lunes, 20 de abril de 2015
QUIEREN REEDITAR EL SHOCK RECESIVO
Entre las muchas expresiones públicas de personeros o individuos funcionales del establishment neoliberal de Argentina, rápidamente amplificadas por diversos medios vinculados a ese sector del poder político-económico, pueden citarse las recientes de Manuel Solanet y Emilio Apud, vertidas en una de las consabidas disertaciones que les sirven de marco prearmado.
Según trascendidos periodísticos, ambos disertantes coincidieron en “aconsejar” la instrumentación mediante un proceso de shock, de una batería de medidas “correctivas”, las que según sus consabidas ópticas son “imprescindibles” para “ordenar y reencauzar la economía argentina” (son expresiones conceptuales, no textuales).
Solanet es uno de los economistas de la ortodoxia ultra liberal que participó en el orgiástico proceso de desguace sistemático de la economía argentina, perpetrado en el transcurso del muy perverso cuarto de siglo -1976 / 2001- de entronización del neoliberalismo, cuya sumatoria de medidas antinacionales nos condujo a la crisis terminal de 2001/2002, en la cual por muy poco nos liberamos del caos generalizado y la consecuente balcanización en media docena de republiquetas dóciles, que era el proyecto de máxima de esos testaferros locales del poder financiero transnacional y su vigente proyecto de globalización a ultranza, también llamada “globalización salvaje”.
Por su parte, Apud era el Secretario de Energía que se reveló incapaz de solucionar la grave crisis eléctrica desatada en la etapa final del alfonsinato, situación que fue uno de los detonantes del descontrol económico total que llevó a la virtual expulsión del gobierno alfonsinista medio año antes del plazo legal, tal como le fue impuesto por los factores de poder económico-mediático liberal, como parte de la estrategia para apurar el desguace sistemático y generalizado, que inmediatamente después impuso la década del menemato, ya en los tristemente célebres años ’90.
Cabe consignar que Apud es uno de los 8 ex Secretarios de Energía, tan mediáticos aconsejadores de “soluciones”, las mismas que cuando ellos manejaron el Sector Energético ocasionaron la pérdida de activos estratégicos, la venta y/o concesión a precios viles y condiciones leonísticamente perjudiciales para
Argentina, de casi todo nuestro patrimonio energético, además de forzar el congelamiento del Plan Nuclear, todo ello en un conjunto de medidas que bien cabe calificar como viles acciones de traición a la patria, por atentar contra el Patrimonio y los Intereses Nacionales.
Existen otros recurrentes opinantes en foros, seminarios y toda clase de eventos propiciados por el establishment neoliberal extranjerizante; como por ejemplo Broda (conspicuo promotor del “noventismo salvaje”), Espert (quien “predica” el más crudo neoliberalismo, siendo eterno pronosticador de crisis que no suceden, y vendió su pluma a favor de los fondos buitres y en contra de Argentina), Melconian (asesor de Bancos extranjeros en los procesos de fugas de divisas de los ’90, y colaborador del impresentable riojano destrozador de la economía y el tejido social en los ’90), Cavallo (licuador de pasivos privados transferidos al Sector Público, confiscador de depósitos e impiadoso genocida socio-económico), entre varios más.
Más allá de ofrecer “soluciones” para el dantesco cuadro apocalíptico que provocarían las conocidas “recetas” recesivas del neoliberalismo salvaje (es decir, postularse como “salvadores” del descalabro masivo que ellos mismos pretenden implementar), resulta notable la coincidencia expresada en recomendar las aplicaciones de ese conjunto de medidas recesivas, en un mega operativo simultáneo, en lo que se conoce como “la doctrina del shock”.
Esa metodología y sus terribles consecuencias, fueron analizadas parcial o total pero profundamente por varios reconocidos analistas económicos, sociales y políticos extranjeros, entre los que pueden citarse Naomí Klein, Viviane Forrester, Joseph Stiglitz, Paul Krugman y otros; y argentinos como Mario Rapoport, Noemí Brenta, Aldo Ferrer, Alfredo Zaiat y varios más.
Es decir que buscan la reedición de paquetes de medidas perversamente dañinas, que incluyen “apertura” indiscriminada de la economía (léase desprotección total y desestímulos a la industria nacional), “economías en gastos prescindibles” (léase desfinanciamiento de entes tecnológicos, paralizaciones de obras públicas estratégicas, congelamiento o arancelamiento de medidas de promoción social, salud y educación pública, etc.).
En energía, un paquetazo de vuelta excluyente a la termoelectricidad, con alguna nada rentable promoción de las “renovables amputadas” (léase eólicas y solares, para congraciarse con los dictados de las ONGs transnacionales y sus poderosos intereses creados), junto con la postergación indefinida de las grandes hidroeléctricas y la anulación de las importantes centrales nucleares planificadas en el corto plazo o ya en ejecución), además del “achicamiento” o paralización del Gasoducto del NEA, entre previsibles otras medidas de instigación del caos, para luego favorecer otro proceso de privatizaciones salvajes, como en los años ’90.
En lo estratégico y geopolítico, buscan diluir el Mercosur, la Unasur y la Celac; seguramente para forzar una versión remozada del ALCA y similares acuerdos de subordinación económica con la Unión Europea; buscando un “realineamiento” (vuelta a la subordinación) con EEUU, Canadá, la UE y Japón (un remozamiento de la dependencia total de la Comisión Trilateral y los grandes poderes financieros vinculados a esas potencias tradicionales). Por supuesto, todo eso buscará un rápido enfriamiento de las crecientes vinculaciones de Argentina e Íbero América, con las potencias extracontinentales del BRICS, en particular Rusia y China, para dejarnos sin alternativas valederas al cerco económico-financiero de las potencias hegemónicas neocolonialistas (EEUU, Gran Bretaña, Francia, y sus asociados menores) a las cuales nos quieren sujetar férreamente.
En síntesis, de hecho pretenden implementar un formidable mazazo de medidas recesivas, perversamente provocadoras de miseria masiva, de desocupación brutal y en espiral creciente, de desesperación colectiva, de retroceso económico y de acentuada involución industrial y tecnológica; eso y mucho más de aberraciones socio económicas generalizadas; que fueron las consecuencias que sufrimos en Argentina, en Íbero América, y en otras regiones del mundo, (como hoy en Europa) cada vez que los grupos del Poder Concentrado Oligopólico Ultra Liberal, se hicieron del manejo de los resortes del Poder Real.
Las metodologías son repetitivas, sin bien van teniendo retoques cosméticos o leves variaciones de presentación, habida cuenta de las nuevas técnicas sociológicas y psicológicas, con las cuales erosionan a gobiernos “indóciles” que tienen el coraje de no subordinarse a las presiones que esos grupos de poder –
transnacionales y locales afines a aquellos-, que presionan con o sin sutileza para destrozar toda oposición al liberalismo extremo y sus consecuencias generales.
Para ser muy preciso y no caer en confusiones dicotómicas absurdas entre “derechas e izquierdas”, lo que en verdad cuenta es quienes están a favor o en contra de los Intereses Nacionales, y quienes –con diversos ropajes- juegan en contra.
Ya medio siglo atrás o antes incluso, Jauretche alertaba del tema, con las pruebas históricas abundantes al respecto, por caso la vergonzosa Unión Democrática armada de apuro entre 1944 y 1945, por el descarado accionar del embajador yanqui Spruille Braden, a cuyas órdenes se pusieron no solo los conocidos sectores de la más cerrada y pro británica oligarquía vacuna con sus ya por entonces claques obedientes del socialismo y de otros partidos antes populares y nacionales, sino también se sumaron sumisos y obedientes el Partido Comunista y variopintos sectores anarco-marxistas vernáculos.
Por supuesto que en todo sector político económico pueden existir elementos infiltrados como Caballos de Troya, para sembrar confusión, hacer cometer errores y favorecer intereses sectoriales en contra del Interés Nacional, como ahora se advierten ciertos “progresismos” llenos de teorizaciones pero vacíos de sinceros contenidos nacionales, o que operan encubiertamente para sembrar odios, confusiones o poner palos en la rueda del Desarrollo Nacional, el cual es requisito ineludible para una efectiva independencia económica, que a la vez sustente la Grandeza Nacional.
Dentro de esos sectores catalogables como Caballos de Troya, de hecho operando contra los Intereses Nacionales, están los ultra ecologistas (con agendas dictadas desde Gran Bretaña); indigenistas virulentos que promueven la disolución social y la balcanización nacional; progresistas varios fuera de foco que se pierden en inútiles disquisiones de “izquierdas y derechas” o modelos teóricos filo marxistas, sin ver la esencia de los temas y sin pensar los temas desde y para Argentina; patrioteros de bandera con sus mentes cooptadas por cursos “made in USA” del “proceso” o incluso antes, que no entienden nada y creen entenderlo todo; y el sector voluble y superficial de la clase media que se deja llevar por la marea de los medios de comunicación hegemónicos del establishment, aún
perjudicando sus propios intereses y por supuesto ni percatándose que son usados en contra de los Intereses Nacionales.
Este último sector de clase media ideológicamente volátil, es el primero afectado por las políticas del shock de los neoliberales, pero su memoria histórica es casi inexistente, y su capacidad de razonamiento propio y al menos de mediana profundidad, parece brillar por su ausencia, por simple pereza intelectual. Jauretche llamaba a los clase media que se identifican con la oligarquía antinacional, como “los tilingos”. Alternativamente, para ese sector acuñé la expresión C M Q C (Clase Media Quejosa Crónica). ¡Pero ese ya es un tema sociológico, a ser profundizado separadamente!
C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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