viernes, 28 de marzo de 2025

 EL NEFASTO PROCESO COMO MARIONETA DÓCIL DEL CONSENSO DE WASHINGTON 
   Quede muy en claro, que el repudio al siniestro “proceso”, acá expuesto, centrado en un aspecto muy poco mencionado en general, en modo alguno significa avalar ni menos aun apoyar los hechos de violencia, con tintes brutales e irracionales, que fueron cometidos por diversos sectores de las guerrillas; los que -es bueno recordarlo- no fueron apoyados por el grueso de la población argentina. 
   También cabe precisar que, al momento del asalto al Poder Formal, perpetrado por el régimen cívico militar, hace 49 años, las estructuras de las guerrillas habían sido casi totalmente desarticuladas, por lo que la excusa de “combatir las guerrillas” fue un falso motivo para justificar el golpe de Estado, imponiendo el “terrorismo de Estado”, en cuyo contexto se eliminó toda posibilidad de oposición a las draconianas medidas antinacionales de sumisión al neoliberalismo apátrida, que se implementaron. 
   El supuesto vacío de poder como justificativo “legal” del golpe de Estado, es otra falacia, pues faltaban pocos meses para que se llamara a elecciones, en cuyo contexto hubieran tenido cabida posibles cambios en las estructuras del Poder Formal. Pero no, los poderosos intereses externos y sus subordinados internos, buscaban el poder absoluto, para imponer medidas draconianas que incluían la destrucción del Estado del Bienestar, que en Argentina era una concreta realidad, lo que es uno de los datos concretos que se omiten sin inocencia alguna. 
   Precisamente, la imposición forzosa del neoliberalismo y la subordinación a los mandatos del Consenso de Washington, eran brutales objetivos, solo posibles de ser impuestos, en un esquema de terrorismo de Estado. Pero de este tema central, poco se suele mencionar en el contexto de los muchos fundados motivos de repudio al siniestro “proceso”. 
   A la vez, ese tema de importancia central, es desconocido por completo, por los muy colonizados mentales milicos de mentes proceseras, quienes ante cualquier dato que desconocen y les incomoda, solo tienen la respuesta rápida y de nulo razonamiento, de tildar despectivamente de “zurdos” y/o “terroristas” a quienes no nos callamos ante tan gruesas verdades. 
   Lamentablemente, el grueso de los uniformados, evidencia estar en el anacronismo de las pautas que les inculcaron hace más de medio siglo, prácticamente desde la revolución fusiladora de 1955, muy acentuadas en 1962 y 1976; las que además eran erradas en esos períodos, cuando el pensamiento liminar de Defensa de la Patria, fue sustituido por el subordinado concepto de defensa prioritaria del “sistema”, tal como lo inculcaron a fuego, a cerebros poco entrenados a pensar, en la Escuela de las Américas e institutos similares de adoctrinamiento pro yanqui, hoy alineados al Bloque Atlantista. 
   Sin ninguna duda, las masivas marchas de repudio al “proceso” fueron contundentes, siendo a la vez claras expresiones denostadoras contra el actual gobierno nacional, el cual claramente es un continuador del destructivo plan económico impuesto a la fuerza por Martínez De Hoz, sus “Chicago’s Boys” y sus continuadores, en esos siete nefastos años. 
   La destrucción sistemática de la economía argentina, y el empobrecimiento masivo de nuestra población, tuvo también como perpetradores a otros períodos de gobierno, de claros perfiles neoliberales, que Argentina padeció en este medio siglo de sumisión a los poderes financieros transnacionales, con las activas complicidades de la retrógrada oligarquía tradicional y los sectores de los poderes financieros internos, abocados a la fuga de divisas y a apoyar la destrucción social y económica nacional, con particular énfasis contra todo el Sector Industrial y el Sector Tecnológico Nacional. 
   El autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, es claramente repudiado por la gran mayoría de los argentinos, con sobrados motivos en lo referente a la implementación del terrorismo de Estado, en cuyo tenebroso marco general se tornó muy difícil cualquier tipo de resistencia, -así fuera meramente humanitaria, intelectual y pacífica- a las aberrantes prácticas represivas, y a las destructivas medidas socio económicas impuestas bajo la fuerza disuasiva de las bayonetas. Pero parecería que las muy denunciadas y repudiadas violaciones a los derechos humanos, que eran metodología habitual del “proceso”, en buena parte taparon la motivación real que impulsó la perpetración del asalto al Poder Formal. 
   El verdadero motivo del golpe de Estado de 1976, fue la destrucción total del Estado de Bienestar y el muy respetable grado de desarrollo socio económico, que se había alcanzado y consolidado. Por citar solo algunos datos, Argentina tenía un crecimiento económico anual acumulativo cercano al 4 %, y el nivel de desocupación era del orden del 4 %, con el agregado que la desocupación solo era considerada friccional (por el escaso tiempo que llevaba conseguir nuevo trabajo). Por algo, el analista canadiense - británico Harry S. Ferns, había afirmado que para destruir los notables avances en todos los órdenes, conseguidos por el peronismo, sería necesario un contexto de guerra civil. ¡Y eso fogonearon para conseguir nuestra destrucción! 
   Seguramente, no fue casualidad, que bajados desde el buque rompehielos británico Endurance (surto en Buenos Aires); y de un avión de British Caledonian (estacionado en Córdoba), la Inteligencia de Argentina logró capturar dos cargamentos de armas y municiones, que habían sido desembarcados y estaban siendo transportados, posiblemente como apoyatura a las guerrillas. Eso se completaba con operaciones de “sobadas de lomo” (léase alabanzas exageradas a egos muy dispuestos a recibirlas), con las que se motivaba a sectores previamente colonizados mentales de los uniformados. 
   La interceptación de los cargamentos citados, tuvo muy poca repercusión, y prontamente se impuso el silencio, seguramente para mantener las buenas relaciones diplomáticas. 
   Con esas acciones se allanaba el camino, a las violencias que se desatarían brutalmente, pocos años después. Eso para entender el contexto que iba sucediendo. 
   Precisamente, el objetivo básico del golpe de Estado de 1976, era la sumisión total a los dictados destructivos que los organismos financieros del Consenso de Washington, que buscaron imponer a escala planetaria. 
   La amplia mayoría de los muy poco instruidos en Geopolítica, Historia y Economía, los uniformados de Argentina, no tenían (y aun no tienen) ni idea de haber sido vilmente usados por personeros de la antipatria (los civiles que formaron parte del “proceso”), con el siniestro objetivo de empujarnos al subdesarrollo crónico, malvendiendo nuestras empresas y riquezas, y endeudándonos en forma alevosa y brutal, como maniobra que sería reiterada, para condicionar negativamente nuestras acciones de gobierno. 
   ¡Ese fue el real motivo por el cual se perpetró el siniestro “proceso”, con la excusa falaz de “combatir la subversión”! 
   Después de haber usado y luego desechados, a los uniformados dóciles a los intereses antinacionales, resultó muy claro que a los poderes neocolonialistas les está resultando mucho más efectivo, utilizar a sectores previamente “encarpetados” y/o “ensobrados”, para los operativos mediático – judiciales, en cuyo marco nos están destruyendo, mientras siguen multiplicando en forma alevosa la muy condicionante deuda externa. 
 MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
 Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

jueves, 20 de marzo de 2025

 EL INDUSTRICIDIO COMO HERRAMIENTA DEL SUBDESARROLLO CRÓNICO 
   Hubo en la historia económica mundial, además de Argentina, algunos otros casos de países que fueron presionados y/o infiltrados por personeros de las potencias imperiales dominantes, para abortar procesos de industrialización y desarrollo general, los que de haber prevalecido los intereses nacionales de esas naciones proto industriales, sus respectivas realidades serían muy diferentes en la actualidad. 
   Como una perversa constante, siempre existen los “Judas Iscariotes” que por “treinta denarios”, o en algunos casos por ser colonizados mentales en grados superlativos, traicionan los Intereses quintacolumnistas al servicio antinacional. Nacionales, operando como Además, fue y es una constante, con posibles pocas excepciones, que las nuevas potencias, que para desarrollarse promueven y protegen sus industrias y sus entes tecnológicos, deben a la vez enfrentar presiones externas e internas que buscan impedir o entorpecer sus procesos de desarrollo. 
   En muchos casos, las profundas transformaciones sociales y económicas que implican los desarrollos tecnológicos e industriales, solo pueden consolidarse después de haberse anulado las resistencias internas perpetradas por las oligarquías tradicionales, a las cuales la perpetuación de sus privilegios de clase les importa más que el desarrollo integral de la propia nación. 
   Brasil debió superar las resistencias del poderoso sector oligárquico del “café con leche”, de excluyente poder conservador por más de cuatro décadas, el cual era dominante sobre todo en São Paulo y Minas Gerais, con fuertes intereses en el café y la ganadería. Desde que Brasil se industrializó, con decididos apoyos y acciones del Estado, es el empresariado industrial paulista y del sur, el que marca el rumbo de las acciones estratégicas. 
   Es lo opuesto a Argentina, donde la vieja y retrógrada oligarquía vacuna y sus ramificaciones, siguen atadas a pautas decimonónicas y condicionando o impidiendo el desarrollo industrial y tecnológico; e incluso pudieron imponer esas antinacionales pautas culturales, como el supuesto “pensamiento correcto” en parte en las Universidades Nacionales, y como “verdades totales y excluyentes” dentro de las Fuerzas Armadas y Fuerzas de Seguridad (con pocas y muy honrosas excepciones, siendo que antes de 1955 teníamos Señores Militares de Mentalidad Nacional, como ideario preponderante, en cantidad y con muy buen nivel de cultura general). 
   Vencer y anular las presiones retardatarias o incluso violentamente opositoras a los profundos cambios sociales, económicos y culturales, que son consecuencias positivas de los procesos de desarrollo industrial y tecnológico, en muchos casos solo pudo concretarse -para bien del propio país-, superando las resistencias, en muchos casos violentas, egoístas y caprichosamente negativas, de los sectores oligárquicos y de sus subordinados, que lucran en base a la miseria que provocan, como es el caso de los intermediarios y otros del establishment ultra conservador, así como los mercenarios y/o acomodaticios de los medios de difusión (los “ensobrados” y otros trepadores varios) que promocionan y presionan para favorecer las importaciones masivas, aun a costa de la miseria general que con esas políticas de “libre mercado” que promueven. 
   Un caso poco mencionado, de industricidio intencional, para entorpecer el desarrollo de una nación que podría haber afectado como competidor a un sector industrial de la potencia hegemónica de ese período histórico -el Reino Unido-, fue el aplicado bajo fuertes presiones para impedir la incipiente industrialización de Egipto, que estaba desarrollando su industria textil, la cual de haberse consolidado hubiese sido la base de una amplia industrialización, y habría afectado a ese sector industrial del Reino Unido, pues además de producir materia prima de excelente calidad y a bajos costos, comenzaba a tener personas capacitadas para desarrollar la industria textil. 
   Eso acaeció entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, época en la cual el país de milenaria historia y cultura, estuvo subordinado al Imperio Británico, del cual recién se independizaría en 1922. 
   Uno de los más repetidos muy falsos argumentos de los liberales y sus “derivados” neoliberales y libertarios, es afirmar -sin pruebas concretas que lo avalen-, que es “más conveniente” que cada país se dedique a producir aquello para lo cual tiene -en teoría- mejores condiciones naturales; eso para supuestamente- no desperdiciar esfuerzos ni energías, para “intentar” producir bienes para los cuales “no están capacitados naturalmente”. 
   Esa burda falsedad conceptual, pseudo académica, la repiten como loros dóciles, los voceros y los economistas acomodaticios y/o subordinados a las pautas dictadas por la retrógrada oligarquía que se aglutina en la Sociedad Rural y otros entes empresarios ultra conservadores, estos últimos en general vinculados a operaciones de fugas de divisas y a estatizar deudas privadas (como la que favoreció entre otros, al Grupo Macri, durante el “proceso” siendo Ministro de Economía Domingo F. Cavallo). 
   Si hubieran “obedecido” ese falso dogma liberal, Japón y Corea Del Sur, “deberían” haberse dedicado excluyentemente a producir arroz, para lo cual tienen vastas experiencias y muy buenas condiciones naturales…pero nunca habrían alcanzado los niveles de desarrollo socio económico y de bienestar, de los cuales disfrutan crecientemente desde que optaron por promover activamente sus desarrollos industriales, tecnológicos, y de elevada capacitación de sus poblaciones. 
   También, con ese miope criterio de pseudo “eficiencia” anti industrialista, Brasil “debería” acentuar sus producciones de café, carnes vacunas, aviares y porcinas, caucho y otros bienes primarios; pero con un fuerte criterio estratégico y patriótico, promovió el desarrollo industrial, con lo que, entre otros logros relevantes, se posicionó como un importante polo mundial productor de camiones pesados, semi pesados y livianos, los cuales exportan a muchos países, entre ellos lo hizo a EEUU. Y esa industria permitió el desarrollo de otras ramas industriales relacionadas, como la carrocera, de la cual también es fuerte exportador. 
   Debe precisarse que, venciendo serias oposiciones del establishment interno y externo anti industrial, Argentina había logrado un respetable desarrollo de la producción de camiones, como también de carrocerías de carga y de ómnibus…pero los libertarios se están encargando de destruir todo eso. 
   Es poco conocido y casi nada difundido por los medios de difusión, que Argentina había logrado consolidarse como uno de los importantes polos mundiales de producción de camionetas “medianas” (las que en nuestro mercado interno se consideran “grandes”), con cinco marcas y diversas variantes en producción y exportación. Pero ya se anunció que una de ellas dejará de producirse, y con la “liberalización” del comercio exterior, nos están llenando de importaciones de todo tipo, entre ellas camionetas “medianas”. 
   En síntesis, el industricidio está en plena perpetración, lo cual no molesta en absoluto al actual gobierno nacional y sus cómplices,,,¡e incluso evidencian jactarse de eso, así como regodearse de la miseria y desempleo masivo que provocan! 
   Ese proceso acelerado de industricidio y de destrucción de entes tecnológicos, además de la miseria general que provocan, y de acentuar el éxodo de población capacitada (la cual es valiosa y la necesitamos), nos está empujando con alevosía al deplorable estadio del subdesarrollo crónico; situación que, en ese nefasto contexto, y acentuado con la irracional y creciente deuda externa, nos condiciona negativamente en forma muy acentuada. 
   Doloroso y notable resulta que, tozudamente, sea por odios inoculados por medios de comunicación y periodistas “ensobrados” o al servicio del establishment; por carencias de capacidades de análisis objetivos, o peor aún, por falta total de elemental patriotismo, muchos argentinos se niegan a admitir el desastroso cuadro de situación, y continúan apoyando a liberales, neoliberales, libertarios, e incluso “progresías” muy confusas, que en ese aquelarre pasan a operar como colaboradores -a veces involuntarios- de los verdugos de nuestra Patria Argentina. 
   El brutal industricidio en plena perpetración, es un factor clave en todo el siniestro proceso de destrucción nacional, para sumirnos en el subdesarrollo crónico, con el avieso objetivo de destruir todo atisbo de soberanía, y desguazar a Argentina. 
  Es imperativo tomar conciencia y accionar para impedir que los poderes apátridas consumen semejante desquicio total. 
 MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
 Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

lunes, 17 de marzo de 2025

 https://youtu.be/Jh00VR8KorQ

REPORTAJE DEL 17 03 2025, EN UNA RADIO DE POSADAS.



 Reportaje telefónico referente al tema del precedente artículo.


