ARGENTINA AMENAZADA POR EL MAPUCHISMO SEPARATISTA.
Argentina se encuentra bajo constantes ataques y presiones de grupos
fundamentalistas, cuyos libretos evidencian estar dictados desde centros del
poder del extranjero, que operan de mínima para sumirnos en el subdesarrollo
crónico, y de máxima para perpetrar la balcanización, el desguace de nuestro
país, en varios mini Estados irrelevantes y enfrentados entre sí.
Particularmente activos y nocivos, son los grupos fundamentalistas del
ecologismo cavernario, y los que promueven el ultra indigenismo. Los primeros -
los ecologistas cavernarios-, se desentienden de toda idea de soberanía nacional,
y son activos promotores del subdesarrollo crónico; mientras que los segundos -
los ultras indigenistas-, operan clara y abiertamente en contra de la Unidad
Nacional, utilizando banderas extrañas a nuestro Ser Nacional y declarándose
abierta y agresivamente opuestos a la soberanía nacional en nuestro propio
territorio.
En el caso de los ultras indigenistas, además del accionar corrosivo de
sectores de las “progresías”, cargadas de dogmas mal digeridos y nada
analizados, se perciben los roles de algunos operadores de la antipatria, que al
amparo de supuestas y mal entendidas “amplitudes conceptuales”, justifican e
incluso promueven todo tipo de acciones, claramente opuestas a la soberanía
nacional, a la vez que son instigadores de la fragmentación territorial, basándose
en supuestos “derechos” de falaces “originarios”, que con libretos foráneos
buscan crear inventados Estados, cercenando territorios y derechos
correspondientes al Estado Nacional Argentino.
Desde ya que el concepto de “originarios” carece de toda fundamentación,
pues la ciencia es coincidente en afirmar que los pobladores locales preexistentes
a la llegada de los europeos, son descendientes de poblaciones asiáticas y/o de
islas del Pacífico, que azarosamente emigraron a nuestro continente.
O sea, acá no hay “originarios”, sino en todo caso, “preexistentes”…pero
claro, el concepto de “originario” suena lindo, y por eso lo buscan imponer
algunos antropólogos, sociólogos y otros, que claramente perdieron el rumbo de
Lo Nacional, el cual debe guiar a todo buen argentino, sin racismos ni clasismos,
pero tampoco permeables a doctrinas edulcoradas o violentas que terminan
fomentando el odio y el divisionismo, como lo es el ultra indigenismo, que
promueve una suerte de racismo inverso, de odio al blanco y a lo argentino.
Respecto a las “progresías”, en realidad son la otra cara de la misma
moneda anti argentina, pues terminan siendo funcionales a las mismas ideas
apátridas que promueven y apañan las oligarquías y los delincuentes de guante
blanco; las oligarquías cargadas de egoísmos excluyentes, con aditivos de
clasismo cerrado y racismo nada disimulado; los delincuentes de las finanzas y las
intermediaciones, cerrados en defender y promover sus negociados y las fugas
de capitales; y que de última también operan para desguazar a Argentina, como
el precedente gobierno neoliberal del 2015-2019.
Las “progresías” tienen componentes de sectores medios y altos, con
mucho tiempo libre y poca o nula dedicación a sus formaciones personales, faltos
de ideales y objetivos superiores en sus huecas vidas, pretenden llenar eso con
consignas pegajosas que aceptan gustosos sin analizar que terminan siendo
marionetas al servicio de intereses impresentables, ocultos tras densas fachadas
de falsos “objetivos superiores en defensa del mundo”.
Pero también las progresías nuclean a “viudos del marxismo”, que como
tales son “bastante flojitos” en la defensa de Lo Nacional (el marxismo es doctrina
internacionalista); siendo fervorosos ateistas, o peor aun, agresivos antiteos, que
particularmente odian a la Iglesia Católica, con lo cual son muy funcionales a los
mandatos anglosajones, a quienes dicen detestar por “capitalistas” o
“imperialistas”.
Dentro de esos “mandatos” (operatorias) del poder anglosajón, el Informe
Rockefeller, de 1969, evidencia estar en plena vigencia. En dicho informe, se
analizó que los fuertes lazos culturales que unen a Íbero América y nos unifican
frente al poder agresivo de los gringos del norte, existen tres sólidos pilares
básicos, sobre los cuales operan para mantenernos como dóciles subordinados
del “patio trasero”.
Esos tres pilares culturales que nos unen a los íberos americanos, son:
historia, lengua y religión en común, todo lo cual los poderes foráneos se
empeñan en degradar.
No son casuales los constantes ataques a la Iglesia Católica
y las promociones a sectas y otros grupos religiosos que tanto proliferaron. A esas
políticas destructivas e instigadoras de odios irreconciliables, son funcionales los
“progres” que fomentan el anticatolicismo violento que practican algunos grupos
vinculados o asociados al mapuchismo separatista.
Siendo en general poco adeptos a fundamentar sus “principios de
acciones”, ciertos “progres” tienden a aceptar todo lo que parezca
“disruptivamente progresista” -mucho más si responden a enrevesados
conceptos elaborados por intelectuales funcionales a los poderes extranjeros,
como el anarquista Bayer-, por lo que es raro que cuestionen los mandatos
impuestos sutilmente desde los centros del poder mundial (del Atlantismo), por
lo que esas “progresías” son en muchos casos fácilmente manipulables como
fuerzas de choque o instigadores al servicio del apátrida ultra indigenismo.
No es casual todo el conjunto de presiones diversas, que buscan instalar el
mapuchismo como doctrina avasallante del Ser Nacional Argentino, pues el
libreto con el que operan evidencia las claras trazas del apéndice del MI6 (servicio
secreto británico), que evidencia ser la amañada ONG Mapuche Nation, con sede
en Bristol, Gran Bretaña; cuyo accionar constituye una clara intromisión foránea
en cuestiones que atañen única y exclusivamente a los argentinos.
Más allá de un presidente y algunos “asesores” o coadyuvantes de rasgos y
nombres claramente indígenas (o “preexistentes”), la ONG británica Mapuche
Nation está formada básicamente por británicos, que con la excusa de los
“derechos humanos” o similares, practican el descarado intervencionismo,
agrediendo de hecho en forma grosera las soberanías de Argentina y Chile, pues
buscan prefabricar el Estado de la Araucania y Patagonia, cercenando nuestros
territorios.
Es ni más ni menos, que una nueva versión de la vieja fórmula británica
“divide y reinarás”, que fue el eje troncal de sus manejos exteriores.
Este no es un tema menor ni de tipo baladí, es una operatoria
particularmente peligrosa, que no solo fue aplicada acá, siempre con agentes
locales al servicio de “su graciosa majestad”, como lo fueron personajes nefastos,
como Rivadavia y Mitre, sino que se sigue aplicando, para fomentar odios
insalvables e inmanejables, con los que promueven y perpetúan divisiones de
Estados.
Así lo hicieron en Yugoeslavia -con el total apoyo incluso bélico de la OTAN-
, lo están perpetrando en la muy pobre pero geopolíticamente importante región
del Cuerno de África, y lo fomentan en otros diversos puntos del empobrecido
continente africano.
Lo mismo buscaron hacer para dividir Bolivia, y hubo frustradas operatorias
similares para balcanizar y debilitar tanto a China como a Rusia; los dos
“problemas insolubles” que se oponen a los dictados de globalización salvaje que
quieren imponer las Potencias Atlantistas, y dentro de ellas, particularmente las
potencias anglosajonas, situadas a ambos lados del Atlántico.
De los dos lados de la cordillera, en Argentina y Chile, grupos violentos
identificados con los mandatos separatistas mapuches, perpetraron numerosas
agresiones a pobladores y sus propiedades, aplicando particular saña contra
iglesias católicas, e incluso atacando a fuerzas de seguridad.
El Estado chileno parece tener muy en claro que esa ideología separatista y
las acciones violentas que perpetran los ultra indigenistas mapuches, son
totalmente inadmisibles, y actúan para ponerle coto.
Pero en Argentina, más allá de la violencia desenfrenada como metodología
represiva del neoliberalismo (aplicada con saña contra obreros en huelga, contra
manifestaciones pacíficas, contra jubilados, docentes, etc., y también en el
sonado “caso Maldonado”), están sucediendo hechos más que lamentables y
totalmente inadmisibles, como los apoyos de la Universidad Nacional del
Comahue a las acciones separatistas del mapuchismo extremo, y la acción judicial
que dictaminó que una valiosa y muy necesaria propiedad del Ejército para
entrenamiento, en Bariloche, deba ser cedida a los mapuches.
¡Esos son hechos
aberrantes, y ante la cómplice pasividad de muchos, pretenden instalar el
acostumbramiento al pisoteo de la soberanía y los valores superiores de la
argentinidad!
Todo eso opera en sincronización con expresiones de vergonzoso
entreguismo de soberanía, manifestadas públicamente por “intelectuales” del
gorilismo oligárquico, exfuncionarios y economistas neoliberales, y otros
personeros de la antipatria, en general nucleados en sectores neoliberales; pero
también con extensiones o ramificaciones en las antípodas de aquellos.
Para completar el cuadro de degradación de principios patrióticos y de
ataques al Ser Nacional, algunas expresiones de voceros (de civil) de los
uniformados, demuestran seguir sumidos en las profundas confusiones y faltas
de fundamentaciones coherentes, que parecen seguir imperando en muchos
uniformados, con lo que el tremendismo al que suelen sumarse produce rechazo
y termina siendo funcional a los que promueven el desguace nacional.
Sus discursos y llamamientos, que deberían centrarse en la Unidad y
Defensa de Lo Nacional, están en muchos casos impregnados del odio y el cerrado
clasismo oligárquico que caracteriza a los asesinos fusiladores de 1955-1956, y a
los violentos destructores de Argentina de 1976.
Muchos parecería que siguen adhiriendo a nefastos y dogmáticos
postulados de la nefasta ideología procesera que nos embretó en el
neoliberalismo; creyéndose con eso “muy patriotas”, siendo que solo
demuestran ser confusos patrioteros de bandera.
Con esos discursos y acciones, terminan provocando rechazos a posturas
que deberían estar impregnadas de sano patriotismo, con lo que son funcionales
al separatismo mapuchista.
Como tales, esos patrioteros terminan siempre operando en contra de los
Intereses Nacionales, pues les inculcaron desprecio a todo lo Estatal (no dándose
cuenta que ellos son simples empleados públicos de uniforme).
Con esas gruesas confusiones, se posicionan a favor de los expoliadores que
lucran a costa del patrimonio nacional, como los personeros del neoliberalismo y
como sucedió por caso, en el sonado caso Vicentín, en el cual los “mensajitos”
que enviaban a “la tropa” (vi uno de ellos, que sobradoramente me mostró un
“retirado”)se enrolaban en la supuesta “defensa de la propiedad privada”, siendo
que de hecho operaron a favor de los que estafaron al Banco Nación (nuestro
Banco), y a muchos pequeños productores agrícolas.
Y en los Institutos Militares parecería que siguen inculcando el
“pensamiento correcto” de antiperonismo visceral, de un “apoliticismo” fofo y
mendaz, con apoyo ciego a los nocivos dogmas del liberalismo económico;
además de las falencias en áreas esenciales del conocimiento de la Defensa, como
Historia, Economía y Geopolitica.
En todo ese aquelarre, los Valores y Principios Nacionales, parecen
relegados al arcón del olvido, o peor, despreciados, excepto honrosos casos de
excepciones, uno de los cuales fue mi gran maestro en Geopolítica, el General
Guglialmelli, patriota a carta cabal y persona de notables conocimientos.
¡Muy preocupante cuadro de situación!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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