ALIANZAS IMPLÍCITAS DE
ECOFUNDAMENTALISTAS CON NEOLIBERALES Y PROGRES
Los
eco fundamentalistas juegan con el terrorismo mediático y con las frases
prearmadas, que a base de repeticiones constantes y sistemáticas, pasan a ser
asumidas como verdades absolutas, aunque la mayoría de ellas no resista el
menor análisis, efectuado dicho análisis en base a mínimos aspectos técnicos, o
de encuadres geopolíticos elementales, o a la aplicación de dosis mínimas de
sentido común (que suele ser el menos común de los sentidos).
Los
propios basamentos de los planteos recurrentes de las ONGs transnacionales son
harto discutibles, cuando no falaces construcciones pretendidamente
monumentales, con pies de barro, que se desarman ante el menor análisis serio.
Esas ONGs transnacionales son las que habitualmente “dictan letra” a las ONGs
menores (muchas de ellas son “sellos de goma” con un par de activistas o poco
más), pero todas ellas, con sus prédicas corrosivamente engañosas, hacen mucho
daño al tejido social, al inculcar negativos dogmas que de hecho solo buscan
mantenernos “felizmente” subdesarrollados crónicos.
Al
respecto, resulta muy interesante analizar los apoyos, desde fervorosamente
irracionales, a interesadamente almibarados, que el ecologismo fundamentalista
recibe desde sectores aparentemente opuestos y supuestamente diametralmente
diferentes, como “las derechas” y ciertas “izquierdas”.
Muchos
aún desconocen, y otros tantos se esfuerzan en ocultar, que el ecologismo como
movimiento político pseudo religioso fundamentalista, fue una creación
explícita del Club de Roma, entidad que a su vez fue uno de los tantos
engendros pergeñados por los intereses corporativos transnacionales, que buscan
implementar el aplastante proceso de subordinación mundial, que fuera llamado
por varios analistas como La Globalización Salvaje (o denominaciones
similares). Ese proceso fue descripto en variados y muy lúcidos enfoques por
muchos analistas argentinos e Íbero Americanos –como Walter Graziano, Alberto
Methol Ferré, Miguel Ángel Barrios, entre muchos otros-, y autores e intelectuales
del Mundo Desarrollado –como Noam Chomsky, Naomí Klein, Viviane Forrester,
etc.-
Es
decir, que para cierta terminología política reduccionista crecientemente en
boga, el ecologismo fundamentalista fue una creación de “las derechas”
(sectores ultra conservadores) transnacionales.
Pero
con una habilidad notable para cooptar voluntades dóciles y engañar incautos y
desinformados, el movimiento ultra ecologismo transnacional, y las principales
ONGs globales (que no por casualidad son manejadas desde las potencias
anglosajonas y/o el G 7 –Grupo de las Siete Potencias Post Industriales-);
adoptaron las pautas de acciones y metodologías propias de sectores
fundamentalistas anti sistémicos (o “anti capitalistas”), como marxistas
diversos, trotskistas furibundos, anarquistas cargados de violencia apenas
disimulada, y otros disconformes crónicos diversos. Es decir, esas “criaturas” perversas de colonización
cultural y herramientas del terrorismo mediático de “las derechas”
globalizantes, que son las ONGs ultra ecologistas; lograron cooptar hábil y
fácilmente las voluntades de fervorosos y fanatizados militantes de “las
izquierdas” fanatizadas y usualmente muy proclives a la violencia en el grado
más irracional; tan cargados de dogmas como faltos de raciocinio propio y
de la mínima cuota de sentido común, lo cual es característica psicológica de
los fundamentalismos de diversos tipos y categorías.
Muchas
personas desconocen las viejas alianzas
implícitas –pero fuertemente vigentes- entre
sectores políticos conservadores de Argentina (que son ultra liberales en lo
económico), con los poderosos intereses vinculados con la generación
termoeléctrica (la que consume petróleo, gas, y marginalmente carbón en
nuestro país). Cada vez que esos
sectores políticos llegaron al poder, frenaron las usinas nucleares e
hidroeléctricas, con distintas excusas, pero en verdad es por ser competencias
muy “incómodas” para las centrales convencionales que queman hidrocarburos,
pues generan mucho más barato y eficientemente.
Como
a la vez, es conocido el hecho que las
grandes petroleras anglosajonas están entre las principales aportantes
(esponsoreadores) de las transnacionales ultra ecologistas (como Greenpeace,
WWF-Vida Silvestre, y otras), entonces no
sorprende que esas ONGs tengan como agenda permanente atacar feroz y
aviesamente –con todo tipo de mentiras y verdades a medias, practicando terrorismo
ecolátrico-, a las usinas nucleares e hidroeléctricas. Y por supuesto, las
ONGs transnacionales “bajen líneas” a
otras ONGs subsidiarias y/o “perejiles” menores, que entusiastamente se suman a
esas denostaciones, que de inocentes nada tienen, pero que muchos incautos
“compran” con notable candor o con vergonzosa estupidez.
Teniendo
los sectores políticos ultra conservadores (las “derechas”) y las ONGs
ecologistas cavernarias, “intereses amigos” en común (las petroleras
anglosajonas y los múltiples intereses vinculados a la generación
termoeléctrica), no puede sorprender que los gobiernos y políticos ultra
conservadores cultiven muy amigables e incluso mutuamente genuflexas relaciones
entre si.
Pruebas
al canto entre muchas otras: los generosos subsidios que durante el menemato
fueron dados con notable facilismo a cuanta ONG existía, sobre todo en la
deplorable gestión de Marijú Alsogaray; y también los acuerdos entre el
gobierno portuario macrista con el activista Juan Carlos Villalonga (Greenpeace
– Los Verdes), beneficiado con un alto cargo, luego de “mirar para otro lado”
el arboricidio masivo y desparquización perpetrados en la Avenida 9 de Julio de
la Capital Argentina, así como las casi inexistentes críticas de esos
“ecologistas” ante la inacción del ultra conservador macrismo para sanear el
Riachuelo.
Para completar las tenazas
antinacionales que sustentan al ultra ecologismo que opera como factor de
atraso y de disgregación, diversos activistas y opinantes del “progresismo”,
compiten a cual más alineado con las posturas de las ONGs transnacionales
ecologistas; evidenciando no tener la más mínima idea de los temas –como el
energético- en los que opinan con tanto soltura como irresponsable liviandad. Incluso algunos de esos “progres”
fuera de foco, ni se percatan que esas ONGs están en permanentes e insidiosas
contradicciones con las Políticas Energéticas de la República Argentina, que
muchos de esos “progres” dicen defender enfáticamente.
La
cerrazón mental de muchos de esos “progres” llega al extremo de considerar “de
izquierdas” a las “energías renovables” (léase eólicas, solares y otras
similares), con afirmaciones tan tajantes como faltas de todo sustento técnico.
Ni imaginan como están siendo usados por las petroleras y fabricantes de usinas
térmicas, y para los negociados de los que pretenden infinitas prebendas para
las costosas energías eólica y solar; ni tampoco saben acerca de las acentuadas
limitaciones y problemas técnicos que ocasionan esas tecnologías cuando se
pretende forzar sus instalaciones más allá de sus roles meramente
complementarios.
Por
supuesto que el arcaísmo político conceptual que engloba a conceptos
dieciochescos de “izquierdas” y “derechas”, es astutamente utilizado por los
que plantan “banderas falsas” (false flags), para impedir razonar que lo esencial es evaluar quienes están a
favor de los Intereses Nacionales, y quienes juegan en contra.
Y de estos últimos, los más
peligrosos, por mimetizarse, son los que se ocultan detrás de planteos
engañosamente “sociales”, “humanistas”, “ecologistas”, “indigenistas”, y otros
similares, desde los que realizan perniciosas tareas de zapa a favor de
intereses que buscan minar la Unidad Nacional y los necesarios Bloques Regionales, sin los cuales los íbero americanos
volveremos a caer en el triste rol de marionetas de potencias colonialistas y
de poderosos intereses corporativos globalizantes transnacionales.
C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
INVESTIGADOR DE TEMAS ECONÓMICOS Y GEOPOLÍTICOS
No hay comentarios:
Publicar un comentario