AEROLÍNEAS ARGENTINAS ES SOBERANÍA – EL DÉFICIT COMO EXCUSA PARA EXTRANJERIZAR.
Seguramente nada inocente –preparando el terreno para la privatización-, y nada feliz la frase presidencial: “Aerolíneas nos cuesta dos jardines de infantes por semana”. Como le contestaron los trabajadores de AA, una empresa aérea no se compara con un jardín de infantes.
La soberanía no se mide en metálico ni en divisas, se la ejerce o se la resigna.
La aerolínea de bandera es mucho más que un ícono de soberanía, es una herramienta activa que sirve a la integración y al desarrollo nacional, con prioridades esenciales que van mucho más allá del circunstancial resultado de un balance o del cerrado criterio de asignación de costos que excluya los múltiples efectos positivos que son consecuencia de la existencia misma de la empresa aérea nacional, y de su imprescindible rol en nuestro país, el que por cierto tiene dimensiones continentales, y que si se considera la hoy disputada Antártida Argentina y los archipiélagos australes, se trata de un país bicontinental y con proyecciones en la amplísima “pampa azul” que es nuestra dilatada plataforma continental en el Mar Argentino. Claro que para los neoliberales, la Soberanía y el Patriotismo, son conceptos inexistentes e incompresibles, son cipayos asumidos.
Difíciles de cuantificar los perjuicios de diversa índole, que han sido consecuencia de la anterior extranjerización de nuestra aerolínea de bandera, que en los ‘90 redujo drásticamente las frecuencias, malvendió la buena flota que existía (para “hacer caja” rápidamente por parte de los españoles especuladores y delincuentes con traje falso de “grandes empresarios aéreos), remplazando esa flota propia por aviones rentados de regular estado de mantenimiento y muchas horas de vuelo acumuladas.
Cabe recordar el vuelo Posadas – Buenos Aires, que se estrelló a velocidad supersónica en Fray Bentos a consecuencia de una falencia motivada por “economías” mal entendidas. Murieron todos los ocupantes, en un “accidente” que pudo evitarse. ¿Cuánto vale una vida, cuanto valían todas esas 74 vidas truncas y el dolor inmenso de sus familiares y amigos?
¿Cómo cuantificar las demoras de personas enfermas, o discapacitadas, o que viajan para someterse a un tratamiento médico, o peor aun, que ante la falta de vuelos deban someterse a un torturante viaje en auto o en bus, de 8, 10, 12, 14,
o 18 horas de duración? ¿Cómo evaluar cuantos accidentes en ruta se evitan, al descongestionarlas reemplazando viajes en auto o en bus? ¿Cómo calcular el tiempo de empresarios y ejecutivos que al carecer de vuelos (los “privados” solo buscan mantener las rutas muy rentables), deben perder largas horas en viajes y
postergaciones, llegando agotados por muchas horas en rutas? ¿Cómo cuantificar el goce, traducido en salud y mejor calidad de vida, de una familia que puede vacacionar trasladándose cómoda y seguramente en avión, en las distancias enormes de nuestra vasta geografía?
¡Claro está, que “la gente como uno” (como ellos, los muy ricos y oligarcas, los del “tipo social” de Barrio Parque o Recoleta, de la Sociedad Rural y similares) viajan en jets privados, cuando no en aviones propios! Por eso, los problemas precedentemente descriptos son “solo” para el 90 % de los argentinos, directa o
indirectamente.
¿Cuánto vale para los argentinos del interior profundo (los de fuera del “núcleo duro” sojero – triguero- estanciero de la Pampa Húmeda), disponer de rutas aéreas transversales, que no están centradas en el embudo de Aeroparque – Ezeiza? Estos crudos hechos de la realidad, no suelen ser analizados por periodistas ni “intelectuales” de mentes cerradas o acomodaticias, desde “La
Capi”, el monstruoso conglomerado urbano de 15.000.000 de habitantes que se apretuja en torno a la Ciudad de Buenos Aires; ni tampoco por ciertos sectores acomodados del “suburbio grande de Capital Federal”, al cual voluntaria y lamentablemente se auto reduce la hermosa ciudad de Rosario, cuyas dirigencias y
referentes –salvo honrosas excepciones- solo miran aguas abajo hacia Buenos Aires y el mar, olvidando y despreciando el valioso y enorme hinterland existente desde Rosario hacia el norte, ramificado hacia el NEA y el NOA argentinos, Paraguay, Bolivia y el sur de Brasil…tanta es la ceguera geopolítica de ciertas
dirigencias con mentalidades estrechas.
Pero volvamos a la deplorable intencionalidad privatista – extranjerizante, apenas encubierta en la frase macrista respecto a las “preocupaciones presupuestarias” que dice tener el presidente corporativo neoliberal argentino.
Si tanto le preocupan los “costos fiscales” operativos de Aerolíneas
Argentinas, y tanta “sensibilidad social” dice sentir, con su “sensibilidad” por los jardines de infantes y temas sociales, caben muchos interrogantes, que dudosamente pueda contestar con sólidos fundamentos Macri ni su equipo de CEOs puestos a ministros y altos cargos estatales.
¿Por qué subejecutó diversos presupuestos sociales y educativos, entre ellos los destinados a jardines de infantes?
¿Por qué canceló planes educativos, como “FINES” (para que mucha gente pudiera completar estudios primarios y secundarios), “Argentina Sonríe” para dar soluciones odontológicas a tanta gente careciente, entre muchos otros planes sociales impiadosamente anulados?
¿Por qué se opuso y se burló de las creaciones de 16 nuevas Universidades Nacionales?
¿Por qué frenó drásticamente las construcciones de nuevas escuelas y hospitales públicos, que tan fuertes inversiones tuvieron en los doce años precedentes?
¿Cuántos “jardines de infantes” hubiera creado y mantenido con las retenciones al agro y las mineras que tan “graciosamente” condonó a los grandes terratenientes y las empresas mineras –básicamente extranjeras-?
¿Cuántos “jardines de infantes” podrían hacerse con los impuestos reducidos a los automóviles importados de muy alta gama y al champán?
¿Cuántos jardines de infantes podrían mantenerse muy bien, con los muy abultados aumentos de sueldos y remuneraciones, del propio presidente, su vice, ministros y otros altos funcionarios nacionales…y por qué no aplicaron idénticos porcentajes que los aprobados para los asalariados “comunes”?
Ídem anterior, respecto a los indecorosos aumentos de las dietas de legisladores nacionales, de los sueldos del Poder Judicial, y de los “ñoquis gourmet” que están instalando en diversas reparticiones públicas, incluido un indefendible contrato millonario de Fabricaciones Militares para “asesoramiento de imagen”, en beneficio del nieto de la oligárquica conductora televisiva Mitha Legrand, Nacho Viale.
¿Cuántos “jardines de infantes” podrían haberse construido con los impuestos que se dejaron de recaudar, a consecuencia del desplome económico general, muy acentuado en la industria, así como en los comercios de provincias fronterizas? ¿Acaso esta crisis no fue prearmada por los dogmáticos del neoliberalismo a ultranza?
¿Cuántos jardines de infantes podrían haberse construido con la escandalosa bicicleta financiera armada por Sturzenegger en el Banco Central, que es casi un calco de la operatoria similar perpetrada en los años ’90, por la cual ese mismo economista neoliberal fue procesado y solo zafó por mera prescripción por tiempo transcurrido, en otra muestra de “justicia adicta” al
establishment?
¿Cuántos jardines de infantes pudieron construirse con la siderales ganancias de la operatoria del dólar futuro, en la cual el Secretario de Coordinación Interministerial (una suerte de “primer ministro” semi en las sombras), Mario Quintana, “atendió de los dos lados del mostrador”, junto con otros allegados a las cúpulas del poder de CEOs macristas?
¿Cuantos jardines de infantes pudieron construirse con los impuestos – presuntamente con elevado grado de certeza- evadidos por el presidente y sus amigos, por medio de cuentas en paraísos fiscales; y la operación de contrabando de automóviles y/o autopartes, del grupo empresario Macri?
¿Cuántos nuevos aviones podría haber comprado Aerolíneas Argentinas, con el desmesurado incremento del déficit fiscal nacional perpetrado por manifiesta incapacidad o por voluntaria consecuencia de las medidas de achicamiento económico y desmanejos de las cuentas públicas perpetrados por los neoliberales en el poder, que impúdicamente llegaron a argumentar “estamos aprendiendo sobre la marcha”? ¿No es acaso “el mejor equipo de los últimos 50 años”, según otro de los tantos dichos huecos de campaña del macrismo?
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
viernes, 28 de octubre de 2016
lunes, 24 de octubre de 2016
ENERGÍAS RENOVABLES SESGADAS – ANCLAJE AL SUBDESARROLLO CRÓNICO
Son “renovables sesgadas” pues contra toda lógica técnica, por ley se excluyó de la clasificación como “renovables” a las hidroeléctricas de más de 30 MW. Esa omisión es como querer modificar por una norma legislativa a la ley de la gravedad.