https://youtu.be/Ge0zht0GQRw?si=tVLdU6cQVX8BTGvh







lunes, 10 de marzo de 2025

 EL LIBRE COMERCIO COMO CONDENA AL SUBDESARROLLO CRÓNICO 
   El actual gobierno, con claros tintes de pretendida dictadura total y asumiendo el autoasignado rol de “virrey al servicio del neocolonialismo del siglo XXI”, claramente demuestra tener dos objetivos en su accionar. 
   De mínima, pretende retrotraernos al perimido e inviable rol de economía primaria, solo productora de materias primas (en cuyo esquema sobramos 40 millones de argentinos), eso buscando un contexto político semi feudal, como lo éramos en el tristemente célebre medio siglo largo del mitrismo. 
   Pero de máxima, es evidente que opera para perpetrar la disolución nacional, eso acorde a los dictados del Bloque Atlantista y los grandes poderes financieros transnacionales, que persiguen la hegemonía mundial buscando imponer la globalización salvaje, la cual se opone a los Estados Nacionales Soberanos. 
   Esos evidentes y muy negativos objetivos de los apátridas libertarios y sus secuaces políticos, más los “ensobrados y /o encarpetados” varios, fueron analizados en artículos precedentes. A ellos me remito, en mérito a la brevedad. 
   Se exaltan los supuestos “grandes méritos” del liberalismo económico, pero se oculta que las grandes potencias económicas lo predican y recomiendan al mundo subdesarrollado, pero en verdad cuidan sus mercados internos con fuerte intervencionismo estatal y activas medidas de proteccionismo, así como de “patoterismo económico” mediante sanciones y otras acciones de desembozado intervencionismo en las economías de terceros países, con las cuales operan para mantenernos subdesarrollados como dóciles proveedores de materias primas. 
   El concepto de libre comercio es una de las recurrentes ideas – fuerza que son repetidas, cuan supuestas “verdades supremas”, por los promotores del liberalismo económico, llevado a niveles de ultranza, pretendidamente indiscutibles. 
   Es imprescindible recordar que el liberalismo económico, surgió como supuesta “gran doctrina económica”, el mismo año en el cual el Reino Unido sufrió la pérdida de sus colonias en Norteamérica, las cuales eran importantes proveedoras de materias primas para la por entonces creciente estructura industrial de La Rubia Albión. Coincidencia temporal casual o causal… 
   Dato poco conocido y ocultado, es que la primera fuerte crítica de nivel académico al liberalismo económico, fue el muy interesante libro de Friedrich List Sistema Nacional de Economía Política, el cual fue la base para la industrialización de EEUU (patria adoptiva del autor), y de Alemania, algunas décadas después. En ambos casos, sus desarrollos industriales y tecnológicos fueron fuertemente resistidos por las oligarquías ultra conservadoras. En EEUU el tema se definió a costa de la guerra civil, entre el norte industrialista y el sur ultra conservador y esclavista. En Alemania, pasaron algunas décadas hasta que la industrialización fue Política de Estado, férreamente impuesta por el “Canciller de Hierro” Bismarck, que transformó varios pequeños e irrelevantes reinos germanos, en una nación fuertemente desarrollada. 
   Muchos otros destacados economistas fundamentaron la total negatividad del liberalismo económico, entre ellos Aldo Ferrer, y recientemente el muy explícito Ha-Joon Chang. 
   Todos los países que se desarrollaron, lo hicieron “transgrediendo” las supuestas “leyes económicas” liberales, y en todos ellos fue esencial el rol del respectivo Estado Nacional para promover y proteger sus industrias y sus entes tecnológicos¸ lo cual, como hecho repetitivo casi general, se hizo superando las oposiciones de los sectores oligárquicos ultra conservadores. Es lo que sucede en Argentina, que pese a la cerrada oposición oligárquica ultra conservadora, se había logrado un muy respetable grado de desarrollo industrial y tecnológico. Pero esos factores del poder cerradamente anti industrialista, se montaron en sucesivos gobiernos pretorianos y civiles, para atacar al propio Estado, y a los sectores tecnológico e industrial, difundiendo sus falsedades doctrinarias claramente antinacionales, en distintos sectores del tejido socio cultural argentino, incluyendo en ese destructivo proceso de aculturación antinacional, no solo a diversos sectores de la civilidad, sino que lograron ser mayoritarios entre las ideológicamente muy confusas FFAA y FFSS, (fuerzas armadas y de seguridad) convertidas en promotoras del subdesarrollo crónico. 
   Como sea, si bien los poderosos intereses imperiales y neocolonialistas del siglo XXI ocultan los serios daños que ocasiona la ideología económica liberal, a los países que se subordinan a esas imposiciones (presentadas como supuestas “leyes económicas”), un análisis meticuloso del accionar de todas las grandes potencias económicas, y de las emergentes que van camino a serlo, permite constatar que las potencias de vieja data (no por casualidad nucleadas en el Bloque Atlantista y sus adherentes extra zona) predican el liberalismo a ultranza, pero practican diversas formas de fuerte intervencionismo y proteccionismo estatal, para apuntalar sus propios procesos de desarrollo. 
   Es el típico doble mensaje de los poderosos: “haz lo que digo, no lo que hago”. 
   Una de las más burdas falsedades ideológicas, es la promoción a ultranza de las supuestas “grandes ventajas” que afirman nos depararían los tratados de libre comercio, como el que en forma arrastradamente subordinada a los mandatos del “gran país del norte”, pretenden rubricar entre nuestro país y EEUU. 
   De concretar semejante aberración, de concretas desastrosas consecuencias que significaría para nuestro país, sería el acta de defunción definitiva de toda nuestra industria, que no podrá enfrentar la avalancha de bienes industriales de la poderosa industria yanqui, y mediante el RIGI (norma legal que permite en los hechos el saqueo institucionalizado de nuestros recursos naturales) y otros actos de desamparo total a la producción argentina, se facilitarán las exportaciones a precios viles, de diversas materias primas de importancias estratégicas, que posee nuestro país. 
   Además, los potenciales tratados de libre comercio, significarían el acta de defunción del Mercosur, lo cual sería otra aberración geopolítica, de las muchas que está perpetrando el actual gobierno nacional, con desparpajo total. 
    No es un dato menor, considerar que el sector industrial es fuerte demandante de mano de obra, relativamente bien pagada; mientras que las extracciones de materias primas, proporcionalmente requieren poca mano de obra, de niveles salariales potencialmente bajos, ante la desprotección del sector laboral, que libertarios y neoliberales (con sus varios “conversos con pelucas” radicales y otros), evidencian querer institucionalizar. 
    Preocupante panorama general, en el contexto de desmadre socio económico intencionalmente provocado, que se agrava día a día.                                  MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
                 Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

lunes, 3 de marzo de 2025

 ¿FUERZAS DE DEFENSA O TROPAS DE OCUPACIÓN AL SERVICIO EXTRANJERO? 
     Conceptos introductorios. 
 Los militares que demostraron clara adhesión a los patrióticos postulados del Pensamiento Nacional, merecen todo el respeto, y por cierto hubo muchos y varios de ellos muy destacados, de los cuales cabe citar al General Ingeniero Savio (siderurgia), a los Generales Ingenieros Mosconi y Baldrich (YPF), al Brigadier San Martín (complejo industrial aéreo y automotriz estatal en Córdoba), al General Ingeniero Juan Pistarini (ejecutor del vasto plan de obras de Perón), el General Pujato (gran impulsor de la soberanía argentina en la Antártida), y el listado sigue, por cierto en las antípodas de los que de hecho fueron cómplices activos o pasivos de destructivas políticas económicas y sociales liberales, o sea antinacionales. 
      No puedo dejar de citar a mis dos grandes maestros de Geopolítica, el Coronel Jorge Luis Rodríguez Zía, y el General Juan Enrique Guglialmelli, así como a los activos muy patriotas del Instituto Combate de Mbororé, el cual implementó la Diplomatura en Geopolítica, de la cual tuve el honor de ser cursante y a la vez activo disertante. 
   Este no es el típico escrito de fobia anti militar, pero tampoco es cómodamente cómplice ante actitudes prescindentes cuando no claramente antinacionales de los que cabe definir como milicos de mentes proceseras. 
   Tema complicado, conocido o intuido por muchos argentinos, tanto como obviado u ocultado o intencionalmente eludido también por muchos, que se dicen argentinos, pero son cipayos en grados superlativos, entre ellos, los vociferantes patrioteros de bandera, cuyos “patriotismos” se agotan en el himno y la bandera, y prácticamente en todo lo demás, operan como marionetas al servicio de la antipatria, subordinados gustosos del neocolonialismo del siglo XXI y de los sectores socio económicos internos más recalcitrantemente antinacionales, clasistas e incluso racistas. 
   Esos patrioteros de bandera, pasan a ser dóciles marionetas de mandantes apátridas, careciendo de todo sentido de patriotismo concreto, pues no entienden, e incluso se burlan, de toda acción de protección social, de defensa y fomento de los Entes Tecnológicos y de las Universidades Nacionales, de la industria, y no tienen ni idea de que es tener concretos objetivos geopolíticos con visión de grandeza nacional. 
   Son ignorantes en grado total, o casi total, en temas básicos que deberían conocer, en particular Geopolítica, Economía e Historia, asignaturas que dictan poco o nada, o muy sesgadas y distorsionadas desde 1955, en los institutos militares. No toman conciencia que la consigna que gritan a voz en cuello, en verdad es “subordinación y valor, para VENDER a la Patria”. Así lo hicieron y lo siguen haciendo, con muy pocas honrosas excepciones, desde hace más de medio siglo... concretamente, desde 1955. 
   Tan extenso es el período de tiempo en el que les limaron las neuronas al ras, transformándolos en cipayos asumidos, practicantes de un falso y hueco “patriotismo”, puramente declamativo. 
   Sumando confusiones, intencionalidades sesgadas, cerrazones mentales en grados muy acentuados o totales, y prejuicios muy negativos cargados de odios irracionales, todo intento de diálogo constructivo al respecto se torna muy dificultoso, cuando no directamente conflictivo, sobre todo porque quienes lo niegan se basan por lo general en viejas y acendradas falsedades conceptuales, las que a su vez abonan odios muy profundos y por lo general totalmente irreflexivos e irracionales, instalados como “pensamiento único correcto” en determinados sectores de nuestra población, en particular entre los uniformados, y entre otros sectores sociales odiadores crónicos carentes de razonamientos propios, como los oligarcas y los “proto oligarcas” (frustrados aspirantes crónicos a ser oligarcas). 
   Breve reseña histórica. 
   Basándonos en la Historia de las FFAA de Argentina, y partiendo desde la modernización ordenada por Julio Argentino Roca, en su segunda presidencia, cabe un mérito enorme al General Riccheri, con cuya fructífera y patriótica gestión, se pasó de aquel anterior esquema, que con pocas excepciones (sobre todo la de San Martin y su famoso regimiento, disuelto por Rivadavia en 1826, refundado en 1903 por J.A.Roca), se basaba poco más que en el voluntarismo, la leva obligatoria, y algunas cuantas capacidades innatas que suplían carencias formativas; dándose un punto de acentuada inflexión, con metódica formación y con equipamiento muy moderno y amplio, para esa época, desde esa reestructuración que fue mérito de Roca y Riccheri, principalmente. 
   El patriotismo, como valor principalísimo, pero en buena medida abstracto, era inculcado a los uniformados argentinos, en el contexto de la formación rígidamente prusiana, como era la caracterización de la mayoría de los ejércitos del mundo, mientras que la por entonces muy poderosa Royal Navy, del Reino Unido, era el espejo el cual se tomaba como ejemplo a seguir, por la mayoría sino todas las flotas de guerra del mundo, todo eso a principios del siglo XX. 
   Pero las fuertes influencias y presiones de los poderosos sectores oligárquicos, que desde la presidencia de Mitre en adelante, manejaban directa o indirectamente los hilos del poder en nuestro país, implícita y gustosamente subordinados a los dictados del Reino Unido, inculcaron incluso a las FFAA que el “pensamiento económico correcto” debía ser totalmente acorde a los preceptos y supuestas “leyes económicas” del liberalismo económico, tal como lo habían prescripto Adam Smith y sus sucesores, los cuales en rigor de verdad fueron operadores intelectuales al servicio de “su graciosa majestad”, y con ello, de los intereses imperiales. 
   Esas poderosas oligarquías locales, se sentían muy a gusto, en el contexto de subordinación implícita pero muy clara (en muchos casos explícita), a los mandatos del Reino Unido. Esas minorías, muy ricas, contrastaban con el contexto de estrecheces económicas, cuando no de tremenda pobreza, de las grandes mayorías de nuestra población, muy descuidada por los poderosos locales, a los que parecían importarles más las vacas que los compatriotas, en muchos casos sumidos estos en la miseria más abyecta. 
   El servicio militar obligatorio permitió tener un pantallazo general acerca de la salud y las condiciones de vida de la población. Muchos convocados a prestar servicio, tenían serios problemas de salud, y en casos muy frecuentes, las tallas y el escaso desarrollo físico, mostraban en forma fehaciente los serios problemas de alimentación y las carencias sanitarias muy acentuadas, que aquejaban a vastos sectores de nuestra población, todo lo cual fue despertando algunas conciencias acerca de la realidad nacional, muy lejos de la supuesta “grandeza del Centenario”, concepto groseramente falso que aun hoy se sigue enseñando en los institutos militares y en otros círculos ultra conservadores. 
   Incluso eso fue una de las mentiras más groseras, dichas por el actual presidente argentino, el mismo que intencionalmente está destruyendo al Estado, con él a Nuestra Patria, el mismo involucrado en impresentables y muy posiblemente dolosas maniobras con cripto monedas y temas vinculados. 
   En la prolongada serie de gobiernos que eran partes de la “oligarquía vacuna” (concepto acuñado por historiadores del revisionismo histórico) dominante por más de medio siglo, las únicas excepciones al ultra conservadurismo político y ultra liberalismo económico, de esos largos 64 años del unitarismo mitrista, parecerían haber sido los gobiernos del “Gringo” Carlos Pellegrini (creador del Banco Nación, e impulsor de cierto grado de diversificación productiva), y del “Zorro” J. A. Roca, decidido defensor de la soberanía y de la integridad territorial, además de la modernización del Estado y fuerte impulsor de la alfabetización, con su Ministro de Instrucción Pública Osvaldo Magnasco. 
   Tomar conciencia del deplorable estado de salud, a consecuencia de la miseria estructural existente, y poco después entender las limitaciones al accionar de las FFAA, ante el poder y la soberbia de las dos petroleras anglosajonas que tenían el duopolio del abastecimiento de combustibles, con lo que podían condicionar las maniobras militares, fueron las motivaciones principales que permitieron asumir Conciencia Nacional a los uniformados, comenzando a despejar las marañas de falsedades conceptuales y datos tergiversados, en los que se basa el liberalismo económico y político. 
   Después de duras luchas políticas y levantamientos populares revolucionarios, el establishment oligárquico debió admitir el voto secreto y obligatorio, en cuyo contexto Yrigoyen llegó a la presidencia en 1916, y en ese gobierno se creó YPF, primera petrolera estatal del mundo. Dos Generales e Ingenieros, de irreprochable patriotismo, Mosconi y Baldrich, fueron los que condujeron y engrandecieron a la petrolera estatal, desde su creación (1922), hasta el “golpe de Estado con olor a petróleo” (1930), en el cual con ferocidad persiguieron a ambos militares patriotas, padeciendo cárcel Baldrich, al igual que el anciano Yrigoyen. 
   Las oligarquías y las presiones de las petroleras extranjeras, parecieron instigar al ideológicamente confuso General Uriburu, a asaltar el poder, perpetrando el primero de una larga serie de similares levantamientos pretorianos contra el poder constitucional. De todos ellos, solo el de 1943, terminando con la vergonzosa década infame (1932-1943) no fue instigado ni avalado por el establishment ultra conservador. 
   En esa década infame, comenzó a hacerse patente que en las FFAA iban definiéndose dos sectores diferenciados y paulatinamente contrapuestos: los liberales, afines al establishment ultra conservador, y los “nacionales”, también con muchos oficiales indefinidos en esa puja ideológica, bajo el concepto de excluyente profesionalismo, que podrían definirse como “institucionalistas”. El General Agustín Pedro Justo, de orientación ultra liberal y por ende muy afín con el establishment apátrida ultra conservador, llegó a la presidencia en el marco de elecciones amañadas (con maniobras dolosas y violencias institucionalizadas, que los conservadores calificaron como “fraudes patrióticos”) y luego mantuvo su rol preeminente, afín a la oligarquía y permisivo con los alevosos negociados durante la década infame.
   Ya por entonces estaban definiéndose dos sectores ideológicos contrapuestos, en las FFAA: liberales, con libretos de vieja data algo reacomodados; y los Nacionales (por no decir “nacionalistas”, pues algunos comentarios maliciosos le añadían la zeta). 
   El sector Nacional de la FFAA incorporó crecientes basamentos aportados por historiadores revisionistas y otros analistas de nuestra realidad, entre ellos las descollantes figuras de Raúl Scalabrini Ortiz, y Arturo Martín Jauretche; además del accionar del perseverante y valiente accionar del grupo FORJA, núcleo de Pensadores Nacionales, con preponderante rol de esclarecimiento. También fue muy valioso el rol de los historiadores revisionistas, siendo de estricta justicia citar al gran escritor y notable polemista, el Dr. José María Rosa. 
   El disruptivo surgimiento del peronismo. 
   A partir del golpe de Estado de claro tinte nacionalista, de 1943, fue tomando preponderancia el hasta entonces ignoto Coronel Juan D. Perón, con su múltiple accionar desde sus cargos de Vicepresidente, Ministro de Guerra y titular de la Secretaría de Trabajo. Implementó diversas medidas que implicaron fuertes avances a favor de los asalariados y de los sectores menos favorecidos en general, además de impulsar la Tercera Posición en política exterior, y el desarrollo, lo cual le valió el fuerte respaldo que, en forma creciente, y desde entonces, le manifestaron los trabajadores y los hasta entonces desposeídos, en general. 
   En 1945 ya era un claro aspirante a la presidencia, para las elecciones que se avecinaban. En la campaña previa, muy por fuera del rol de diplomático, el verborrágico embajador norteamericano Spruille Braden, convocó a actos y marchas contra Perón, en los que todo el arco político conservador y otros sectores minoritarios (como el socialismo y el partido comunista), se sumaron. Eso dio lugar a la breve y contundente frase de campaña del peronismo: “Braden o Perón”. 
   Al momento de ganar Perón las elecciones, dentro de las FFAA estaban claramente diferenciados el sector de ideas liberales en lo económico y conservadores en lo político – social, y el sector nacionalista, existiendo además un tercer grupo, caracterizados por ser afines a la institucionalidad, si bien de última estos coincidían por alguno de los otros dos sectores, en particular con los conservadores.
   Los profundos cambios sociales, económicos, tecnológicos y de posicionamiento geopolítico, que realizó el peronismo, significaron una transformación general, muy bien recibida por los sectores populares (que tuvieron notables mejoras económicas y de posicionamiento social), así como de sectores nacionalistas, siendo evidente que a niveles de suboficiales de las FFAA y FFSS, era mayoritario el posicionamiento favorable a la disruptiva nueva doctrina, que significaba el peronismo. 
   También adhirieron muchos de las oficialidades, si bien en ese sector castrense perduraron los afines al establishment ultra conservador. Estos últimos, después de intentonas previas, como el levantamiento de 1952 y el cruel bombardeo a civiles en Plaza de Mayo, en 1955, tomaron el poder formal, cargados de vengatividad contra todo lo Nacional y Popular, así como buscando recrear las anacrónicas y vetustas condiciones socio económicas, de la hoy inviable Argentina semi feudal, desindustrializada y socialmente excluyente del largo medio siglo mitrista (1862-1916). 
   Desde 1955 predominaron los gobiernos de orientación liberal, o sea antinacionales en los hechos, y desde ese año se instigó en las FFAA y FFSS una serie de prejuicios, de visceral e irreflexivo odio antiperonista, además de inculcarse prejuicios con los cuales “ven” supuestos “zurdos” hasta en la sopa. 
   Desde el golpe de Estado de 1962, acorde a los mandatos semi encubiertos de la Escuela de las Américas (formateando mentes cipayas entre los uniformados), se cambiaron drásticamente las prioridades de la Defensa, priorizándose la “Defensa del Sistema”, suplantando de hecho a la Defensa de la Patria, como principio básico a sustentar. Tan profundo fue el cambio de prioridades inculcado a las FFAA y FFSS, que en los hechos, es bastante frecuente leer o escuchar desaprensivos comentarios de uniformados, que se reconocen “pro yanquis hasta la muerte”, aberración conceptual que implícitamente es apoyada incluso por algunos altos oficiales, que no se molestan por esas desatinadas expresiones, que no son corregidas ni severamente contestadas, como deberían hacerlo sinceros patriotas. 
   Al irrumpir con total violencia desaprensiva e incluso sádica, el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983), las FFAA y FFSS fueron usadas (y se prestaron gustosas a ello), a apoyar con sus bayonetas, el conjunto de medidas apátridas que implica el neoliberalismo, doctrina político – económica que nos endeudó fuerte e irracionalmente; que implementó una apertura total de nuestra economía, con lo que se atacó al Sector Industrial; se afectó seriamente el funcionamiento de los muchos Entes Estatales Tecnológicos lo que intencionalmente afectó y destruyó desde adentro a las muchas Empresas y Entes del Estado, preparando el camino para los cierres o privatizaciones a precios viles, perpetrados años después por el también neoliberal menemato y el delarruato; además de promover una brutal concentración de la riqueza, atacando principalmente a la clase media. 
   Todo ese enorme daño generalizado, fue perpetrado por personeros de intereses extranjeros, pero con el feroz respaldo de los uniformados, que no tuvieron ni aun tienen ni idea de cuanta maldad socio económica se perpetró con el aval y apoyo cargado de violencia, de las FFAA transformadas en tropas de ocupación al servicio extranjero y de las minorías apátridas locales. 
   Algunas consecuencias de 70 años de excluyentes doctrinas antinacionales. 
   El siniestro y apátrida “proceso”, al cual adhieren fervorosa e irracionalmente las mayorías de uniformados, fue ideado como continuador del también muy apátrida Proceso de Organización Nacional, período en el cual se consolidó el poder unitario y crudamente liberal del mitrismo, subordinado explícitamente al Reino Unido, en el cual se consolidó la mega oligarquía terrateniente, con exclusión de las grandes mayorías de población, y entre otras acciones muy negativas, se fogoneó la guerra de exterminio contra Paraguay (aliado histórico nuestro), cuyo desarrollo social e industrial resultaba “un mal ejemplo regional” para el Imperio Británico. 
   Como confeso continuador de ese período histórico unitario, liberal y marcadamente anti industrial, el gobierno de Videla y sus secuaces fue llamado Proceso de Reorganización Nacional. Muy pocos advierten esas nefastas continuidades históricas. 
   Evidenciando los escasos o nulos conocimientos de los uniformados, el escritor canadiense – británico Harry S. Ferns, es desconocido para la mayoría (¿o casi todos?) los milicos de mentes proceseras. 
   Ese autor dijo, claramente, que la única forma de destruir los notables avances que Argentina logró con el peronismo, sería con una guerra civil. Para ello, el sutil accionar del RU parece haber operado en ambos sectores, en todo lo acaecido y sus nefastas cargas de odios, de los deplorables hechos de violencia desatados en Argentina, principalmente en los años ’70, pero cuyas secuelas siguen lamentablemente vigentes. 
   Vinculado con lo precedente y con los casi nulos conocimientos en Geopolítica, Economía e Historia, que se imparten en los institutos de formación de militares y fuerzas de seguridad de Argentina, se inculcaron odios a todo lo Nacional y Popular. 
  Consecuencias de ello, son los apoyos masivos de los uniformados a gobiernos claramente apátridas e incluso que desprecian explícitamente a la Soberanía Nacional, no pareciendo importarles tampoco las feroces acciones anti industriales y anti tecnológicas, de los gobiernos cargados de cipayismo explícito, con los que se identifican las mayorías de casi todos los uniformados. 
   Parecería que solo les importa odiar visceralmente al peronismo y a todo lo Nacional y Popular, y suponen “ver” supuestos subversivos en todas partes. En política exterior, los milicos de mentes proceseras son fervorosos adherentes a la subordinación total al Atlantismo, y al rechazo muy irracional al crecientemente importante grupo de los BRICS, el cual apoyó los reclamos de soberanía de Argentina, entre otras acciones positivas para nuestros Intereses Nacionales.
   Preocupante realidad, expuesta claramente y sin tapujos. 
                     MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
                 Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

domingo, 23 de febrero de 2025

 NO ES CUESTIÓN DE PROGRES NI DE FACHOS – LA CLAVE ES SER NACIONALES O CIPAYOS 
  Las palabras tienen fuerza por si mismas, mucho más si intentan definir conceptos claves con precisión. 
  En circunstancias geopolíticas de profundos cambios en las ecuaciones de poder, a nivel planetario, como las actuales, las precisiones conceptuales son parte esencial de la enorme batalla cultural que se libra día a día, sobre todo en un entorno complejo como el de Argentina. 
  Definiciones imprecisas, o peor aún, fuertemente distorsionadas, conducen a erróneas interpretaciones de la compleja realidad, lo cual lleva a una muy confusa Torre de Babel, en la cual muchos improvisados opinadores y analistas de escasas fundamentaciones, con interpretaciones conceptuales poco precisas o incluso falaces, solo terminan abonando mayores confusiones, en cuyo contexto el siempre activo y sinuoso accionar del establishment antinacional distrae con temas anecdóticos para tapar realidades esenciales de gruesas consecuencias, agravando con ello la confusión y la ignorancia generalizadas. 
  Una de las obras maestras en el espectro de las profundas confusiones conceptuales, es el recurrente caso de ciertas progresías, que supuestamente declaman y accionan en contra del “imperialismo” (o conceptos similares), pero que de hecho, en sus extremas simplificaciones y carencias de las debidas fundamentaciones conceptuales, recurren al facilismo de tildar de “fachos” a todos los que -en sus cerradas interpretaciones- suponen no coincidentes con sus planteos políticos e ideológicos; con lo cual terminan siendo funcionales a los poderes transnacionales y sus subordinados locales, que accionan en contra de los Intereses Nacionales. 
  El término “facho” es una derivación simplificada del concepto de fascista, el cual remite a la Italia de Mussolini. Solo para precisar conceptos, debe considerarse que el fascismo fue una ideología que básicamente era la expresión del nacionalismo italiano de entreguerras, sin soslayar que su exacerbación llevó a su país a la tragedia mayúscula que fue la Segunda Guerra Mundial. 
  Por ese motivo, históricamente fundamentado, es una incoherencia total llamar “fachos” a operadores o ideólogos del liberalismo económico o de doctrinas derivadas (neoliberales y libertarios), puesto que estos son declarados enemigos de todo tipo de nacionalismo. Lo mismo es erróneo tildar de “fachos” a oligarcas u otros sectores socio económicos abiertamente contrarios a ideas de sano nacionalismo. 
  Con ese grosero error, las progresías de muy pobres conocimientos, demuestran no saber ni darse cuenta que todos los gobiernos de lamentables orientaciones antinacionales que hemos padecido, pusieron en ejecución programas socio económicos de recurrentes orientaciones liberales. O sea que la antipatria fue y es crudamente liberal en la Historia Argentina. 
  El liberalismo y sus derivaciones son las doctrinas antinacionales por definición, refrendado eso con sus desastrosos resultados. 
  Esas progresías, en muchos casos se autodefinen “de izquierdas”, y caen en la extrema simplificación de dividir excluyentemente la política entre “izquierdas y derechas”, omitiendo la concreta realidad de otras posturas, que existen, pero por cerrazón mental y/o dogmatismo concentrado no tienen cabida en sus sesgados razonamientos. 
   Esas mismas progresías, que se autodefinen como “anti sistema” (o aunque no lo digan, asumen posturas en tal sentido), en los hechos son fieles repetidoras de conceptos y esquemas europeizantes, con más precisión, de la vieja Europa Occidental, con tintes socialdemócratas y/o de “izquierdas” europeas, las que de hecho son funcionales al accionar geopolítico de la Unión Europea y su aliado “extra zona” el Reino Unido, el cual es el nodo que complementa (o se subordina, de hecho), al nodo central de América Del Norte, conformando el Bloque Atlantista. 
   O sea que las progresías, básicamente siguen las pautas “del sistema” del cual dicen estar en contra, las que son transmitidas localmente por el denso aparataje cultural, conformado por ONGs, fundaciones, medios de comunicaciones y otras herramientas de difusión, incluyendo a intelectuales diversos del viejo continente. Son las mismas progresías que se suman a la ecolatría, la cual, bajo falaces pautas de exacerbado conservacionismo, terminan apoyando al subdesarrollo crónico. 
   Son quienes repiten pautas históricas falaces o distorsionadas, como las que montó el ultra indigenismo para denostar la memoria de Julio Argentino Roca, a quien debemos que La Patagonia, el Gran Chaco, y Misiones, no se hayan perdido bajo la inacción y desprecio por la soberanía, que caracteriza a los rivadavianos y sus continuadores históricos, los liberales, neoliberales y libertarios. Son los que imponen agendas “progresistas” dictadas desde el nodo de poder del Atlantismo, aunque esas agendas sean contrarias a nuestra idiosincrasia y nuestras necesidades nacionales. Esas progresías que se asumen como “de izquierdas”, parecen no entender que además de “izquierdas y derechas”, existen otras posturas e ideologías, que se diferencian de aquellas, pues abrevan en ese amplio sector que el gran luchador de la cultura nacional Arturo Jauretche definió como el del Pensamiento Nacional, para diferenciarse claramente de confusos y/o malintencionados, que recurrentemente pretenden agregar una zeta donde no tiene cabida, pues el sano nacionalismo no admite racismos ni discriminación alguna de la población. 
   Y resulta evidente que las usualmente escasas lecturas de muchos de las progresías, no les alcanzaron para conocer el pensamiento muy bien fundamentado, del notable polemista, disertante e historiador Jorge Abelardo “El Colorado” Ramos, quien incluso lideró un partido político, el Frente de Izquierda Popular, el cual sin renegar de su base izquierdista (o con perfil social), apoyó claramente al peronismo como doctrina política encarnada en Lo Nacional. 
   Ramos alertó acerca de las posturas “cipayas de izquierdas” de quienes en nombre del “socialismo” o de “la izquierda” en los hechos han sido tan antinacionales como lo son recalcitrantes sectores de la oligarquía o similares, además de lo cual se diferenció tajantemente de los grupos armados de las guerrillas, a las que nunca apoyó.
  También Ramos fue quien afirmó, tajantemente, que “sin un Roca no hubiera existido un Perón”, eso respecto a la modernización y apertura implementada en los Institutos de Formación Militar, que se abrieron a amplios sectores sociales; mérito en buena parte del patriotismo del General Riccheri, respaldado por J. A. Roca. 
  Salvo excepciones, las progresías ignoran por completo que la imagen del “gran educador” que el academicismo histórico mitrista atribuye a Sarmiento, es una gruesa falsedad, pues la alfabetización masiva de nuestra población fue mérito principal del Ministro de Instrucción Pública de J. A. Roca, Osvaldo Magnasco. 
   También las progresías de escasas formaciones, demuestran desconocer que la feroz campaña contra Roca, parece tener un tufillo mitrista, pues Don Bartolo fue el eterno perdedor al enfrentarse a J. A. Roca, tanto en el campo político como en el castrense. Tampoco parecen analizar que, así como Mitre es un referente mayor del liberalismo (doctrina antinacional por definición), Roca aplicó fuertes principios de Estado Nacional muy activo, sentando las bases del Desarrollo Nacional. O sea que Roca, en muchas de sus acciones, practicó un claro nacionalismo de hecho. Pero las confusiones conceptuales no son patrimonio exclusivo de “las izquierdas”.
   Muchos, extremadamente dogmáticos y por lo general poco instruidos, que se asumen como “de derecha”, y manifiestan profundo rechazo a todo lo que suponen “izquierdas”, muy frecuentemente (por ignorancia supina y por cerrados dogmatismos), tildan de “zurdos” a todos los que discrepan con sus planteos, los que por lo general adolecen de burdas torpezas conceptuales. 
   En sus cerradas conceptualizaciones, solo “pueden existir” los de “la derecha” (ellos y sus adláteres), y todos los demás, quienes -supuestamente sin duda alguna- “tienen” que ser necesariamente “zurdos”, calificativo que, para esas cerradas mentes, tiene ribetes muy negativos. 
   Con los antecedentes de violencias que hubo en nuestro país, sumamente negativas todas ellas, y muy funcionales a intereses antinacionales, que las fogonearon, los opinantes “de derechas”, tienden con mucha facilidad a asumir que todos los que suponen “zurdos” son o han sido partidarios de las violencias de las guerrillas, siendo frecuente que se exalten y utilicen un vocabulario ordinario y muy soez, además de estar cargado de gruesos errores ortográficos y de redacción, mostrando sus escasas formaciones. 
   La cerrazón mental en grados muy exacerbados, es claramente la que como pensamiento dominante predomina excluyentemente en las formaciones de los uniformados de Argentina, pudiendo definirse su implementación a partir de la revolución fusiladora (1955), acentuándose con los siguientes golpes de Estado del siglo XX, en particular 1962 y 1976. Ese nefasto sesgo se acentúa, en el contexto de ignorancia casi total respecto a asignaturas claves para conformar una sólida formación, como lo son Geopolítica, Historia y Economía. Con ese combo de prejuicios e ignorancias, se instala el pseudo patriotismo, que se agota en la exaltación del himno y la bandera, y de hecho desprecia al propio pueblo (al cual más de un uniformado se jacta de reprimir con sadismo y violencia), y desprecia totalmente, o ignora las importancias estratégicas de poseer industria y tecnología nacional. 
  A esa muy errada postura, llamamos patrioterismo de bandera, y por su parte el anciano patriota, ex preso político del infame “proceso”, el abogado e historiador Julio Carlos González, llama “patriotismo cromático y musical”. 
   Vayan mis respetos al citado patriota, preso sin causa alguna, por el “severo delito” de haber sido destacado funcionario de Perón y de su sucesora. 
   Hay otros tipos de confusos en grados superlativos, los que apenas serán citados, en mérito a la brevedad. 
- Sectores de la hoy ex clase media, que gozaron de cierta prosperidad con las políticas de “Estado presente y activo”, y que hoy en muchos casos desbarrancan debido a las destructivas acciones del “libertarismo”; pero el odio que les inocularon los medios concentrados no les deja razonar. Suelen tener la profundidad y “claridad” conceptual, equivalentes a un charquito de barro. 
- Profesionales que lo son, en buena medida gracias a la gratuidad universitaria y otras políticas activas para apoyar al estudiantado, pero se niegan a reconocerlo y apoyan a los que buscan destruir las Universidades Nacionales, públicas y gratuitas. 
- Sectores jóvenes, carecientes de conocimientos esenciales y de la necesaria capacidad de razonamiento crítico, que en buena medida son consecuencia del vaciamiento de contenidos en las escuelas, a partir de la muy negativa reforma educativa implementada por Alfonsín, profundizada por Menem y De La Rúa, en cuyos marcos se “formaron” muchos docentes con escaso o nulo sentido de Lo Nacional, y con muy pobres conocimientos. 
- Pequeños y medianos empresarios, que fundaron y/o hicieron crecer a sus empresas en el marco del Estado activo del período 2003-2015; pero irreflexiva y tozudamente, apoyan a políticas económicas que los afectan, y no toman conciencia del enorme daño en perpetración a nuestro país. 
   El tema no se agota. 
                         MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
                 Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

domingo, 16 de febrero de 2025

 GRUESOS E INACEPTABLES ERRORES EN LOS ENFOQUES DEL GENERAL 
  Es bien sabido que desde hace siete décadas, se inculcan groseros enfoques distorsionados o directamente falsos, como si fueran verdades absolutas, en los institutos de formación de militares y fuerzas de seguridad de Argentina; a la vez que se notan gruesas falencias formativas, en temas básicos como Geopolítica, Historia y Economía, suponiendo reemplazar esas falencias con burdos prejuicios; todo lo cual forma un combo muy negativo, el cual solo abona a perpetuar nuestro subdesarrollo y a la aplicación meramente declamativa del elemental concepto de soberanía. 
  Peor aún, el concepto básico de Soberanía Nacional, fue reemplazado por la aceptación lisa y llana de la prioridad absoluta de “defensa del sistema” por sobre los Intereses Nacionales Argentinos, con lo cual no pocos uniformados expresan subordinación total, al “gran baluarte de occidente” (léase EEUU y la UE)…¡y algunos fervorosos opinantes lo dicen públicamente! 
  Una de las tantas falsedades institucionalizadas como pretendidas “verdades absolutas e indiscutibles”, es la afirmación de la supuesta “grandeza nacional de la Argentina del Centenario”, concepto que involucra la exaltación de la llamada generación del ’80 (del siglo XIX). Y con ello, el endiosamiento del liberalismo económico, el mismo que tantos daños nos hizo. 
  Esa muy gruesa falsedad histórica y económica, es muy aplaudida por sectores político – económicos ultra conservadores (o más bien directamente reaccionarios), como la Sociedad Rural Argentina (SRA), cuya miope visión de supuesta grandeza se agota en la promoción a ultranza de la economía agro ganadera; y su visión global apenas excede los límites de sus estancias y entes vinculados. Ese sector patronal, añora las legislaciones laborales vigentes antes del peronismo, las que institucionalizaban el poder omnímodo de la patronal y la sumisión casi feudal de la peonada y los asalariados en general. 
  Si bien no siempre lo dicen abiertamente, es sabido que la oligarquía mega terrateniente de la Pampa Húmeda, nucleada en la SRA, en los hechos se opone a todo desarrollo industrial y a casi todo el desarrollo tecnológico nacional, con escasas excepciones respecto a tecnologías de directas aplicaciones en agricultura y ganadería.     Entre muchos hechos probatorios de esas afirmaciones, cabe recordar que en pleno proceso de industrialización del desarrollismo, la SRA invitó a disertar a Felipe de Edimburgo (príncipe consorte de la por entonces reina Isabel II), quien se tomó el atrevimiento de recomendar a Argentina no dilapidar esfuerzos en la industria, para priorizar excluyentemente a “lo que sabemos hacer con mayor eficiencia” (conceptual, no textual)…o sea encerrarnos en la economía primaria, lo opuesto a lo hecho por el Reino Unido y todas las naciones que se volcaron al desarrollo. 
 Aberrantes ideas, muy aplaudidas por la oligarquía campera de la SRA.  
  También deben recordarse los aplausos en la SRA al usurpador Videla, el que respaldó el desguace industrial y la sumisión al apátrida neoliberalismo, que Martínez De Hoz perpetró a la sombra de las bayonetas proceseras, que anularon toda posible oposición a tan negativas acciones. 
  Algunos años después, Alfonsín fue abucheado en el mismo ámbito, marcando esos contrastes la postura socio política de la oligarquía campera. ¡Y esos enfoques retrógrados y anacrónicos, se inculcan a los uniformados como la supuesta base necesaria para la declamada grandeza nacional! 
   Tampoco se enseña a los uniformados que la defensa de la industria y la tecnología nacional, son esenciales para la soberanía, y como bases imprescindibles para el Desarrollo Nacional. 
  El desprecio a esos sectores claves, resulta patético en las opiniones de muchos que incoherentemente con esas posturas se dicen “muy patriotas”. 
   En ese contexto de prédicas antinacionales y gruesas confusiones conceptuales, que excluyentemente se inculca en diversos ámbitos, es interesante analizar las opiniones de un General, en las antípodas del más elemental Pensamiento Nacional, el cual fue antes de 1955 muy relevante en las FFAA y FFSS. 
   Constantes prédicas erróneas, en claros perjuicios contrarios al Interés Nacional de Argentina, evidencian ser las opiniones de un General, puesto a un rol de intelectual, para lo cual pese a su currículo académico no evidencia conocimientos ni amplitud de criterio que para eso son necesarios. 
   En su momento, en un tono supuestamente inapelable, expresó en un reportaje en TV, que -palabras más o menos- Chile nos estaba aventajando, por tener firmado un tratado de libre comercio con la Unión Europea. 
   Claramente, el General en rol de supuesto intelectual, con esa peregrina idea demostró suponer las supuestas “grandes ventajas” del liberalismo económico, doctrina que predican, pero se cuidan muy bien de practicar, las grandes potencias económicas, y las que van camino a serlo. Desconoce que el liberalismo económico más que ideología o doctrina, es un método contundente de dominación, a favor de las naciones y bloques supranacionales desarrollados, en perjuicio de los subdesarrollados. 
   Los tratados de “libre comercio” entre economías de muy dispares grados de desarrollo, pasan a ser actas de defunción de la industria y el desarrollo tecnológico propio, de las naciones menos desarrolladas incluidas en esos acuerdos económicos que para casos como el nuestro implican aceptar el subdesarrollo crónico. Nada de esto parece importar al General opinante. 
   En otra de sus muy discutibles opiniones públicas, se refirió negativa y peyorativamente a los gobiernos nacionales posteriores a 1983. Eso, además de la incoherencia de “poner en la misma bolsa” a distintos gobiernos, con sus diferentes enfoques y acciones desarrolladas, implica -indirecta pero claramente- un implícito respaldo al gobierno cívico militar usurpador del Poder Público, más conocido como “el proceso”, el cual fue precisamente uno de los más nefastos períodos de la Historia Argentina. 
   Fue el muy negativo “proceso” el gobierno que nos subordinó al apátrida neoliberalismo, acentuando la desindustrialización que ya había sido comenzada por la también nefasta “revolución fusiladora”.  
  Ese “proceso” fue el que multiplicó por once nuestra deuda externa, dilapidando esos cuantiosos fondos en los desmanejos presupuestarios del tecnócrata Martínez De Hoz y sus sucesores. Fue el que endeudó a las Empresas y Entes del Estado, para hacerlas parecer ineficientes, y de ese modo “preparar el terreno” para presentarlas como negativas, paso previo a sus extranjerizaciones a precios viles, o a sus desguaces totales. 
  Las importancias estratégicas de esas empresas y entes estatales, no evidencian ser consideradas por el General opinante. 
   Fue el “proceso” el que asesinó al Mayor Bernardo Alberte (primera víctima de ese infame período), por el “grave hecho” de dirigir una valiente carta a Videla, advirtiéndole de las previsibles consecuencias del golpe de Estado, el cual algunas semanas antes era un secreto a voces que se perpetraría. También en “el proceso” hicieron “desaparecer” (léase asesinar), al gremialista Oscar Smith, por oponerse al desguace y privatización de SEGBA, y el listado sigue, pero esas aberraciones y otras no parecen molestar al General.
  ¡Y el General opinante, indirecta pero claramente, alabó al “proceso”! ¿Acaso puede alegar desconocimiento de tantas aberraciones, alguien con tantos estudios y tantas fuentes de información a su disposición? Recientes opiniones, vertidas por el General en un extenso reportaje que le hizo un tal Ricardo Julio Bava, en un sistema electrónico de difusión, muestran la acentuación del mismo perfil, de las opiniones “milicamente correctas” que lamentablemente priman entre los uniformados argentinos. 
  Esa cerrada y nada reflexiva estructuración ideológica que desde hace siete décadas es el único enfoque vigente, es llamado “el partido militar”, y su estructuración es coincidente con el cambio del paradigma básico del sector militar, que antes se caracterizó por el sincero patriotismo. 
   Desde los años ’60 del siglo XX, sin mucho protocolo, se cambió la declamada esencia del pensamiento liminar militar argentino, pasándose de la Defensa de la Patria, a priorizar la defensa del sistema, esto último con una clara subordinación a las potencias del llamado “mundo libre, occidental y cristiano” (que no es ni libre, ni occidental ni menos cristiano), hoy devenido geopolíticamente en el Bloque Atlantista, el cual no busca incorporar pares, sino dóciles subordinados a las Potencias Anglosajonas y sus aliados cercanos, cuyo brazo armado es la OTAN, que el General opinante menciona como NATO, o sea su sigla en inglés…lo que evidenciaría el severo grado de subordinación cultural. 
   Una contundente frase del genial historiador revisionista, abogado, docente universitario y diplomático José María Rosa, publicada al fallecer en 1983 el General Juan Enrique Gugliamelli, definió el cuadro de situación de los uniformados. Dijo, lapidariamente, “ha muerto el último General de la Patria, ahora solo quedan Generales de empresa”. Salvo pocas y honrosas excepciones, puede decirse que la situación era esa, y se agravó. 
   Además de las acentuadas carencias en Geopolítica, Historia y Economía, es evidente que el grueso de los uniformados sigue encerrado en dogmatismos vigentes medio siglo atrás, que ya entonces eran sesgados y errados, hoy además son anacrónicos. Solo les inculcan odio visceral e irracional al peronismo y todo lo Nacional y Popular; además de lo cual siguen creyendo ver “zurdos, comunistas y subversivos” hasta en la sopa. Pero en cambio no ven ni les preocupan, muchos vergonzosos actos de arrastrada sumisión, de la dirigencia subordinada al neoliberalismo y al libertarismo, ante los imperativos dictados de las Potencias Atlantistas, implicando ello el pisoteo alevoso de nuestra soberanía y la aceptación pasiva y gustosa, del desguace económico y social de nuestro país. 
   El General exalta la concurrencia de Milei al acto de asunción presidencial de Trump, como algo “muy positivo”, omitiendo el accionar sumiso y arrastrado de nuestro presidente, claramente deseoso de alguna notoriedad internacional, al como sea. Muy distinto a otros mandatarios, como Lula y Sheinbaum, que mostraron dignidad acorde a sus roles presidenciales no sumisos a poderes extranjeros. 
   Como es dogmáticamente habitual entre los adherentes al “partido militar”, el General ataca al gobierno peronista de 2003 al 2015, sin aportar elementos concretos de esa descalificación. Va un resumen del accionar de esos doce años, lo que evidencia molestar a la retrógrada oligarquía y a los uniformados adherentes al partido militar, de mentalidad procesera. 
- Cancelación de la deuda con el FMI (lo que implicó ejercer soberanía). 
- Aumento sustancial del poder adquisitivo de los salarios. 
- Disminución de la población desocupada. 
- Decisión política para terminar dos obras energéticas estratégicas, como la hidroeléctrica binacional Yacyretá (con las muy importantes infraestructuras para evitar efectos adversos y apuntalar el desarrollo de las zonas costeras vinculadas), y la Central Nuclear Atucha 2. 
- Interconexión de Alta Tensión de todas las provincias continentales. - Amplio plan de construcciones de autovías y de rutas pavimentadas. - Más de 1.800 edificios escolares nuevos. Además de mejoras y ampliaciones en otras escuelas. 
- Creación de 16 nuevas Universidades Nacionales y amplio plan de obras en las Universidades preexistentes. 
- Construcciones de nuevos hospitales, varios de ellos de alta complejidad. 
- Reestatizaciones de YPF (51 %), y de Aerolíneas Argentinas. 
- Fuerte impulso a la producción de hidrocarburos en Vaca Muerta y otros grandes yacimientos. 
- Gran impulso al Desarrollo Nuclear, con incrementos presupuestarios del orden de 1.100 %. 
- Creación y fuerte impulso al Plan Satelital, de enorme importancia estratégica. 
- Impulso fuerte al desarrollo industrial y a los entes tecnológicos. 
- Repatriación de más de 1.000 científicos. 
- El listado sigue. 
   Acciones como estas, siempre molestaron a la egoísta y retrógrada oligarquía, y son despreciadas por el muy apátrida “partido militar”, cargado de prejuicios antiperonistas y anti populares. 
   Demostrando la hilacha dogmáticamente antinacional (pese a que se dicen formalmente “muy patriotas”), los uniformados subordinados al “partido militar” -y coincidente con ellos el General opinante-, apoyaron al macrismo y después al libertarismo. 
   Pretender que razonen que el neoliberalismo y el libertarismo, son doctrinas claramente antinacionales, puede parecer mucho dadas las carencias formativas del “partido militar”. 
   Pero tampoco parecen importarles al General opinante y al “partido militar” el frondoso “curriculum” procesal de Macri (de cuyas causas “zafó” por proscripción, aparentemente sin demostrar inocencia en ninguna).  
  No les importó la abultada falta de pago de los cánones del Correo Argentino (de lo que intentó auto condonarse), y otros hechos similares con un cambio de manos de un parque eólico, de las concesiones viales, como tampoco el brutal endeudamiento perpetrado en complicidad con el FMI, que se gastó todo para pagar las gigantescas fugas de divisas, consecuencias de la previa timba financiera; eso bajo el accionar de Sturzenegger y “Toto” Caputo; hoy reciclados ambos en acciones similares en perpetración en el actual gobierno libertario. 
   Tampoco parecen importar al “partido militar” y al extrovertido General opinante, el brutal crecimiento de la deuda externa -del orden de cien mil millones de dólares- gastada esa descomunal suma en el primer año de gestión de Milei y sus secuaces políticos; menos aun las acciones de genocidio económico por falta de medicamentos y por empujar a la miseria a muchos argentinos, nuevos desocupados, o jubilados de magros ingresos, o trabajadores que perciben salarios de miseria. 
  Libertarios y sus cómplices, “miran para otro lado”, ante el desguace industrial, mientras paralizan el desarrollo nuclear y atacan a otros entes tecnológicos, entre ellos las Universidades Nacionales y el CONICET. 
   Similar nulo accionar nacional (que no molesta al General opinante ni a los milicos de mentes proceseras), ante los incendios forestales en la Patagonia y en Corrientes.  
   Milei dijo, claramente, que busca destruir al Estado desde adentro. Ni el “partido militar” y otros sectores ultra conservadores, ni el General opinante Heriberto Auel, evidenciaron tomar conciencia de la extrema gravedad de ese accionar, pues sin Estado no hay Nación, y sin Nación no hay Patria. 
   Ahora tomó estado público, el deplorable accionar del dudosamente equilibrado presidente, promocionando la gigantesca estafa financiera, recientemente perpetrada. Eso con la escasa repercusión en los medios concentrados, y hasta ahora, con otros estruendosos silencios cómplices. 
   Claramente, libertarios y sus secuaces, buscan de mínima, llevarnos a la hoy inviable Argentina feudal del siglo XIX; y de máxima, perpetrar el desguace y disolución nacional, con el “formato” aplicado en Yugoeslavia, o similar. 
   Muchos ni se dan cuenta, entre ellos los que se dicen “muy patriotas” pero operan como cipayos asumidos. 
 MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
 Analista de Temas Económicos y Geopolíticos 

