EL ECOLOGISMO CAVERNARIO COMO HERRAMIENTA DEL SUBDESARROLLO
CRÓNICO
El ecologismo como accionar activo de prácticas conservacionistas,
presentado con una pátina de cientificidad, muy prontamente derivó hacia
posturas extremistas, basadas en ideas – fuerza de carácter dogmático, que como
tales pretenden ser indiscutibles y de supuesto forzoso cumplimiento.
Pero ese giro al dogmatismo no fue inocente ni casual; pronto se evidenció
el accionar de poderosos intereses vinculados al “bloque occidental” (definición
en sí no muy precisa, e incluso engañosa, pues involucra también a potencias
enclavadas en el Este), y más precisamente a ambas mega potencias
anglosajonas, las que actúan en consonancia casi total al menos desde fines del
siglo XIX.
Eso se pudo constatar, con el hundimiento del barco de Greenpeace, a
manos de buzos tácticos franceses, cuando la ONG británica, con la tapadera del
“ecologismo” pretendió impedir que Francia se convirtiera en potencia nuclear,
pues el Reino Unido quería mantener la hegemonía de poder en Europa
Occidental.
“Por sus obras los conoceréis”, dijo El Maestro de Palestina, tal como es una
de las enseñanzas bíblicas; y para conocer los que evidencian ser verdaderos
objetivos principales de las poderosas ONGs ecologistas transnacionales, y sus
derivaciones en múltiples ONGs locales, y de sus muy activos “militantes todo
terreno”, es clarificador entender el modus operandi y las reales prioridades, del
muy activo movimiento ecologista mundial.
Greenpeace y WWF (en Argentina esta última como Fundación Vida
Silvestre), son dos de las principales y muy bien financiadas ONGs “ecologistas”,
creadas en el Reino Unido, funcionando en forma muy evidente como apéndices
del MI6 (Servicio Secreto Británico), si bien la primera de ellas trasladó su sede a
Países Bajos.
Dicen accionar en defensa del medio ambiente, pero más allá de algunas
promocionadas actividades que serían de ese tipo, en realidad concentran sus
actividades en oponerse a todas las obras y acciones necesarias para el desarrollo,
para lo cual utilizan refinadas tácticas y técnicas de terrorismo ecologista,
buscando impactar en la opinión pública, sin importar la falsedad en muchos
casos grosera de sus argumentaciones.
Las presentaciones judiciales para frenar o impedir obras son efectuadas
por militantes, supuestamente a título personal o de pequeñas ONGs, pero con
formatos y argumentaciones claramente alineados con los mensajes
tremendistas difundidos desde sus casas matrices, y aceptados como supuestas
verdades absolutas, por militantes totalmente cooptados por sus discursos, y en
muchos casos evidenciando una pobre o nula formación en el tema atacado y en
el real cuidado del medio ambiente.
Repasemos varias de esas campañas, siempre muy agresivas y cargadas de
componentes apocalípticos, de supuestos desastres que -teóricamentesucederían si no se paralizan las acciones contra las que desatan sus acciones. Por
caso, dos veces anunciaron un caos apocalíptico mundial, que para evitarlo
“debíamos” parar completamente el desarrollo. Por supuesto nada sucedió, ni se
hicieron cargo de sus falsedades cargadas de terrorismo ecologista.
Una característica es que cuando resulta evidente que las obras
cuestionadas no se detendrán, pese a las respectivas campañas del miedo, cesan
abrupta y totalmente las manifestaciones, las campañas televisivas y las
solicitadas en medios masivos de difusión; pasando a atacar otros objetivos.
Cuando se comprueba la falsedad de sus tremendistas acusaciones o
predicciones, se escudan en el silencio total y la instalación de nuevos temas a
focalizarse.
Sin de ningún modo ser un detalle completo de sus campañas de
ecoterrorismo comunicacional, se analizan varios casos, que en determinados
momentos alcanzaron altos niveles de virulencia.
• La brutal y feroz campaña contra el Sector Nuclear Argentino, tuvo uno de
sus ejes principales en la furibunda acusación, ampliamente difundida, de
las supuestas “aguas radioactivas en el subsuelo de Ezeiza”, culpándose de
eso al Centro Atómico Ezeiza, cercano al aeropuerto internacional. Cuando
se constató, en forma científica, que la contaminación de las napas de agua
de esa población, era causada por las aguas negras, por carencia o
deficiencia de redes cloacales, abruptamente terminó el operativo montado
por Greenpeace contra el accionar de la CNEA (Comisión Nacional de
Energía Atómica) en Ezeiza.
• Otro de los operativos contra la CNEA, perpetrado por activistas de
Greenpeace, tuvo su epicentro en Atucha, cerca de la localidad de Lima,
Buenos Aires, forzando la entrada y escalando uno de los domos, todo en el
marco de una agresiva y persistente demonización del accionar nuclear; ¡oh
casualidad, buscando destruir un sector tecnológico nacional de enorme
importancia estratégica y fuerte efecto multiplicador positivo, pues
determinados centros del poder mundial, y sus subordinados locales, nos
quieren volver al contexto de subdesarrollo crónico, como en el siglo XIX!
• El mega operativo de ecologismo cavernario anti pasteras, tuvo ribetes de
violencias explícitas y de falsedades conceptuales y fácticas que superaron
otros actos de violencia y engaños masivos. El discurso tremendista y
apocalíptico, cargado de falsedades, logró convencer a mucha gente,
orquestando masivas manifestaciones, y perpetrando daños muy
profundos e incoherentes, en las relaciones entre Argentina y Uruguay. No
faltaron fotos trucadas, exagerando las cercanías de las papeleras con la
vecina ciudad de Gualeguaychú, y llevando al paroxismo irracional miedos
absurdos respecto a la contaminación ambiental que -supuestamente- esas
papeleras causarían. La irracionalidad de los exaltados ultra ecologistas, de
escasas o nulas formaciones científicas, llegó en muchos caso a denostar a
todas las fábricas de papeles, cartones y similares…¡como si nunca utilizaran
en sus vidas diversos tipos de papeles, al menos papel higiénico, esos
fanáticos militantes del terrorismo ecologista! El tema, que solo generó
conflictos absurdos, también impidió toda instalación fabril papelera en
Entre Ríos, perjudicando a la provincia que fue epicentro del accionar de los
ecópatas y ecólatras.
• Apenas se supo que se construiría el puente Rosario – Victoria, no faltaron
opinantes ecópatas, que pretendieron impedirlo, bajo el nulamente
demostrable argumento que la construcción de las columnas dañaría
gravemente a los alevinos (crías de peces). Mientras inventan historias para
impedir obras esenciales para el desarrollo, ocultan los efectos ambientales
positivos de las mismas obras que atacan. En ese caso, el considerable gasto
en combustibles y lubricantes (y sus consecuentes contaminaciones), de los
ferrys reemplazados ventajosamente por la soberbia estructura del puente.
• En Chubut, en medio de una amplia y agresiva campaña contra todo tipo de
minería, perpetraron un gigantesco engaño masivo basado en miedos a
supuestos desastres ambientales, lo que impidió el desarrollo minero en las
áridas mesetas centrales, casi totalmente deshabitadas, en esa hermosa
provincia cuya población se concentra en la costa marítima al este, y la
franja cordillerana al oeste. El desarrollo y los muchos y bien pagos puestos
laborales, que la minería hubiera traído, se abortaron por completo en esa
provincia. Muy distinto hubiera sido exigir que la minería se concrete, bajo
concretas normas ambientales, con regalías para la provincia, y exigiendo
algún grado de industrialización local, de los minerales a ser extraídos.
• Se opusieron a las dos grandes hidroeléctricas que se construyen en el Rio
Santa Cruz, pese a estar en entornos áridos y despoblados, ser energía
económica y limpia, y con Potencia Firme necesaria en el extremo sur del
Sistema Interconectado Nacional,
• En Misiones, con fuertes intereses creados, claramente perceptibles,
montaron un circo gigantesco que instaló el miedo irracional a las centrales
hidroeléctricas, en base a gruesas mentiras y tergiversaciones. mientras
omitieron (y siguen omitiendo) las enormes economías ambientales y
económicas, así como las factibles positivas transformaciones, que son
consecuencias claras de centrales hidroeléctricas bien construidas e
integradas a sus entornos. Nunca se detienen a calcular los gigantescos
volúmenes de combustibles cuyas combustiones evitan las limpias
generaciones hidroeléctricas. En 2022, reemplazar la energía hidroeléctrica
de Yacyretá, hubiera necesitado quemar 6.000 millones de litros de
combustible, o su equivalente en gas natural. Eso no lo mencionan los
ecólatras anti represas, ni otros múltiples efectos positivos, como haber
terminado con las recurrentes inundaciones, las muy positivas
transformaciones de las poblaciones del entorno del embalse y otros
efectos positivos como las mejoras en la navegación. A los ultra ecologistas,
sesgados en sus enfoques, nunca les molestaron las ruidosas y
contaminantes usinas térmicas instaladas en entornos poblados, ni las
interminables filas de camiones que traían el combustible para hacerlas
funcionar, todo eso con altos costos económicos y ambientales. Esas usinas
térmicas, fueron en su momento ventajosamente reemplazadas por la
Central Hidroeléctrica Urugua-Í. Y el listado de efectos positivos de las
hidros no se agota, pero con dudosa buena fe, lo omiten los ultra
ecologistas.
• En Mar Del Plata, abusando de maniobras ecoterroristas, hicieron montajes
fotográficos de malintencionados enfoques, mostrando las torres de
extracción petroleras supuestamente visibles desde la costa, siendo que en
realidad van a estar tan mar adentro, que no serán visibles desde la costa ni
producirán efectos negativos algunos. ¡Pero lo que buscan esos militantes
del ecologismo cavernario, es poner trabas al desarrollo nacional, para el
cual disponer de grandes volúmenes adicionales de petróleo y gas, es de
importancia considerable!
• Por todos los medios a su alcance, abusando de discursos de ecoterrorismo,
buscaron impedir la explotación del mega yacimiento de gas y petróleo, de
Vaca Muerta, el cual, con el gasoducto recientemente terminado, es pieza
clave para pasar de importadores a exportadores netos de hidrocarburos,
con todos los consecuentes efectos positivos.
• El ultra ecologismo, presiona en forma constante para avalar las masivas
instalaciones de las intermitentes y costosas “energías renovables
sesgadas” eólicas y solares, pasando por alto sus considerables costos
encubiertos, y las limitaciones técnicas que las hacen inútiles como
Centrales de Base, precisamente por sus intermitencias. Y en esto, el
discurso de las transnacionales del ecologismo es totalmente funcional a las
imposiciones de corte neocolonialista de las potencias del Bloque
Atlantista.
Es inadmisible que las falsedades y tergiversaciones del ultra ecologismo,
sean las excusas supuestamente perfectas, para impedir nuestro muy necesario
desarrollo socio económico.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos