FANTOCHADAS DE LOS “CHILENISTAS”
De muy larga data, es que los sectores políticamente más reaccionarios, o sea ultra conservadores hasta lo indecible, nos hayan pretendido engañar con las supuestas “grandes ventajas” y el “buen ejemplo” del modelo político – económico de Chile.
Liberales de distintos pelajes y diversos “cartelitos” políticos, dirigentes empresarios con mentalidad de bolicheros semianalfabetos, neoliberales recalcitrantes, “progresías” varias muy confusas, proceseros contumaces y muy obcecados, el grueso de la muy poco informada y prejuiciosa “familia militar liberal”, economistas autopromocionados en busca de cargos de jugosas remuneraciones o asesorías muy bien pagas, periodistas al tanto por cuanto, y acomodaticios varios, han sido los constantes y muy tenaces promotores del “modelo chileno”, presentado como la panacea de la “democracia” y el “orden económico”.
Incluso recientemente, el candidato a presidente “libertario” (o sea neoliberal recargado) J. L. Espert, en sus ampulosos y melosos discursos, presentó a Chile como “el modelo a seguir”, mencionando también como “modelos” a Paraguay y Perú. Del hermano pueblo paraguayo podemos decir que carece casi por completo de atención médica de calidad, que solo puede aspirar a la educación primaria muy elemental, y que la sociedad paraguaya es fuertemente elitista y excluyente de las grandes mayorías de su población. Y bastante similar es el caso del hermano pueblo peruano. Pero eso no lo dice el “libertario”.
Con el actual estallido de las protestas en Ecuador, en Chile y con otros caracteres en Perú; del pueblo harto de prebendas y privilegios abusivos para las minorías oligárquicas, y frustraciones para el grueso de la población, las falsedades e hipocresías de esos tres ejemplos claros de neoliberalismo aplicado, estallaron a la vista de todos…si bien el periodismo concentrado busca ocultar los hechos, sus terribles consecuencias, y sobre todo, las causas de vieja data que provocaron el acentuado descontento y bronca popular.
Con Chile en particular, intentaban promocionar el envoltorio sin dejar ver el contenido. Es como mostrar un hermoso celofán muy colorido, que presupone un contenido mejor aun, tal como se estila en los regalos…solo que el contenido apenas se escarba un poco es directamente impresentable, como regalar chatarra oxidada, oculta en un prolijo paquete; en este caso un envoltorio de mentiras y tergiversaciones, tan usuales entre los promotores del neoliberalismo.
El modelo político chileno, es la directa continuidad del pinochetismo, que hasta les impuso una constitución que la clase política no tuvo el coraje de cambiar, o fue directamente cómplice por cobardía o espíritu acomodaticio.
Y eso es lo que envidian los proceseros argentinos, pues allá las fuerzas armadas no dejaron su ideología neoliberal sino que siguen siendo como tales (como personeros del neoliberalismo apátrida) un factor de poder, por encima de los formalismos democráticos, además de la impunidad total de la que gozan del otro lado de la cordillera los uniformados golpistas neoliberales, y los civiles que les dictaron letra.
Al igual que los proceseros de este lado de la cordillera, los militares chilenos están fuertemente imbuidos del patriotismo declamativo, de bajo vuelo, y siendo en su mayor parte provenientes de las clases sociales bajas o medias bajas, están particularmente dispuestos a apalear civiles, muchos de ellos de sus mismos orígenes socio económicos y étnicos. Aunque como dijera algún retirado de mentalidad nacional, los suboficiales chilenos saben más de geopolítica que los altos oficiales argentinos. Por supuesto, hay excepciones.
Algún amigo que conoce del paño social chileno, lo definió con notable agudeza: “Chile es un país donde un millón de caucásicos dominan y someten a voluntad a quince millones de mestizos”. O sea, una minoría excluyentemente blanca (por lo general germánicos y vascos, de mentalidad veladamente racista) tiene el monopolio del poder socio económico, excluyendo al resto de la población, mayoritariamente compuesta por descendientes de pueblos preexistentes mezclados con españoles.
Ese es un concepto en nada racial, pero si de precisos caracteres sociológicos descriptivos. Es una sociedad fuertemente clasista, excluyente, y posiblemente con ribetes racistas cuidadosamente ocultados por ser “políticamente inconvenientes”.
Esa exclusión involucra a la educación pública y la salud. Lo estatal es insuficiente, y por lo general de muy baja calidad, lo cual hace depender de servicios de educación y salud pagos, lo que ante los bajos salarios imperantes, opera como factor de fuerte exclusión para las grandes mayorías de la población.
Incluso se pudo ver mentir –descaramente- al presidente Piñera, cuando en un discurso difundido por TV afirmó que “no existe en el mundo acceso gratuito a la Universidad”, siendo que es conocido que desde el peronismo en adelante, la Universidad es gratuita en Argentina. Y tampoco puede decir que sea la nuestra una educación universitaria de baja calidad, pues el buen nivel es de público conocimiento. Incluso nuestros Premios Nobel, son todos ellos egresados de la Universidad Pública, al igual que muchos relevantes científicos y profesionales de distintas áreas. Y por algo, en la Comisión Nacional de Energía Atómica, ente de excelencia científica, prefieren incorporar a egresados de Universidades Nacionales... Lo escuché explícitamente en una conferencia en la Sede Central.
Chile estalló, y no se puede decir que sea obra de “terroristas” o “subversivos marxistas” ni ninguna de las justificaciones que prestamente presentan las oligarquías cuando se las cuestiona con fundamentos. Es claramente el pueblo que se hartó, y lo mismo evidencia suceder en Ecuador, con un gobierno que traicionó sus principios y es genuflexo ante sus mandantes extranjeros. Además que Lenin Moreno en forma arrastrada, canceló el asilo a Assange, lo cual sin duda le estará significando un serio riesgo a su integridad y a su salud mental, habida cuenta de los siniestros antecedentes de los neocolonialistas contra los que los desafían o no se subordinan a sus turbios manejos.
En Chile existe el “bipartidismo” y la “alternancia” al estilo del liberalismo apátrida, o sea se alternan en el poder pero para que nada cambie, por más “socialismo” que algunos proclamen.
Carecen de una alternativa Nacional y Popular con la cual canalizar el descontento y la real oposición política a un modelo socio económico excluyente.
En Argentina, ante aberraciones tan o más graves perpetradas por el neoliberalismo macrista, el estallido social posiblemente no se dio, pues la cercanía de las elecciones brinda una concreta posibilidad de positiva transformación socio económica.
Por otra parte, aunque les moleste visceralmente a los sectores oligárquicos y al gorilismo militar tan severamente inculcado desde 1955, y acentuado desde 1976, la aglutinación de lo Nacional y Popular que se sintetiza en el peronismo, con su sólida doctrina y sus concretos logros, marca una profunda diferencia de Argentina respecto a varios de los otros países de Sudamérica, que carecen de una expresión política de similares caracteres.
En Perú, el aprismo, que fue precursor en defensa de lo Nacional y del concepto de Patria Grande, se desdibujó. En Brasil, Lula, con todo su accionar y sus transformaciones socio económicas, no logró institucionalizar sus ideas como para garantizar perdurabilidad ante los embates apátridas y oligárquicos. En Ecuador, Moreno traicionó todos sus principios.
Lo que en verdad buscan los promotores de la “chilenización” de Argentina, es institucionalizar la precariedad laboral, los muy bajos salarios, la represión salvaje que impida todo disenso “peligroso” (o sea que pueda desestabilizar el statu quo ultra conservador), la primarización extrema de la economía, y la subordinación total a los poderes financieros transnacionales, operando como meras marionetas de las Potencias Atlantistas y sus agresivos dictados.
Y en todo ese cuadro de situación, incluyendo la guerra híbrida que soporta Venezuela, se pueden advertir las acciones geopolíticas disolventes del poder financiero transnacional y de las muy agresivas potencias neocolonialistas del siglo XXI, con sus aliados menores de Los Atlantistas.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
domingo, 27 de octubre de 2019
miércoles, 23 de octubre de 2019
ENERGÍA COMO VULGAR MERCANCÍA O COMO INSUMO ESTRATÉGICO CLAVE
Esto no es simple retórica, es la piedra angular para sustentar el desarrollo socio económico autosostenible, en la imprescindible etapa post neoliberal, que se supone y espera, sea la que resurja con fuerza y con no pocas dificultades de implementación, a consecuencia de las ya muy próximas elecciones.
