AUDIENCIAS PÚBLICAS - ¿SOLO UN FRENO A LA INSANÍA OLIGÁRQUICA O EL COMIENZO DEL FIN DEL DESMADRE NEOLIBERAL?
Después de las amenazas de todo tipo, proferidas tanto por voceros directos del gobierno nacional (que pronosticaban un “salto al caos total” si el Poder Judicial no convalidaba los brutales aumentos tarifarios), como de los mercenarios de la comunicación, que prestamente sumaron sus “predicciones” cataclísmicas si no se convalidaban las tropelías pergeñadas por Aranguren y sus colaboradores; resultó que no hubo ningún caos adicional a la tremenda suma de estropicios socio económicos muy profundos, ya perpetrados con clara intencionalidad y en tiempo récord, por el noventismo recargado (o esta reedición “civil” del nefasto “proceso” cívico – militar), que es sin duda el macrismo con sus asociados menores y otros acomodaticios varios.
Como iban llevándose todo por delante, con la tibieza o complacencia de muchos del sindicalismo y del arco político supuestamente opositor, el fallo de la Corte Suprema resultó sin duda un fuerte frenazo que se constituyó en indigerible pesadilla para el gobierno de tecnócratas empresarios, acostumbrados a o al menos pretendiendo mandar sin tolerar oposición alguna en sus respectivos feudos; tal como sucedía durante “el régimen” oligárquico instaurado por el mitrismo, y como se reeditó en la década infame (1930-1943), durante la revolución fusiladora (1955-1958), y en el siniestro “proceso” (1976-1983).
Pero ese reciente suceso no debe hacer perder de vista el contexto general y las alternativas fácticas que se vislumbran.
El fallo que frenó, al menos temporariamente, y por ahora solo para usuarios residenciales, las agresiones socio económicas que significaban los descomunales incrementos tarifarios propuestos, provocó euforia lógica pero tal vez desmedida, en los vastos y crecientes sectores sociales que ya se dieron cuenta de lo inviable, retrógrado y excluyente que es el modelo neoliberal en despiadada implementación. Muchos aun no advirtieron que es un proyecto de colonia económica que solo “cierra” para a lo sumo 20 millones de habitantes, menos de la mitad de la población argentina actual.
Buena noticia el fallo, pero sus consecuencias reales pueden ser de muy corta duración y poca efectividad, habida cuenta que el siguiente paso son las audiencias públicas, las cuales si bien tienen (o pueden tener) fuerte efecto mediático –pero seguramente a tratarse con sordina por el enorme conjunto de medios manejados
por el poder neoliberal-, y mucho eco político y social, no son vinculantes; y por otra parte, es bien sabido que los usuales operadores entrenados y con pocos escrúpulos, pueden llegar a manejar las audiencias, a limitar las posturas contrarias al tarifazo, o al menos a “limar” sus efectos reales.
Es decir que la obligación legal de llamar a audiencias públicas, que el gobierno corporativo neoliberal oligárquico pensaba obviar con la técnica de los decretazos y de los hechos consumados, pasó a ser una clara derrota política y un incómodo escollo para el establishment; pero de ningún modo es de por si una barrera infranqueable ni un dique de contención total a la política económica de tierra arrasada (metodología usual de imposición de un modelo destructivamente neoliberal), que con un doble discurso pertinaz está hasta ahora imponiendo con pocas resistencias suficientemente poderosas, el gobierno de Cambiemos.
Lo del doble discurso, en una metodología comunicacional con claros rasgos de perversión muy acentuada, es a esta altura de los acontecimientos, un sello distintivo, de dudosa o nula validez moral, pese a que algunos cuantos intelectuales complacientes o acomodaticios pretendan negarlo o al menos soslayarlo. Tal vez el colmo de la hipocresía comunicacional es pregonar el supuesto objetivo de pobreza cero, mientras intencional y alevosamente se
ejecutan medidas político económicas y sociales que multiplican y acentúan la pobreza y la miseria extrema; al punto que los feroces capangas de los yerbales misioneros, de la primera mitad del siglo XX, parecerían carmelitas descalzas comparados con los ejecutores de la actual política económica.
Dada la intensidad y frecuencia creciente de las protestas que día a día se expresan en las calles y en los medios sociales (habida cuenta de la censura de hecho en la mayoría de los medios comunicacionales convencionales), es previsible que la oposición a las medidas político-economico-sociales, de acentuado corte neoliberal, se acentúen, incluso pese a la represión buscada por
algunos corporativos y con otros proceseros (de los sectores definidos como “patrioteros de bandera” y otros confusos varios) fervorosos exultantes de ganas de implementar represiones con toda saña.
El tema tratado es analizar si simplemente será lo del tarifazo, un obstáculo salvable para los sectores corporativos vinculados con generadoras de electricidad, petroleras, gasíferas y “ecologistas” extranjeras –principalmente británicas-; o si se erigirá en una barrera que ponga límites reales y un sensible desgaste al desmadre
oligárquico – extranjerizante – neoliberal.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analistas de Temas Económicos y Geopolíticos
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