LA OLIGARQUÍA INTENTA MARCAR LA CANCHA
Aun no asumido el nuevo gobierno nacional, la vieja y siempre agresiva oligarquía, intenta marcar la cancha, para que le mantengan sus privilegios y no le toquen un centavo de las jugosas ganancias que consiguieron, ni se les recorten sus privilegios excluyentes vueltos a asumir, en el contexto de reprimarización económica forzosa, perpetrado por el actual tercer gobierno neoliberal.
Esa retrógrada y apátrida oligarquía forma parte del actual impresentable gobierno neoliberal en extinción, entre otros por medio del dudosamente moral ministro Etchevehere (el mismo que soporta un proceso judicial abierto en su contra por su propia hermana, por supuestas maniobras delictivas con el patrimonio familiar; el mismo acusado de fumigar plaguicidas muy tóxicos, en las inmediaciones de escuelas rurales; y el mismo que había cobrado una jugosa “indemnización” de la Sociedad Rural, al asumir como ministro macrista).
Esa misma oligarquía, avaló explícitamente todas las políticas de genocidio económico; de industricidio alevoso e intencional; de desguace tecnológico; de endeudamiento desenfrenado; de negociados descarados e infames perpetrados por el presidente, sus colaboradores y secuaces diversos (casos como Correo Argentino, Panamá Papers, prórrogas escandalosas de concesiones de autopistas, negociados con eólicas, etc.); y nunca se molestó por los múltiples y muy vergonzosos actos de entrega explícita de soberanía; todo eso perpetrado por el macrismo, con la anuencia de la vieja y siempre retrógrada oligarquía campera como aliada interna principal.
Como lo evidencia el accionar oligárquico a lo largo de nuestra historia, a sus componentes solo les importan sus campos, sus negocios y sus privilegios, y ese pensamiento egoísta en grado sumo, lo muestran los comentarios de sus más verborrágicos integrantes, que opinan en las redes sociales como patrones de estancia…o sea en tono imperativo, soberbio y pretendidamente dueños de la verdad y de la última palabra. También son pruebas irrefutables de esa mezquindad de valores y cortedad de miras, sus constantes apoyos a gobiernos clasistas, antinacionales, con ribetes racistas y por ende cargados de mentalidad liberal, la cual es opuesta a cualquier tipo de sano Pensamiento Nacional.
Con fuertes prejuicios usados como corazas, que son endebles para mantener sus indefendibles posturas, es usual que “metan en una sola bolsa” al marxismo, al trotskismo y al anarquismo, con las distintas vertientes del Pensamiento Nacional –con el peronismo como expresión más consolidada-, lo cual es incompatible y una aberración conceptual, pero lo sostienen a fuerza de machacar eso sin importarles las incoherencias insalvables de sus mediocres posturas ideológicas. No razonan con la mente ni con el corazón, lo hacen desde el bolsillo y la mezquindad total.
Supuestamente desconocen al Capitalismo de Estado, que en sus diversas variantes nacionales, con un Estado activo y con proteccionismo del mercado interno, practican de un modo u otro todas las naciones exitosas, incluyendo las grandes potencias y las potencias emergentes, así como varias que salieron de la miseria crónica, con políticas activas de desarrollo y soberanía.
Muestran como adalides del “liberalismo económico”, a varias potencias que practican el doble discurso, predicando hacia afuera liberalismo absoluto, pero aplicando internamente fuertes medidas proteccionistas e intervencionistas; de lo cual EEUU, Canadá, Gran Bretaña y la Unión Europea son los casos más flagrantes de esa hipocresía conceptual. ¿O es que acaso la UE no protege a sus productores agropecuarios, sin importarles la “eficiencia”?; ¿acaso no advierten que los europeos, al igual que los anglos del norte, priorizan los valores estratégicos del autoabastecimiento y de mantener ocupada a su población, por sobre los fetiches del “libre comercio y libre mercado”? ¿Pueden desconocer el estúpido papel que hizo Macri, con resultados nulos, demostrativos de su ignorancia geopolítica, al ir a rogar a Francia y Alemania que anulen barreras aduaneras y para arancelarias, con las que protegen a sus productores de alimentos? ¿Acaso no saben que Trump logró revertir la decadencia de EEUU, al imponer fuertes medidas proteccionistas de su industria, y de estímulos a su producción de hidrocarburos?
Pero los oligarcas contumaces, siguen repitiendo el mantra de “la grandeza del centenario”, mentira que inocularon a los uniformados como reaseguro de sus posturas políticas, ocultando que ese modelo de economía primaria a ultranza solo pudo funcionar –con muchas limitaciones y aspectos negativos- en un contexto mundial que caducó definitivamente entre 1900 y 1914, siendo anacrónico e
incoherente pretender recrear esa Argentina feudal, de economía primarizada, con riqueza concentrada y la miseria oculta pero extendida a la mayoría de la población.
Aquella Argentina feudal, tipo país – estancia, solo daría trabajo a diez millones de argentinos, marginando a todo el resto. Pero eso no solo no les importa, sino que les interesa contar con grandes volúmenes de desocupados, para forzar salarios a la baja y ahogar eventuales protestas. Se niegan a ver lo que está pasando por similares circunstancias, en “su gran modelo” Chile, en Ecuador, en Perú y en Colombia, ante los alzamientos populares generados por el hartazgo que provoca el neoliberalismo salvaje…hoy la doctrina preferida de los oligarcas camperos.
Lamentablemente, la falsedad histórica y aberración conceptual económica de “la grandeza del centenario” -1910- (cuando ocultaban a los pobres, para que los visitantes ilustres no los vieran, excluidos al borde de los festejos), falsedad con la que se entroniza al liberalismo como única doctrina económica “correcta” (desconociendo sus falsedades conceptuales y su rol de instrumento de colonización cultural), y el consecuente desprecio a la industria y al desarrollo tecnológico nacional, es inculcada como “pensamiento político correcto” y excluyentemente válido, en los Institutos Militares, con lo cual se aseguran contar con fuerzas de choque, manipulables por los oligarcas contumaces, listas para operar como tropas de ocupación en el propio territorio, instigándoles como enemigos “únicos” al peronismo y al comunismo, a los que con malicia consideran casi equivalentes –lo que es una brutalidad conceptual- incluyéndolos en la supuesta misma concepción “populista”, concepto instalado por los mercenarios de la comunicación, como calificativo despectivo respecto a todo lo Nacional y Popular.
Ocultan que el comunismo –hoy extinguido como tal y solo supérstite en grupúsculos políticos sin inserción popular ni mayor sustento doctrinario sólido- es tan antinacional como el liberalismo económico, y su versión recargada, el neoliberalismo; doctrinas estas últimas a las que adhieren por ignorancia total los milicos liberales. Por eso muchos militares siguen viendo “zurdos y subversivos” hasta en la sopa, pero no ven las brutales acciones de desguace total y de pisoteo de la soberanía, perpetradas por los “libreempresistas” hoy en el poder formal.
Total, a los militares liberales (el 90 % del total) los contentan fácil, con un par de desfiles, con oportunos incrementos de remuneraciones por sobre los acordados a “los civilachos”, y con fuertes dosis de sobadas de lomo. ¡De patriotismo auténtico y de Defensa de Lo Nacional, ni hablar ni pensar! Con el patrioterismo declamativo se llenan mentes y se adormecen conciencias.
Así o con poco más, bajo la sutil supervisión británica antes, y de “los primos trasatlánticos” luego, manejó a su antojo la oligarquía campera, al país, condenándolo al subdesarrollo crónico y la miseria masiva.
No es un detalle menor, que la Sociedad Rural Argentina (SRA), se formó durante el mitrismo, mientras se asolaba al Paraguay, mediante la guerra de la triple infamia, fogoneada por Gran Bretaña, para terminar con el “mal ejemplo” de un país industrializado y no endeudado, todo lo cual fue “corregido” destruyendo, empobreciendo y endeudando al Paraguay, a un alto costo en vidas para las cuatro naciones involucradas, pero sobre todo del perdedor.
La SRA nunca mostró pesar alguno por esa infame guerra, pero sus voceros en cambio se “escandalizaron” cuando Perón devolvió los trofeos de guerra, en un enorme y fraternal gesto con el país hermano.
Más allá de esos poco decorosos antecedentes, y de haber apoyado cuanto gobierno entreguista, liberal y apátrida hubo, la oligarquía no se hace cargo que la quita de las retenciones a los productos primarios exportados, fue una de las mayores causas del déficit fiscal y de endeudamiento acelerado, perpetrado eso al comienzo del gobierno macrista.
Pese a que han sido cómplices activos, copartícipes del gobierno, soportes institucionales, y permanentes voceros de la siniestra ideología neoliberal, de la cual el macrismo es la más destructiva versión de las tres perpetradas en Argentina; pretenden no solo no hacerse cargo de nada, cuan pretendida aristocracia en épocas monárquicas absolutistas; sino que tampoco quieren aportar nada para sacar al país del pantano de decadencia acelerada al cual sumieron. Y claramente, no les molesta que los alimentos esenciales sean hoy carísimos, provocando hambruna, desnutrición y muerte, al imponer precios dolarizados, mientras empobrecieron a la mayor parte del país.
Son muy pocos, seguramente poco más de 500 familias, irrelevantes numéricamente en nuestro país de 45.000.000 de habitantes. Pero suman a pequeños chacareros muy confusos, los mismos a los que el último gobierno peronista libró de las hipotecas allá por 2003/2004, y les facilitó comprar tractores, cosechadoras y camionetas, de industria argentina (“detallecito” que muchos ni consideran). Suman además a los sectores odiadores y/o confusos de las clases medias (que están mucho peor que en 2015, pero que el odio reconcentrado no les deja razonar); y tienen los explícitos respaldos –varios seguramente deseosos de pasar a roles “activos”- de la mayoría de los uniformados, que de tan colonizados mentales no tienen ni idea acerca de que es la soberanía ni el concreto amor a la Patria; además de las estructuras de los medios concentrados, ya en plena tarea de sembrar cizaña y esmerilar al próximo gobierno.
Es imperativo desarticular las explícitas amenazas de la oligarquía y otros sectores antinacionales, si queremos eludir la planificada disolución nacional ordenada por poderes supranacionales, y en cambio recuperar soberanía, dignidad y grandeza nacional.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
miércoles, 27 de noviembre de 2019
miércoles, 20 de noviembre de 2019
jueves, 14 de noviembre de 2019
EL GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA - ¿PROLEGÓMENO DE ACCIONES SIMILARES CONTRA ARGENTINA?
La política de reimplantación al como sea, del patio trasero de EEUU, hoy con el asociado menor de la UE, o más precisamente de las Potencias Atlantistas y del mega poder financiero especulativo globalizador mundial, da sobradas muestras de estar aplicándose sistemáticamente y sin eufemismos ni medias tintas.
Los ataques a los gobiernos de orientación nacional y popular, y en particular a los que sostienen o sostuvieron la coherente visión geopolítica de la Patria Grande, se siguen perpetrando con una sistematización que demuestra no detenerse ante nada, desembozadamente.
Ya el golpe de Estado de 2009, contra Manuel Zelaya en Honduras, mostró la vigencia del viejo modelo de utilización de las fuerzas armadas del país, como tropas de ocupación y de agresión contra su propio pueblo y su gobierno; metodología recurrente en el siglo XX, junto con las invasiones lisas y llanas, como las que padecieron las pequeñas naciones de Centroamérica y el Caribe.
Si bien en el caso venezolano, la invasión por parte de EEUU, con o sin otras tropas subordinadas provenientes de algunos países de nuestra región, se mostró como la alternativa de máxima que parecieron estar dispuestos a utilizar (y que hasta ahora no sucedió seguramente por el alto grado de entrenamiento, buen equipamiento y concientización nacional que está demostrando la Fuerza Armada Bolivariana, que además cuenta con el explicito respaldo de Rusia como fuerte reaseguro); muchos analistas supusieron que las guerras híbridas (como la que sigue en perpetración contra Venezuela), o las otras agresiones del tipo “lawfare” (guerras judiciales con respaldos mediáticos, de operadores encubiertos y/o “mano de obra desocupada” de algunos “servicios” y los avales de las oligarquías siempre apátridas), o eventualmente los aprietes financieros y políticos, o los golpes de tipo palaciego previa violencia o acciones de zapa (como contra Lugo) serían los formatos vigentes, excluyendo las tradicionales asonadas militares salpimentadas con parafernalia pseudo nacionalista.
Aquellas insurrecciones, por lo general cruentas, tenían la excusa perfecta, de impedir el avance del comunismo, que era la muletilla recurrente, que hoy ya es un anacronismo total; aunque muchos retirados de Argentina sigan “alertas contra los que quieren imponernos un trapo rojo como bandera”, tal el grado de alienación y/o vetustismo conceptual que los envuelven.
Los lamentables sucesos de Bolivia, demuestran la renovada vigencia de los alzamientos armados de uniformados (en ese caso policía y ejército), para perpetrar golpes de Estado fogoneados por oligarquías locales, con respaldo de evangélicos y sectores ultra conservadores del catolicismo; ahora con el inmediato
y explícito apoyo de EEUU, por medio de su presidente.
Claramente, esos poderes transnacionales siguen con su objetivo de
desguazar totalmente a Argentina, para con ello no solo disponer de nuestro territorio y riquezas, sino también impedir la necesaria constitución del bloque de poder de la Patria Grande.
Más allá de como termine el tema en Bolivia, lo que se puede avizorar es que un formato similar, o con varias similitudes, es muy posible que esté incubándose en Argentina, de acuerdo a la sumatoria de indicios señalados seguidamente.
Con bases de sustentación algo diferentes, las oligarquías de Bolivia y Argentina, son de vieja data; siendo ambas fuertemente excluyentes de los sectores populares, además de clasistas acentuadas, racistas, y gustosamente subordinadas a los poderes imperiales de turno. La soberanía y el desarrollo nacional no les importan, solo cuidan sus abusivos privilegios.
Los medios de difusión dominantes en ambos países, son funcionales o directamente manejados por los poderes oligárquicos e imperiales, salvo contadas excepciones en Argentina, y si las hay en Bolivia.
Las carencias conceptuales o directamente mediocridades acentuadas, de los sectores empresariales, que no asumen sus roles de burguesías progresistas y favorables a un sano proteccionismo nacional, para en cambio aceptar e impulsar dogmatismos e ideología neoliberal –claramente en perjuicio propio y del país-, son muy marcadas en Argentina (salvo honrosas excepciones), y seguramente la realidad es similar o peor en la hermana Bolivia. Sus adhesiones al “libre comercio” y otras falacias neoliberales, son pruebas de sus limitaciones de enfoques, operando contra sus propios intereses y los de la nación toda. Son marcadamente favorables a gobiernos de esa conformación ideológica, y reciben alborozados a los golpes de Estado que voltean a gobiernos populares y nacionales, con los cuales esos mismos empresarios se ven beneficiados; pero el cerrado dogmatismo y el odio de clase, suelen enceguecerlos. Hay excepciones, por supuesto.
Las fuerzas armadas y de seguridad, llevan largas décadas de cerrada colonización cultural, con la doctrina de la seguridad nacional –una aberración y anacronismo total- como basamento de sus cerrados dogmatismos cargados de prejuicios antinacionales y antipopulares; convenientemente “adornados” con mucho himno y bandera, cosa de salvar formalidades y evitar que se razonen las consecuencias reales de sus acciones, de claras subordinaciones a los mandatos imperiales de turno. En Argentina, la mentalidad “procesera” sigue incólume como supuesto conjunto de “verdades absolutas” y por ende incuestionables; por lo que no asumen todo el daño hecho al haber impuesto al apátrida neoliberalismo a punta de bayonetas. Entre los retirados, es mayoritariamente excluyente la ideología dogmática antiperonista, inculcada machaconamente en los institutos de formación militar, y como aberración conceptual (que se niegan a razonar) se consideran “patriotas y liberales”, lo cual es un oxímoron tan burdo como decirse “honestamente mafioso”. Eso sigue inculcándose a uniformados en actividad, con lo cual pasan a ser “material disponible” para cuanto golpe de Estado pseudo patriótico se quiera perpetrar. ¡Urge volver a tener vigente la Doctrina de la Defensa Nacional e inculcar reales Valores Patrióticos (no de opereta) y Nacionales, como fuerte reaseguro en defensa de La Patria!
Vinculado con lo anterior, existen fuertes evidencias, que los factores de poder que operan entre los uniformados, mantienen un aceitado sistema de comunicaciones informales, con mensajitos convenientemente edulcorados y precondicionados ideológicamente, para mantener y acentuar los dogmatismos ya inculcados, y eventualmente predisponer a efectuar actos
supuestamente “patrióticos” (léase represiones al pueblo como las
perpetradas contra manifestantes pacíficos, o directamente consumar nuevos golpes de Estado), subordinados a los dictados anglosajones.
Con esa ideología de la dependencia, operan ciertos “referentes”, que siguen dando letra a la tropa, que por desconocimiento de Geopolítica, Historia y Economía, carece de referencias válidas para analizar los aberrantes principios que les transmiten casi sin solución de continuidad desde 1955 y sobre todo desde 1976, predisponiendo potencialmente a nuevos quiebres institucionales, antinacionales y oligarquicos.
Los mercenarios de las comunicaciones, ya están instalando ideas que esmerilen la credibilidad del nuevo gobierno pronto a asumir, y es muy posible el accionar muy activo de los servicios cooptados por intereses antinacionales, a los mismos efectos.
En todo ello, el accionar de ciertas “progresías” de diversos pelajes, que son funcionales a los mismos intereses antinacionales, siempre terminan sumándose al caos y las acciones disolventes.
Los riesgos aparentemente difusos, son muy concretos, y la alocada idea de separar el “país central”, rico, blanco racista, oligárquico y excluyente, cobró estado público, y no debe tomarse como una simple bravuconada.
Hace décadas nos quieren desguazar y volver al más elemental subdesarrollo, y esos objetivos no tienen plazos. Por eso denigran de mil modos a gobiernos y sectores políticos que no se subordinan a tan abyectos dictados. Ahora, potenciales golpes de Estado, vuelven a ser una brutal herramienta de sometimiento y destrucción.
No se puede ni se debe desconocer esa preocupante amenaza a la propia subsistencia de Argentina, y al ya muy atacado proyecto de constituir la Patria Grande, elemental herramienta en esta época de grandes bloques geopolíticos.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
La política de reimplantación al como sea, del patio trasero de EEUU, hoy con el asociado menor de la UE, o más precisamente de las Potencias Atlantistas y del mega poder financiero especulativo globalizador mundial, da sobradas muestras de estar aplicándose sistemáticamente y sin eufemismos ni medias tintas.
Los ataques a los gobiernos de orientación nacional y popular, y en particular a los que sostienen o sostuvieron la coherente visión geopolítica de la Patria Grande, se siguen perpetrando con una sistematización que demuestra no detenerse ante nada, desembozadamente.
Ya el golpe de Estado de 2009, contra Manuel Zelaya en Honduras, mostró la vigencia del viejo modelo de utilización de las fuerzas armadas del país, como tropas de ocupación y de agresión contra su propio pueblo y su gobierno; metodología recurrente en el siglo XX, junto con las invasiones lisas y llanas, como las que padecieron las pequeñas naciones de Centroamérica y el Caribe.
Si bien en el caso venezolano, la invasión por parte de EEUU, con o sin otras tropas subordinadas provenientes de algunos países de nuestra región, se mostró como la alternativa de máxima que parecieron estar dispuestos a utilizar (y que hasta ahora no sucedió seguramente por el alto grado de entrenamiento, buen equipamiento y concientización nacional que está demostrando la Fuerza Armada Bolivariana, que además cuenta con el explicito respaldo de Rusia como fuerte reaseguro); muchos analistas supusieron que las guerras híbridas (como la que sigue en perpetración contra Venezuela), o las otras agresiones del tipo “lawfare” (guerras judiciales con respaldos mediáticos, de operadores encubiertos y/o “mano de obra desocupada” de algunos “servicios” y los avales de las oligarquías siempre apátridas), o eventualmente los aprietes financieros y políticos, o los golpes de tipo palaciego previa violencia o acciones de zapa (como contra Lugo) serían los formatos vigentes, excluyendo las tradicionales asonadas militares salpimentadas con parafernalia pseudo nacionalista.
Aquellas insurrecciones, por lo general cruentas, tenían la excusa perfecta, de impedir el avance del comunismo, que era la muletilla recurrente, que hoy ya es un anacronismo total; aunque muchos retirados de Argentina sigan “alertas contra los que quieren imponernos un trapo rojo como bandera”, tal el grado de alienación y/o vetustismo conceptual que los envuelven.
Los lamentables sucesos de Bolivia, demuestran la renovada vigencia de los alzamientos armados de uniformados (en ese caso policía y ejército), para perpetrar golpes de Estado fogoneados por oligarquías locales, con respaldo de evangélicos y sectores ultra conservadores del catolicismo; ahora con el inmediato
y explícito apoyo de EEUU, por medio de su presidente.
Claramente, esos poderes transnacionales siguen con su objetivo de
desguazar totalmente a Argentina, para con ello no solo disponer de nuestro territorio y riquezas, sino también impedir la necesaria constitución del bloque de poder de la Patria Grande.
Más allá de como termine el tema en Bolivia, lo que se puede avizorar es que un formato similar, o con varias similitudes, es muy posible que esté incubándose en Argentina, de acuerdo a la sumatoria de indicios señalados seguidamente.
Con bases de sustentación algo diferentes, las oligarquías de Bolivia y Argentina, son de vieja data; siendo ambas fuertemente excluyentes de los sectores populares, además de clasistas acentuadas, racistas, y gustosamente subordinadas a los poderes imperiales de turno. La soberanía y el desarrollo nacional no les importan, solo cuidan sus abusivos privilegios.
Los medios de difusión dominantes en ambos países, son funcionales o directamente manejados por los poderes oligárquicos e imperiales, salvo contadas excepciones en Argentina, y si las hay en Bolivia.
Las carencias conceptuales o directamente mediocridades acentuadas, de los sectores empresariales, que no asumen sus roles de burguesías progresistas y favorables a un sano proteccionismo nacional, para en cambio aceptar e impulsar dogmatismos e ideología neoliberal –claramente en perjuicio propio y del país-, son muy marcadas en Argentina (salvo honrosas excepciones), y seguramente la realidad es similar o peor en la hermana Bolivia. Sus adhesiones al “libre comercio” y otras falacias neoliberales, son pruebas de sus limitaciones de enfoques, operando contra sus propios intereses y los de la nación toda. Son marcadamente favorables a gobiernos de esa conformación ideológica, y reciben alborozados a los golpes de Estado que voltean a gobiernos populares y nacionales, con los cuales esos mismos empresarios se ven beneficiados; pero el cerrado dogmatismo y el odio de clase, suelen enceguecerlos. Hay excepciones, por supuesto.
Las fuerzas armadas y de seguridad, llevan largas décadas de cerrada colonización cultural, con la doctrina de la seguridad nacional –una aberración y anacronismo total- como basamento de sus cerrados dogmatismos cargados de prejuicios antinacionales y antipopulares; convenientemente “adornados” con mucho himno y bandera, cosa de salvar formalidades y evitar que se razonen las consecuencias reales de sus acciones, de claras subordinaciones a los mandatos imperiales de turno. En Argentina, la mentalidad “procesera” sigue incólume como supuesto conjunto de “verdades absolutas” y por ende incuestionables; por lo que no asumen todo el daño hecho al haber impuesto al apátrida neoliberalismo a punta de bayonetas. Entre los retirados, es mayoritariamente excluyente la ideología dogmática antiperonista, inculcada machaconamente en los institutos de formación militar, y como aberración conceptual (que se niegan a razonar) se consideran “patriotas y liberales”, lo cual es un oxímoron tan burdo como decirse “honestamente mafioso”. Eso sigue inculcándose a uniformados en actividad, con lo cual pasan a ser “material disponible” para cuanto golpe de Estado pseudo patriótico se quiera perpetrar. ¡Urge volver a tener vigente la Doctrina de la Defensa Nacional e inculcar reales Valores Patrióticos (no de opereta) y Nacionales, como fuerte reaseguro en defensa de La Patria!
Vinculado con lo anterior, existen fuertes evidencias, que los factores de poder que operan entre los uniformados, mantienen un aceitado sistema de comunicaciones informales, con mensajitos convenientemente edulcorados y precondicionados ideológicamente, para mantener y acentuar los dogmatismos ya inculcados, y eventualmente predisponer a efectuar actos
supuestamente “patrióticos” (léase represiones al pueblo como las
perpetradas contra manifestantes pacíficos, o directamente consumar nuevos golpes de Estado), subordinados a los dictados anglosajones.
Con esa ideología de la dependencia, operan ciertos “referentes”, que siguen dando letra a la tropa, que por desconocimiento de Geopolítica, Historia y Economía, carece de referencias válidas para analizar los aberrantes principios que les transmiten casi sin solución de continuidad desde 1955 y sobre todo desde 1976, predisponiendo potencialmente a nuevos quiebres institucionales, antinacionales y oligarquicos.
Los mercenarios de las comunicaciones, ya están instalando ideas que esmerilen la credibilidad del nuevo gobierno pronto a asumir, y es muy posible el accionar muy activo de los servicios cooptados por intereses antinacionales, a los mismos efectos.
En todo ello, el accionar de ciertas “progresías” de diversos pelajes, que son funcionales a los mismos intereses antinacionales, siempre terminan sumándose al caos y las acciones disolventes.
Los riesgos aparentemente difusos, son muy concretos, y la alocada idea de separar el “país central”, rico, blanco racista, oligárquico y excluyente, cobró estado público, y no debe tomarse como una simple bravuconada.
Hace décadas nos quieren desguazar y volver al más elemental subdesarrollo, y esos objetivos no tienen plazos. Por eso denigran de mil modos a gobiernos y sectores políticos que no se subordinan a tan abyectos dictados. Ahora, potenciales golpes de Estado, vuelven a ser una brutal herramienta de sometimiento y destrucción.
No se puede ni se debe desconocer esa preocupante amenaza a la propia subsistencia de Argentina, y al ya muy atacado proyecto de constituir la Patria Grande, elemental herramienta en esta época de grandes bloques geopolíticos.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
viernes, 8 de noviembre de 2019
ENERGÍA - CONDICIÓN NECESARIA PERO NO SUFICIENTE PARA EL DESARROLLO
La energía, en todas sus formas, puede ser un simple “commodity” (bien o servicio transable y exportable), y como tal un bien apetecible para el saqueo corporativo y/o imperial, como sucede en muchos países en los que el petróleo o el gas abundante llega a ser una “maldición económica”; o puede –y debe- ser el gran puntal, la piedra angular en la que se asiente el gran proceso autosustentable de desarrollo socio económico.
De por si sola, la existencia de grandes reservas de hidrocarburos, no garantiza el desarrollo, sobre todo en los países en los que los dólares fáciles de las exportaciones de esos hidrocarburos en bruto, impiden de hecho el desarrollo de otras actividades económicas.
Ese fenómeno es conocido como “el Mal Holandés”, por haberse estudiado los nocivos efectos de la irrupción descontrolada de divisas que en los casos acá analizados son producidas por un acentuado incremento de las exportaciones de hidrocarburos u otras materias primas, lo cual a su vez provoca la sobrevaluación de la moneda local, con sus desastrosos efectos sobre la industria y la economía local en general.
Eso sucedió también en otros grandes exportadores de hidrocarburos, que no protegieron o ni crearon sus industrias y dejaron expuestas sus economías al “libre mercado”, como Nigeria, Iraq, Arabia Saudita, Kuwait, Venezuela, Ecuador, y otros casos similares.
A diferencia, en Noruega, Irán y Rusia (por citar los casos más relevantes); el Estado asumió su rol rector, regulando al sector financiero y promoviendo el desarrollo diversificado, para evitar la primarización forzosa de la economía, la extranjerización de sus recursos hidrocarburíferos y la dilapidación de las divisas, incluso constituyéndose en el caso noruego un fondo anticíclico para la futura transición a una economía propia sin hidrocarburos. En los casos de Irán y Rusia, los análisis serían incompletos sin incluir las complejidades geopolíticas, cuyas evaluaciones requerirían al menos un par de extensos trabajos. Pero queda en claro que no se deja nada librado al “dios mercado” de los dogmáticos neoliberales, como se nos pretende imponer a los argentinos.
El de EEUU es un caso con otros caracteres, pero con puntos de coincidencia. EEUU (con sus particularidades de “libre mercado con el Estado interviniente”), se logró revertir el fuerte sesgo importador de hidrocarburos, que era un talón de Aquiles de su poderosa economía, y que ahora incluso experimenta un fuerte golpe de timón contra la globalización salvaje. Con explotaciones de fracking, EEUU pasó a ser de primer importador a importante exportador de hidrocarburos.
La “maldición del petróleo” sucede cuando se deja actual “libremente” a “los mercados” (o sea las corporaciones transnacionales y sus aliados oligárquicos locales). Ese sería el modelo de producción exclusivamente primaria de Vaca Muerta, sin el correcto abastecimiento al enanizado y escuálido mercado interno, achicado hasta la miseria por el neoliberalismo salvaje, e impulsor de exportaciones en bruto, sin agregarle valor agregado, como serían por caso fertilizantes, o combustibles procesados, u otros productos de la petroquímica; o mejor aun, diversos productos industriales fabricados localmente en base a energía barata y otros debidos estímulos económicos de un Estado activo y comprometido con el desarrollo nacional.
Claro que el accionar neoliberal en Vaca Muerta seria incluso más perjudicial para los Intereses Nacionales, si se confirma que el macrismo habría puesto la mega yacimiento hidrocarburífero, como garantía del irracional endeudamiento externo en el que nos sumió.
El Estado activo y su rol en la Energía, es la piedra basal que define si la posesión de riquezas energéticas será el puntal para el desarrollo, o simplemente operará como simple exportador de energéticos en bruto, con la afluencia de divisas fáciles y la sobrevaluación de nuestra moneda, que impida el desarrollo industrial y tecnológico, y con ello la grandeza nacional.
Este razonamiento, expuesto generalmente para el caso de los hidrocarburos, es también aplicable al litio, que muy pronto será un insumo estratégico y posiblemente escaso para la demanda enorme que se avizora, ante los avances tecnológicos en el rubro de automotores eléctricos.
Lo precedente no significa condenar –cuando la producción y las reservas comprobadas lo permiten-, las exportaciones de petróleo o gas en bruto, pero esas divisas fáciles no deben ser la excusa para dejar de lado el objetivo prioritario, que siempre debe ser el desarrollo socio económico, para lo cual la industrialización, la diversificación económica y el pleno desarrollo integrado de todo el territorio nacional son objetivos irrenunciables y esenciales.
Lo mismo cabe expresar referente al litio. Muy pobre objetivo sería solo planificar exportar materia prima en bruto, siendo que lo lógico es apuntar a procesarlo acá, para luego exportar bienes industriales –como por caso baterías o incluso automotores, que utilicen al litio como componente destacado.
La extrema cortedad de miras, evidenciada por el neoliberalismo, en esta tercera etapa de perpetración, resulta simplemente vergonzosa en el caso del gas.
Se impulsan y muestran como “un gran logro” las renacidas exportaciones de gas a Chile y ahora a Uruguay (tal como se hizo cuando se saqueó impunemente el gran yacimiento de Loma de la Lata, por parte de Repsol y otras, en el precedente período neoliberal del menemato y delarruato), pero se paralizaron desvergozadamente obras para abastecer a regiones y provincias que carecen por completo del esencial servicio de gas natural, sin excusas valederas, y con el claro objetivo de impedir el desarrollo. La paralización del GasNEA es muestra del plan de genocidio económico que perpetró el actual gobierno neoliberal –por suerte en plena y desordenada retirada-; siendo evidente que su real objetivo era consumar la disolución nacional, y de mínima, recrear aquella Argentina del “gobierno de la bosta” de la oligarquía contumaz del siglo XIX, que bajo formatos pseudo “democráticos” mantenían un esquema de tipo feudal campero.
La entrega de áreas marítimas para su explotación por parte de empresas británicas, es otra muestra cabal de la total carencia de valores patrióticos de los operadores del neoliberalismo, doctrina apátrida por definición. ¡Y el grueso de los uniformados, ni se da cuenta, tal es el grado extremo de sus confusiones conceptuales! Pero esto requeriría un análisis por separado.
La Energía es uno de los temas troncales, cuya correcta dilucidación, será pieza clave para salir del caos socio económico en el que con aviesa intencionalidad nos sumergieron los personeros del neoliberalismo; y con La Energía al servicio nacional, encarar un fuerte y rápido proceso de desarrollo socio económico, que nos es totalmente necesario.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ – Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
La energía, en todas sus formas, puede ser un simple “commodity” (bien o servicio transable y exportable), y como tal un bien apetecible para el saqueo corporativo y/o imperial, como sucede en muchos países en los que el petróleo o el gas abundante llega a ser una “maldición económica”; o puede –y debe- ser el gran puntal, la piedra angular en la que se asiente el gran proceso autosustentable de desarrollo socio económico.
De por si sola, la existencia de grandes reservas de hidrocarburos, no garantiza el desarrollo, sobre todo en los países en los que los dólares fáciles de las exportaciones de esos hidrocarburos en bruto, impiden de hecho el desarrollo de otras actividades económicas.
Ese fenómeno es conocido como “el Mal Holandés”, por haberse estudiado los nocivos efectos de la irrupción descontrolada de divisas que en los casos acá analizados son producidas por un acentuado incremento de las exportaciones de hidrocarburos u otras materias primas, lo cual a su vez provoca la sobrevaluación de la moneda local, con sus desastrosos efectos sobre la industria y la economía local en general.
Eso sucedió también en otros grandes exportadores de hidrocarburos, que no protegieron o ni crearon sus industrias y dejaron expuestas sus economías al “libre mercado”, como Nigeria, Iraq, Arabia Saudita, Kuwait, Venezuela, Ecuador, y otros casos similares.
A diferencia, en Noruega, Irán y Rusia (por citar los casos más relevantes); el Estado asumió su rol rector, regulando al sector financiero y promoviendo el desarrollo diversificado, para evitar la primarización forzosa de la economía, la extranjerización de sus recursos hidrocarburíferos y la dilapidación de las divisas, incluso constituyéndose en el caso noruego un fondo anticíclico para la futura transición a una economía propia sin hidrocarburos. En los casos de Irán y Rusia, los análisis serían incompletos sin incluir las complejidades geopolíticas, cuyas evaluaciones requerirían al menos un par de extensos trabajos. Pero queda en claro que no se deja nada librado al “dios mercado” de los dogmáticos neoliberales, como se nos pretende imponer a los argentinos.
El de EEUU es un caso con otros caracteres, pero con puntos de coincidencia. EEUU (con sus particularidades de “libre mercado con el Estado interviniente”), se logró revertir el fuerte sesgo importador de hidrocarburos, que era un talón de Aquiles de su poderosa economía, y que ahora incluso experimenta un fuerte golpe de timón contra la globalización salvaje. Con explotaciones de fracking, EEUU pasó a ser de primer importador a importante exportador de hidrocarburos.
La “maldición del petróleo” sucede cuando se deja actual “libremente” a “los mercados” (o sea las corporaciones transnacionales y sus aliados oligárquicos locales). Ese sería el modelo de producción exclusivamente primaria de Vaca Muerta, sin el correcto abastecimiento al enanizado y escuálido mercado interno, achicado hasta la miseria por el neoliberalismo salvaje, e impulsor de exportaciones en bruto, sin agregarle valor agregado, como serían por caso fertilizantes, o combustibles procesados, u otros productos de la petroquímica; o mejor aun, diversos productos industriales fabricados localmente en base a energía barata y otros debidos estímulos económicos de un Estado activo y comprometido con el desarrollo nacional.
Claro que el accionar neoliberal en Vaca Muerta seria incluso más perjudicial para los Intereses Nacionales, si se confirma que el macrismo habría puesto la mega yacimiento hidrocarburífero, como garantía del irracional endeudamiento externo en el que nos sumió.
El Estado activo y su rol en la Energía, es la piedra basal que define si la posesión de riquezas energéticas será el puntal para el desarrollo, o simplemente operará como simple exportador de energéticos en bruto, con la afluencia de divisas fáciles y la sobrevaluación de nuestra moneda, que impida el desarrollo industrial y tecnológico, y con ello la grandeza nacional.
Este razonamiento, expuesto generalmente para el caso de los hidrocarburos, es también aplicable al litio, que muy pronto será un insumo estratégico y posiblemente escaso para la demanda enorme que se avizora, ante los avances tecnológicos en el rubro de automotores eléctricos.
Lo precedente no significa condenar –cuando la producción y las reservas comprobadas lo permiten-, las exportaciones de petróleo o gas en bruto, pero esas divisas fáciles no deben ser la excusa para dejar de lado el objetivo prioritario, que siempre debe ser el desarrollo socio económico, para lo cual la industrialización, la diversificación económica y el pleno desarrollo integrado de todo el territorio nacional son objetivos irrenunciables y esenciales.
Lo mismo cabe expresar referente al litio. Muy pobre objetivo sería solo planificar exportar materia prima en bruto, siendo que lo lógico es apuntar a procesarlo acá, para luego exportar bienes industriales –como por caso baterías o incluso automotores, que utilicen al litio como componente destacado.
La extrema cortedad de miras, evidenciada por el neoliberalismo, en esta tercera etapa de perpetración, resulta simplemente vergonzosa en el caso del gas.
Se impulsan y muestran como “un gran logro” las renacidas exportaciones de gas a Chile y ahora a Uruguay (tal como se hizo cuando se saqueó impunemente el gran yacimiento de Loma de la Lata, por parte de Repsol y otras, en el precedente período neoliberal del menemato y delarruato), pero se paralizaron desvergozadamente obras para abastecer a regiones y provincias que carecen por completo del esencial servicio de gas natural, sin excusas valederas, y con el claro objetivo de impedir el desarrollo. La paralización del GasNEA es muestra del plan de genocidio económico que perpetró el actual gobierno neoliberal –por suerte en plena y desordenada retirada-; siendo evidente que su real objetivo era consumar la disolución nacional, y de mínima, recrear aquella Argentina del “gobierno de la bosta” de la oligarquía contumaz del siglo XIX, que bajo formatos pseudo “democráticos” mantenían un esquema de tipo feudal campero.
La entrega de áreas marítimas para su explotación por parte de empresas británicas, es otra muestra cabal de la total carencia de valores patrióticos de los operadores del neoliberalismo, doctrina apátrida por definición. ¡Y el grueso de los uniformados, ni se da cuenta, tal es el grado extremo de sus confusiones conceptuales! Pero esto requeriría un análisis por separado.
La Energía es uno de los temas troncales, cuya correcta dilucidación, será pieza clave para salir del caos socio económico en el que con aviesa intencionalidad nos sumergieron los personeros del neoliberalismo; y con La Energía al servicio nacional, encarar un fuerte y rápido proceso de desarrollo socio económico, que nos es totalmente necesario.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ – Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
domingo, 3 de noviembre de 2019
ENERGÍA PARA EL DESARROLLO SOCIO ECONÓMICO - CONCEPTOS Y PAUTAS BÁSICAS DE ACCIÓN
En breve síntesis, se señalan las que se consideran principales líneas de acciones para volver a convertir al Sector Energético en un factor esencial para el desarrollo nacional.
Sin ninguna duda, la dolarización de las tarifas de todos los energéticos, fue una medida perversa para concentrar la riqueza en manos de petroleras; gasíferas; generadoras, transportadoras y distribuidoras eléctricas; provocando una acentuada pobreza energética en la población y concentrando desmedidamente recursos en las pocas manos de las corporaciones beneficiadas; en detrimento de la población y de las empresas industriales, comerciales y de servicios en general. Es de urgencia y absoluta justicia, volver a pesificar todas las tarifas, e incluso dejar sin efecto leoninos incrementos de precios de todos los energéticos. Somos productores de gas y petróleo, además de electricidad, de ningún modo se justifica la dolarización impuesta por los neoliberales.
La política de precios fijos y uniformes en todo el país, para los combustibles fósiles, debe reimplementarse a la mayor brevedad. El transporte fluvial y marítimo para el abastecimiento del mercado interno, disminuyendo costos operativos, debe reimpulsarse, superando intereses creados y el accionar disolvente de los voceros del subdesarrollo crónico.
El desguace de los Entes Energéticos Estatales, fue claramente una pieza clave de los neoliberales, para que las corporaciones manejen a su antojo todo el muy estratégico Sector Energético. A eso tendió todo el accionar durante el “proceso”, después durante la partidocracia cleptocrática inmediatamente posterior, y mucho más en el tercer período neoliberal pronto a terminar, sobre todo entendiendo que pusieron a sus personeros a manejar directamente todo, “atendiendo desde los dos lados del mostrador”. Aranguren fue el caso más explícito, pero no el único. Es de crucial importancia reestatizar todo el sector, e incluso recrear entes muy importantes, disueltos de un plumazo, como Agua y Energía Eléctrica, Gas del Estado, YCF, las grandes generadoras y todo el sistema de transmisión eléctrica. Fue muy fácil destruirlos, reconstruirlos será sin duda mucho más trabajoso, y es previsible que el establishment liberal provoque trabas, pero es de importancia crucial volver a tener el manejo estatal directo de tan estratégico sector.
Vaca Muerta, el mega yacimiento de gas y petróleo no convencional, debe servir excluyentemente para el desarrollo nacional, abasteciendo prioritariamente al mercado interno y proveyendo materias primas hidrocarburíferas para la fuerte reindustrialización nacional. Debe ser manejado por el Estado Nacional, con participación de las provincias en las que se encuentra. Pero para todas las tratativas con empresas extranjeras, debe existir un solo interlocutor fuerte, el Estado Nacional. Fragmentar ese poder de decisión es debilitarnos y propender a la fragmentación nacional. Se debe impedir, como es habitual en períodos de hegemonía excluyente neoliberal, que las corporaciones manejen la producción, la venta y la exportación, a sus antojos, tal como en el noventismo sucedió cuando Repsol y otras extranjeras (más algunas privadas “nacionales”) se dedicaron a “ordeñar” los yacimientos descubiertos por YPF –el caso del mega yacimiento de Loma de La Lata es el peor caso testigo-, saqueando literalmente nuestras reservas para exportarlas al como sea, y perpetrando con la complicidad del Estado amorfo neoliberal, la fuga de las divisas resultantes, las que en muchos casos ni siquiera ingresaron al país. Toda la prensa canalla y mercenaria, ocultó semejante atroz negociado en perjuicio de los argentinos.
El escandaloso negociado de las “renovables” eólicas y solares, fogoneado por presiones de las ONGs “ecologistas” (cómplices de petroleras extranjeras e incorporadas de hecho como colaboradoras de los gobiernos apátridas neoliberales), e incentivado por opiniones nunca neutras ni objetivas de múltiples opinólogos y por varias publicaciones electrónicas “especializadas”, que funcionan como arietes para imponer condiciones lesivas a los Intereses Nacionales, es un combo muy perjudicial que debe ser inmediatamente frenado y desarticulado. Los contratos de las “renovables” (concepto en si falaz, pues la ley que presionaron para aprobar tergiversa el concepto, al excluir a las hidroeléctricas importantes), son dolarizados y con tarifas indexadas, además de incluir irritantes privilegios, como la prioridad para despachar energía (venderla) sin importar que sus precios sean más altos. Por otra parte, las “renovables” eólicas y solares, además de producir energía de muy baja calidad, pues son intermitentes y con ello técnicamente inútiles para operar como base de ningún sistema eléctrico, ocultan el hecho que para cubrir sus baches de generación, necesitan el respaldo de una usina termoeléctrica (consumidora de petróleo o gas, o sea contaminante), y ese respaldo debe ser “en caliente”, o sea funcionando. Además, armaron todo un entramado de prebendas, sin las cuales no podría funcionar, pues no son competitivas en absoluto. En síntesis, un negociado escandaloso, del cual incluso participó el actual presidente neoliberal por medio de una de sus asociadas. La parte técnica está descripta en el libro LOS PROFETAS DEL CAOS, disponible en mi blog.
La fragilidad del Sistema Eléctrico Nacional en buena parte es consecuencia de la extrema dependencia respecto a la generación termoeléctrica, lo cual urge corregir. Deben tener fuerte impulso los proyectos hidroeléctricos y nucleares, los cuales no por casualidad, fueron frenados y desechados por el gobierno neoliberal que ya caduca.
El accionar pernicioso, de voceros del subdesarrollo crónico y de los intereses de empresas extranjeras, como el de los ocho exsecretarios de energía de la partidocracia cleptocrática, debe ser refutado con sólidas bases y con contundencia, para neutralizar los efectos negativos y corrosivos en la opinión pública, tan poco conocedora de estos temas tan técnicos.
Debe volver a darse muy fuerte apoyo e impulso al Sector Nuclear, lo cual redundará en muy positivos efectos generales, dado su enorme efecto multiplicador positivo.
Es imperativo crear una Secretaría de Proyectos Hidroeléctricos, dependiente del Ministerio de Energía, para reconstituir la base de datos técnicos que alguna vez estuvieron en poder de Agua y Energía Eléctrica, con los cuales establecer prioridades, las que deben tener un fuerte acento federal, pero manejado todo eso por el Estado Nacional, con intervenciones de las provincias.
Conociendo el rol destructivo y antinacional, del ultra ecologismo (fogoneado por las Potencias Atlantistas, las petroleras – gasíferas transnacionales y el mega sector financiero especulativo), debe tenerse disponible, actualizada y bien fundamentada una sólida base de datos, que ponga en evidencia las falacias, tergiversaciones e intereses ocultos, que motivan el disolvente accionar de esas ONGs, Fundaciones y similares, con presupuestos, coberturas y/o libretos provistos desde las Potencias Atlantistas.
La falta de inversiones en el Sector Eléctrico, en estos cuatro años de neoliberalismo recargado, deberá revertirse con una fuerte inyección de obras en Generación, Transmisión y Distribución. De efecto casi inmediato, serán las instalaciones de los ciclos combinados, en grandes usinas diseñadas al efecto, como las montadas a la vera de la Cuenca Del Plata. Como aprovecharán los gases de combustión, su efecto en el consumo de hidrocarburos y en la contaminación ambiental, serán nulos. La corrosiva “filosofía” de la generación distribuida, implementada para justificar instalaciones de “renovables”, debe ser dejada de lado, para volver a enfatizar las instalaciones de grandes generadoras, de mucho menores costos reales por kWh y menores impactos ambientales reales, que las múltiples mini centrales fogoneadas por el ultra ecologismo y otros intereses no siempre puestos en evidencia. El gran corte de energía eléctrica, que afectó a casi todo el país y repercutió en países vecinos, es prueba irrefutable de la carencia de inversiones imprescindibles y del aquelarre institucionalizado en el que se sumió al Sector Eléctrico y al Energético en general.
Se necesitan más refinerías, para abastecer adecuadamente a todo el territorio nacional. Sus costos de instalaciones se amortizarán evitando importaciones de combustibles procesados, e incluso exportando esos productos.
La industria de los biocombustibles, que de prácticamente cero pasó a ser una de las más importantes del mundo, en el precedente gobierno peronista, fue puesta en estado de disolución total por el desgobierno premeditado del tercer período neoliberal. Puede y debe recuperarse rápidamente, e incluso será factible incrementar el consumo interno, aumentando los porcentajes de cortes de los hidrocarburos con biocombustibles. Es muy claro que el mercado de exportación sufrió las políticas restrictivas de la UE, como clara represalia por haber recuperado el control de YPF, a lo que se sumó EEUU. Hay otros mercados en el mundo, e incluso es factible recuperar esos mercados consumidores.
China, Rusia, India y otras potencias emergentes, pueden y deben ser socios estratégicos para esta política de desarrollo energético; lo cual no implica quebrar relaciones con las Potencias Atlantistas, pero a desarrollarse sin desmedro de nuestra soberanía.
Las concesiones de áreas hidrocarburíferas marinas, dadas a empresas británicas, deben reverse, e incluso lo mismo respecto a inversiones autorizadas en territorio continental, pues implican avalar la usurpación territorial y otras políticas agresivas del viejo imperio.
El listado no se agota, pero lo esencial está sintetizado.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
En breve síntesis, se señalan las que se consideran principales líneas de acciones para volver a convertir al Sector Energético en un factor esencial para el desarrollo nacional.
Sin ninguna duda, la dolarización de las tarifas de todos los energéticos, fue una medida perversa para concentrar la riqueza en manos de petroleras; gasíferas; generadoras, transportadoras y distribuidoras eléctricas; provocando una acentuada pobreza energética en la población y concentrando desmedidamente recursos en las pocas manos de las corporaciones beneficiadas; en detrimento de la población y de las empresas industriales, comerciales y de servicios en general. Es de urgencia y absoluta justicia, volver a pesificar todas las tarifas, e incluso dejar sin efecto leoninos incrementos de precios de todos los energéticos. Somos productores de gas y petróleo, además de electricidad, de ningún modo se justifica la dolarización impuesta por los neoliberales.
La política de precios fijos y uniformes en todo el país, para los combustibles fósiles, debe reimplementarse a la mayor brevedad. El transporte fluvial y marítimo para el abastecimiento del mercado interno, disminuyendo costos operativos, debe reimpulsarse, superando intereses creados y el accionar disolvente de los voceros del subdesarrollo crónico.
El desguace de los Entes Energéticos Estatales, fue claramente una pieza clave de los neoliberales, para que las corporaciones manejen a su antojo todo el muy estratégico Sector Energético. A eso tendió todo el accionar durante el “proceso”, después durante la partidocracia cleptocrática inmediatamente posterior, y mucho más en el tercer período neoliberal pronto a terminar, sobre todo entendiendo que pusieron a sus personeros a manejar directamente todo, “atendiendo desde los dos lados del mostrador”. Aranguren fue el caso más explícito, pero no el único. Es de crucial importancia reestatizar todo el sector, e incluso recrear entes muy importantes, disueltos de un plumazo, como Agua y Energía Eléctrica, Gas del Estado, YCF, las grandes generadoras y todo el sistema de transmisión eléctrica. Fue muy fácil destruirlos, reconstruirlos será sin duda mucho más trabajoso, y es previsible que el establishment liberal provoque trabas, pero es de importancia crucial volver a tener el manejo estatal directo de tan estratégico sector.
Vaca Muerta, el mega yacimiento de gas y petróleo no convencional, debe servir excluyentemente para el desarrollo nacional, abasteciendo prioritariamente al mercado interno y proveyendo materias primas hidrocarburíferas para la fuerte reindustrialización nacional. Debe ser manejado por el Estado Nacional, con participación de las provincias en las que se encuentra. Pero para todas las tratativas con empresas extranjeras, debe existir un solo interlocutor fuerte, el Estado Nacional. Fragmentar ese poder de decisión es debilitarnos y propender a la fragmentación nacional. Se debe impedir, como es habitual en períodos de hegemonía excluyente neoliberal, que las corporaciones manejen la producción, la venta y la exportación, a sus antojos, tal como en el noventismo sucedió cuando Repsol y otras extranjeras (más algunas privadas “nacionales”) se dedicaron a “ordeñar” los yacimientos descubiertos por YPF –el caso del mega yacimiento de Loma de La Lata es el peor caso testigo-, saqueando literalmente nuestras reservas para exportarlas al como sea, y perpetrando con la complicidad del Estado amorfo neoliberal, la fuga de las divisas resultantes, las que en muchos casos ni siquiera ingresaron al país. Toda la prensa canalla y mercenaria, ocultó semejante atroz negociado en perjuicio de los argentinos.
El escandaloso negociado de las “renovables” eólicas y solares, fogoneado por presiones de las ONGs “ecologistas” (cómplices de petroleras extranjeras e incorporadas de hecho como colaboradoras de los gobiernos apátridas neoliberales), e incentivado por opiniones nunca neutras ni objetivas de múltiples opinólogos y por varias publicaciones electrónicas “especializadas”, que funcionan como arietes para imponer condiciones lesivas a los Intereses Nacionales, es un combo muy perjudicial que debe ser inmediatamente frenado y desarticulado. Los contratos de las “renovables” (concepto en si falaz, pues la ley que presionaron para aprobar tergiversa el concepto, al excluir a las hidroeléctricas importantes), son dolarizados y con tarifas indexadas, además de incluir irritantes privilegios, como la prioridad para despachar energía (venderla) sin importar que sus precios sean más altos. Por otra parte, las “renovables” eólicas y solares, además de producir energía de muy baja calidad, pues son intermitentes y con ello técnicamente inútiles para operar como base de ningún sistema eléctrico, ocultan el hecho que para cubrir sus baches de generación, necesitan el respaldo de una usina termoeléctrica (consumidora de petróleo o gas, o sea contaminante), y ese respaldo debe ser “en caliente”, o sea funcionando. Además, armaron todo un entramado de prebendas, sin las cuales no podría funcionar, pues no son competitivas en absoluto. En síntesis, un negociado escandaloso, del cual incluso participó el actual presidente neoliberal por medio de una de sus asociadas. La parte técnica está descripta en el libro LOS PROFETAS DEL CAOS, disponible en mi blog.
La fragilidad del Sistema Eléctrico Nacional en buena parte es consecuencia de la extrema dependencia respecto a la generación termoeléctrica, lo cual urge corregir. Deben tener fuerte impulso los proyectos hidroeléctricos y nucleares, los cuales no por casualidad, fueron frenados y desechados por el gobierno neoliberal que ya caduca.
El accionar pernicioso, de voceros del subdesarrollo crónico y de los intereses de empresas extranjeras, como el de los ocho exsecretarios de energía de la partidocracia cleptocrática, debe ser refutado con sólidas bases y con contundencia, para neutralizar los efectos negativos y corrosivos en la opinión pública, tan poco conocedora de estos temas tan técnicos.
Debe volver a darse muy fuerte apoyo e impulso al Sector Nuclear, lo cual redundará en muy positivos efectos generales, dado su enorme efecto multiplicador positivo.
Es imperativo crear una Secretaría de Proyectos Hidroeléctricos, dependiente del Ministerio de Energía, para reconstituir la base de datos técnicos que alguna vez estuvieron en poder de Agua y Energía Eléctrica, con los cuales establecer prioridades, las que deben tener un fuerte acento federal, pero manejado todo eso por el Estado Nacional, con intervenciones de las provincias.
Conociendo el rol destructivo y antinacional, del ultra ecologismo (fogoneado por las Potencias Atlantistas, las petroleras – gasíferas transnacionales y el mega sector financiero especulativo), debe tenerse disponible, actualizada y bien fundamentada una sólida base de datos, que ponga en evidencia las falacias, tergiversaciones e intereses ocultos, que motivan el disolvente accionar de esas ONGs, Fundaciones y similares, con presupuestos, coberturas y/o libretos provistos desde las Potencias Atlantistas.
La falta de inversiones en el Sector Eléctrico, en estos cuatro años de neoliberalismo recargado, deberá revertirse con una fuerte inyección de obras en Generación, Transmisión y Distribución. De efecto casi inmediato, serán las instalaciones de los ciclos combinados, en grandes usinas diseñadas al efecto, como las montadas a la vera de la Cuenca Del Plata. Como aprovecharán los gases de combustión, su efecto en el consumo de hidrocarburos y en la contaminación ambiental, serán nulos. La corrosiva “filosofía” de la generación distribuida, implementada para justificar instalaciones de “renovables”, debe ser dejada de lado, para volver a enfatizar las instalaciones de grandes generadoras, de mucho menores costos reales por kWh y menores impactos ambientales reales, que las múltiples mini centrales fogoneadas por el ultra ecologismo y otros intereses no siempre puestos en evidencia. El gran corte de energía eléctrica, que afectó a casi todo el país y repercutió en países vecinos, es prueba irrefutable de la carencia de inversiones imprescindibles y del aquelarre institucionalizado en el que se sumió al Sector Eléctrico y al Energético en general.
Se necesitan más refinerías, para abastecer adecuadamente a todo el territorio nacional. Sus costos de instalaciones se amortizarán evitando importaciones de combustibles procesados, e incluso exportando esos productos.
La industria de los biocombustibles, que de prácticamente cero pasó a ser una de las más importantes del mundo, en el precedente gobierno peronista, fue puesta en estado de disolución total por el desgobierno premeditado del tercer período neoliberal. Puede y debe recuperarse rápidamente, e incluso será factible incrementar el consumo interno, aumentando los porcentajes de cortes de los hidrocarburos con biocombustibles. Es muy claro que el mercado de exportación sufrió las políticas restrictivas de la UE, como clara represalia por haber recuperado el control de YPF, a lo que se sumó EEUU. Hay otros mercados en el mundo, e incluso es factible recuperar esos mercados consumidores.
China, Rusia, India y otras potencias emergentes, pueden y deben ser socios estratégicos para esta política de desarrollo energético; lo cual no implica quebrar relaciones con las Potencias Atlantistas, pero a desarrollarse sin desmedro de nuestra soberanía.
Las concesiones de áreas hidrocarburíferas marinas, dadas a empresas británicas, deben reverse, e incluso lo mismo respecto a inversiones autorizadas en territorio continental, pues implican avalar la usurpación territorial y otras políticas agresivas del viejo imperio.
El listado no se agota, pero lo esencial está sintetizado.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos