ARA SAN JUAN – CERTEZAS, DUDAS E INCOHERENCIAS – OTROS TEMAS VINCULADOS
Muy dolorosa para todo argentino de bien, la hoy evidente tragedia del submarino San Juan. Estruendosos los silencios, de varios expertos en estrategia, relaciones internacionales y otras especialidades vinculadas, en todos los casos funcionales al establishment neoliberal o simplemente tibios; así como de ciertos usualmente verborrágicos y enjundiosos veteranos de guerra y retirados de las FFAA y FFSS, anclados mentalmente en los años ‘70. Entre todos esos densos silencios, se pudo ver alguna que otra dudosamente ubicada expresión de anónimos o según los casos conocidos opinantes, que contra toda lógica mezclan implícita o explícitamente el tema recurrente (en esos ámbitos) de acusaciones a “la subversión” con el hundimiento de nuestra nave.
Todo eso e innumerables acciones de “guerra híbrida blanda” desplegadas masivamente, mechadas con insidiosos comentarios –tanto de evidente “mano de obra desocupada” (de “servicios” de mentalidades proceseras y antinacionales, barnizadas con terminologías y meras formalidades huecas de supuesto patriotismo), como de mercenarios de la incomunicación que hoy manipulan casi excluyentemente los medios masivos de comunicación- que achacan culpas a “la pesada herencia” (el gobierno anterior), tapando las directas responsabilidades del actual gobierno neoliberal, que evidentemente achicó presupuestos y no ordenó hacer las imprescindibles tareas de mantenimiento con la severidad requerida, que en una nave de inmersión, lógicamente deben ser más severas y seguramente de mayor frecuencia que en naves de superficie. Prueba de ello, es que el submarino, según trascendió y no se desmintió, comenzó su periplo afectado por problemas técnicos.
Los “proceseros – retirados” demuestran –una vez más- estar anclados en los años ’70 y con ello ser funcionales a las potencias anglosajonas y sus aliados atlantistas, o ser de manifiesta mala fe para mezclar los tantos y “tirar la pelota fuera de la cancha”, con lo cual tienden a diluir en la opinión pública las directas responsabilidades de poderes políticos y militares hoy en ejercicio, en el trágico suceso, así como ocultar las fuertes presunciones de una explosión externa, la cual involucraría un ataque por parte de los usurpadores británicos, posibilidad que
incluso mencionó en un conocido diario ruso el destacado y bien fundamentado analista argentino Dr. Miguel A. Barrios.
Avalan esa hipótesis las opiniones de muy serios opinantes, como los Analistas Internacionales Enrique Romero y Adrián Salbuchi, entre otros.
Deplorables las comunicaciones oficiales de La Armada en los primeros días, omitiendo el sensible tema de las explosiones detectadas; y el “silencio de radio” total por parte del presidente y del ministro de defensa, que parecían “desaparecidos en acción” pues ni se los vio ni dijeron nada por largos días.
Mientras que el representante argentino ante el Organismo Para la Prohibición de Ensayos Nucleares, con sede en Viena, informó inmediatamente al gobierno nacional que en la zona en la cual se presume estaría el sumergible, se detectaron dos explosiones sucesivas, no nucleares; por largos días esa información no trascendió al público, y el vocero de la Armada (el único en “dar la cara” por muchos días), fue exponiendo diversos supuestos de fallas y otras hipótesis conjeturales, mientras nada se decía de la preocupante y certera información de las explosiones. Hasta fines de noviembre, el tema de las explosiones se eludió casi por completo en los partes oficiales de la Armada, y poco se menciona en los medios concentrados que operan como voceros de los intereses anglosajones.
Aun después de transcurridos con holgura los días en los cuales la eventual reserva de oxígeno podía durar, todavía se seguía alimentando una hipótesis de sobrevida que salvo milagro ninguna lógica permitía sustentar.
¿Por qué no se informó rápidamente acerca de la certeza de las explosiones; por que se insiste en una explosión interna, si la nave no llevaba explosivos, y si las baterías no pueden estallar, según dijo el Ing. Ariel Garbanz en forma pública en un canal de TV; por qué se omitieron otras hipótesis de causas de estallidos? Sin embargo, otros expertos, entre ellos Konstantin Sivkov, experto mencionado por Sputnik, expresaron que el hidrógeno componente de las baterías, pudo estallar, por falta de mantenimiento ¿Por qué no se hizo?
¿Por qué se le autorizó a navegar, siendo que antes de zarpar trascendió que reportó fallas técnicas, que serían en el sistema de baterías eléctricas, elementos claves para ese tipo de naves?
¿Por qué no se enviaron naves de superficie en apoyo, cuando reportó problemas serios en las baterías que forman el sistema de propulsión, que obligaron a una marcha de regreso muy lenta; y por qué no se lo hizo desviar a un puerto más cercano, en vez de seguir rumbo a la lejana Mar del Plata?
¿Por qué llevaba 7 tripulantes más que la tripulación normal?
¿Por qué los medios concentrados enfatizaron las “ayudas” de EEUU y Gran Bretaña, pero ocultaron y luego minimizaron el rápido ofrecimiento ruso y el consecuente envío de equipamiento y personal altamente calificado para las tareas de búsqueda y eventual salvataje?
¿Por qué el Comandante de las FFAA (el presidente), el ministro de Defensa y el Comandante de La Marina autorizaron un viaje si las condiciones de mantenimiento no eran las indicadas? ¿Por qué la principal colaboradora del “ausente” ministro de defensa Aguad, Graciela Villata, que según se difundió y no se desmintió; carece de toda capacitación necesaria para su alto y muy bien remunerado cargo, y fue en ese contexto de incapacidad manifiesta, la primera en llegar para “coordinar” las acciones de rescate? ¿Qué puede coordinar o mandar, si no tiene ni idea del tema?
¿Y por qué el periodismo –casi todo- omite este y otros vergonzosos hechos de inacción y/o incapacidad de los actuales responsables políticos; al igual que los opinólogos proceseros que envían “severos” comunicados a retirados de las FFAA y FFSS, y seguramente a muchos en actividad, sembrando confusiones, falacias e inexactitudes, que omiten las sospechas fundadas de la presunta agresión británica y de la inacción previa y posterior al hecho del gobierno neoliberal actual, así como otras graves acciones de resignación de soberanía por parte del actual gobierno (al que apoyan) y buscan tirar todas las culpas políticas al gobierno anterior, siendo que el actual es el directo responsable de los desmanejos en dos largos años, tiempo suficiente para solucionar o empeorar cualquier cuadro de situación?
¿Por qué los medios concentrados omiten o a lo sumo apenas mencionan la hipótesis, que el submarino habría sido hundido por un ataque británico?
¿Por qué apenas se dice que los presupuestos para inversiones y mantenimiento de La Armada se redujeron en los dos últimos años (como mostraron efímeramente uno o dos medios masivos), siendo que eran ya bastante reducidos?
¿Por qué motivo, los usualmente agresivos opinadores del sector caracterizado como afín a los “proceseros neoliberales” y/o “patrioteros de bandera” guardan densos silencios, o si opinan (unos pocos) omiten las preguntas acá detalladas u otras similares? ¿Es que acaso los prometidos indultos que el neoliberalismo hoy gobernante –es de público conocimiento según diversas versiones, que los hechos confirmarían contundentemente, como los masivos apoyos militares al actual gobierno- prometió a sectores retirados de las FFAA y FFSS; para esos “patriotas”, son más importantes (los indultos) que aspectos cruciales de la Defensa y la Soberanía Nacional?
Claro que esos pseudo patriotas, en su momento apoyaron el desguace social y económico perpetrado por el siniestro “proceso”, impidiendo voces que alertaran los tremendos daños antinacionales que los neoliberales perpetraban, bajo custodia de las bayonetas que operaban como fuerzas de ocupación, en el propio territorio. Y esto no significa en modo alguno justificar la irracional guerrilla, de última funcional a los dictados de los anglosajones.
Incómodo momento vivió el vocero de la Armada, cuando un periodista extranjero expresó su extrañeza ante la ausencia total de miembros del gobierno nacional, en los sucesivos partes de prensa y emisión de opiniones oficiales, acorde a lo que es usual y de estilo, en catástrofes o hechos luctuosos, como todo indica que es el actual; más aun siendo que hay crecientes indicios de una factible agresión externa que habría hundido a la nave e imposibilitado toda comunicación del hecho.
No es un dato menor, que el mapa argentino difundido en un comunicado oficial del actual gobierno CEOcrático neoliberal, con relación al sensible tema del Día de la Soberanía (aniversario del Combate de la Vuelta de Obligado), se publicó excluyendo no solo las Malvinas, sino también la Antártida Argentina; y el hecho no fue rectificado ni mereció ninguna –impresentable por cierto- disculpa de los altos funcionarios responsable de esa omisión, que por cierto no puede atribuirse a un mero error, sino a una manifiesta mala intencionalidad, de ir introduciendo la resignación en la población, a la política explícita de entrega de soberanía
practicada por el actual gobierno, del cual en su momento, el actual presidente dijo que “no entiende de problemas de soberanía en Argentina”, y en el que varios colaboradores directos (Sturzenegger, Llach, Prat Gay y otros) se refirieron despectivamente a temas delicados de soberanía nacional y de patriotismo.
Por supuesto, es una incoherencia total, que sectores militares que afirman estentóreamente su supuesto “patriotismo”, apoyen medidas de gobierno claramente apátridas y contrarias a los Intereses Nacionales. Más incoherente o directamente impresentable, es que con retorcidos argumentos, mantengan la indefendible postura de lo que denomino “el síndrome Gómez Centurión”, diciéndose muy patriotas, pero con gastados y erróneos argumentos represivos de los años ‘70 apoyan explícita y entusiastamente a un gobierno neoliberal, que por definición y por sus claras acciones, evidencia operar abiertamente en contra de los Intereses Nacionales y resignando explícitamente soberanía.
La misma Marina, a la cual necesitamos –pero libre de doctrinas y prejuicios liberales y apátridas- sin duda como custodio de nuestros extensos mares, es la que hoy sufre –sufrimos todos los argentinos de bien- las 44 muertes y la pérdida de uno de nuestros sumergibles; es la misma institución que perpetró los bombardeos y ametrallamientos de indefensa población civil en 1955, y que poco después consumó el golpe de Estado, como herramienta dócil de los claros designios del imperio británico. Y jamás expresó ni el mínimo mea culpa, ni asomo de arrepentimiento ni cambio de esa negativa mentalidad.
Casi nadie menciona la necesidad de denunciar los acuerdos de Madrid y de Londres, de 1989 / 1990, de rendición incondicional en condiciones humillantes, tramitadas por Menem, Cavallo y apoyados por Di Tella; así como de denunciar definitivamente el tratado de 1825, que nos ata a Gran Bretaña. De eso no se habla, y esas son las causas profundas que impiden el necesario –imprescindible- rearme argentino, hoy impensable en el marco de un gobierno destructivamente neoliberal, solo preocupado en la especulación y los negocios financieros, promotores del endeudamiento impagable y la fuga masiva de divisas. Por supuesto, con diversos apoyos, incluso de “opositores” políticos.
Ratificando el escaso interés en el tema del gobierno nacional, no se decretó Duelo Nacional, ante esta tragedia que enluta a todos los argentinos de bien, pero que no importa nada –evidentemente- a mentalidades apátridas y antinacionales, solo centradas en consumar “rápidos negocios”; mientras personeros británicos como Aranguren, y otros provenientes de la Banca transnacional vinculada a la “City” de Londres y otras, siguen firmes en sus altos cargos, ejerciendo un nulo patriotismo, que debería ser condición sine qua non para esas altas funciones.
A los hechos me remito, y recuerdo las palabras del Maestro de Palestina…”por sus obras los conoceréis”.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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