domingo, 9 de febrero de 2025

 INDUSTRICIDIO Y TECNOLOGICIDIO SON ACCCIONES DE TRAICIÓN A LA PATRIA 
  Claramente los cierres masivos de industrias, que se dan dolorosamente día a día; y los achicamientos forzosos, cuando no los cierres de entes nacionales dedicados a la investigación científica y la creación de tecnologías, son objetivos buscados por el muy negativo conjunto de medidas que en rápida sucesión se están perpetrando, e incluso son visibles el desdén cuando no la perversidad con la que son tratados por el gobierno ultra conservador actual y sus secuaces, que evidencian disfrutar ante el contexto de caos y miseria creciente y generalizada que implementan. 
  Cabe calificar como viles acciones de traición a la patria, a todo el accionar del actual gobierno nacional, y de los gobiernos provinciales que lo apoyan, pues con manifiesta intencionalidad y con alevosía, están destruyendo rápida y brutalmente la economía nacional, empujándonos a la totalmente perimida e inviable economía centrada únicamente en la producción de materias primas, como lo éramos alrededor del 1900. 
  No solo se ataca a las industrias y a los entes tecnológicos, mediante sucesivas acciones negativas que buscan las desapariciones forzosas de esos sectores de la economía argentina, sino que también están provocando el caos generalizado, con el perverso desinterés que libertarios y sus cómplices, se desentienden por completo de los múltiples focos de incendios que arrasan a La Patagonia, incendios que destruyen valiosos bosques e incluso amenazan a poblaciones; todo eso y otras acciones negativas se dan, mientras el presidente sigue viajando al exterior, en acciones que parecen agotarse en el “auto bombo”, mientras brillan por su ausencia los inexistentes frutos positivos de tantos viajes…para los cuales “sí hay plata”, mientras que supuestamente no hay fondos para paliar el hambre masivo y creciente, la desatención con aristas de perversión con la que se niegan fondos para la Salud Pública, la Educación Pública, e incluso para las necesarias obras públicas y las tareas imprescindibles de mantenimiento de las infraestructuras viales (caminos y autovías), eléctrica, sanitarias, educativas, etc. 
  Debe enfatizarse el concepto de viles acciones de traición a la patria, pues desguazar intencionalmente a sectores estratégicos y de vitales importancias, como las industrias y los entes tecnológicos, significan destruir partes muy importantes de la Economía Nacional, achicándonos no solo en lo cuantitativo, sino también en lo cualitativo. 
  Ese brutal achicamiento de la Economía Argentina, nos empuja a la vez, al riesgo mucho mayor de provocar la disolución nacional, como ya sucedió con otros Estados Nacionales que fueron desguazados (como Yugoeslavia) o brutalmente involucionados al lastimoso concepto de Estados inviables, tal como los Poderes Transnacionales que promueven la globalización salvaje lograron perpetrar en varios países de Asia y África, y buscan hacerlo en “puntos débiles” de Íbero América. 
  De lo precedente, es de recordar que varias destacadas figuras del “Think Tank” de EEUU, como Zbigniew Brzezinski y otros, promovieron el desguace de Rusia en al menos cuatro naciones diferentes, plan que mediante el caos general evidenció estar en perpetración a fines del siglo XX, lo cual fue superado y anulado por el decidido accionar estatal de la Era de Putin, actualmente vigente.
  Entre la interminable catarata de mentiras y tergiversaciones groseras, que con verborrágicas expresiones dice el gobierno libertario/neoliberal, el presidente afirmó la supuesta “grandeza” de Argentina, entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX; falsedad absoluta que no corrigió e incluso acentuó, al afirmar que “fuimos la primera potencia económica mundial”. 
  En realidad, éramos una semicolonia subordinada al Reino Unido, un país de economía elemental, carente casi por completo de industrias y de entes creadores de tecnologías, con una pésima distribución de la riqueza, la cual se concentraba en las pocas familias de la alta oligarquía terrateniente y algunos sectores vinculados a ese excluyente grupo socio económico, mientras que la inmensa mayoría de la población apenas subsistía en la pobreza, y muchos en la miseria más acentuada, sectores estos últimos que fueron definidos con vocablos con tintes despectivos, como “crotos”, “atorrantes” y similares, todos ellos subsistiendo en contextos de dolorosa miseria y exclusión. 
   Otra consecuencia de esa miseria generalizada, acentuada luego en la “década infame” (1930-1943) fue la proliferación de conventillos, edificios en los que se hacinaban tantas familias como cuartos había en cada casa, pues cada familia sobrevivía en un solo cuarto. Eso mientras la oligarquía hacía construir grandes y ostentosos palacetes, preferentemente a la vera de las grandes avenidas porteñas; palacetes que se construían con todos los materiales importados de Europa, y en muchos casos con mano de obra y arquitectos traídos expresamente del Viejo Continente.  
  Esa falsedad ideológica y fáctica, de la supuesta “grandeza” de aquella Argentina oligárquica y socialmente excluyente, se sigue inculcando como supuesta “gran verdad” en los Institutos Militares, con acentuada distorsión histórica y económica, según lo indican muchos testimonios e incluso opiniones directas de algunos oficiales de altos grados. 
  O sea que los formatean, acorde a los dictados ideológicos afines a la retrógrada y clasista oligarquía tradicional. No por casualidad, desde hace décadas, evidencian enseñar poco o nada de Geopolítica, Historia y Economía a los uniformados de Argentina, con lo cual más que Fuerzas de Defensa Nacional, parecerían operar como fuerzas de ocupación al servicio antinacional; lo cual evidencia constatarse con los apoyos masivos de ese sector, a gobiernos y personajes influyentes que abiertamente se burlan de todo Principio de Soberanía Nacional y operan en contra de los Intereses Nacionales, como los muy antinacionales neoliberales y muy destructores libertarios. 
  Esas gruesas confusiones y carencias de formación, se evidencian en las opiniones vertidas en las redes sociales, en reportajes a altos oficiales (dos de ellos recientes), y en otras exteriorizaciones que muestran que el sano Patriotismo fue en muchos casos suplantado por el hueco patrioterismo de bandera, el cual se agota en el himno y la bandera, y desconoce el patriotismo concreto en defensa de la propia población y en sectores claves de nuestra economía, como la industria y los entes tecnológicos (incluyendo en estos a las Universidades Nacionales). 
  El sector industrial, más aún el de altas tecnologías, y los entes que crean y/o apoyan y estimulan las creaciones y avances tecnológicos, son los sectores de la economía que tienen los mayores efectos multiplicadores positivos, por lo que son reconocidos a nivel mundial como los principales factores inductivos al desarrollo socio económico. Eso junto a la instrucción pública, en sus diferentes niveles. 
  Todos los países desarrollados del mundo, así como las Potencias Emergentes, fomentan, protegen y valorizan sus desarrollos industriales; como también estimulan fuertemente sus propios desarrollos tecnológicos, y cuidan y protegen a sus propias poblaciones, enfatizando invertir en salud y educación públicas. Y todo lo precedentemente sintetizado, se verifica independientemente del supuesto “cartelito ideológico” que se les pueda intentar asignar a cada país. 
  No se trata de cerrados dogmatismos de pretendidas clasificaciones entre “derechas e izquierdas”, en cuyos muchas veces obtusos razonamientos, omiten por completo la existencia del Pensamiento Nacional, con las vertientes que al respecto son propias de cada país.    El economista surcoreano Ha Joon Chang, desde su accionar investigativo y docente en Oxford, describió con contundente simplicidad, el engañoso accionar de las potencias económicas, que con sus prédicas liberales y similares (léase neoliberales, libertarios y similares) intentan confundir a los subdesarrollados. Esas potencias económicas predican liberalismo con Estados ausentes, pero practican fuertes proteccionismos, con Estados Nacionales fuertemente activos. 
   Forzar a la involución forzosa, primarizando la economía y marginando intencional y alevosamente a nuestra población, son actos de alevosa traición a la patria. 
   Mucho peor, con fuertes dosis de cinismo y de sadismo, con odios muy mal digeridos a nuestra patria y a nuestro pueblo, son las acciones intencionales de destrucción general social y económica, todo ello tal como lo venimos padeciendo en forma muy acentuada en el actual contexto político. 
   Claro está que los medios concentrados y otros opinólogos al tanto por cuanto, día a día desvían la atención de esa cruda y nefasta realidad, instalando temas banales, dando grandes espacios a temas policiales, a enredos farandulescos, y otras nimiedades de poco o ningún sentido. Además, instalan sutilmente el sentimiento de resignación, además de echar falsamente las culpas a todo lo Nacional y popular, en esto fomentando el odio irracional, como motivación principal para que no se echen las gruesas culpas sobre los reales perpetradores del caos general que se agrava a diario. MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos