos proyectos paralizados, claramente en “obediencia debida” por
vergonzoso alineamiento total (léase sumisión lisa y llana) a EEUU y sus socios del
Atlantismo, son la central nuclear modular CAREM, y el reactor de investigación
RA10, ambos -repitámoslo- en avanzados grados de desarrollo.
La central modular CAREM es un diseño totalmente nacional, siendo la
primera Central de Potencia en construcción en nuestro país, y es de
características de gran adaptabilidad a diversos contextos de requerimientos de
Potencia Instalada; pues partiendo de un módulo de relativa baja potencia para
parámetros nucleares (del orden de 200 MW), posee un diseño que permite
incorporar sucesivos módulos, con lo cual es adaptable a los crecimientos de la
demanda requerida.
Según datos conocidos, existe actualmente en el mundo solo otro proyecto
de similares características, en curso de construcción, en EEUU. Seguramente,
“por casualidad”, las presiones para cancelar el proyecto CAREM, provienen de
los factores del poder, de ese país.
El reactor de investigación RA10, es el reciente avanzado diseño, de una
muy respetable serie de reactores de ese tipo, que nuestro país construyó, varios
de ellos operando en varias sedes del Sector Nuclear Argentino, y otras
exportadas, tal como se citó.
Ambos proyectos, paralizados sin justificativo alguno, excepto el
dogmatismo odiador del Estado, del anarquismo, al cual adhiere el actual
gobierno nacional.
¡Vaya incoherencia, el máximo nivel del Estado Argentino,
conducido por quien, pública, reiterada y violentamente, manifestó odiar al
Estado y querer desguazarlo!
La misma línea de acciones y expresiones contrarias al Sector Nuclear
Nacional y al desarrollo industrial y tecnológico en general, se constató en el
gobierno del neoliberalismo macrista, el cual sin ningún justificativo paralizó la
Planta Industrial de Agua Pesada, la mayor del mundo en su tipo, productora del
insumo clave para nuestras tres centrales nucleares, y con una interesante
capacidad de exportación, para otros países que poseen usinas que al consumir
uranio natural, necesitan del moderador que es el agua pesada.
Respecto al declarado odio del neoliberalismo a las industrias y al desarrollo
tecnológico, recordemos que el entonces presidente Macri, expresó que, si fuera
por él, dinamitaría el astillero Río Santiago, el mayor de Argentina.
Odios y
acciones de semejantes consecuencias, se constataron en diversos gobiernos de
orientación liberal, desde la infame “revolución fusiladora” (1955) en adelante.
Todas esas deplorables acciones, de miserable concepción retrógrada y
antinacional, deben ser públicamente conocidas, y descalificadas como de infame
traición a la Patria Argentina.
Esas gruesas verdades, deben ser conocidas y difundidas, pese a la nula
difusión con la que las tapan los medios concentrados y otras estructuras
culturales y de difusión, al servicio de ideas antinacionales.
Y cabe destacar, que el supuesto “pensamiento único económico correcto”
que se sigue inculcando en los institutos de (de)formación militar, es el
liberalismo extremo, pese a ser claramente una doctrina antinacional, de
sumisión a los mega poderes económicos transnacionales.
A esa aberración se agregan el odio y desprecio irracional a todo lo Nacional
y Popular, a consecuencia de lo cual se fomenta el mero “patrioterismo de
bandera”, pseudo patriotismo que se agota en los símbolos pero que exalta en
los hechos acciones e ideas perniciosamente antinacionales, con abierto
desprecio a la industria y la tecnología nacional, y a toda medida de protección
social de nuestra población.
Lamentablemente, las ideas del “partido procesero militar” siguen siendo
inculcadas, y solo así se puede entender que el grueso de los uniformados apoye
a sectores políticos claramente destructores en lo social, económico y
geopolítico, como neoliberales y libertarios.
Quede muy en claro, que estas gruesas verdades, no significan, en modo
alguno, apoyar o coincidir con sectores de las declamadas “izquierdas”, que
desde siempre terminan siendo funcionales a las por ellos supuestamente
aborrecidas “derechas”; todo lo cual omite que lo básico es defender los Intereses
Nacionales.
La Patria está en serio riesgo, y muchos no lo quieren ver.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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