INDUSTRICIDIO EXPLÍCITO DE NEOLIBERALES Y LIBERTARIOS
Hubo procesos electorales en los que, quienes al asumir aplicaron crudas y
muy dañinas políticas de desprotección total a la industria argentina, pero no
dijeron en campaña que esa era su intención, al exponer sus supuestas ideas
económicas a ser implementadas; tales los casos de Menem, De La Rúa y Macri.
Fueron acciones de groseras falsedades, que el riojano, con toda hipocresía
reconoció mentir, pues “si decía lo que iba a hacer, no me votaban”, según dijo.
En el siniestro y apátrida “proceso” cívico militar, no necesitaron emplear
sutilezas, pues el ministro que perpetró nuestra subordinación al pernicioso
neoliberalismo, contaba con los respaldos de las bayonetas de las FFAA, que
mutaron de Defensoras de la Patria a simples lacayos dóciles de los poderes
extranjeros. Y si algún buen argentino, en un rapto de patriotismo, osaba
oponerse o criticar directamente las medidas de gobierno, de crudo corte
neoliberal, lo podía pagar con su vida, como sucedió con el Mayor Bernardo
Alberte -Tte. Coronel Post Mortem- (primera víctima del “proceso”, asesinado
brutalmente en su vivienda en presencia de su familia), y el gremialista de Luz y
Fuerza Oscar Smith, secuestrado y “desaparecido” (léase asesinado), por
oponerse al desguace de SEGBA, que con mucha prisa perpetró Martínez De Hoz,
personero de la Sociedad Rural y Director de “la Ítalo”, empresa extranjera que
poseía una obsoleta usina cerca del puerto de Buenos Aires, por la cual el Estado,
cooptado por apátridas, pagó mucho más de lo que valía.
También fueron muy explícitos anti industrialistas, los milicos liberales de
“la fusiladora” (1955 – 1958), quienes imbuidos de la mentalidad retrógrada de
la “oligarquía vacuna”, se dedicaron a desmontar y desalentar todo el aparato
industrial, trabajosamente implementado en la década peronista.
Entre otros deplorables “logros” del gobierno cívico militar del ‘55,
interpusieron trabas absurdas a la primera gran inversión industrial fuera de
Alemania, que tenía en ejecución Mercedes Benz, para producir camiones
medianos, semi pesados y ómnibus en nuestro país, eso acorde al proceso de
industrialización impulsado por el peronismo. El barco que traía las maquinarias
para montar la fábrica, ante las trabas absurdas implementadas por el gobierno
usurpador de “la fusiladora”, se desvió hacia Brasil, que las recibió gustosamente.
Al poco tiempo, estábamos importando los camiones y ómnibus, que iban a ser
producidos en Argentina. La oligarquía campera, también llamada “vacuna”, muy
de acuerdo con desalentar la industrialización.
La oligarquía vacuna (hoy en parte mutada a oligarquía sojera), con su
núcleo duro de la Sociedad Rural, muy satisfecha de volver a la Argentina
preindustrial, eliminando los “malos ejemplos” de buenos salarios, estabilidad
laboral y las ampliaciones de puestos de trabajo, que todo buen contexto de
industrialización, genera como claros efectos positivos.
Los oligarcas añoran
aquella perimida y hoy inviable Argentina semi feudal, del siglo XIX; la de peones
“de pata’l suelo”, cosificados y sin derechos, desechables según la omnímoda
voluntad del patrón de estancia, que podía disponer a su antojo de la peonada,
incluso a costa de la más elemental dignidad humana. Era sabido que, en algunos
campos remotos, y/o en provincias ultra conservadoras, era usual practicar el
infame derecho de pernada, miserable institución vigente en la Europa feudal de
la Edad Media.
Esos sectores cerradamente oligárquicos, solo piensan en sus intereses
sectoriales y en reimplantar viejos privilegios abusivos, sin importarles en
absoluto la total inviabilidad de volver a la economía primaria (solo productora
de materias primas), en cuyo cerrado esquema sobraríamos al menos 25 millones
de argentinos.
Esa misma mentalidad retrógrada fue expuesta por Federico Pinedo, quien
en la década infame (1930/32-1943), esa de desvergonzados negociados y de
subordinación explícita al Reino Unido, llegó a afirmar que nuestra población no
debía exceder los 10 millones de habitantes…para mantener la relación de cuatro
cabezas de ganado bovino por habitante, pues esa era la existencia ganadera
total en aquellos años. Mentalidad de colonia sumisa, con nulo patriotismo y
nada de visión geopolítica de grandeza nacional. “Tiempos de la República”, dijo
el citado multifuncionario, saltimbanqui de la política (de “socialista” mutó a
personero del establishment), al servicio de la excluyente oligarquía.
Tanto daño hicieron y tal poder de colonización cultural perpetran, que en
los Institutos de (De)Formación Militar, inculcan el odio visceral a la industria y al
desarrollo tecnológico nacional, y los adoctrinan con la falseada historia argentina
del mitrismo y sus continuadores del “academicismo” histórico, ese de la historia
“hermoseada” y fuertemente sesgada. Y por supuesto creen en el mito de “la
grandeza del centenario”, aquella con unos pocos muy ricos y la mayoría excluida,
los poderes políticos subordinados al Reino Unido, y la economía negada a toda
industrialización.
Ese sector socio – político ultra conservador y partidario del más crudo
liberalismo económico, que no solo no accionó a favor del desarrollo industrial y
tecnológico nacional, sino que como constante perpetra recurrentes ataques
contra esos sectores económicos estratégicos, estaba en efervescente oposición
contra el proceso de industrialización que con rapidez se implementaba en el
gobierno de Frondizi, para lo cual contaba con la “prensa mercenaria” y con los
uniformados liberales fungiendo de dóciles lacayos de sus apátridas ideas del país
– colonia feudal, del siglo XIX.
Pero para dar mayor realce a sus retrógradas ideas
anti industrialistas, esos sectores reaccionarios apátridas, invitaron a Felipe de
Edimburgo (marido de Isabel II) a visitar Argentina para disertar, en cuyo
contexto, en el habitual tono paternal de los anglos imperiales, “sugirió” que
dejáramos de “dilapidar esfuerzos en la industrialización”, para concentrarnos en
producir aquello que “sabemos hacer”… o sea, promover el retroceso a la
excluyente economía primaria, subordinada a las potencias anglosajonas.
Ahora, en el contexto político actual, muy exacerbado, se puede constatar
que el sector anarquista – libertario, quiere enanizar o directamente destruir al
Estado Nacional, el mismo que es indispensable como ente aglutinador de
Nuestra Patria, y nos quiere subsumir en la anarquía económica total, lo cual, de
lograrlo, será sin duda el paso previo a la disolución nacional, acorde los
mandatos de los poderes transnacionales que buscan subordinarnos a la
globalización salvaje. Por supuesto, en sus agresivas disertaciones, jamás
menciona al Sector Industrial, pues de hacerse del poder, claramente
desaparecerá, ante la planificada orgía privatista de Estado ausente y
desprotección aduanera total, que claramente expresó que busca implementar.
Y respecto a los Entes Tecnológicos, muchos de ellos de niveles de excelencia, en
forma explícita y a los gritos, dijo que los quiere eliminar (o privatizar, que para
el caso es lo mismo). Cero visiones estratégicas y de soberanía nacional.
No muy diferente, es el esquema propuesto por los neoliberales,
copartícipes principales de la descomunal crisis terminal de 2001/2002; así como
artífices de la destrucción socio económica general y del brutal endeudamiento
externo, perpetrado todo eso en los cuatro años de 2015/2019.
En los balbuceantes mensajes de campaña, apenas y de refilón, mencionan
supuestas intenciones de apoyar a la “agroindustria”, ni mencionando al resto del
muy respetable desarrollo industrial que tenemos en sectores de mediana y alta
tecnología, todo ello muy atacado en esos cuatro años, acorde a la vuelta al siglo
XIX, al que indirecta pero claramente buscan embretarnos, con todas sus secuelas
de desocupación, destrucción del poder adquisitivo de los salarios, y
subordinación explícita que pregonan, a los mandatos neocolonialistas del
Bloque Atlantista.
Si bien esas nefastas intenciones de anarco libertarios y neoliberales, son
muy claras, es cierto que percatarse de eso, requiere cierto manejo de
informaciones y niveles de entendimiento.
Por algo, los personeros del
neoliberalismo se oponen a las creaciones de nuevas Universidades Nacionales,
y en los hechos desfinancian la Educación Pública gratuita, buscando degradarla.
El desafío es hacer entender todo eso, al común de nuestro pueblo, muy
malinformado por los medios concentrados al servicio del establishment
antinacional; y confundido adicionalmente por ciertas “progresías” que solo
aportan a ciertos dogmatismos que nada tienen en común con el Pensamiento
Nacional.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Interesante.
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