viernes, 31 de octubre de 2014
COSTOS AMBIENTALES DE LAS EÓLICAS
Las energías eólica y solar son contaminantes, siendo la “buena imagen” de “energías limpias” que sin inocencia se les prefabricó, un gigantesco engaño, que sin duda tiene motivaciones que no pueden ser mostradas por ser escandalosamente impresentables.
Sistemáticamente presentan a las energías eólica y solar como “limpias”, y consecuentemente se ocultan cuidadosamente sus muchos efectos nocivos, los que claramente demuestran que de “limpias” solo tienen “el cartelito” que les prefabricaron poderosos intereses creados. Seguidamente se analiza el caso.
Los residuos sólidos que provoca el uso y consecuente desgaste (piezas mecánicas bañadas en lubricantes, gigantescas palas dañadas, otros componentes varios), son de muy costoso y complejo desguace final, por lo que usualmente quedan tirados en basureros a cielo abierto, juntando alimañas, contaminando y afeando el entorno. Por caso, en España ese es actualmente un gran problema insoluble…pero cuidadosamente ocultado por los promotores a ultranza de estas conflictivas falsas “grandes soluciones”.
Las reparaciones deben ser hechas a grandes alturas, donde están los elementos mecánicos, lo cual incrementa exponencialmente los riesgos laborales, complica el cuidadoso tratamiento de los residuos sólidos a ser cambiados, y dificulta operar con cuidados ambientales respecto a esos residuos, generalmente contaminados con lubricantes y suciedades varias.
Las dispersiones físicas de los parques eólicos, complican la logística de los mantenimientos, los encarecen considerablemente, provocan otros costos ambientales asociados (como los de movilidad), e inducen a deshacerse desaprensivamente de piezas de repuestos usadas, con lo que contaminan el entorno.
Las gigantescas palas mecánicas, que deben ser cambiadas en casos relativamente frecuentes de roturas o rajaduras, o desactivadas al término de la vida útil de cada “molino”, por lo general terminan arrojadas en algún vaciadero de basuras, pasando a ser focos de contaminaciones, tal como está ocurriendo en España.
Las torres en las que se montan las aspas, son muy costosas de desmontar, por lo que existe el riesgo serio de afear y contaminar el entorno, abandonándolas desaprensivamente en sus emplazamientos.
Los molinos son conocidos por su impresentable rol de degolladores de aves, lo cual es facilitado por estar generalmente ubicados en rutas de migraciones frecuentes de los pájaros.
Siendo piezas con componentes mecánicos y otros factibles de desgastes o roturas, con cierta frecuencia sucede que algunas partes metálicas u otros componentes, son despedidos y diseminados en su entorno, como verdaderos proyectiles, que pueden lesionar o matar a personas o animales del entorno. Lo mismo pasa con el hielo acumulado en las palas, en zonas frías, que es despedido transformado en peligrosos proyectiles.
El aspecto visual puede ser discutible (de “natural” no tiene nada), pero lo que genera fuertes controversias y resistencias es el hecho que por los accidentes acaecidos y las prevenciones consecuentes, en varios países europeos se estableció una zona de seguridad en torno a cada molino, en la cual no puede haber ninguna actividad económica ni recreativa. Es decir que no puede vivir ni circular gente, ni tener animales ni cultivos.
El zumbido que produce el giro de las aspas, se considera nocivo para el ser humano, siendo otro motivo que obliga al establecimiento del área de exclusión circular, de entre uno a dos kilómetros a la redonda de cada molino.
Por los motivos precedentes, en diversos lugares los pobladores se manifestaron en contra de las instalaciones de eólicas. Tal como sucedió en Horspath (poblado cercano a Oxford), en varios lugares de Gales.
Un tema sumamente importante, tratado con sordina por los promotores de estos generadores eólicos, y por los activistas del ecoterrorismo, es la “asociación implícita” existente entre las usinas termoeléctricas y las eólicas. Tal cosa se verifica muy fuertemente en países que no pueden ampliar sus usinas hidroeléctricas (por haberlas construido todas), y por haber frenado sus planes nucleares. Son los casos de España y de Alemania, que de urgencia
debieron montar nuevas usinas termoeléctricas para operar como estabilizadores de la fluctuante tensión de las eólicas. Al estar vinculadas las eólicas con nuevas termoeléctricas (devoradoras de petróleo, gas o carbón), los enormes índices de contaminaciones de esas usinas convencionales, están en directa relación con las nada “limpias” eólicas.
Dada la triangulación de intereses entre el ecologismo fundamentalista, los promotores y fabricantes de eólicas, y los poderosos intereses vinculados con la generación termoeléctrica, se comprenden claramente las posturas muy “suaves” del ecologismo, respecto a las instalaciones de nuevas usinas termoeléctricas, soslayando no solo sus altos costos operativos, sino también los elevados índices de contaminación de ese tipo de usinas, consumidoras de combustibles fósiles, no renovables.
Otro tema no menor, es la dependencia de las eólicas, respecto a los subsidios, elevados y muy onerosos, sin los cuales sus altos costos las tornan totalmente no competitivas. En la España actual, sumida en severa crisis económica, los subsidios a las “renovables” eólicas y solares, se tornaron insoportables presupuestariamente, e impresentables en el marco de miseria y desocupación ya crónica y creciente. Esos ilógicos e inequitativos subsidios, distraen recursos que bien empleados servirían para morigerar la miseria. Y es necesario recordar que la peor de las contaminaciones es la provocada por la miseria extrema.
Otro tipo de tergiversaciones y manipulaciones conceptuales (que son metodologías usuales del ecologismo cavernario ecoterrorista), es imponer la “urgencia” de alguna fecha límite, así como antes afirmaban que el mundo colapsaría si “urgentemente” no se detenía el crecimiento económico antes del año 2000. Por supuesto, el mundo siguió creciendo, y no pasó nada…
Ahora han impuesto como “objetivo mundial” una supuestamente “necesaria” masiva instalación de “renovables amputadas” (o sea eólicas y solares, pero no hidroeléctricas), con carácter de supuestamente “obligatorio” para el 2030. Esas bajadas de agendas las hacen por medio de las ONGs transnacionales (manejadas desde el G 7 –potencias tradicionales, hoy en crisis-, y principalmente desde Gran Bretaña).
En esa línea de mentiras escandalosas, tergiversaciones groseras, y presiones inmorales sobre la opinión pública, está el conjunto panfletario de “informes”, que componen el ampulosamente llamado “Escenarios Energéticos Argentina 2030”, que irracionalmente pretende forzar un caos energético en Argentina, imponiendo instalaciones masivas de “renovables” –como bases del sistema eléctrico-, muy por encima de sus limitadas potencialidades como energías complementarias.
Ese tema lo analicé en profundidad en mi libro “Los Profetas del Caos”, disponible en caoenergia.blogspot.com.ar.
Otra de las irracionalidades del ecoterrorismo, es pretender forzar instalaciones masivas de eólicas en Misiones y el NEA, siendo que todos los especialistas científicos sobre el tema, coinciden en la inexistencia de condiciones naturales en esta región, ni siquiera como complementos.
Forzando eólicas y solares en nuestra región, en realidad estarán favoreciendo instalaciones masivas de nuevas usinas termoeléctricas, costosas y muy contaminantes. ¿Ecologistas? ¡No, solo vulgares fanáticos y algunos operadores a destajo!
C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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