NEGOCIADOS Y OBJETIVOS GEOPOLÍTICOS IMPRESENTABLES QUE OCULTAN CIERTOS MANDATOS AMBIENTALISTAS
Con mensajes y pretendidos “mandatos obligatorios”, las Potencias Atlantistas (1), con las mayores presiones ejercidas por ambas grandes potencias anglosajonas (2), e incluso con apoyos de entes transnacionales, se presiona en forma constante para imponer medidas supuestamente “ambientalistas”.
Como es recurrente desde que surgió –nada inocentemente- y predica constantemente como “mantra sagrado”, el movimiento “ecologista” mundial, hace varias décadas, se sigue “alertando” acerca del supuesto inminente colapso ambiental global, cuyas predicciones supuestamente “científicas” se van corriendo, a medida que transcurre el tiempo sin suceder el preanunciado cataclismo ambiental global.
Y como para reforzar sutilmente el mensaje, asumiendo dotes de científico que ni remotamente posee, el príncipe Charles (sempiterno heredero del trono británico), suele predicar sus apocalípticos mensajes de “profunda preocupación por el medio ambiente”, como ya lo hacía su padre.
¡Claro está que no les molesta la miseria que provocan las políticas neoliberales que promueven a mansalva, mientras ellos practican intervencionismo estatal a la medida de sus necesidades nacionales!
¡Tampoco tienen pruritos “conservacionistas” ni “humanitarios” respecto a las destrucciones que perpetraron con sus agresiones militares (en la ex Yugoeslavia, Libia, Siria, Afganistán, en varios países pobres del África Subsahariana y amenazas latentes en otros países “molestos”, con sus “primos” del otro lado del Atlántico como ejecutores principales!
¡Predican “democracia” y respeto a las soberanías, pero son intervencionistas consuetudinarios en cuanto Estado “indócil” a sus mandatos les parece conveniente inmiscuirse, sea como presiones político – económicas, tildándolos de “dictaduras” como excusas para el intervencionismo, bloqueos económicos, golpes blandos o asonadas militares de viejo formato! Pero no les molestan los dictadores o pseudo demócratas, mientras sean “obedientes” a sus imposiciones. Y en esos casos, el “ambientalismo” se olvida.
La muletilla de “los problemas ecológicos”, ahora transmutados nominalmente al “ambientalismo”, les resulta muy funcional para dejar a un costado los incómodos e inmanejables problemas causados por el subdesarrollo, los que son intencionalmente omitidos, tapados por la prédica, ahora institucional, del ultra ecologismo de formato cavernario, pero en versiones edulcoradas.
¡Y usan a progresías, supuestamente “anticapitalistas” como elementos de choque al servicio de esas potencias a las que dicen aborrecer, para oponerse e impedir el desarrollo socio económico que buscan las naciones excluidas del núcleo de potencias desarrolladas!
Antes habían predicado como supuesta advertencia profética, que el año 2000 era el límite para implementar drásticas medidas “ecologistas”, después corrieron la fecha del supuesto caos planetario al 2010, y ahora la llevan al 2030.
¡Y no es que se ignore que existen problemas ambientales! Se los magnifica y se los usa como tapadera, para ocultar los males de la miseria – la que provoca los peores tipos de contaminaciones-; y también los usan como fuerte pretexto para instalar políticas maltusianas de disminución forzosa y al como sea, de la población mundial.
¿Por qué nunca se preocupan, esos supuestos adalides del conservacionismo, de los horrorosos cuadros ambientales que la miseria provoca en Haití, en otros países de Íbero América y El Caribe, en África y otros continentes, y la consecuente contaminación a escalas de genocidios masivos, que provocan muertes muy tempranas, enfermedades crónicas y malformaciones incurables?
En realidad, todo permite inferir que el ecologismo, en sus formatos cavernarios, del tipo predicado por las transnacionales ONGs del sector, busca que se tolere y acepte el subdesarrollo, bajo la excusa casi perfecta del ultra ecologismo. Oponerse a todo lo que implique desarrollo, buscando o inventando excusas de supuestas o magnificadas problemáticas ambientales.
El objetivo geopolítico a escala planetaria, es mantener indefinidamente en el subdesarrollo crónico a cuantos países puedan, para quitarles toda capacidad de acción en defensa de sus intereses, y eternizarlos como dóciles proveedores de materias primas, cuando no de ingentes e interminables multitudes de confusos crónicos volcados a la inmediatez y a lo vano y superfluo, a los que no les importen
nada los valores superiores, y no se conmuevan ante aberraciones humanas de todo tipo, incluyendo en ello los formatos neoesclavistas del siglo XXI y otros tipos de degradación humana extrema.
Poniendo como prioridad absoluta y excluyente al “ambientalismo” en su versión extrema, excluyente y con ribetes de terrorismo malthusiano, se deja totalmente de lado, e incluso se denigra a toda acción conducente al desarrollo socio económico. De ahí surgen mandatos apocalípticos y antihumanos en sus versiones más descarnadas, como ese mensaje brutal según el cual el ser humano es la plaga dañina y a exterminar para “salvar al mundo”.
Y en lo que atañe a la Energía, los dobles mensajes del tipo “haz lo que digo, no lo que hago”, como las prédicas “ecológicas” hacia “el mundo” de algunas grandes potencias, mientras ellas siguen contaminando a discreción; por caso EEUU que impulsa las eólicas y solares a escala planetaria, mientras multiplica el consumo del muy contaminante carbón para generar energía a menores costos; o como las supuestas “grandes soluciones” de esas “renovables” que terminan creando problemas mayores por sus intermitencias, sus altos costos y sus contaminaciones encubiertas.
También en ese rubro de mensajes falaces, los ataques a las generaciones hidroeléctrica y nuclear, promovidas por esos núcleos de poder, que terminan favoreciendo mayores consumos de combustibles fósiles, pues las “renovables” eólicas y solares no las pueden reemplazar, por no ser aptas como energías de base.
En artículo separado, se analizarán datos que se ocultan o se tergiversan, para imponer políticas energéticas que en verdad son negociados impresentables, y atan o empujan al subdesarrollo, siempre bajo la excusa del terrorismo ecologista.
(1) Potencias Atlantistas: EEUU-Canadá-Unión Europea-Japón.
(2) Grandes potencias anglosajonas: EEUU-Gran Bretaña.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Con mensajes y pretendidos “mandatos obligatorios”, las Potencias Atlantistas (1), con las mayores presiones ejercidas por ambas grandes potencias anglosajonas (2), e incluso con apoyos de entes transnacionales, se presiona en forma constante para imponer medidas supuestamente “ambientalistas”.
Como es recurrente desde que surgió –nada inocentemente- y predica constantemente como “mantra sagrado”, el movimiento “ecologista” mundial, hace varias décadas, se sigue “alertando” acerca del supuesto inminente colapso ambiental global, cuyas predicciones supuestamente “científicas” se van corriendo, a medida que transcurre el tiempo sin suceder el preanunciado cataclismo ambiental global.
Y como para reforzar sutilmente el mensaje, asumiendo dotes de científico que ni remotamente posee, el príncipe Charles (sempiterno heredero del trono británico), suele predicar sus apocalípticos mensajes de “profunda preocupación por el medio ambiente”, como ya lo hacía su padre.
¡Claro está que no les molesta la miseria que provocan las políticas neoliberales que promueven a mansalva, mientras ellos practican intervencionismo estatal a la medida de sus necesidades nacionales!
¡Tampoco tienen pruritos “conservacionistas” ni “humanitarios” respecto a las destrucciones que perpetraron con sus agresiones militares (en la ex Yugoeslavia, Libia, Siria, Afganistán, en varios países pobres del África Subsahariana y amenazas latentes en otros países “molestos”, con sus “primos” del otro lado del Atlántico como ejecutores principales!
¡Predican “democracia” y respeto a las soberanías, pero son intervencionistas consuetudinarios en cuanto Estado “indócil” a sus mandatos les parece conveniente inmiscuirse, sea como presiones político – económicas, tildándolos de “dictaduras” como excusas para el intervencionismo, bloqueos económicos, golpes blandos o asonadas militares de viejo formato! Pero no les molestan los dictadores o pseudo demócratas, mientras sean “obedientes” a sus imposiciones. Y en esos casos, el “ambientalismo” se olvida.
La muletilla de “los problemas ecológicos”, ahora transmutados nominalmente al “ambientalismo”, les resulta muy funcional para dejar a un costado los incómodos e inmanejables problemas causados por el subdesarrollo, los que son intencionalmente omitidos, tapados por la prédica, ahora institucional, del ultra ecologismo de formato cavernario, pero en versiones edulcoradas.
¡Y usan a progresías, supuestamente “anticapitalistas” como elementos de choque al servicio de esas potencias a las que dicen aborrecer, para oponerse e impedir el desarrollo socio económico que buscan las naciones excluidas del núcleo de potencias desarrolladas!
Antes habían predicado como supuesta advertencia profética, que el año 2000 era el límite para implementar drásticas medidas “ecologistas”, después corrieron la fecha del supuesto caos planetario al 2010, y ahora la llevan al 2030.
¡Y no es que se ignore que existen problemas ambientales! Se los magnifica y se los usa como tapadera, para ocultar los males de la miseria – la que provoca los peores tipos de contaminaciones-; y también los usan como fuerte pretexto para instalar políticas maltusianas de disminución forzosa y al como sea, de la población mundial.
¿Por qué nunca se preocupan, esos supuestos adalides del conservacionismo, de los horrorosos cuadros ambientales que la miseria provoca en Haití, en otros países de Íbero América y El Caribe, en África y otros continentes, y la consecuente contaminación a escalas de genocidios masivos, que provocan muertes muy tempranas, enfermedades crónicas y malformaciones incurables?
En realidad, todo permite inferir que el ecologismo, en sus formatos cavernarios, del tipo predicado por las transnacionales ONGs del sector, busca que se tolere y acepte el subdesarrollo, bajo la excusa casi perfecta del ultra ecologismo. Oponerse a todo lo que implique desarrollo, buscando o inventando excusas de supuestas o magnificadas problemáticas ambientales.
El objetivo geopolítico a escala planetaria, es mantener indefinidamente en el subdesarrollo crónico a cuantos países puedan, para quitarles toda capacidad de acción en defensa de sus intereses, y eternizarlos como dóciles proveedores de materias primas, cuando no de ingentes e interminables multitudes de confusos crónicos volcados a la inmediatez y a lo vano y superfluo, a los que no les importen
nada los valores superiores, y no se conmuevan ante aberraciones humanas de todo tipo, incluyendo en ello los formatos neoesclavistas del siglo XXI y otros tipos de degradación humana extrema.
Poniendo como prioridad absoluta y excluyente al “ambientalismo” en su versión extrema, excluyente y con ribetes de terrorismo malthusiano, se deja totalmente de lado, e incluso se denigra a toda acción conducente al desarrollo socio económico. De ahí surgen mandatos apocalípticos y antihumanos en sus versiones más descarnadas, como ese mensaje brutal según el cual el ser humano es la plaga dañina y a exterminar para “salvar al mundo”.
Y en lo que atañe a la Energía, los dobles mensajes del tipo “haz lo que digo, no lo que hago”, como las prédicas “ecológicas” hacia “el mundo” de algunas grandes potencias, mientras ellas siguen contaminando a discreción; por caso EEUU que impulsa las eólicas y solares a escala planetaria, mientras multiplica el consumo del muy contaminante carbón para generar energía a menores costos; o como las supuestas “grandes soluciones” de esas “renovables” que terminan creando problemas mayores por sus intermitencias, sus altos costos y sus contaminaciones encubiertas.
También en ese rubro de mensajes falaces, los ataques a las generaciones hidroeléctrica y nuclear, promovidas por esos núcleos de poder, que terminan favoreciendo mayores consumos de combustibles fósiles, pues las “renovables” eólicas y solares no las pueden reemplazar, por no ser aptas como energías de base.
En artículo separado, se analizarán datos que se ocultan o se tergiversan, para imponer políticas energéticas que en verdad son negociados impresentables, y atan o empujan al subdesarrollo, siempre bajo la excusa del terrorismo ecologista.
(1) Potencias Atlantistas: EEUU-Canadá-Unión Europea-Japón.
(2) Grandes potencias anglosajonas: EEUU-Gran Bretaña.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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