Después de años de agresivas campañas, que claramente buscaron imponer al como sea a las “energías renovables”, que con mayor precisión deberían llamarse “renovables sesgadas”, ahora sus promotores a ultranza están en el poder, y claramente varios de ellos “atendiendo de los dos lados del mostrador”. No solo el flagrante caso de violación a la Ley de Ética Pública que representa Aranguren en Energía, hasta hace muy poco el CEO de Shell Argentina y ¿ex? Accionista de esa empresa con sede en Londres; sino también otros, como Sebastián Kind, vinculado a una empresa comercializadora y promotora de “renovables” hasta prácticamente el día anterior a asumir la Subsecretaría de Energías Renovables, y que según informes periodísticos especializados continúa vinculado a otra empresa del sector con sede en Uruguay (que puede intervenir en las licitaciones, en forma directa o encubierta).
Y eso sin mencionar las nunca respaldadas expresiones del presidente Macri, quien afirmó –copiando el discurso pegajoso de la ONGs ultraecologistas- que “existen 19 formas más eficientes de producir energía que las hidroeléctricas”, pero nunca las citó; amén de su discutible solidez institucional habida cuenta de las cuentas en paraísos fiscales y otros hechos al menos muy discutibles.
Pero más allá de esa deslegitimización de origen, y de las propias falencias de la Ley Guinle (anterior a la actual administración nacional de CEOs, pero con intervención de “Cambiemos” y sobre todo de Juan Carlos Villalonga, hoy legislador y por años asalariado ejecutivo de Greenpeace); existen numerosas falsedades, verdades a medias y tergiversaciones, en la maraña argumentativa que promociona persistente y exageradamente a las “renovables”.
Dicen promover la producción local de los equipos, y “favorecer el desarrollo industrial argentino”. Eso es falso, pues la sumatoria de facilidades a las importaciones, las nulas promociones a la fabricación local, e incluso las quejas amargas de los productores nacionales (paradigmático el caso de Pescarmona), que encuentran trabas para romper el cerco que facilita excluyentemente el acceso de equipamiento importado.
Dicen que son “energías limpias”, pero el concepto es falso, pues existen muchos costos ambientales significativos, asociados a eólicas, solares y similares; no solo los costos ambientales vinculados a la fabricación, transporte e instalación de equipos; también los altos costos ambientales y económicos vinculados al desguace final, el cual crea problemas de compleja solución, por caso las gigantescas palas eólicas de materiales compuestos, que pasan a ser basuras en si mismas y a ser criaderos de alimañas, como se denunció que sucede en España; tampoco computan (los promotores a ultranza) los costos de necesitar una usina convencional (por lo general a gas o petróleo) funcionando en vacío para cubrir los baches y oscilaciones de eólicas, solares y similares; ni los daños ambientales mientras operan (como matanzas de pájaros y otros), así como los accidentes humanos diversos provocados por estas nada limpias tecnologías de generación.
Dicen que son energías baratas, y/o que lograron precios excepcionalmente bajos en las licitaciones. Falso, pues se sostienen en una maraña de costosos subsidios y otras prebendas, en tarifas dolarizadas y crecientes, además que tienen muchos costos ocultos, como la generación termoeléctrica en vacío, que será necesaria para estabilizar las oscilaciones de voltaje y paradas frecuentes de las eólicas y solares.
Dicen que ahorrarán mucho combustible, y eso al menos es harto discutible, pues las intermitencias en la generación (el sol y los vientos no son controlables ni graduables) de sus generaciones, ocasionan fuertes oscilaciones de voltaje, que solo pueden ser controladas disponiendo de unidades de base –confiables técnicamente-, operando en vacío (o sea en marcha) para reemplazar y/o respaldar las técnicamente poco eficientes e inestables generaciones eólicas y solares. Esas usinas de respaldo, usualmente son termoeléctricas, o sea deberán quemar petróleo y gas, como respaldo o reaseguro de aquellas. Con ello se quemarán las supuestas “grandes economías de petróleo”, al menos en buena parte.
Dicen que ahorrarán divisas, y eso es falso, por diversos motivos. El 90 % o más de los equipos a instalarse, serán importados. Buena parte de los inversores/especuladores que están “invirtiendo” (concepto dudoso, dada la suma de facilidades, créditos subsidiados, etc.), son extranjeros, quienes previsiblemente querrán enviar al exterior con la mayor rapidez posible, sus reintegros y ganancias; y los pocos inversores locales (muchos vinculados con los CEOs hoy en el gobierno) tienen la fuga de divisas como práctica usual, por lo que seguramente sus utilidades serán rápidamente evadidas al exterior. Las tarifas son dolarizadas, y la venta de esas producciones está privilegiada por ley. Esos montos dolarizados, en el actual esquema político económico, con seguridad engrosarán los montos de dineros fugados al exterior.
Dicen que mejorarán el servicio, y eso es muy dudoso, pues la eólica y la solar, son energías de baja calidad, por las ya citadas intermitencias y oscilaciones.
Dicen que mejorarán la matriz eléctrica argentina. Y eso es una falacia, por la suma de fundamentaciones previamente expuestas.
Dicen que contribuirán a mejorar el manejo del Estado, pero en realidad incrementarán el déficit presupuestario, frenarán el PBI por los altos costos de esa energía de consumo obligatorio, y por las trabas y condicionamientos burocrático – legales que se están pergeñando como la esencia metodológica de la implementación a ultranza y acelerada de las “renovables sesgadas”.
Dicen que el sistema legal y reglamentario es transparente, pero evidencia ser casi con total seguridad, complejo y tortuoso, por lo que todo indica que es el germen de interminables litigios que casi son seguridad afectarán al Estado Argentino, o sea a todos los argentinos.
El listado sigue, pero en mérito a la brevedad, se omiten otros factores que pueden integrarse a este listado. Es una hipoteca a futuro, incluso cercano, que incrementará en una medida difícil de estimar, pero sin duda considerable, la deuda argentina dolarizada.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ – Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Son “renovables sesgadas” pues contra toda lógica técnica, por ley se excluyó de la clasificación como “renovables” a las hidroeléctricas de más de 30 MW. Esa omisión es como querer modificar por una norma legislativa a la ley de la gravedad.
Después de años de agresivas campañas, que claramente buscaron imponer al como sea a las “energías renovables”, que con mayor precisión deberían llamarse “renovables sesgadas”, ahora sus promotores a ultranza están en el poder, y claramente varios de ellos “atendiendo de los dos lados del mostrador”. No solo el flagrante caso de violación a la Ley de Ética Pública que representa Aranguren en Energía, hasta hace muy poco el CEO de Shell Argentina y ¿ex? Accionista de esa empresa con sede en Londres; sino también otros, como Sebastián Kind, vinculado a una empresa comercializadora y promotora de “renovables” hasta prácticamente el día anterior a asumir la Subsecretaría de Energías Renovables, y que según informes periodísticos especializados continúa vinculado a otra empresa del sector con sede en Uruguay (que puede intervenir en las licitaciones, en forma directa o encubierta).
Y eso sin mencionar las nunca respaldadas expresiones del presidente Macri, quien afirmó –copiando el discurso pegajoso de la ONGs ultraecologistas- que “existen 19 formas más eficientes de producir energía que las hidroeléctricas”, pero nunca las citó; amén de su discutible solidez institucional habida cuenta de las cuentas en paraísos fiscales y otros hechos al menos muy discutibles.
Pero más allá de esa deslegitimización de origen, y de las propias falencias de la Ley Guinle (anterior a la actual administración nacional de CEOs, pero con intervención de “Cambiemos” y sobre todo de Juan Carlos Villalonga, hoy legislador y por años asalariado ejecutivo de Greenpeace); existen numerosas falsedades, verdades a medias y tergiversaciones, en la maraña argumentativa que promociona persistente y exageradamente a las “renovables”.
Dicen promover la producción local de los equipos, y “favorecer el desarrollo industrial argentino”. Eso es falso, pues la sumatoria de facilidades a las importaciones, las nulas promociones a la fabricación local, e incluso las quejas amargas de los productores nacionales (paradigmático el caso de Pescarmona), que encuentran trabas para romper el cerco que facilita excluyentemente el acceso de equipamiento importado.
Dicen que son “energías limpias”, pero el concepto es falso, pues existen muchos costos ambientales significativos, asociados a eólicas, solares y similares; no solo los costos ambientales vinculados a la fabricación, transporte e instalación de equipos; también los altos costos ambientales y económicos vinculados al desguace final, el cual crea problemas de compleja solución, por caso las gigantescas palas eólicas de materiales compuestos, que pasan a ser basuras en si mismas y a ser criaderos de alimañas, como se denunció que sucede en España; tampoco computan (los promotores a ultranza) los costos de necesitar una usina convencional (por lo general a gas o petróleo) funcionando en vacío para cubrir los baches y oscilaciones de eólicas, solares y similares; ni los daños ambientales mientras operan (como matanzas de pájaros y otros), así como los accidentes humanos diversos provocados por estas nada limpias tecnologías de generación.
Dicen que son energías baratas, y/o que lograron precios excepcionalmente bajos en las licitaciones. Falso, pues se sostienen en una maraña de costosos subsidios y otras prebendas, en tarifas dolarizadas y crecientes, además que tienen muchos costos ocultos, como la generación termoeléctrica en vacío, que será necesaria para estabilizar las oscilaciones de voltaje y paradas frecuentes de las eólicas y solares.
Dicen que ahorrarán mucho combustible, y eso al menos es harto discutible, pues las intermitencias en la generación (el sol y los vientos no son controlables ni graduables) de sus generaciones, ocasionan fuertes oscilaciones de voltaje, que solo pueden ser controladas disponiendo de unidades de base –confiables técnicamente-, operando en vacío (o sea en marcha) para reemplazar y/o respaldar las técnicamente poco eficientes e inestables generaciones eólicas y solares. Esas usinas de respaldo, usualmente son termoeléctricas, o sea deberán quemar petróleo y gas, como respaldo o reaseguro de aquellas. Con ello se quemarán las supuestas “grandes economías de petróleo”, al menos en buena parte.
Dicen que ahorrarán divisas, y eso es falso, por diversos motivos. El 90 % o más de los equipos a instalarse, serán importados. Buena parte de los inversores/especuladores que están “invirtiendo” (concepto dudoso, dada la suma de facilidades, créditos subsidiados, etc.), son extranjeros, quienes previsiblemente querrán enviar al exterior con la mayor rapidez posible, sus reintegros y ganancias; y los pocos inversores locales (muchos vinculados con los CEOs hoy en el gobierno) tienen la fuga de divisas como práctica usual, por lo que seguramente sus utilidades serán rápidamente evadidas al exterior. Las tarifas son dolarizadas, y la venta de esas producciones está privilegiada por ley. Esos montos dolarizados, en el actual esquema político económico, con seguridad engrosarán los montos de dineros fugados al exterior.
Dicen que mejorarán el servicio, y eso es muy dudoso, pues la eólica y la solar, son energías de baja calidad, por las ya citadas intermitencias y oscilaciones.
Dicen que mejorarán la matriz eléctrica argentina. Y eso es una falacia, por la suma de fundamentaciones previamente expuestas.
Dicen que contribuirán a mejorar el manejo del Estado, pero en realidad incrementarán el déficit presupuestario, frenarán el PBI por los altos costos de esa energía de consumo obligatorio, y por las trabas y condicionamientos burocrático – legales que se están pergeñando como la esencia metodológica de la implementación a ultranza y acelerada de las “renovables sesgadas”.
Dicen que el sistema legal y reglamentario es transparente, pero evidencia ser casi con total seguridad, complejo y tortuoso, por lo que todo indica que es el germen de interminables litigios que casi son seguridad afectarán al Estado Argentino, o sea a todos los argentinos.
El listado sigue, pero en mérito a la brevedad, se omiten otros factores que pueden integrarse a este listado. Es una hipoteca a futuro, incluso cercano, que incrementará en una medida difícil de estimar, pero sin duda considerable, la deuda argentina dolarizada.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ – Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
sábado, 22 de octubre de 2016
SIGNOS INEQUÍVOCOS DE CRISIS PROFUNDA
Postales de las dos semanas pasadas, la Ruta Nacional 14, incluido el tramo de autovía que desde el norte arranca en Paso De Los Libres, casi totalmente desierta, incluso con los pocos camiones circulando en cantidades levemente superiores a los escasísimos automóviles y vehículos livianos. La baja del tránsito, respecto a 2015 pre elecciones, estimada en no menos del 70 al 80 %. O sea, ahora circularía entre el 20 y el 30 % de automóviles y camiones que en 2015.
Por otra parte, de cada 8 a 10 camiones transportando autos desde Brasil, solo se vio uno desde Argentina llevando autos nacionales a Brasil y Paraguay.
Los equipos (camión tractor y semirremolque pesado) provenientes de Brasil con carga al tope; los que regresaban, con el eje intermedio del remolque levantado, lo cual es indicador de poca o ninguna carga.
Antes del suicidio político económico que significó para Argentina volver al neoliberalismo, esa importante ruta estaba con mucho tránsito, prácticamente justificando construir una tercera vía por cada mano. ¡Diferencias significativas!
Para poner en contexto geopolítico, la Ruta Nacional 14, es llamada “La Ruta del Mercosur” (antes de la construcción de la autovía era considerada “la ruta de la muerte” por la elevadísima tasa de accidentes mortales), es parte ineludible de la vía terrestre más directa y/o transitada entre Buenos Aires / Rosario / Córdoba – San Pablo / Río de Janeiro, Buenos Aires – Asunción / Encarnación / Ciudad del Este, Montevideo - Asunción y enlaza la propia Mesopotamia Argentina.
En concreto es una de las yugulares de la comunicación carretera argentina y del Cono Sur. El escaso tránsito testimonia la caída económica severa.
Similares cuadros de depresión socio - económica se ven en otras rutas argentinas. Claramente la brutal caída de la actividad económica y de los salarios de la amplia y hoy decadente clase media, son las causales directas de la “desertificación” de las rutas argentinas.
Los escasos parroquianos en bares, restaurantes y pizzerías de la hermosa Avenida Pellegrini de Rosario, antes rebosantes de gente hasta en las veredas; igual que lo que sucede en otros comercios gastronómicos de Posadas, Rosario y otras ciudades, son irrefutables indicadores que “cambiamos” retrocediendo de bruces a un contexto que se muestra incluso peor que los muy nefastos años ’90…con los mismos o similares perpetradores de crisis permanente, endeudamiento nacional creciente y destrucción industrial acelerada e impiadosa.
Otros indicadores de pobreza creciente, son los cartoneros y pobre gente revolviendo la basura en las ciudades, fenómenos de pobreza extrema, que prácticamente habían desaparecido; y que empujados por las políticas económicas inductoras de retroceso económico, volvieron con reconcentrada fuerza, como jinetes del apocalipsis neoliberal.
Mientras tanto, los éxodos masivos de compradores argentinos que día a día dejan ingentes cantidades de dinero en comercios de países vecinos, con visos de catástrofes económicas en puntos focales de fácil conexiones (como el atiborrado puente Posadas-Encarnación); son otras evidencias de los amargos y nocivos frutos claramente provocados adrede, por los gestores y ejecutores del desmadre general de la actual versión recargada del neoliberalismo salvaje.
Las mismas consecuencias que antes padecimos nosotros y otros pueblos hermanos de la región, de Europa Oriental y Rusia, y que desde hace años padecen Grecia, Portugal, España y otros.
Mientras crece desmesuradamente la deuda externa, para alimentar la bicicleta financiera, la fuga de divisas y otras “operetas” similares; silenciosamente avanza sin que casi nadie lo perciba, otro tipo nefasto de deuda externa atada a leoninas condiciones contractuales: la vinculada con la desmesurada promoción de las “energías renovables” que implica prácticamente riesgo cero para inversores y especuladores, casi nula promoción de la industria nacional, en un enmarañado marco legal, que garantiza tarifas muy caras y crecientes, dolarizadas, y de compra obligatoria de energía de baja calidad (sujeta a oscilaciones de voltaje a ser estabilizado con el caro respaldo de usinas térmicas convencionales y otras maniobras técnico – eléctricas) para los ya hoy empobrecidos usuarios del sistema eléctrico argentino. ¡Una hipoteca que puede llegar a ser descomunal, que nos ate al subdesarrollo crónico!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Postales de las dos semanas pasadas, la Ruta Nacional 14, incluido el tramo de autovía que desde el norte arranca en Paso De Los Libres, casi totalmente desierta, incluso con los pocos camiones circulando en cantidades levemente superiores a los escasísimos automóviles y vehículos livianos. La baja del tránsito, respecto a 2015 pre elecciones, estimada en no menos del 70 al 80 %. O sea, ahora circularía entre el 20 y el 30 % de automóviles y camiones que en 2015.
Por otra parte, de cada 8 a 10 camiones transportando autos desde Brasil, solo se vio uno desde Argentina llevando autos nacionales a Brasil y Paraguay.
Los equipos (camión tractor y semirremolque pesado) provenientes de Brasil con carga al tope; los que regresaban, con el eje intermedio del remolque levantado, lo cual es indicador de poca o ninguna carga.
Antes del suicidio político económico que significó para Argentina volver al neoliberalismo, esa importante ruta estaba con mucho tránsito, prácticamente justificando construir una tercera vía por cada mano. ¡Diferencias significativas!
Para poner en contexto geopolítico, la Ruta Nacional 14, es llamada “La Ruta del Mercosur” (antes de la construcción de la autovía era considerada “la ruta de la muerte” por la elevadísima tasa de accidentes mortales), es parte ineludible de la vía terrestre más directa y/o transitada entre Buenos Aires / Rosario / Córdoba – San Pablo / Río de Janeiro, Buenos Aires – Asunción / Encarnación / Ciudad del Este, Montevideo - Asunción y enlaza la propia Mesopotamia Argentina.
En concreto es una de las yugulares de la comunicación carretera argentina y del Cono Sur. El escaso tránsito testimonia la caída económica severa.
Similares cuadros de depresión socio - económica se ven en otras rutas argentinas. Claramente la brutal caída de la actividad económica y de los salarios de la amplia y hoy decadente clase media, son las causales directas de la “desertificación” de las rutas argentinas.
Los escasos parroquianos en bares, restaurantes y pizzerías de la hermosa Avenida Pellegrini de Rosario, antes rebosantes de gente hasta en las veredas; igual que lo que sucede en otros comercios gastronómicos de Posadas, Rosario y otras ciudades, son irrefutables indicadores que “cambiamos” retrocediendo de bruces a un contexto que se muestra incluso peor que los muy nefastos años ’90…con los mismos o similares perpetradores de crisis permanente, endeudamiento nacional creciente y destrucción industrial acelerada e impiadosa.
Otros indicadores de pobreza creciente, son los cartoneros y pobre gente revolviendo la basura en las ciudades, fenómenos de pobreza extrema, que prácticamente habían desaparecido; y que empujados por las políticas económicas inductoras de retroceso económico, volvieron con reconcentrada fuerza, como jinetes del apocalipsis neoliberal.
Mientras tanto, los éxodos masivos de compradores argentinos que día a día dejan ingentes cantidades de dinero en comercios de países vecinos, con visos de catástrofes económicas en puntos focales de fácil conexiones (como el atiborrado puente Posadas-Encarnación); son otras evidencias de los amargos y nocivos frutos claramente provocados adrede, por los gestores y ejecutores del desmadre general de la actual versión recargada del neoliberalismo salvaje.
Las mismas consecuencias que antes padecimos nosotros y otros pueblos hermanos de la región, de Europa Oriental y Rusia, y que desde hace años padecen Grecia, Portugal, España y otros.
Mientras crece desmesuradamente la deuda externa, para alimentar la bicicleta financiera, la fuga de divisas y otras “operetas” similares; silenciosamente avanza sin que casi nadie lo perciba, otro tipo nefasto de deuda externa atada a leoninas condiciones contractuales: la vinculada con la desmesurada promoción de las “energías renovables” que implica prácticamente riesgo cero para inversores y especuladores, casi nula promoción de la industria nacional, en un enmarañado marco legal, que garantiza tarifas muy caras y crecientes, dolarizadas, y de compra obligatoria de energía de baja calidad (sujeta a oscilaciones de voltaje a ser estabilizado con el caro respaldo de usinas térmicas convencionales y otras maniobras técnico – eléctricas) para los ya hoy empobrecidos usuarios del sistema eléctrico argentino. ¡Una hipoteca que puede llegar a ser descomunal, que nos ate al subdesarrollo crónico!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
lunes, 10 de octubre de 2016
LA RUSIA DE YELTSIN - LA ARGENTINA DE MACRI
Es usual y correcto comparar el gobierno macrista, con precedentes gobiernos neoliberales de Argentina, de los cuales es claro continuador, e incluso se lo compara con otros gobiernos oligárquicos y antinacionales de nuestra región; pero son escasos los trabajos comparativos con otras alejadas regiones del globo.
Para ese tipo de evaluaciones, deben utilizarse criterios de Geopolítica.
De correctos y bien fundamentados análisis geopolíticos, se pueden extraer conclusiones contundentes, respecto a diversos temas de la realidad.
Por caso, pueden establecerse claros paralelismos entre los objetivos últimos evidenciados, y las acciones desarrolladas en el gobierno de Boris Yeltsin en Rusia, respecto del actual gobierno en ejecución (más bien en perpetración) de Mauricio Macri en Argentina.
Después del colapso o implosión de la Unión Soviética, ocurrido durante el gobierno de Gorbachov, Rusia sufrió una muy rápida y compleja transformación, un cambio abrupto sin escalas intermedias, pasando del comunismo del cual fue el ejemplo paradigmático para los teóricos del marxismo; al liberalismo extremo, al neoliberalismo exacerbado y ultra privatista, que por esos años se presentaba como “el único camino posible” por parte de los ideólogos del “libre mercado”, todo lo cual era compatible con el esquema mundial unipolar –una sola mega potencia planetaria-, para lo cual los poderes neocolonialistas debían triturar el poderío ruso, que era el contrapeso del poder de EEUU en la Era Bipolar, que abarcó desde 1945 a 1990.
Incluso algunos intelectuales como Francis Fukuyama, presentaron como inmodificable el cuadro del Poder Mundial Unipolar desde esos años hacia el futuro. La realidad trituró esa “ley” geopolítica de Fukuyama.
Virtualmente, la hoy recompuesta y vieja Rusia, que en su milenio largo de historia pasó por numerosas peripecias y diversas circunstancias difíciles, que incluso en los cerrados años soviéticos mantuvo trazas claras de su proverbial patriotismo (al cual el propio Stalin debió apelar para motivar a sus soldados y todo su pueblo en los duros años de la invasión alemana), esa por entonces ex mega potencia de la “Era Yeltsin” entró en una acelerada espiral ultra privatista extranjerizante, que amenazaba incluso con la consumación de una rápida fragmentación de su extenso territorio, que iba camino a una violenta balcanización; todo ello en las antípodas del patriotismo.
Como es lógica consecuencia cuando se aplican “recetas” neoliberales, para “eficientizar” la economía e “integrarse al mundo”, el colapso que sufrió Rusia fue descomunal, acentuando severos problemas anteriores en los ocho años y medio de (des)gobierno de Yeltsin, que era alabado por los medios que responden al poder de la Banca Transnacional, a las potencias del G 7 y la OTAN. ¡Cuando los enemigos te alaban, o estás muy equivocado o sos un traidor, así de simple! Hoy esos mismos poderes alaban e incluso condecoran a Macri y sus laderos en el poder; las conclusiones son obvias.
En los años de destrucción neoliberal, Rusia se desindustrializó; los salarios reales disminuyeron; el trabajo escaseó y motivó a mucha gente a emigrar –no solo a otros países europeos, sino incluso a otros continentes-; el éxodo incluyó a profesionales y científicos; circularon fundados rumores de venta en el mercado negro, de componentes del valioso y avanzado armamento ruso, mientras las fuerzas armadas rusas pasaban a ser dudosamente operativas en medio del desmadre general. Todo ese contexto fue sumiendo a la gente común en el caos y la depresión; mientras una minoría se enriqueció descomunalmente, formando la élite acaparadora de los nuevos oligarcas, varios de los cuales se radicaron en las grandes plazas financieras mundiales, como la de Londres.
Esos oligarcas apátridas, lograron quedarse con el control de sectores estratégicos, como los hidrocarburos, de los cuales Rusia es uno de los principales productores y exportadores mundiales. Y en ese cuadro de situación, las transnacionales petroleras y gasíferas anglosajonas -las mismas recicladas “Siete Hermanas” que hasta 1972 habían manejado en el mundo casi a su antojo precios, condiciones e influencias de los hidrocarburos-, intentaron apropiarse de las gigantescas empresas de petróleo y gas rusas. Igual que en Argentina, las ONGs “ecologistas”, “derecho-humanistas” y otras, manejadas desde Gran Bretaña, Europa Occidental y EEUU, hacían su trabajo de zapa, disolvente y apátrida.
Pero el gigante euroasiático tenía reservas morales y patrióticas en su población, en sus intelectuales, sus fuerzas armadas y sus dirigentes, para resistir e impedir la transformación en simple marioneta político-económica, que era el rol que “los atlantistas” (las potencias del Atlántico), tenían preasignado a Rusia.
Con el nuevo milenio, el gigante ruso salió de su letargo neoliberal, demostrando una vez más la nocividad y la falacia del “pensamiento único”.
Surgió el claro liderazgo de Vladimir Putin, hoy considerado por muchos el más grande estratega actual. Un consumado ajedrecista de la Geopolítica.
El Estado volvió a tener un rol preponderante, como sucede en todos los países con clara visión de soberanía y criterio de grandeza nacional; sin por ello volver a los esquemas político-económicos soviéticos comunistas, que muchos consideramos perimido.
Con sus caracteres nacionales diferenciados, se implementó un esquema político económico que puede definirse como “Capitalismo de Estado”, en cual en el marco de un Estado fuerte con definidas Políticas de Estado, coexisten empresas privadas incluso extranjeras…pero las áreas estratégicas son privativas estatales.
Y pese a diversas operaciones de guerrillas musulmanas, de exacerbaciones de “movimientos independentistas” en algunas partes del enorme territorio, conflictos fronterizos (como en Georgia), avances claros de la OTAN en un marco neoliberal (como en Ucrania), y las agresiones contra Siria buscando instalar un (des)gobierno pro “occidental”; a las abruptas bajas del precio del petróleo (que en nada parecen casuales, sino un arma de guerra blanda contra la propia Rusia, Irán y Venezuela); pese a todo ello, Rusia emergió exitosamente.
En Argentina, después de haber podido superar con dificultades extremas y derramamientos de sangre, los muy nefastos 25 años de neoliberalismo impuestos en “el proceso” (1976) y caducado en la crisis terminal de 2001/2002; y después de haber superado casi de milagro un cuadro complejísimo que los poderes transnacionales querían conducir a una balcanización al estilo de Yugoeslavia, habíamos resurgido con mucha fuerza, mucho ímpetu, no exento de problemas y contradicciones; luego de un crecimiento y desarrollo excepcionales en nuestra historia, y en un marco de claras mejoras sociales; se dio un caso de utilización extrema de los medios de comunicación como herramientas de las nuevas guerras blandas, que seguramente será considerado paradigmático a escala global.
Lo que antes conseguían por las botas de militares muy confusos o apátridas, bajo los susurros sibilinos de personajes del establishment oligárquico-liberal, esta vez lo consiguieron con los votos, después de años de redoblado “periodismo de guerra”, como admitió un periodista del grupo concentrado de medios de Clarín.
Con el odio como bandera (quien odia no razona), lograron que vastos sectores de las clases medias, e incluso de los sectores menos pudientes, “se pegaran un tiro en el pie”, votando contra sus propios intereses y contra los intereses nacionales, como en escasos 10 meses de gobierno se ve con total claridad. El proceso de cooptación y colonización cultural fue particularmente severo en sectores de uniformados de las FFAA y FFSS (*), los cuales pregonando a voz de cuello el patriotismo declamativo, apoyaron sin ningún reparo (cualquier cosa antes que “estos” decían casi uniformemente, algunos incluso con sorna, antes de las elecciones), y muchos de ellos aun no toman conciencia de las resignaciones vergonzosas de soberanía, que con sus premeditadas burdas acciones, el actual gobierno argentino está resignando en el muy sensible tema de Malvinas, además en el Mar Argentino y la Antártida Argentina, e incluso perpetrando acciones conducentes al despoblamiento de La Patagonia, que opera como un paso previo a la balcanización de nuestro vasto sur, claramente amenazado por los de hecho “muy británicos” mapuches y otros movimientos de fogoneado separatismo del promocionado indigenismo a ultranza, seguramente financiado por el MI 6. Al caos antinacional contribuyen sectores trotskistas y similares, tan llenos de teorías foráneas como faltos del sentido de Lo Nacional.
La desindustrialización forzada por las brutales subas de servicios públicos esenciales, la apertura comercial indiscriminada y socio económicamente genocida, la casi imposible exportación por el retraso cambiario autoinducido, y por el achicamiento del mercado interno, es claramente un perverso objetivo del actual gobierno neoliberal de Argentina.
Pero además, la parálisis casi total de las obras públicas (con caracteres grotescos de pretendidas culpas echadas a China en los casos de Atucha II y de las hidroeléctricas en el Río Santa Cruz, y burdas maniobras con Rusia en la hidroeléctrica Chihuido), acentuó el “parate” total de la economía, forzado con las bajas de salarios reales, y el “festival” de despidos en El Estado, sumado al provocado en el sector privado por el conjunto de políticas de claro corte recesivo.
Completando el múltiple combo de medidas de achicamiento y sometimiento económico de Argentina, deben computarse el imparable endeudamiento a niveles astronómicos; el cierre o freno abrupto de todos los entes y planes de creaciones de tecnología, varios de ellos de gran valor estratégico, como el nuclear, los satélites, los vectores (cohetes), etc.; la vuelta del perverso mecanismo de la “bicicleta financiera” premiando a los especuladores; la subordinación a los poderes transnacionales vía convenios de “libre comercio”; el nudo de intereses creados leoninos en torno a las “energías renovables sesgadas”; y la anulación o achicamiento acentuado de casi todos los programas sociales y sanitarios de cobertura a los sectores más desprotegidos.
Como frutilla del postre, las claras operaciones de desfinanciación de las jubilaciones (quitando patrimonio al ANSES), y de “preparación del terreno” para volver a privatizar Aerolíneas Argentinas e YPF, en este último caso dando extrema injerencia a las petroleras extranjeras (sobre todo a Shell, hoy mandando el Ministerio de Energía), sobre operaciones impresentables de importaciones de gas y petróleo; así como preanunciando la extranjerización de la gran “joya de la abuela” que es el mega yacimiento de petróleo y gas de Vaca Muerta.
Preocupante panorama el argentino, que si no se modifica, pondrá en serio riesgo nuestra integridad territorial, nuestra independencia y nuestra subsistencia como nación, hoy en claro peligro de convertirnos en una burda republiqueta bananera…dicho con todo respeto a los sojuzgados pueblos hermanos de América Central donde se acuñó el despectivo concepto.
(*) FFAA = Fuerzas Armadas. FFSS = Fuerzas de Seguridad.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Es usual y correcto comparar el gobierno macrista, con precedentes gobiernos neoliberales de Argentina, de los cuales es claro continuador, e incluso se lo compara con otros gobiernos oligárquicos y antinacionales de nuestra región; pero son escasos los trabajos comparativos con otras alejadas regiones del globo.
Para ese tipo de evaluaciones, deben utilizarse criterios de Geopolítica.
De correctos y bien fundamentados análisis geopolíticos, se pueden extraer conclusiones contundentes, respecto a diversos temas de la realidad.
Por caso, pueden establecerse claros paralelismos entre los objetivos últimos evidenciados, y las acciones desarrolladas en el gobierno de Boris Yeltsin en Rusia, respecto del actual gobierno en ejecución (más bien en perpetración) de Mauricio Macri en Argentina.
Después del colapso o implosión de la Unión Soviética, ocurrido durante el gobierno de Gorbachov, Rusia sufrió una muy rápida y compleja transformación, un cambio abrupto sin escalas intermedias, pasando del comunismo del cual fue el ejemplo paradigmático para los teóricos del marxismo; al liberalismo extremo, al neoliberalismo exacerbado y ultra privatista, que por esos años se presentaba como “el único camino posible” por parte de los ideólogos del “libre mercado”, todo lo cual era compatible con el esquema mundial unipolar –una sola mega potencia planetaria-, para lo cual los poderes neocolonialistas debían triturar el poderío ruso, que era el contrapeso del poder de EEUU en la Era Bipolar, que abarcó desde 1945 a 1990.
Incluso algunos intelectuales como Francis Fukuyama, presentaron como inmodificable el cuadro del Poder Mundial Unipolar desde esos años hacia el futuro. La realidad trituró esa “ley” geopolítica de Fukuyama.
Virtualmente, la hoy recompuesta y vieja Rusia, que en su milenio largo de historia pasó por numerosas peripecias y diversas circunstancias difíciles, que incluso en los cerrados años soviéticos mantuvo trazas claras de su proverbial patriotismo (al cual el propio Stalin debió apelar para motivar a sus soldados y todo su pueblo en los duros años de la invasión alemana), esa por entonces ex mega potencia de la “Era Yeltsin” entró en una acelerada espiral ultra privatista extranjerizante, que amenazaba incluso con la consumación de una rápida fragmentación de su extenso territorio, que iba camino a una violenta balcanización; todo ello en las antípodas del patriotismo.
Como es lógica consecuencia cuando se aplican “recetas” neoliberales, para “eficientizar” la economía e “integrarse al mundo”, el colapso que sufrió Rusia fue descomunal, acentuando severos problemas anteriores en los ocho años y medio de (des)gobierno de Yeltsin, que era alabado por los medios que responden al poder de la Banca Transnacional, a las potencias del G 7 y la OTAN. ¡Cuando los enemigos te alaban, o estás muy equivocado o sos un traidor, así de simple! Hoy esos mismos poderes alaban e incluso condecoran a Macri y sus laderos en el poder; las conclusiones son obvias.
En los años de destrucción neoliberal, Rusia se desindustrializó; los salarios reales disminuyeron; el trabajo escaseó y motivó a mucha gente a emigrar –no solo a otros países europeos, sino incluso a otros continentes-; el éxodo incluyó a profesionales y científicos; circularon fundados rumores de venta en el mercado negro, de componentes del valioso y avanzado armamento ruso, mientras las fuerzas armadas rusas pasaban a ser dudosamente operativas en medio del desmadre general. Todo ese contexto fue sumiendo a la gente común en el caos y la depresión; mientras una minoría se enriqueció descomunalmente, formando la élite acaparadora de los nuevos oligarcas, varios de los cuales se radicaron en las grandes plazas financieras mundiales, como la de Londres.
