ENERGÍA PARA EL DESARROLLO SOCIO ECONÓMICO - CONCEPTOS Y PAUTAS BÁSICAS DE ACCIÓN
En breve síntesis, se señalan las que se consideran principales líneas de acciones para volver a convertir al Sector Energético en un factor esencial para el desarrollo nacional.
Sin ninguna duda, la dolarización de las tarifas de todos los energéticos, fue una medida perversa para concentrar la riqueza en manos de petroleras; gasíferas; generadoras, transportadoras y distribuidoras eléctricas; provocando una acentuada pobreza energética en la población y concentrando desmedidamente recursos en las pocas manos de las corporaciones beneficiadas; en detrimento de la población y de las empresas industriales, comerciales y de servicios en general. Es de urgencia y absoluta justicia, volver a pesificar todas las tarifas, e incluso dejar sin efecto leoninos incrementos de precios de todos los energéticos. Somos productores de gas y petróleo, además de electricidad, de ningún modo se justifica la dolarización impuesta por los neoliberales.
La política de precios fijos y uniformes en todo el país, para los combustibles fósiles, debe reimplementarse a la mayor brevedad. El transporte fluvial y marítimo para el abastecimiento del mercado interno, disminuyendo costos operativos, debe reimpulsarse, superando intereses creados y el accionar disolvente de los voceros del subdesarrollo crónico.
El desguace de los Entes Energéticos Estatales, fue claramente una pieza clave de los neoliberales, para que las corporaciones manejen a su antojo todo el muy estratégico Sector Energético. A eso tendió todo el accionar durante el “proceso”, después durante la partidocracia cleptocrática inmediatamente posterior, y mucho más en el tercer período neoliberal pronto a terminar, sobre todo entendiendo que pusieron a sus personeros a manejar directamente todo, “atendiendo desde los dos lados del mostrador”. Aranguren fue el caso más explícito, pero no el único. Es de crucial importancia reestatizar todo el sector, e incluso recrear entes muy importantes, disueltos de un plumazo, como Agua y Energía Eléctrica, Gas del Estado, YCF, las grandes generadoras y todo el sistema de transmisión eléctrica. Fue muy fácil destruirlos, reconstruirlos será sin duda mucho más trabajoso, y es previsible que el establishment liberal provoque trabas, pero es de importancia crucial volver a tener el manejo estatal directo de tan estratégico sector.
Vaca Muerta, el mega yacimiento de gas y petróleo no convencional, debe servir excluyentemente para el desarrollo nacional, abasteciendo prioritariamente al mercado interno y proveyendo materias primas hidrocarburíferas para la fuerte reindustrialización nacional. Debe ser manejado por el Estado Nacional, con participación de las provincias en las que se encuentra. Pero para todas las tratativas con empresas extranjeras, debe existir un solo interlocutor fuerte, el Estado Nacional. Fragmentar ese poder de decisión es debilitarnos y propender a la fragmentación nacional. Se debe impedir, como es habitual en períodos de hegemonía excluyente neoliberal, que las corporaciones manejen la producción, la venta y la exportación, a sus antojos, tal como en el noventismo sucedió cuando Repsol y otras extranjeras (más algunas privadas “nacionales”) se dedicaron a “ordeñar” los yacimientos descubiertos por YPF –el caso del mega yacimiento de Loma de La Lata es el peor caso testigo-, saqueando literalmente nuestras reservas para exportarlas al como sea, y perpetrando con la complicidad del Estado amorfo neoliberal, la fuga de las divisas resultantes, las que en muchos casos ni siquiera ingresaron al país. Toda la prensa canalla y mercenaria, ocultó semejante atroz negociado en perjuicio de los argentinos.
El escandaloso negociado de las “renovables” eólicas y solares, fogoneado por presiones de las ONGs “ecologistas” (cómplices de petroleras extranjeras e incorporadas de hecho como colaboradoras de los gobiernos apátridas neoliberales), e incentivado por opiniones nunca neutras ni objetivas de múltiples opinólogos y por varias publicaciones electrónicas “especializadas”, que funcionan como arietes para imponer condiciones lesivas a los Intereses Nacionales, es un combo muy perjudicial que debe ser inmediatamente frenado y desarticulado. Los contratos de las “renovables” (concepto en si falaz, pues la ley que presionaron para aprobar tergiversa el concepto, al excluir a las hidroeléctricas importantes), son dolarizados y con tarifas indexadas, además de incluir irritantes privilegios, como la prioridad para despachar energía (venderla) sin importar que sus precios sean más altos. Por otra parte, las “renovables” eólicas y solares, además de producir energía de muy baja calidad, pues son intermitentes y con ello técnicamente inútiles para operar como base de ningún sistema eléctrico, ocultan el hecho que para cubrir sus baches de generación, necesitan el respaldo de una usina termoeléctrica (consumidora de petróleo o gas, o sea contaminante), y ese respaldo debe ser “en caliente”, o sea funcionando. Además, armaron todo un entramado de prebendas, sin las cuales no podría funcionar, pues no son competitivas en absoluto. En síntesis, un negociado escandaloso, del cual incluso participó el actual presidente neoliberal por medio de una de sus asociadas. La parte técnica está descripta en el libro LOS PROFETAS DEL CAOS, disponible en mi blog.
La fragilidad del Sistema Eléctrico Nacional en buena parte es consecuencia de la extrema dependencia respecto a la generación termoeléctrica, lo cual urge corregir. Deben tener fuerte impulso los proyectos hidroeléctricos y nucleares, los cuales no por casualidad, fueron frenados y desechados por el gobierno neoliberal que ya caduca.
El accionar pernicioso, de voceros del subdesarrollo crónico y de los intereses de empresas extranjeras, como el de los ocho exsecretarios de energía de la partidocracia cleptocrática, debe ser refutado con sólidas bases y con contundencia, para neutralizar los efectos negativos y corrosivos en la opinión pública, tan poco conocedora de estos temas tan técnicos.
Debe volver a darse muy fuerte apoyo e impulso al Sector Nuclear, lo cual redundará en muy positivos efectos generales, dado su enorme efecto multiplicador positivo.
Es imperativo crear una Secretaría de Proyectos Hidroeléctricos, dependiente del Ministerio de Energía, para reconstituir la base de datos técnicos que alguna vez estuvieron en poder de Agua y Energía Eléctrica, con los cuales establecer prioridades, las que deben tener un fuerte acento federal, pero manejado todo eso por el Estado Nacional, con intervenciones de las provincias.
Conociendo el rol destructivo y antinacional, del ultra ecologismo (fogoneado por las Potencias Atlantistas, las petroleras – gasíferas transnacionales y el mega sector financiero especulativo), debe tenerse disponible, actualizada y bien fundamentada una sólida base de datos, que ponga en evidencia las falacias, tergiversaciones e intereses ocultos, que motivan el disolvente accionar de esas ONGs, Fundaciones y similares, con presupuestos, coberturas y/o libretos provistos desde las Potencias Atlantistas.
La falta de inversiones en el Sector Eléctrico, en estos cuatro años de neoliberalismo recargado, deberá revertirse con una fuerte inyección de obras en Generación, Transmisión y Distribución. De efecto casi inmediato, serán las instalaciones de los ciclos combinados, en grandes usinas diseñadas al efecto, como las montadas a la vera de la Cuenca Del Plata. Como aprovecharán los gases de combustión, su efecto en el consumo de hidrocarburos y en la contaminación ambiental, serán nulos. La corrosiva “filosofía” de la generación distribuida, implementada para justificar instalaciones de “renovables”, debe ser dejada de lado, para volver a enfatizar las instalaciones de grandes generadoras, de mucho menores costos reales por kWh y menores impactos ambientales reales, que las múltiples mini centrales fogoneadas por el ultra ecologismo y otros intereses no siempre puestos en evidencia. El gran corte de energía eléctrica, que afectó a casi todo el país y repercutió en países vecinos, es prueba irrefutable de la carencia de inversiones imprescindibles y del aquelarre institucionalizado en el que se sumió al Sector Eléctrico y al Energético en general.
Se necesitan más refinerías, para abastecer adecuadamente a todo el territorio nacional. Sus costos de instalaciones se amortizarán evitando importaciones de combustibles procesados, e incluso exportando esos productos.
La industria de los biocombustibles, que de prácticamente cero pasó a ser una de las más importantes del mundo, en el precedente gobierno peronista, fue puesta en estado de disolución total por el desgobierno premeditado del tercer período neoliberal. Puede y debe recuperarse rápidamente, e incluso será factible incrementar el consumo interno, aumentando los porcentajes de cortes de los hidrocarburos con biocombustibles. Es muy claro que el mercado de exportación sufrió las políticas restrictivas de la UE, como clara represalia por haber recuperado el control de YPF, a lo que se sumó EEUU. Hay otros mercados en el mundo, e incluso es factible recuperar esos mercados consumidores.
China, Rusia, India y otras potencias emergentes, pueden y deben ser socios estratégicos para esta política de desarrollo energético; lo cual no implica quebrar relaciones con las Potencias Atlantistas, pero a desarrollarse sin desmedro de nuestra soberanía.
Las concesiones de áreas hidrocarburíferas marinas, dadas a empresas británicas, deben reverse, e incluso lo mismo respecto a inversiones autorizadas en territorio continental, pues implican avalar la usurpación territorial y otras políticas agresivas del viejo imperio.
El listado no se agota, pero lo esencial está sintetizado.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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