Esos oligarcas apátridas, lograron quedarse con el control de sectores estratégicos, como los hidrocarburos, de los cuales Rusia es uno de los principales productores y exportadores mundiales. Y en ese cuadro de situación, las transnacionales petroleras y gasíferas anglosajonas -las mismas recicladas “Siete Hermanas” que hasta 1972 habían manejado en el mundo casi a su antojo precios, condiciones e influencias de los hidrocarburos-, intentaron apropiarse de las gigantescas empresas de petróleo y gas rusas. Igual que en Argentina, las ONGs “ecologistas”, “derecho-humanistas” y otras, manejadas desde Gran Bretaña, Europa Occidental y EEUU, hacían su trabajo de zapa, disolvente y apátrida.
Pero el gigante euroasiático tenía reservas morales y patrióticas en su población, en sus intelectuales, sus fuerzas armadas y sus dirigentes, para resistir e impedir la transformación en simple marioneta político-económica, que era el rol que “los atlantistas” (las potencias del Atlántico), tenían preasignado a Rusia.
Con el nuevo milenio, el gigante ruso salió de su letargo neoliberal, demostrando una vez más la nocividad y la falacia del “pensamiento único”.
Surgió el claro liderazgo de Vladimir Putin, hoy considerado por muchos el más grande estratega actual. Un consumado ajedrecista de la Geopolítica.
El Estado volvió a tener un rol preponderante, como sucede en todos los países con clara visión de soberanía y criterio de grandeza nacional; sin por ello volver a los esquemas político-económicos soviéticos comunistas, que muchos consideramos perimido.
Con sus caracteres nacionales diferenciados, se implementó un esquema político económico que puede definirse como “Capitalismo de Estado”, en cual en el marco de un Estado fuerte con definidas Políticas de Estado, coexisten empresas privadas incluso extranjeras…pero las áreas estratégicas son privativas estatales.
Y pese a diversas operaciones de guerrillas musulmanas, de exacerbaciones de “movimientos independentistas” en algunas partes del enorme territorio, conflictos fronterizos (como en Georgia), avances claros de la OTAN en un marco neoliberal (como en Ucrania), y las agresiones contra Siria buscando instalar un (des)gobierno pro “occidental”; a las abruptas bajas del precio del petróleo (que en nada parecen casuales, sino un arma de guerra blanda contra la propia Rusia, Irán y Venezuela); pese a todo ello, Rusia emergió exitosamente.
En Argentina, después de haber podido superar con dificultades extremas y derramamientos de sangre, los muy nefastos 25 años de neoliberalismo impuestos en “el proceso” (1976) y caducado en la crisis terminal de 2001/2002; y después de haber superado casi de milagro un cuadro complejísimo que los poderes transnacionales querían conducir a una balcanización al estilo de Yugoeslavia, habíamos resurgido con mucha fuerza, mucho ímpetu, no exento de problemas y contradicciones; luego de un crecimiento y desarrollo excepcionales en nuestra historia, y en un marco de claras mejoras sociales; se dio un caso de utilización extrema de los medios de comunicación como herramientas de las nuevas guerras blandas, que seguramente será considerado paradigmático a escala global.
Lo que antes conseguían por las botas de militares muy confusos o apátridas, bajo los susurros sibilinos de personajes del establishment oligárquico-liberal, esta vez lo consiguieron con los votos, después de años de redoblado “periodismo de guerra”, como admitió un periodista del grupo concentrado de medios de Clarín.
Con el odio como bandera (quien odia no razona), lograron que vastos sectores de las clases medias, e incluso de los sectores menos pudientes, “se pegaran un tiro en el pie”, votando contra sus propios intereses y contra los intereses nacionales, como en escasos 10 meses de gobierno se ve con total claridad. El proceso de cooptación y colonización cultural fue particularmente severo en sectores de uniformados de las FFAA y FFSS (*), los cuales pregonando a voz de cuello el patriotismo declamativo, apoyaron sin ningún reparo (cualquier cosa antes que “estos” decían casi uniformemente, algunos incluso con sorna, antes de las elecciones), y muchos de ellos aun no toman conciencia de las resignaciones vergonzosas de soberanía, que con sus premeditadas burdas acciones, el actual gobierno argentino está resignando en el muy sensible tema de Malvinas, además en el Mar Argentino y la Antártida Argentina, e incluso perpetrando acciones conducentes al despoblamiento de La Patagonia, que opera como un paso previo a la balcanización de nuestro vasto sur, claramente amenazado por los de hecho “muy británicos” mapuches y otros movimientos de fogoneado separatismo del promocionado indigenismo a ultranza, seguramente financiado por el MI 6. Al caos antinacional contribuyen sectores trotskistas y similares, tan llenos de teorías foráneas como faltos del sentido de Lo Nacional.
La desindustrialización forzada por las brutales subas de servicios públicos esenciales, la apertura comercial indiscriminada y socio económicamente genocida, la casi imposible exportación por el retraso cambiario autoinducido, y por el achicamiento del mercado interno, es claramente un perverso objetivo del actual gobierno neoliberal de Argentina.
Pero además, la parálisis casi total de las obras públicas (con caracteres grotescos de pretendidas culpas echadas a China en los casos de Atucha II y de las hidroeléctricas en el Río Santa Cruz, y burdas maniobras con Rusia en la hidroeléctrica Chihuido), acentuó el “parate” total de la economía, forzado con las bajas de salarios reales, y el “festival” de despidos en El Estado, sumado al provocado en el sector privado por el conjunto de políticas de claro corte recesivo.
Completando el múltiple combo de medidas de achicamiento y sometimiento económico de Argentina, deben computarse el imparable endeudamiento a niveles astronómicos; el cierre o freno abrupto de todos los entes y planes de creaciones de tecnología, varios de ellos de gran valor estratégico, como el nuclear, los satélites, los vectores (cohetes), etc.; la vuelta del perverso mecanismo de la “bicicleta financiera” premiando a los especuladores; la subordinación a los poderes transnacionales vía convenios de “libre comercio”; el nudo de intereses creados leoninos en torno a las “energías renovables sesgadas”; y la anulación o achicamiento acentuado de casi todos los programas sociales y sanitarios de cobertura a los sectores más desprotegidos.
Como frutilla del postre, las claras operaciones de desfinanciación de las jubilaciones (quitando patrimonio al ANSES), y de “preparación del terreno” para volver a privatizar Aerolíneas Argentinas e YPF, en este último caso dando extrema injerencia a las petroleras extranjeras (sobre todo a Shell, hoy mandando el Ministerio de Energía), sobre operaciones impresentables de importaciones de gas y petróleo; así como preanunciando la extranjerización de la gran “joya de la abuela” que es el mega yacimiento de petróleo y gas de Vaca Muerta.
Preocupante panorama el argentino, que si no se modifica, pondrá en serio riesgo nuestra integridad territorial, nuestra independencia y nuestra subsistencia como nación, hoy en claro peligro de convertirnos en una burda republiqueta bananera…dicho con todo respeto a los sojuzgados pueblos hermanos de América Central donde se acuñó el despectivo concepto.
(*) FFAA = Fuerzas Armadas. FFSS = Fuerzas de Seguridad.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
miércoles, 5 de octubre de 2016
ENERGÍAS RENOVABLES - FALSEDADES Y TERGIVERSACIONES
Presiones mediáticas y otras.
Las fuertes y constantes campañas que muestran los supuestos “beneficios y ventajas” de las en Argentina por ley tergiversadamente llamadas “energías renovables”, omiten, ocultan o tergiversan aspectos técnicos, económicos y legales, centrales para analizar con los debidos fundamentos, aspectos claves vinculados con esas muy promocionadas y muy poco conocidas –en sus múltiples connotaciones- fuentes de energía eléctrica. Las llamo ”renovables sesgadas”, pues caprichosamente la ley excluye del concepto a las hidroeléctricas de más de 30 MW, lo cual es un absurdo, solo entendible desde el punto de vista excluyente de los intereses de los promotores de eólicas y solares.
Nadie puede dudar que Argentina necesita utilizar todas las fuentes de generación eléctrica disponibles, tal como ocurre en todo el mundo…pero, todo en su medida y armoniosamente; como dijera Pericles, y como lo repitió Perón, gran lector de los filósofos griegos y de la historia antigua.
De las abundantes y por lo general nada sólidas argumentaciones, volcadas masivamente para convencer de sus supuestas bondades de las “renovables”, a la población, e incluso a los legisladores y otros actores políticos, no siempre debidamente conocedores de la compleja temática energética, cabe analizar las más recurrentes afirmaciones y evaluar cuanto de veraces son.
Falsas ventajas y otras tergiversaciones.
Se exponen los dichos presentados como “verdades indiscutibles” y similares, y la otra cara de la moneda, poco o nada conocida, de cada una de ellas; referentes al actual acelerado proceso de promoción a ultranza de las “renovables”.
- “Se promocionará la industria argentina”. Falso, pues el grueso de las instalaciones de equipos será importado, dada la apertura indiscriminada y la falta completa de protección y menos aun promoción de la industria nacional, en los programas de “renovables”.
- “El sistema eléctrico será más eficiente”. Falso, dadas las limitaciones técnicas insalvables de las tecnologías eólica y solar (las principales “renovables” promovidas), que solo sirven como complementos, y nunca pueden operar como usinas de base, por la imprevisibilidad y por las inmanejables oscilaciones de voltaje y otros factores técnicos, si se inyectaran directamente en las redes, sin el factor de estabilización que son las usinas convencionales.
- “El costo de la energía eléctrica bajará”. Falso. Si el costo fuera reducido, no necesitarían la batería de subsidios, exenciones impositivas, créditos a tasas subsidiadas, y otras ventajas prebendarias, sin las cuales no serían viables, en partículas las dos energías más promocionadas, eólica y solar.
- “Los usuarios se beneficiarán”. Discutible o falso, según cada caso. Los residenciales no pagarán sobrecostos directamente, lo harán mediante onerosas afectaciones del Tesoro Nacional, las que invertidas más racionalmente, hubiesen permitido mejorar el nivel de vida aplicadas a otro tipo de inversiones comunitarias. Los grandes usuarios industriales, comerciales, etc., deberán comprar prioritariamente esas energías, sin importar si son más caras por KWh, por imposición legal redactada por y para los intereses sectoriales vinculados con las “renovables”. Los sobrecostos indirectos, los afectarán igual que al resto de la población argentina.
- “La industria en general se beneficiará, por el ‘efecto derrame’ “. Falso. No solo será insignificante la provisión de equipamiento nacional, sino que las previsibles subas de las tarifas, serán otro elemento que restará competitividad a toda la economía argentina.
- “El Sistema Interconectado Nacional será más racional y eficiente”. Falso. Las “renovables” eólicas y solares, entre otras, no aportan seguridad técnica ni estabilidad en los parámetros eléctricos, pues son básicamente energías intermitentes. El esquema de generación distribuida que propugnan y presentan como nuevo paradigma, es más costoso que el tradicional de grandes usinas con economías de escala. Los mayores costos (directos o encubiertos con subsidios múltiples) son la antítesis de la eficiencia.
- “Los beneficios ambientales que serán consecuencia de las ‘renovables’ serán muy importantes”. Falso. Las “renovables” no son ambientalmente neutras. Sus promotores omiten mencionar los múltiples problemas y costos ambientales que son consecuencias directas o indirectas de las eólicas, solares y otras. Sin ser el único costo ambiental, la necesidad de mantener “reservas en caliente” (máquinas en funcionamiento, para entrar inmediatamente en servicio activo), ante las frecuentes interrupciones de las “renovables” por su carácter inestable, con abruptas salidas de servicio y/o fluctuaciones importantes de voltaje, representa un costo económico y ambiental considerable, que los ultra ecologistas, los promotores y los vendedores de “renovables” omiten computar.
- “Las ‘renovables’ mejorarán la Balanza de Pagos de Argentina”. Falso. Al aluvión de equipos importados, favorecido por las laxas condiciones de las normativas dictadas recientemente en lo macro económico, se le agrega el conjunto de leyes y reglamentos de promoción de las “renovables”, que en los hechos permite e incluso induce a importar todo. Además, por el tema de las “reservas en caliente” (respaldo de usinas térmicas funcionando) la economía real de petróleo y/o gas es sumamente discutible, por lo que en el esquema energético actual, no disminuirán al menos considerablemente, esas importaciones. A la vez, la suba de costos internos, a consecuencia de tarifas eléctricas más caras, consecuencia de las “renovables”, perjudicará las exportaciones argentinas en general.
- “Toda la operatoria de licitaciones y manejo del tema es transparente”. Muy discutible. La propia “aclaración” del Ministro de Energía Aranguren (Energía Estratégica – 27/09/2016, referenciada a publicación anterior de Ámbito Financiero) (*), más que aclarar, oscurece, pues resultan claras las violaciones a la ética en si misma, como a la Ley de Ética, son patentes, tanto en el caso impresentable del propio Aranguren –fuertemente vinculado a Shell, beneficiaria directa de varias operaciones de importaciones de petróleo y gas en estos pocos meses de gobierno neoliberal-, como en los casos de Alejandro Sruoaga (Secretario de Energía Eléctrica), y de Sebastián Kind, Subsecretario de Energías Renovables; este último responsable directo del manejo de toda la operatoria de las “renovables sesgadas”. En todos los casos, pasaron de un día para otro, o poco menos, a estar de uno a otro lado del mostrador, incluso con fuertes sospechas de estar ahora en los hechos de ambos lados del mismo. Sruoaga era dueño de una consultora, vinculada a privados relacionados presumiblemente con el Sector Energético en general y eléctrico en particular. Kind, más directamente del caso, era presidente de Aires Renowables S.A. hasta un día antes de asumir Macri, y se lo vincula con una empresa radicada en el exterior –Byknar S.A.-, que al ser citada en el “descargo” de Aranguren, seguramente se vincula a las “renovables”. Y precisamente la promoción de estas energías, da mucha participación a empresas extranjeras, por lo que el “descargo” es no solo improcedente, sino impresentable. Además de todo eso, la propia operatoria de las licitaciones, está siendo cuestionada, al readmitir a operadores descartados, y el conjunto de beneficios extras para los inversores, tornan el riesgo empresario en algo nulo, con potenciales costos de juicios futuros contra el Estado, de montos seguramente siderales. Todo el marco implementado, sería un “salvavidas de plomo” para los Intereses del Estado Argentino, y por ende para los consumidores del servicio eléctrico.
- “España es un ejemplo a imitar”. Muy discutible. El sistema de “obligatoriedad de uso” de las costosas energías “renovables” eólicas y solares, y las marañas legales montadas al efecto (parecidas al caso impuesto ahora en Argentina), han sido factores negativos que complicaron el manejo del Sector Eléctrico Español. Además, irracionalmente, España se negó a seguir construyendo centrales nucleares, no tiene potencial hidroeléctrico adicional a utilizar, y carece de hidrocarburos. Totalmente opuesto al caso argentino.
- “En Alemania las ‘renovables’ aportaron grandes soluciones”. Falso. Alemania se tornó fuertemente dependiente del gas ruso, del carbón polaco y norteamericano, así como de la energía eléctrica de sus socios comunitarios. Y sus costos de generación aumentaron, como consecuencia de la alta incidencia de las eólicas y solares.
- “El mundo mira con simpatía nuestra política de ‘renovables sesgadas’ ”. Falacia sesgada. El interés de Alemania, Dinamarca, España, EEUU, China y otros, es llenarnos de equipos producidos en esos países.
- “En 2030 la matriz eléctrica debe ser totalmente renovable”. Imposible técnicamente. Las “renovables” más promocionadas, son energías complementarias, nunca de base, por sus fluctuaciones y otros impedimentos técnicos. Al no ser de base, un sistema eléctrico no puede estar compuesto solo, o ni siquiera en altos porcentajes, por “renovables”, excepción hecha de las hidroeléctricas, las cuales son demonizadas por los activistas de la ultra ecología y de las “renovables sesgadas”.
El listado no se agota en esa breve síntesis.
En otro artículo, se explicará el nefasto accionar de las ONGs pseudo ecologistas transnacionales, operando como brazo agresor del MI 6 británico y de las otras potencias neocolonialistas, vinculado esto a las presiones que realizan para influir en el Sector Energético Argentino, buscando entorpecer nuestro desarrollo.
(*) Energía Estratégica - Publicación electrónica especializada en Energía.
(*) Ámbito Financiero – 13/09/2016.
CARLOS ANDRÉS ORTIZ
MAGISTER EN GESTIÓN DE LA ENERGÍA
ANALISTA DE TEMAS ECONÓMICOS Y GEOPOLÍTICOS
Presiones mediáticas y otras.
Las fuertes y constantes campañas que muestran los supuestos “beneficios y ventajas” de las en Argentina por ley tergiversadamente llamadas “energías renovables”, omiten, ocultan o tergiversan aspectos técnicos, económicos y legales, centrales para analizar con los debidos fundamentos, aspectos claves vinculados con esas muy promocionadas y muy poco conocidas –en sus múltiples connotaciones- fuentes de energía eléctrica. Las llamo ”renovables sesgadas”, pues caprichosamente la ley excluye del concepto a las hidroeléctricas de más de 30 MW, lo cual es un absurdo, solo entendible desde el punto de vista excluyente de los intereses de los promotores de eólicas y solares.
Nadie puede dudar que Argentina necesita utilizar todas las fuentes de generación eléctrica disponibles, tal como ocurre en todo el mundo…pero, todo en su medida y armoniosamente; como dijera Pericles, y como lo repitió Perón, gran lector de los filósofos griegos y de la historia antigua.
De las abundantes y por lo general nada sólidas argumentaciones, volcadas masivamente para convencer de sus supuestas bondades de las “renovables”, a la población, e incluso a los legisladores y otros actores políticos, no siempre debidamente conocedores de la compleja temática energética, cabe analizar las más recurrentes afirmaciones y evaluar cuanto de veraces son.
Falsas ventajas y otras tergiversaciones.
Se exponen los dichos presentados como “verdades indiscutibles” y similares, y la otra cara de la moneda, poco o nada conocida, de cada una de ellas; referentes al actual acelerado proceso de promoción a ultranza de las “renovables”.
- “Se promocionará la industria argentina”. Falso, pues el grueso de las instalaciones de equipos será importado, dada la apertura indiscriminada y la falta completa de protección y menos aun promoción de la industria nacional, en los programas de “renovables”.
- “El sistema eléctrico será más eficiente”. Falso, dadas las limitaciones técnicas insalvables de las tecnologías eólica y solar (las principales “renovables” promovidas), que solo sirven como complementos, y nunca pueden operar como usinas de base, por la imprevisibilidad y por las inmanejables oscilaciones de voltaje y otros factores técnicos, si se inyectaran directamente en las redes, sin el factor de estabilización que son las usinas convencionales.
- “El costo de la energía eléctrica bajará”. Falso. Si el costo fuera reducido, no necesitarían la batería de subsidios, exenciones impositivas, créditos a tasas subsidiadas, y otras ventajas prebendarias, sin las cuales no serían viables, en partículas las dos energías más promocionadas, eólica y solar.
- “Los usuarios se beneficiarán”. Discutible o falso, según cada caso. Los residenciales no pagarán sobrecostos directamente, lo harán mediante onerosas afectaciones del Tesoro Nacional, las que invertidas más racionalmente, hubiesen permitido mejorar el nivel de vida aplicadas a otro tipo de inversiones comunitarias. Los grandes usuarios industriales, comerciales, etc., deberán comprar prioritariamente esas energías, sin importar si son más caras por KWh, por imposición legal redactada por y para los intereses sectoriales vinculados con las “renovables”. Los sobrecostos indirectos, los afectarán igual que al resto de la población argentina.
- “La industria en general se beneficiará, por el ‘efecto derrame’ “. Falso. No solo será insignificante la provisión de equipamiento nacional, sino que las previsibles subas de las tarifas, serán otro elemento que restará competitividad a toda la economía argentina.
- “El Sistema Interconectado Nacional será más racional y eficiente”. Falso. Las “renovables” eólicas y solares, entre otras, no aportan seguridad técnica ni estabilidad en los parámetros eléctricos, pues son básicamente energías intermitentes. El esquema de generación distribuida que propugnan y presentan como nuevo paradigma, es más costoso que el tradicional de grandes usinas con economías de escala. Los mayores costos (directos o encubiertos con subsidios múltiples) son la antítesis de la eficiencia.
- “Los beneficios ambientales que serán consecuencia de las ‘renovables’ serán muy importantes”. Falso. Las “renovables” no son ambientalmente neutras. Sus promotores omiten mencionar los múltiples problemas y costos ambientales que son consecuencias directas o indirectas de las eólicas, solares y otras. Sin ser el único costo ambiental, la necesidad de mantener “reservas en caliente” (máquinas en funcionamiento, para entrar inmediatamente en servicio activo), ante las frecuentes interrupciones de las “renovables” por su carácter inestable, con abruptas salidas de servicio y/o fluctuaciones importantes de voltaje, representa un costo económico y ambiental considerable, que los ultra ecologistas, los promotores y los vendedores de “renovables” omiten computar.
- “Las ‘renovables’ mejorarán la Balanza de Pagos de Argentina”. Falso. Al aluvión de equipos importados, favorecido por las laxas condiciones de las normativas dictadas recientemente en lo macro económico, se le agrega el conjunto de leyes y reglamentos de promoción de las “renovables”, que en los hechos permite e incluso induce a importar todo. Además, por el tema de las “reservas en caliente” (respaldo de usinas térmicas funcionando) la economía real de petróleo y/o gas es sumamente discutible, por lo que en el esquema energético actual, no disminuirán al menos considerablemente, esas importaciones. A la vez, la suba de costos internos, a consecuencia de tarifas eléctricas más caras, consecuencia de las “renovables”, perjudicará las exportaciones argentinas en general.
- “Toda la operatoria de licitaciones y manejo del tema es transparente”. Muy discutible. La propia “aclaración” del Ministro de Energía Aranguren (Energía Estratégica – 27/09/2016, referenciada a publicación anterior de Ámbito Financiero) (*), más que aclarar, oscurece, pues resultan claras las violaciones a la ética en si misma, como a la Ley de Ética, son patentes, tanto en el caso impresentable del propio Aranguren –fuertemente vinculado a Shell, beneficiaria directa de varias operaciones de importaciones de petróleo y gas en estos pocos meses de gobierno neoliberal-, como en los casos de Alejandro Sruoaga (Secretario de Energía Eléctrica), y de Sebastián Kind, Subsecretario de Energías Renovables; este último responsable directo del manejo de toda la operatoria de las “renovables sesgadas”. En todos los casos, pasaron de un día para otro, o poco menos, a estar de uno a otro lado del mostrador, incluso con fuertes sospechas de estar ahora en los hechos de ambos lados del mismo. Sruoaga era dueño de una consultora, vinculada a privados relacionados presumiblemente con el Sector Energético en general y eléctrico en particular. Kind, más directamente del caso, era presidente de Aires Renowables S.A. hasta un día antes de asumir Macri, y se lo vincula con una empresa radicada en el exterior –Byknar S.A.-, que al ser citada en el “descargo” de Aranguren, seguramente se vincula a las “renovables”. Y precisamente la promoción de estas energías, da mucha participación a empresas extranjeras, por lo que el “descargo” es no solo improcedente, sino impresentable. Además de todo eso, la propia operatoria de las licitaciones, está siendo cuestionada, al readmitir a operadores descartados, y el conjunto de beneficios extras para los inversores, tornan el riesgo empresario en algo nulo, con potenciales costos de juicios futuros contra el Estado, de montos seguramente siderales. Todo el marco implementado, sería un “salvavidas de plomo” para los Intereses del Estado Argentino, y por ende para los consumidores del servicio eléctrico.
- “España es un ejemplo a imitar”. Muy discutible. El sistema de “obligatoriedad de uso” de las costosas energías “renovables” eólicas y solares, y las marañas legales montadas al efecto (parecidas al caso impuesto ahora en Argentina), han sido factores negativos que complicaron el manejo del Sector Eléctrico Español. Además, irracionalmente, España se negó a seguir construyendo centrales nucleares, no tiene potencial hidroeléctrico adicional a utilizar, y carece de hidrocarburos. Totalmente opuesto al caso argentino.
- “En Alemania las ‘renovables’ aportaron grandes soluciones”. Falso. Alemania se tornó fuertemente dependiente del gas ruso, del carbón polaco y norteamericano, así como de la energía eléctrica de sus socios comunitarios. Y sus costos de generación aumentaron, como consecuencia de la alta incidencia de las eólicas y solares.
- “El mundo mira con simpatía nuestra política de ‘renovables sesgadas’ ”. Falacia sesgada. El interés de Alemania, Dinamarca, España, EEUU, China y otros, es llenarnos de equipos producidos en esos países.
- “En 2030 la matriz eléctrica debe ser totalmente renovable”. Imposible técnicamente. Las “renovables” más promocionadas, son energías complementarias, nunca de base, por sus fluctuaciones y otros impedimentos técnicos. Al no ser de base, un sistema eléctrico no puede estar compuesto solo, o ni siquiera en altos porcentajes, por “renovables”, excepción hecha de las hidroeléctricas, las cuales son demonizadas por los activistas de la ultra ecología y de las “renovables sesgadas”.
El listado no se agota en esa breve síntesis.
En otro artículo, se explicará el nefasto accionar de las ONGs pseudo ecologistas transnacionales, operando como brazo agresor del MI 6 británico y de las otras potencias neocolonialistas, vinculado esto a las presiones que realizan para influir en el Sector Energético Argentino, buscando entorpecer nuestro desarrollo.
(*) Energía Estratégica - Publicación electrónica especializada en Energía.
(*) Ámbito Financiero – 13/09/2016.
CARLOS ANDRÉS ORTIZ
MAGISTER EN GESTIÓN DE LA ENERGÍA
ANALISTA DE TEMAS ECONÓMICOS Y GEOPOLÍTICOS