Desarrollo que el desastre generalizado e intencionalmente perpetrado, que en su nefasta hondura logró relegar a un segundo plano al elemental objetivo del desarrollo, suplantándolo por el más limitado e insuficiente concepto de crecimiento, pero esto último y como algo utópico e inalcanzable, en el desmadre generalizado, industricidio alevoso y brutal exclusión social a niveles de genocidio económico, que hace caer al PBI como en las peores épocas oligárquicas de Argentina.
El desarrollo socio económico, concepto amplio e integrador, necesita abundante, económica y segura provisión de Energía, en todas sus formas, como indudable insumo estratégico esencial. Esa idea fuerza esencial, está en franca oposición a la muy superficial y nada inocente concepción de los liberales (doctrina apátrida y perniciosa por definición y por aplicación), pues los personeros del liberalismo y los de las muy poderosas petroleras y gasíferas anglosajonas, además de sectores también muy poderosos vinculados a ellos, sostienen con absoluta prescindencia de toda consideración patriótica y de toda ética humana, que la energía es simplemente otro bien transable, cuyos precios deberían –según esos agentes de la extranjería y sus subordinados locales-,” ser “regulados” (léase manejados a discreción), por “los mercados”, y además dolarizados.
Por supuesto mencionar a “los mercados” es un eufemismo que implica el poder excluyente de sus propias corporaciones, con exclusión total de toda intervención estatal y de los consumidores.
Al Estado lo conciben solo como marioneta cooptada y manejada a discreción por las corporaciones petroleras, gasíferas, generadoras y transportadoras de energía, y otros asociados menores a esos grupos oligopólicos excluyentes.
Los consumidores, como rehenes de ese esquema de expoliación llevado a los peores niveles de exclusión social inmisericorde y carente de toda vocación de servicio con visión de futuro, como ocurre por caso en el Sector Eléctrico, en el que las inversiones brillan por sus ausencias, mientras se distribuyen jugosos dividendos de volúmenes escandalosos.
La infame metodología de dolarizar las tarifas, no es más que la reedición “adecuada” del accionar que las petroleras anglosajonas aplicaban en Argentina en la primera mitad del siglo XX, cuando alegaban la “necesidad” de tomar como referencias los costos de extracción y refinación de petróleo de Persia (actual Irán) y Medio Oriente, pese a que los costos argentinos –en pesos- eran sensiblemente menores, excepto para la importación del crudo, que solo parcialmente era argentino.
La muy eficiente YPF, creada por Yrigoyen y manejada con capacidad, probidad y patriotismo por los Generales Ingenieros Mosconi y Baldrich (en épocas en que El Ejército tenía mentalidad predominantemente nacional, no siendo el pastiche informe en que lo degradaron desde 1955 en adelante), se transformó rápidamente en la principal empresa petrolera en Argentina, siendo además la primera petrolera estatal del mundo.
Rebajó los precios de naftas, lubricantes y otros productos, abasteciendo a todo el territorio continental nacional, y pese a los agoreros privatistas, tuvo importantes utilidades con las que autofinanció su crecimiento. Todo eso en el período 1922-1930.
Con la irrupción del golpe de Estado de 1930, perpetrado bajo fachada de cierto “nacionalismo” clasista y elitista (con Uriburu como cabeza visible), pronto se mostró su real rostro, pasando a ser la década infame, manejada por la “gerentecracia” (gobierno de gerentes) de empresas británicas (Federico Pinedo, Guillermo Leguizamón –el “lord catamarqueño-, Luis Duhau y otros); y por la vieja y retrógrada oligarquía, de la cual en ese período, el más “destacado” posiblemente fue el ludópata “Julito” Roca, hijo del insigne General; y como cabeza visible de los militares cipayos (liberales a ultranza) el General Agustín Pedro Justo, el de la eterna falsa sonrisa.
Como “datito” es de recordar que Pinedo y Duhau fueron señalados como instigadores del asesinato del Senador Enzo Bordabehere, que cubrió con su cuerpo a su amigo Lisandro de La Torre, que era el destinatario del atentado, en plena sesión del Congreso Nacional. Eran las “perlitas” de la década infame.
Ese golpe de Estado, previa campaña mediática de “condena” por presuntos falaces ilícitos, encarceló a Yrigoyen y a Baldrich (entre muchos otros), exaltando a las turbas a destrozar la humilde vivienda de Yrigoyen buscando lingotes de oro inexistentes en las paredes (algo como las palas mecánicas buscando “contenedores con oro” en La Patagonia, en ampulosos y huecos operativos mediático – judiciales contra Cristina Fernández). Además persiguió a Mosconi, quien murió poco después en total austeridad.
El golpe tuvo fuerte olor a petróleo, como precisaron diversos historiadores y escritores de fuste, como José Luis Torres, Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, José María Rosa, otros patriotas de FORJA y varios más. El objetivo era frenar la positiva expansión de YPF quitando relevancia al Estado Argentino, y “racionalizar” los precios de los combustibles, llevándolos a valores internacionales, injustificados bajo los moderados costos argentinos.
Antes era “establecer valores internacionales”, ahora es “dolarizar”, dos formas “elegantes” de institucionalizar el saqueo a los consumidores argentinos. Siempre con los liberales como perpetradores.
Con el advenimiento del peronismo, doctrina claramente nacional argentinista (que los anglosajones y los cipayos locales intentaron descalificar bajo falaces acusaciones de “nazismo”, “fascismo”, “dictadura” y toda la parafernalia de agresiones de baja estofa), la Energía se puso al servicio del desarrollo nacional, implementándose un amplio accionar, que incluyó las creaciones de Gas del Estado, Agua y Energía Eléctrica, Yacimientos Carboníferos Fiscales y la Comisión Nacional de Energía Atómica.
Claramente se buscó diversificar la matriz energética, que era totalmente petro-dependiente, y a la vez impulsar fuertemente el desarrollo tecnológico nacional, como factor de tracción del desarrollo industrial y tecnológico general.
Sucesivos gobiernos liberales (o sea apátridas), llegados al poder antes vía golpes de Estado, a fines de los ’80 mediante una enorme traición política, así como en el reciente 2015 mediante un gigantesco operativo de periodismo de guerra, y antes en el alfonsinato infiltrándose en sectores supuestamente nacionales y populares; en todos los casos fueron muy afines a los intereses de las petroleras anglosajonas, poniendo trabas de todo tipo al desarrollo hidroeléctrico y nuclear nacional, así como al relativamente marginal del sector carbonífero nacional. La única excepción fue el golpe de Estado de 1966, que fue un curioso mix de sectores liberales con nacionales elitistas, pero describir esto requeriría al menos un artículo específico.
Fue una constante que YPF haya sido manejada por personeros de las petroleras anglosajonas y/o por privatistas a ultranza, en los muchos gobiernos liberales, desde 1955 en adelante. Eso es como poner al zorro a cuidar al gallinero, dicho en forma coloquial. Entonces les era fácil despotricar contra la “ineficiencia” de YPF y del Estado en general, cuando todo era manejado por dogmáticos privatistas liberales.
En las décadas del ’80 y ’90 surgieron con mucha fuerza y mucha chequera para comprar espacios y voluntades, nuevos y agresivos actores, bajo el formato de ONGs “ecologistas”, que se dedicaron a denostar con falsos o tergiversados argumentos, a las generaciones hidroeléctrica y nuclear, mientras instalaban la “conveniencia” y “necesidad” de impulsar las falazmente llamadas “energías limpias”, básicamente la solar y la eólica. Y por cierto eso no fue inocente ni casual.
Esas ONGs “ecologistas” son expertas en captar incautos y fanatizarlos en grado superlativo, usándolos luego como fuerzas de choque para producir hechos con gran impacto mediático, como la “toma” de la nuclear Atucha I, una de cuyas edificaciones fue escalada y profusamente fotografiada por esos activistas.
También es de recordar el operativo de hostigamiento a una petrolera rusa en el Ártico, utilizando para la fantochada a una carilinda activista argentina. Pero como Rusia no se anda con chiquitas, fueron arrestados y encarcelados.
Los profusos mensajes de una supuesta “inminente” crisis ambiental mundial, con gran despliegue mediático, difundidos por pseudo científicos, en operativos después desmentidos por algunos de los iniciadores del movimiento ecologista, desencantados con el perfil escandaloso y nada científico de esas supuestas irreversibles predicciones catastróficas; todos esos mensajes fueron las apoyaturas de las ONGs (en su mayoría británicas, de EEUU y de la UE), que bajo la cobertura de la supuesta catástrofe ambiental mundial, pergeñaron e impusieron la difusión masiva de la nociva idea – fuerza del crecimiento cero; lo cual va unido a la promoción a ultranza y al como sea, de las falaces (pues no lo son) “energías limpias”; y por supuesto, la idea de frenar el desarrollo, tiene caracteres de fuerte genocidio económico, pues no soluciona e incluso acentúa los males de la miseria.
Fue ocultado pero fácil de advertir, que los vocingleros y agresivos mensajes de las ONGs “ecologistas”, en poco y nada mencionaron al rol contaminante de la generación termoeléctrica en base a petróleo y gas, pese a ser uno de los mayores focos de contaminación a escala mundial. ¿Por qué esa omisión? Después circularon fuertes versiones acerca de las vinculaciones de las ONGs “ecologistas” con petroleras y gasíferas, incluyendo aportes financieros. ¿Casualidades o causalidades de los densos silencios de esos tendenciosos “ecologistas”?
También se omitió que por las insalvables intermitencias y fluctuaciones, que son limitaciones técnicas de las energías “renovables”, deben funcionar con el respaldo “en caliente” (o sea funcionando en vacío), de centrales eléctricas convencionales, principalmente en base a petróleo o gas. Eso echa por tierra la supuesta “limpieza” de eólicas y solares, pero no es la única causa de contaminación de esas generaciones presentadas como las panaceas de “lo ecológico”.
Otro tema no menor es el de los muy altos costos por kWh de las eólicas y solares, amén de las muchas prebendas que exigen, mediante presiones de todo tipo.
No es nada inocente, que los personeros de la ONGs “ecologistas” son feroces críticos de gobiernos de orientación nacional y popular, obstaculizando adrede y maliciosamente el desarrollo, mientras que en cambio son asiduos colaborares de gobiernos neoliberales, que son elitistas y destructores seriales del desarrollo socio económico.
Esos activistas del ecologismo cavernario, son activos soportes de gobiernos neoliberales, con individuos como el CEO y accionista de Shell, puesto a Ministro de Energía, J.J. Aranguren, el mismo que implementó los brutales tarifazos, despreciando toda consideración social y de desarrollo que debe desempeñar la Energía, centrándose pura y exclusivamente en garantizar utilidades descomunalmente obscenas a petroleras, gasíferas y proveedores de energía eléctrica.
El ecologismo cavernario promueve energías caras y de muy baja calidad, como las eólicas y solares, desentendiéndose de reales consideraciones sociales, como el justo acceso a la energía a todo el pueblo; a la vez que pasivamente guarda silencio respecto a los aspectos ambientalmente negativos de petroleras y gasíferas. Estas últimas, son energías que necesitamos, pero disminuyendo el altísimo grado de dependencia que respecto a ellas demuestran nuestras matrices Energética y Eléctrica.
El tema no se agota, y se continuará en otro artículo, Dios mediante.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Esto no es simple retórica, es la piedra angular para sustentar el desarrollo socio económico autosostenible, en la imprescindible etapa post neoliberal, que se supone y espera, sea la que resurja con fuerza y con no pocas dificultades de implementación, a consecuencia de las ya muy próximas elecciones.
Desarrollo que el desastre generalizado e intencionalmente perpetrado, que en su nefasta hondura logró relegar a un segundo plano al elemental objetivo del desarrollo, suplantándolo por el más limitado e insuficiente concepto de crecimiento, pero esto último y como algo utópico e inalcanzable, en el desmadre generalizado, industricidio alevoso y brutal exclusión social a niveles de genocidio económico, que hace caer al PBI como en las peores épocas oligárquicas de Argentina.
El desarrollo socio económico, concepto amplio e integrador, necesita abundante, económica y segura provisión de Energía, en todas sus formas, como indudable insumo estratégico esencial. Esa idea fuerza esencial, está en franca oposición a la muy superficial y nada inocente concepción de los liberales (doctrina apátrida y perniciosa por definición y por aplicación), pues los personeros del liberalismo y los de las muy poderosas petroleras y gasíferas anglosajonas, además de sectores también muy poderosos vinculados a ellos, sostienen con absoluta prescindencia de toda consideración patriótica y de toda ética humana, que la energía es simplemente otro bien transable, cuyos precios deberían –según esos agentes de la extranjería y sus subordinados locales-,” ser “regulados” (léase manejados a discreción), por “los mercados”, y además dolarizados.
Por supuesto mencionar a “los mercados” es un eufemismo que implica el poder excluyente de sus propias corporaciones, con exclusión total de toda intervención estatal y de los consumidores.
Al Estado lo conciben solo como marioneta cooptada y manejada a discreción por las corporaciones petroleras, gasíferas, generadoras y transportadoras de energía, y otros asociados menores a esos grupos oligopólicos excluyentes.
Los consumidores, como rehenes de ese esquema de expoliación llevado a los peores niveles de exclusión social inmisericorde y carente de toda vocación de servicio con visión de futuro, como ocurre por caso en el Sector Eléctrico, en el que las inversiones brillan por sus ausencias, mientras se distribuyen jugosos dividendos de volúmenes escandalosos.
La infame metodología de dolarizar las tarifas, no es más que la reedición “adecuada” del accionar que las petroleras anglosajonas aplicaban en Argentina en la primera mitad del siglo XX, cuando alegaban la “necesidad” de tomar como referencias los costos de extracción y refinación de petróleo de Persia (actual Irán) y Medio Oriente, pese a que los costos argentinos –en pesos- eran sensiblemente menores, excepto para la importación del crudo, que solo parcialmente era argentino.
La muy eficiente YPF, creada por Yrigoyen y manejada con capacidad, probidad y patriotismo por los Generales Ingenieros Mosconi y Baldrich (en épocas en que El Ejército tenía mentalidad predominantemente nacional, no siendo el pastiche informe en que lo degradaron desde 1955 en adelante), se transformó rápidamente en la principal empresa petrolera en Argentina, siendo además la primera petrolera estatal del mundo.
Rebajó los precios de naftas, lubricantes y otros productos, abasteciendo a todo el territorio continental nacional, y pese a los agoreros privatistas, tuvo importantes utilidades con las que autofinanció su crecimiento. Todo eso en el período 1922-1930.
Con la irrupción del golpe de Estado de 1930, perpetrado bajo fachada de cierto “nacionalismo” clasista y elitista (con Uriburu como cabeza visible), pronto se mostró su real rostro, pasando a ser la década infame, manejada por la “gerentecracia” (gobierno de gerentes) de empresas británicas (Federico Pinedo, Guillermo Leguizamón –el “lord catamarqueño-, Luis Duhau y otros); y por la vieja y retrógrada oligarquía, de la cual en ese período, el más “destacado” posiblemente fue el ludópata “Julito” Roca, hijo del insigne General; y como cabeza visible de los militares cipayos (liberales a ultranza) el General Agustín Pedro Justo, el de la eterna falsa sonrisa.
Como “datito” es de recordar que Pinedo y Duhau fueron señalados como instigadores del asesinato del Senador Enzo Bordabehere, que cubrió con su cuerpo a su amigo Lisandro de La Torre, que era el destinatario del atentado, en plena sesión del Congreso Nacional. Eran las “perlitas” de la década infame.
Ese golpe de Estado, previa campaña mediática de “condena” por presuntos falaces ilícitos, encarceló a Yrigoyen y a Baldrich (entre muchos otros), exaltando a las turbas a destrozar la humilde vivienda de Yrigoyen buscando lingotes de oro inexistentes en las paredes (algo como las palas mecánicas buscando “contenedores con oro” en La Patagonia, en ampulosos y huecos operativos mediático – judiciales contra Cristina Fernández). Además persiguió a Mosconi, quien murió poco después en total austeridad.
El golpe tuvo fuerte olor a petróleo, como precisaron diversos historiadores y escritores de fuste, como José Luis Torres, Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, José María Rosa, otros patriotas de FORJA y varios más. El objetivo era frenar la positiva expansión de YPF quitando relevancia al Estado Argentino, y “racionalizar” los precios de los combustibles, llevándolos a valores internacionales, injustificados bajo los moderados costos argentinos.
Antes era “establecer valores internacionales”, ahora es “dolarizar”, dos formas “elegantes” de institucionalizar el saqueo a los consumidores argentinos. Siempre con los liberales como perpetradores.
Con el advenimiento del peronismo, doctrina claramente nacional argentinista (que los anglosajones y los cipayos locales intentaron descalificar bajo falaces acusaciones de “nazismo”, “fascismo”, “dictadura” y toda la parafernalia de agresiones de baja estofa), la Energía se puso al servicio del desarrollo nacional, implementándose un amplio accionar, que incluyó las creaciones de Gas del Estado, Agua y Energía Eléctrica, Yacimientos Carboníferos Fiscales y la Comisión Nacional de Energía Atómica.
Claramente se buscó diversificar la matriz energética, que era totalmente petro-dependiente, y a la vez impulsar fuertemente el desarrollo tecnológico nacional, como factor de tracción del desarrollo industrial y tecnológico general.
Sucesivos gobiernos liberales (o sea apátridas), llegados al poder antes vía golpes de Estado, a fines de los ’80 mediante una enorme traición política, así como en el reciente 2015 mediante un gigantesco operativo de periodismo de guerra, y antes en el alfonsinato infiltrándose en sectores supuestamente nacionales y populares; en todos los casos fueron muy afines a los intereses de las petroleras anglosajonas, poniendo trabas de todo tipo al desarrollo hidroeléctrico y nuclear nacional, así como al relativamente marginal del sector carbonífero nacional. La única excepción fue el golpe de Estado de 1966, que fue un curioso mix de sectores liberales con nacionales elitistas, pero describir esto requeriría al menos un artículo específico.
Fue una constante que YPF haya sido manejada por personeros de las petroleras anglosajonas y/o por privatistas a ultranza, en los muchos gobiernos liberales, desde 1955 en adelante. Eso es como poner al zorro a cuidar al gallinero, dicho en forma coloquial. Entonces les era fácil despotricar contra la “ineficiencia” de YPF y del Estado en general, cuando todo era manejado por dogmáticos privatistas liberales.
En las décadas del ’80 y ’90 surgieron con mucha fuerza y mucha chequera para comprar espacios y voluntades, nuevos y agresivos actores, bajo el formato de ONGs “ecologistas”, que se dedicaron a denostar con falsos o tergiversados argumentos, a las generaciones hidroeléctrica y nuclear, mientras instalaban la “conveniencia” y “necesidad” de impulsar las falazmente llamadas “energías limpias”, básicamente la solar y la eólica. Y por cierto eso no fue inocente ni casual.
Esas ONGs “ecologistas” son expertas en captar incautos y fanatizarlos en grado superlativo, usándolos luego como fuerzas de choque para producir hechos con gran impacto mediático, como la “toma” de la nuclear Atucha I, una de cuyas edificaciones fue escalada y profusamente fotografiada por esos activistas.
También es de recordar el operativo de hostigamiento a una petrolera rusa en el Ártico, utilizando para la fantochada a una carilinda activista argentina. Pero como Rusia no se anda con chiquitas, fueron arrestados y encarcelados.
Los profusos mensajes de una supuesta “inminente” crisis ambiental mundial, con gran despliegue mediático, difundidos por pseudo científicos, en operativos después desmentidos por algunos de los iniciadores del movimiento ecologista, desencantados con el perfil escandaloso y nada científico de esas supuestas irreversibles predicciones catastróficas; todos esos mensajes fueron las apoyaturas de las ONGs (en su mayoría británicas, de EEUU y de la UE), que bajo la cobertura de la supuesta catástrofe ambiental mundial, pergeñaron e impusieron la difusión masiva de la nociva idea – fuerza del crecimiento cero; lo cual va unido a la promoción a ultranza y al como sea, de las falaces (pues no lo son) “energías limpias”; y por supuesto, la idea de frenar el desarrollo, tiene caracteres de fuerte genocidio económico, pues no soluciona e incluso acentúa los males de la miseria.
Fue ocultado pero fácil de advertir, que los vocingleros y agresivos mensajes de las ONGs “ecologistas”, en poco y nada mencionaron al rol contaminante de la generación termoeléctrica en base a petróleo y gas, pese a ser uno de los mayores focos de contaminación a escala mundial. ¿Por qué esa omisión? Después circularon fuertes versiones acerca de las vinculaciones de las ONGs “ecologistas” con petroleras y gasíferas, incluyendo aportes financieros. ¿Casualidades o causalidades de los densos silencios de esos tendenciosos “ecologistas”?
También se omitió que por las insalvables intermitencias y fluctuaciones, que son limitaciones técnicas de las energías “renovables”, deben funcionar con el respaldo “en caliente” (o sea funcionando en vacío), de centrales eléctricas convencionales, principalmente en base a petróleo o gas. Eso echa por tierra la supuesta “limpieza” de eólicas y solares, pero no es la única causa de contaminación de esas generaciones presentadas como las panaceas de “lo ecológico”.
Otro tema no menor es el de los muy altos costos por kWh de las eólicas y solares, amén de las muchas prebendas que exigen, mediante presiones de todo tipo.
No es nada inocente, que los personeros de la ONGs “ecologistas” son feroces críticos de gobiernos de orientación nacional y popular, obstaculizando adrede y maliciosamente el desarrollo, mientras que en cambio son asiduos colaborares de gobiernos neoliberales, que son elitistas y destructores seriales del desarrollo socio económico.
Esos activistas del ecologismo cavernario, son activos soportes de gobiernos neoliberales, con individuos como el CEO y accionista de Shell, puesto a Ministro de Energía, J.J. Aranguren, el mismo que implementó los brutales tarifazos, despreciando toda consideración social y de desarrollo que debe desempeñar la Energía, centrándose pura y exclusivamente en garantizar utilidades descomunalmente obscenas a petroleras, gasíferas y proveedores de energía eléctrica.
El ecologismo cavernario promueve energías caras y de muy baja calidad, como las eólicas y solares, desentendiéndose de reales consideraciones sociales, como el justo acceso a la energía a todo el pueblo; a la vez que pasivamente guarda silencio respecto a los aspectos ambientalmente negativos de petroleras y gasíferas. Estas últimas, son energías que necesitamos, pero disminuyendo el altísimo grado de dependencia que respecto a ellas demuestran nuestras matrices Energética y Eléctrica.
El tema no se agota, y se continuará en otro artículo, Dios mediante.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
viernes, 18 de octubre de 2019
DESBARAJUSTE GENERALIZADO DEL NEOLIBERALISMO
Sin duda alguna, intencional y totalmente previsible el desbarajuste generalizado perpetrado por el neoliberalismo, en su tercera y muy nefasta aplicación en Argentina.
Más allá de la evidente torpeza, falta de cultura general, carencia absoluta de sensibilidad social, y desprecio visceral por el patriotismo, demostrados repetida y claramente por el mediocre e impresentable presidente actual y su “peor equipo de los últimos 200 años”, que el “periodismo de guerra” y la ceguera política de muchos compatriotas los ungieron con el poder formal en 2015; es muy claro que el accionar de gobierno de este tercer período de neoliberalismo recargado, resultó muy exitoso, pues nos han puesto al borde del objetivo principal no confeso pero evidente, que la apátrida CEOcracia pretendió alcanzar; la disolución nacional.
Como objetivo de mínima, públicamente reconocido por burdas pero concretas expresiones de la vicepresidenta, del propio Macri y varios de sus laderos, buscan reimplantar aquella perimida e inviable Argentina feudal, institucionalizada por el mitrismo vigente en la segunda mitad del siglo XIX y poco más. Esa colonia económica británica, de economía primaria y carente de todo objetivo de grandeza nacional, con manejo interno excluyente por parte de la “oligarquía de la bosta” subordinada al agresivo imperio.
Cualquiera medianamente informado y conocedor de la historia reciente argentina, de Íbero América y mundial, no pudo desconocer en 2015 que el desbarranque brutal actual era el resultado previsible de un gobierno de ideas neoliberales, o sea apátridas por definición y carentes de todo sentido de sano humanismo.
Lo que si pudo sorprender a varios, es la rapidez, perversidad recargada y profundidad de las destrucciones generales perpetradas, las que sin duda obedecieron a un meditado plan de primarización total (industricidio sistemático y tecnicidio ferozmente implementado), de primacía financiera especulativa por sobre lo productivo, de destrucción del tejido social a niveles infrahumanos, un desprecio total por la soberanía, y un endeudamiento contraído con el múltiple propósito de alimentar los alevosos negociados financieros y fugas de divisas,
amén del claro objetivo de condicionar la soberanía nacional hasta hacerla directamente inviable.
Todo eso contó con los avales y apoyos de los medios concentrados de comunicación; de políticos supuestamente opositores “convencidos” a fuerza de carpetazos o golpes de billetera o presiones presupuestarias a las provincias; de la siempre apátrida oligarquía clasista y excluyente (en muchos casos abiertamente
racista); de clasemedieros muy desinformados y cargados de odios instigados por los medios y por los expertos en difundir difamaciones; y el muy activo concurso de la muy confusa y de hecho antinacional familia militar liberal, tan cargada de prejuicios como falta de informaciones coherentes y bien fundamentadas.
La historia enseña, y mucho por cierto, incluso la historia reciente. Por eso, los personeros del neoliberalismo intentan ocultarla y despreciarla, para mantener abotagada la conciencia del pueblo, de forma que sea fácilmente manejable.
Con solo analizar con objetividad la historia reciente, desde que se implantó el neoliberalismo como pretendida “doctrina única” por parte de la dupla Reagan – Tatcher, sus resultados fueron indefectiblemente negativos y por lo general desastrosos.
Las sucesivas crisis muy severas en Rusia; prácticamente toda Íbero América – y muy fuertemente en México y Argentina en el noventismo (Menem – De La Rúa)-; en Portugal, España, Irlanda, Italia, Grecia; los insondables problemas estructurales agravados en el África Subsahariana; los provocados o incentivados en el África arábiga (con fuertes componentes geopolíticos); la crisis financiera de 2008, que comenzada en EEUU se “contagió” rápidamente a Europa y Japón; son evidencias claras en casi todos los casos, de los desastrosos efectos de la ideología político – económica neoliberal.
Los países a los que no les afectaron de lleno la crisis de 2008 y sus
prolongados coletazos, fueron los que tenían vigentes Políticas de Estado con medidas de economía heterodoxa, con fuertes intervenciones estatales, siendo Argentina uno de ellos, hasta fines de 2015. China, con su poderoso capitalismo de Estado en versión propia, pudo seguir desarrollándose, al tener suficientes espaldas económicas y una clara visión de sus prioridades nacionales.
Notable fue el caso de Rusia, que de una nación en serios problemas estructurales causados por el neoliberalismo de la época de Yeltsin, tras el colapso de la URSS y el desguace territorial en años de Gorbachov, estaba en curso de disolución y con claros intentos de balcanización operados desde afuera; pero logró recomponerse en forma muy rápida (medida en términos históricos), para volver a ser una potencia con presencia geopolítica a escala mundial, y con una férrea aplicación de su propia doctrina geopolítica, todo eso en la que bien puede calificarse como La Era de Putin. Claro que para eso, contó con las fuertes reservas
culturales de la idiosincrasia nacionalista del pueblo ruso, entroncada con la filosofía de la Iglesia Ortodoxa dando el componente espiritual que es imprescindible, la larga historia nacional de enfrentar adversidades, y con la conciencia de prioridad de valores soberanos de sus fuerzas armadas (que es la antítesis de Argentina desde 1955).
El neoliberalismo afectó también a EEUU, con sus secuelas de
deslocalizaciones de industrias, proceso que está siendo revertido con no pocas dificultades por parte de Trump, quien se mostró en los hechos abiertamente contrario a la globalización salvaje.
Europa Continental, la Unión Europea, predica liberalismo extremo, pero practica proteccionismo, lo cual volvió a quedar en evidencia ante los rechazos de Francia, Polonia y otros, al acuerdo de “libre comercio” entre la UE y el Mercosur…que enhorabuena que haya abortado, por las catastróficas consecuencias que hubiera tenido para nuestras industrias y nuestras economías en general.
Gran Bretaña por su parte, opto por priorizar su influencia de hegemonía financiera basada en Londres, aun a costa de sacrificar ramas industriales enteras o desnacionalizarlas casi por completo, como sucedió con la antes muy británica y poderosa industria automotriz, hoy casi totalmente en manos extranjeras, y carente por completo de producción de vehículos pesados. Pero pese a eso, la Comunidad Británica de Naciones es un fuerte respaldo, su economía es suficientemente dinámica y fuerte, y su sistema social de amplia cobertura, de forma tal de garantizar un buen nivel general de vida, que evite cimbronazos sociales con repercusiones políticas que puedan alterar el statu quo monárquico y clasista.
En Argentina, el neoliberalismo se instaló a fuerza de bayonetas, con las FFAA travestidas de tropas de ocupación en el propio territorio, como custodios de los personeros locales subordinados a mandantes extranjeros que impusieron esas medidas de genocidio económico, desde 1976.
Ese proceso destructivo no pudo ser revertido por Alfonsín, y se acentuó en el marco de la partidocracia cleptocrática del período 1989-2001, que nos provocó la descomunal crisis terminal de 2001.
Esos mismos personeros del neoliberalismo, con apoyaturas externas y complicidades internas (como las de la familia militar liberal, anclada en perimidas y erróneas pautas de los años ’70), y el accionar del “empresariado” con mentalidad de oligarcas retrógrados (como los dirigentes industriales que apoyaron medidas industricidas), y con muchos otros cómplices activos o pasivos del universo político, sindical, intelectual acomodaticio, y otros, lograron reinstalar por tercera y muy destructiva vez, al neoliberalismo salvaje en Argentina.
Todo eso tiene ramificaciones vinculadas con el mega sector financiero especulativo mundial, con el accionar de las Potencias Atlantistas, y con los poderes que buscan la globalización a ultranza, por lo cual accionan para debilitar y disolver los Estados Nacionales, exceptuando por ahora a los Estados neocolonialistas que promueven esas políticas, pero hoy se cuidan de practicarlas.
Solo los muy incautos, muy dogmáticos fuera de la realidad, o los no informados, pudieron desconocer cuales serían las consecuencias –que hoy padecemos- de esta tercera etapa neoliberal perpetrada en Argentina.
La clave para evitar volver a caer en el neoliberalismo –si ahora pudiéramos y debemos salirnos de la encerrona atroz actual-, es la gran batalla ideológica para despertar la Conciencia Nacional y destrozar la maraña de falsedades prejuiciosas con las que lograron engañar a tan grandes proporciones de nuestra población y
las de las naciones hermanas de nuestra región.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Sin duda alguna, intencional y totalmente previsible el desbarajuste generalizado perpetrado por el neoliberalismo, en su tercera y muy nefasta aplicación en Argentina.
Más allá de la evidente torpeza, falta de cultura general, carencia absoluta de sensibilidad social, y desprecio visceral por el patriotismo, demostrados repetida y claramente por el mediocre e impresentable presidente actual y su “peor equipo de los últimos 200 años”, que el “periodismo de guerra” y la ceguera política de muchos compatriotas los ungieron con el poder formal en 2015; es muy claro que el accionar de gobierno de este tercer período de neoliberalismo recargado, resultó muy exitoso, pues nos han puesto al borde del objetivo principal no confeso pero evidente, que la apátrida CEOcracia pretendió alcanzar; la disolución nacional.
Como objetivo de mínima, públicamente reconocido por burdas pero concretas expresiones de la vicepresidenta, del propio Macri y varios de sus laderos, buscan reimplantar aquella perimida e inviable Argentina feudal, institucionalizada por el mitrismo vigente en la segunda mitad del siglo XIX y poco más. Esa colonia económica británica, de economía primaria y carente de todo objetivo de grandeza nacional, con manejo interno excluyente por parte de la “oligarquía de la bosta” subordinada al agresivo imperio.
Cualquiera medianamente informado y conocedor de la historia reciente argentina, de Íbero América y mundial, no pudo desconocer en 2015 que el desbarranque brutal actual era el resultado previsible de un gobierno de ideas neoliberales, o sea apátridas por definición y carentes de todo sentido de sano humanismo.
Lo que si pudo sorprender a varios, es la rapidez, perversidad recargada y profundidad de las destrucciones generales perpetradas, las que sin duda obedecieron a un meditado plan de primarización total (industricidio sistemático y tecnicidio ferozmente implementado), de primacía financiera especulativa por sobre lo productivo, de destrucción del tejido social a niveles infrahumanos, un desprecio total por la soberanía, y un endeudamiento contraído con el múltiple propósito de alimentar los alevosos negociados financieros y fugas de divisas,
amén del claro objetivo de condicionar la soberanía nacional hasta hacerla directamente inviable.
Todo eso contó con los avales y apoyos de los medios concentrados de comunicación; de políticos supuestamente opositores “convencidos” a fuerza de carpetazos o golpes de billetera o presiones presupuestarias a las provincias; de la siempre apátrida oligarquía clasista y excluyente (en muchos casos abiertamente
racista); de clasemedieros muy desinformados y cargados de odios instigados por los medios y por los expertos en difundir difamaciones; y el muy activo concurso de la muy confusa y de hecho antinacional familia militar liberal, tan cargada de prejuicios como falta de informaciones coherentes y bien fundamentadas.
La historia enseña, y mucho por cierto, incluso la historia reciente. Por eso, los personeros del neoliberalismo intentan ocultarla y despreciarla, para mantener abotagada la conciencia del pueblo, de forma que sea fácilmente manejable.
Con solo analizar con objetividad la historia reciente, desde que se implantó el neoliberalismo como pretendida “doctrina única” por parte de la dupla Reagan – Tatcher, sus resultados fueron indefectiblemente negativos y por lo general desastrosos.
Las sucesivas crisis muy severas en Rusia; prácticamente toda Íbero América – y muy fuertemente en México y Argentina en el noventismo (Menem – De La Rúa)-; en Portugal, España, Irlanda, Italia, Grecia; los insondables problemas estructurales agravados en el África Subsahariana; los provocados o incentivados en el África arábiga (con fuertes componentes geopolíticos); la crisis financiera de 2008, que comenzada en EEUU se “contagió” rápidamente a Europa y Japón; son evidencias claras en casi todos los casos, de los desastrosos efectos de la ideología político – económica neoliberal.
Los países a los que no les afectaron de lleno la crisis de 2008 y sus
prolongados coletazos, fueron los que tenían vigentes Políticas de Estado con medidas de economía heterodoxa, con fuertes intervenciones estatales, siendo Argentina uno de ellos, hasta fines de 2015. China, con su poderoso capitalismo de Estado en versión propia, pudo seguir desarrollándose, al tener suficientes espaldas económicas y una clara visión de sus prioridades nacionales.
Notable fue el caso de Rusia, que de una nación en serios problemas estructurales causados por el neoliberalismo de la época de Yeltsin, tras el colapso de la URSS y el desguace territorial en años de Gorbachov, estaba en curso de disolución y con claros intentos de balcanización operados desde afuera; pero logró recomponerse en forma muy rápida (medida en términos históricos), para volver a ser una potencia con presencia geopolítica a escala mundial, y con una férrea aplicación de su propia doctrina geopolítica, todo eso en la que bien puede calificarse como La Era de Putin. Claro que para eso, contó con las fuertes reservas
culturales de la idiosincrasia nacionalista del pueblo ruso, entroncada con la filosofía de la Iglesia Ortodoxa dando el componente espiritual que es imprescindible, la larga historia nacional de enfrentar adversidades, y con la conciencia de prioridad de valores soberanos de sus fuerzas armadas (que es la antítesis de Argentina desde 1955).
El neoliberalismo afectó también a EEUU, con sus secuelas de
deslocalizaciones de industrias, proceso que está siendo revertido con no pocas dificultades por parte de Trump, quien se mostró en los hechos abiertamente contrario a la globalización salvaje.
Europa Continental, la Unión Europea, predica liberalismo extremo, pero practica proteccionismo, lo cual volvió a quedar en evidencia ante los rechazos de Francia, Polonia y otros, al acuerdo de “libre comercio” entre la UE y el Mercosur…que enhorabuena que haya abortado, por las catastróficas consecuencias que hubiera tenido para nuestras industrias y nuestras economías en general.
Gran Bretaña por su parte, opto por priorizar su influencia de hegemonía financiera basada en Londres, aun a costa de sacrificar ramas industriales enteras o desnacionalizarlas casi por completo, como sucedió con la antes muy británica y poderosa industria automotriz, hoy casi totalmente en manos extranjeras, y carente por completo de producción de vehículos pesados. Pero pese a eso, la Comunidad Británica de Naciones es un fuerte respaldo, su economía es suficientemente dinámica y fuerte, y su sistema social de amplia cobertura, de forma tal de garantizar un buen nivel general de vida, que evite cimbronazos sociales con repercusiones políticas que puedan alterar el statu quo monárquico y clasista.
En Argentina, el neoliberalismo se instaló a fuerza de bayonetas, con las FFAA travestidas de tropas de ocupación en el propio territorio, como custodios de los personeros locales subordinados a mandantes extranjeros que impusieron esas medidas de genocidio económico, desde 1976.
Ese proceso destructivo no pudo ser revertido por Alfonsín, y se acentuó en el marco de la partidocracia cleptocrática del período 1989-2001, que nos provocó la descomunal crisis terminal de 2001.
Esos mismos personeros del neoliberalismo, con apoyaturas externas y complicidades internas (como las de la familia militar liberal, anclada en perimidas y erróneas pautas de los años ’70), y el accionar del “empresariado” con mentalidad de oligarcas retrógrados (como los dirigentes industriales que apoyaron medidas industricidas), y con muchos otros cómplices activos o pasivos del universo político, sindical, intelectual acomodaticio, y otros, lograron reinstalar por tercera y muy destructiva vez, al neoliberalismo salvaje en Argentina.
Todo eso tiene ramificaciones vinculadas con el mega sector financiero especulativo mundial, con el accionar de las Potencias Atlantistas, y con los poderes que buscan la globalización a ultranza, por lo cual accionan para debilitar y disolver los Estados Nacionales, exceptuando por ahora a los Estados neocolonialistas que promueven esas políticas, pero hoy se cuidan de practicarlas.
Solo los muy incautos, muy dogmáticos fuera de la realidad, o los no informados, pudieron desconocer cuales serían las consecuencias –que hoy padecemos- de esta tercera etapa neoliberal perpetrada en Argentina.
La clave para evitar volver a caer en el neoliberalismo –si ahora pudiéramos y debemos salirnos de la encerrona atroz actual-, es la gran batalla ideológica para despertar la Conciencia Nacional y destrozar la maraña de falsedades prejuiciosas con las que lograron engañar a tan grandes proporciones de nuestra población y
las de las naciones hermanas de nuestra región.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
jueves, 10 de octubre de 2019
TERRAPLANISTAS DE LA ECONOMÍA
Liberales, neoliberales, y libertarios, por sus apegos a dogmas indemostrables, su fundamentalismo que raya con el desprecio y la agresividad ante cualquier amago de razonamiento lógico que ponga en duda o peor destruya inapelablemente sus fantasiosos y perniciosos mitos; pueden ser considerados los terraplanistas de la Economía.
Los delirantes autodefinidos como terraplanistas, afirman que la tierra es plana, y ponen sus dogmas por sobre cualquier comprobación empírica o científica.
EL LIBERALISMO es, básicamente, una doctrina antinacional, y como tales se comportan por regla general sus promotores e implementadores. Es tan “internacionalista” y por ende apátrida, como el marxismo exacerbado.
LOS NEOLIBERALES practican un liberalismo recargado, con una serie de “nuevas pautas” que no son más que la profundización dogmática de las expuestas por Adam Smith y sus continuadores. Buscan debilitar a los Estados, siendo una herramienta de los poderes financieros que impulsan la globalización a ultranza.
LOS LIBERTARIOS, en sus tres variantes, de hecho propugnan una suerte de anarquismo económico, una ley de la selva legalmente aceptada, siendo una fuerte vuelta de tuerca del neoliberalismo,
Los liberales toman como “leyes” económicas supuestamente inapelables, las ideas expuestas por Adam Smith a fines del siglo XVIII, las que incluso fueron “profundizadas” por sus continuadores, como David Ricardo y otros.
Afirmaciones dogmáticas, que repiten sin nunca demostrarlas como:
“La competencia perfecta” (que como tal prácticamente nunca se da en la vida real).
“La libertad de los mercados” (que nunca son “libres”; pues lo manejan los oligopolios y oligopsonios, o los regula y/o maneja el Estado.
“La autorregulación de los propios mercados”, lo cual la historia económica demuestra que es falso, pues produjeron recurrentes crisis económicas y se mostraron impotentes para salir de las mismas, necesitando en todos los casos la fuerte intervención estatal para superarlas.
“La eficiencia privada y la ineficiencia estatal”, otro mito nada inocente, pues muchas actividades solo pudieron desarrollarse mediante la activa participación estatal, siendo la investigación espacial una de ellas, y el desarrollo de la tecnología nuclear en Argentina otra, de las tantas que existen.
“Las ventajas del libre comercio”, que no por casualidad pregonan pero se cuidan de no practicar las grandes potencias.
“La mano invisible de los mercados”, que de tan invisible no existe, pues nunca solucionó las grandes crisis económicas ni las situaciones de miseria generalizada e inequidad social intolerable.
Y el listado sigue.
Ya en el siglo XIX, Friedrich List destrozó los falaces argumentos de los liberales, y su pensamiento fue la piedra angular de los desarrollos plenos de EEUU y de Alemania, saliendo del corset de los dogmas liberales, los que como definió, fueron simplemente un traje a medida para que Gran Bretaña siguiera siendo la única potencia industrial y tecnológica mundial. Pero el pensamiento de List fue ocultado prolijamente, por ser “políticamente incorrecto”.
Keynes en el período de entreguerras del siglo XX, elaboró sus análisis, los que aplicados permitieron al mundo salir de la gran crisis de 1929, la misma para la cual los liberales no tenían sino “recetas” probadamente nefastas, como más ajustes fiscales y más miseria. O sea, tratar al organismo económico envenenado con tanta especulación y libertinaje económico, con más veneno liberal.
El keynesianismo demostró las mentiras del liberalismo, por eso no sorprenden los ataques que los voceros y personeros de los intereses que utilizan al liberalismo como cobertura doctrinaria para sus desmanes, ataquen con tanta virulencia como falta de fundamentos reales, al pensamiento de J. M. Keynes.
Otros autores, como el argentino Marcelo Gullo Amodeo, con su doctrina de la Insubordinación Fundante; y el coreano Ha-Joon Chang, con su libro “Quitar la Escalera”, están entre los principales críticos del falaz dogmatismo del liberalismo y sus continuadores neoliberales y libertarios.
El keynesianismo fue la piedra angular de “los gloriosos 30”, tres décadas continuas de desarrollo económico y sensibles mejoras sociales en las naciones desarrolladas, desde mediados de los ’40 hasta mediados de los ’70; con cuyo impulso heterodoxo también se desarrollaron parcialmente otros países, entre ellos Argentina, Brasil y México.
El descalabro macroeconómico que produjo la primera gran crisis mundial del petróleo, fue la excusa casi perfecta para aplicar el “nuevo” neoliberalismo, doctrina que fue acuñada como un “revival” liberal, varias décadas atrás por los economistas ultra ortodoxos de la Escuela Austríaca, a los que se sumaron después los Monetaristas de la Escuela de Chicago; esta última la responsable de la (de)formación profesional del equipo que secundó a Martínez De Hoz, el instalador del neoliberalismo salvaje e industricida, para lo cual contó con las bayonetas de las FFAA de Argentina transformadas en tropas de ocupación en el propio territorio, bajo el comando de Videla, sus secuaces y sus continuadores, responsables directos del genocidio económico implementado previo asesinato o tortura o exilio de los que osaron oponerse, como el Coronel Bernardo Alberte, el gremialista Oscar Smith (ambos asesinados), el Dr. Julio C. González y sus colaboradores (presos políticos y uno de ellos muerto tras interrogatorio feroz), y el listado sigue.
Los graves daños socio - económicos perpetrados por los neoliberales proceseros, se profundizaron en el marco de la partidocracia cleptocrática, que abarcó al menos doce años desde 1989 a 2001, cuando estalló la gigantesca crisis terminal que amenazó con desguazar a Argentina, previos intentos de dolarizar la economía y de instalar la resignación de canjear deuda mal habida por parte del territorio nacional; todo en un marco de severa colonización cultural, al punto tal de distorsionar completamente el pensamiento mayoritario de las FFAA y FFSS, que pasaron a creerse “patriotas y liberales”, un oxímoron tan absurdo como sería considerarse “muy honesto y mafioso”.
Esos severos daños se profundizaron muy acentuadamente, en el marco del agresivo neoliberalismo salvaje en perpetración por el gobierno macrista, en un accionar claramente intencional, que evidencia como objetivo de mínima, llevarnos al país feudal del mitrismo del siglo XIX, de economía primaria y con el grueso de la población huérfano de todo derecho humano y social; pero de
máxima, claramente, busca la disolución nacional, obrando como personeros de los poderes financieros especuladores transnacionales.
Notable el grado de colonización cultural y manipuleo de cerebros, para que aun pese a los evidentes desastrosos (e intencionales) resultados del neoliberalismo, unos cuantos clasemedieros de diversas extracciones, y la mayoría de los uniformados, sigan apoyando al apátrida y genocida económico macrismo. Claro que hay sectores en los que prima la desinformación y la aceptación de “frases hechas” que incluyen odio en grandes proporciones. En especial al “populismo”, concepto demonizado en otro de los casos de severas distorsiones conceptuales instaladas sin inocencia por el establishment.
Muchos de esos odiadores irracionales del “populismo” les deben a gobiernos de orientación Nacional y Popular, la Universidad de acceso gratuito, el aguinaldo, las vacaciones pagas, mejoras sensibles en los haberes y en las jubilaciones, las creaciones de la mayoría de las Universidades Nacionales distribuidas en todo el territorio nacional, el fomento a la industria y a la tecnología, mejoras en la salud pública, acciones concretas de defensa de la soberanía nacional, la vivienda propia en muchos casos, y el listado sigue. Pero no lo ven ni lo quieren razonar. Es más fácil, más cómodo, y acorde a lo imperante en determinados núcleos de pertenencia, ser un odiador serial, carente de fundamentos reales.
Pero como el liberalismo se reinventa, y adopta otros ropajes para captar incautos, clasistas y/ racistas declarados (como son los oligarcas argentinos), gente poco formada e informada, y presuntos “aspirantes a triunfadores” que creen en la meritocracia (sin entender que los “méritos” en buena parte son privilegios de clase y en algunos casos falta de escrúpulos para trepar sobre las cabezas de muchos); ahora promocionan como “nueva doctrina” al “libertarismo” o doctrina libertaria, por supuesto no mostrando que es una versión ultra recargada del pernicioso neoliberalismo.
Y notable es constatar que varios de sus adeptos, son personas de clases medias, en muchos casos empleados estatales (que perderían sus empleos bajo un régimen libertario), o empleados privados que gozan de los beneficios sociales (aguinaldo, vacaciones pagas, estabilidad laboral, etc.) establecidos por el peronismo, que esos mismos denigran irracionalmente como populistas. Otros libertarios son cuentapropistas que dependen de los ingresos de los asalariados, o sea que son perjudicados indirectos de los gobiernos elitistas y neoliberales, ¡pero ellos se consideran al mismo nivel que los grandes empresarios! Muchos de esos clasemedieros hoy militantes libertarios, viven en casas construidas y financiadas por el Estado, una de las acciones denigradas por los teóricos libertarios. ¡Pero ni se dan cuenta!
Todos esos libertarios se atienden en obras sociales o en hospitales públicos, y no son conscientes que todo eso sería desguazado si los libertarios llegaran al poder.
Y los libertarios que son de clases altas, no son conscientes que la anarquía social que provocaría la aplicación del “libertarismo” si llegaran al poder, también los afectaría, pues se alteraría profundamente la paz social y la seguridad pública. ¡Pero el exacerbado egoísmo de no querer pagar algunos impuestos, sumado a una gran dosis de soberbia y clasismo, les impide ver algo tan elemental!
Queda en claro, que los liberales, los neoliberales y los libertarios, pueden ser considerados, con sobradas causas, los terraplanistas de la economía, dada la irracionalidad extrema de sus planteos y doctrinas económicas carentes de reales sustentos, basados solo en dogmatismos falaces e indemostrables, mientras que los ejemplos históricos y actuales de sus aplicaciones, muestran la extrema nocividad de sus doctrinas.
Tema aparte, es el de los doctrinarios del marxismo, trotskismo y similares, que incluso llegan a poner sus ideas en un plano pseudo religioso, de un credo pagano que –según ellos- reemplazan a la Fe espiritual (“no se lee la Biblia ni el Corán, pero sí se lee cada vez más El Capital”, afirman muy sueltos de cuerpo, mezclando una doctrina política con los basamentos de la Fe religiosa).
Por supuesto no tienen en cuenta, que para su fragorosa obra, Marx tomó al liberalismo (doctrina falaz) como base de sus análisis; ni tampoco suelen considerar que el barbado escritor, consideró simples bandoleros a nuestros patriotas libertadores San Martín y Bolívar, evidenciando una nefasta visión eurocéntrica. Tampoco mencionan el vergonzoso apoyo del Partido Comunista de Argentina, a los intervencionistas planteos del embajador norteamericano Spruille Braden, alzado contra Perón en 1945. De esas cosas no hablan los marxistas… pero este ya es otro tema.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Liberales, neoliberales, y libertarios, por sus apegos a dogmas indemostrables, su fundamentalismo que raya con el desprecio y la agresividad ante cualquier amago de razonamiento lógico que ponga en duda o peor destruya inapelablemente sus fantasiosos y perniciosos mitos; pueden ser considerados los terraplanistas de la Economía.
Los delirantes autodefinidos como terraplanistas, afirman que la tierra es plana, y ponen sus dogmas por sobre cualquier comprobación empírica o científica.
EL LIBERALISMO es, básicamente, una doctrina antinacional, y como tales se comportan por regla general sus promotores e implementadores. Es tan “internacionalista” y por ende apátrida, como el marxismo exacerbado.
LOS NEOLIBERALES practican un liberalismo recargado, con una serie de “nuevas pautas” que no son más que la profundización dogmática de las expuestas por Adam Smith y sus continuadores. Buscan debilitar a los Estados, siendo una herramienta de los poderes financieros que impulsan la globalización a ultranza.
LOS LIBERTARIOS, en sus tres variantes, de hecho propugnan una suerte de anarquismo económico, una ley de la selva legalmente aceptada, siendo una fuerte vuelta de tuerca del neoliberalismo,
Los liberales toman como “leyes” económicas supuestamente inapelables, las ideas expuestas por Adam Smith a fines del siglo XVIII, las que incluso fueron “profundizadas” por sus continuadores, como David Ricardo y otros.
Afirmaciones dogmáticas, que repiten sin nunca demostrarlas como:
“La competencia perfecta” (que como tal prácticamente nunca se da en la vida real).
“La libertad de los mercados” (que nunca son “libres”; pues lo manejan los oligopolios y oligopsonios, o los regula y/o maneja el Estado.
“La autorregulación de los propios mercados”, lo cual la historia económica demuestra que es falso, pues produjeron recurrentes crisis económicas y se mostraron impotentes para salir de las mismas, necesitando en todos los casos la fuerte intervención estatal para superarlas.
“La eficiencia privada y la ineficiencia estatal”, otro mito nada inocente, pues muchas actividades solo pudieron desarrollarse mediante la activa participación estatal, siendo la investigación espacial una de ellas, y el desarrollo de la tecnología nuclear en Argentina otra, de las tantas que existen.
“Las ventajas del libre comercio”, que no por casualidad pregonan pero se cuidan de no practicar las grandes potencias.
“La mano invisible de los mercados”, que de tan invisible no existe, pues nunca solucionó las grandes crisis económicas ni las situaciones de miseria generalizada e inequidad social intolerable.
Y el listado sigue.
Ya en el siglo XIX, Friedrich List destrozó los falaces argumentos de los liberales, y su pensamiento fue la piedra angular de los desarrollos plenos de EEUU y de Alemania, saliendo del corset de los dogmas liberales, los que como definió, fueron simplemente un traje a medida para que Gran Bretaña siguiera siendo la única potencia industrial y tecnológica mundial. Pero el pensamiento de List fue ocultado prolijamente, por ser “políticamente incorrecto”.
Keynes en el período de entreguerras del siglo XX, elaboró sus análisis, los que aplicados permitieron al mundo salir de la gran crisis de 1929, la misma para la cual los liberales no tenían sino “recetas” probadamente nefastas, como más ajustes fiscales y más miseria. O sea, tratar al organismo económico envenenado con tanta especulación y libertinaje económico, con más veneno liberal.
El keynesianismo demostró las mentiras del liberalismo, por eso no sorprenden los ataques que los voceros y personeros de los intereses que utilizan al liberalismo como cobertura doctrinaria para sus desmanes, ataquen con tanta virulencia como falta de fundamentos reales, al pensamiento de J. M. Keynes.
Otros autores, como el argentino Marcelo Gullo Amodeo, con su doctrina de la Insubordinación Fundante; y el coreano Ha-Joon Chang, con su libro “Quitar la Escalera”, están entre los principales críticos del falaz dogmatismo del liberalismo y sus continuadores neoliberales y libertarios.
El keynesianismo fue la piedra angular de “los gloriosos 30”, tres décadas continuas de desarrollo económico y sensibles mejoras sociales en las naciones desarrolladas, desde mediados de los ’40 hasta mediados de los ’70; con cuyo impulso heterodoxo también se desarrollaron parcialmente otros países, entre ellos Argentina, Brasil y México.
El descalabro macroeconómico que produjo la primera gran crisis mundial del petróleo, fue la excusa casi perfecta para aplicar el “nuevo” neoliberalismo, doctrina que fue acuñada como un “revival” liberal, varias décadas atrás por los economistas ultra ortodoxos de la Escuela Austríaca, a los que se sumaron después los Monetaristas de la Escuela de Chicago; esta última la responsable de la (de)formación profesional del equipo que secundó a Martínez De Hoz, el instalador del neoliberalismo salvaje e industricida, para lo cual contó con las bayonetas de las FFAA de Argentina transformadas en tropas de ocupación en el propio territorio, bajo el comando de Videla, sus secuaces y sus continuadores, responsables directos del genocidio económico implementado previo asesinato o tortura o exilio de los que osaron oponerse, como el Coronel Bernardo Alberte, el gremialista Oscar Smith (ambos asesinados), el Dr. Julio C. González y sus colaboradores (presos políticos y uno de ellos muerto tras interrogatorio feroz), y el listado sigue.
Los graves daños socio - económicos perpetrados por los neoliberales proceseros, se profundizaron en el marco de la partidocracia cleptocrática, que abarcó al menos doce años desde 1989 a 2001, cuando estalló la gigantesca crisis terminal que amenazó con desguazar a Argentina, previos intentos de dolarizar la economía y de instalar la resignación de canjear deuda mal habida por parte del territorio nacional; todo en un marco de severa colonización cultural, al punto tal de distorsionar completamente el pensamiento mayoritario de las FFAA y FFSS, que pasaron a creerse “patriotas y liberales”, un oxímoron tan absurdo como sería considerarse “muy honesto y mafioso”.
Esos severos daños se profundizaron muy acentuadamente, en el marco del agresivo neoliberalismo salvaje en perpetración por el gobierno macrista, en un accionar claramente intencional, que evidencia como objetivo de mínima, llevarnos al país feudal del mitrismo del siglo XIX, de economía primaria y con el grueso de la población huérfano de todo derecho humano y social; pero de
máxima, claramente, busca la disolución nacional, obrando como personeros de los poderes financieros especuladores transnacionales.
Notable el grado de colonización cultural y manipuleo de cerebros, para que aun pese a los evidentes desastrosos (e intencionales) resultados del neoliberalismo, unos cuantos clasemedieros de diversas extracciones, y la mayoría de los uniformados, sigan apoyando al apátrida y genocida económico macrismo. Claro que hay sectores en los que prima la desinformación y la aceptación de “frases hechas” que incluyen odio en grandes proporciones. En especial al “populismo”, concepto demonizado en otro de los casos de severas distorsiones conceptuales instaladas sin inocencia por el establishment.
Muchos de esos odiadores irracionales del “populismo” les deben a gobiernos de orientación Nacional y Popular, la Universidad de acceso gratuito, el aguinaldo, las vacaciones pagas, mejoras sensibles en los haberes y en las jubilaciones, las creaciones de la mayoría de las Universidades Nacionales distribuidas en todo el territorio nacional, el fomento a la industria y a la tecnología, mejoras en la salud pública, acciones concretas de defensa de la soberanía nacional, la vivienda propia en muchos casos, y el listado sigue. Pero no lo ven ni lo quieren razonar. Es más fácil, más cómodo, y acorde a lo imperante en determinados núcleos de pertenencia, ser un odiador serial, carente de fundamentos reales.
Pero como el liberalismo se reinventa, y adopta otros ropajes para captar incautos, clasistas y/ racistas declarados (como son los oligarcas argentinos), gente poco formada e informada, y presuntos “aspirantes a triunfadores” que creen en la meritocracia (sin entender que los “méritos” en buena parte son privilegios de clase y en algunos casos falta de escrúpulos para trepar sobre las cabezas de muchos); ahora promocionan como “nueva doctrina” al “libertarismo” o doctrina libertaria, por supuesto no mostrando que es una versión ultra recargada del pernicioso neoliberalismo.
Y notable es constatar que varios de sus adeptos, son personas de clases medias, en muchos casos empleados estatales (que perderían sus empleos bajo un régimen libertario), o empleados privados que gozan de los beneficios sociales (aguinaldo, vacaciones pagas, estabilidad laboral, etc.) establecidos por el peronismo, que esos mismos denigran irracionalmente como populistas. Otros libertarios son cuentapropistas que dependen de los ingresos de los asalariados, o sea que son perjudicados indirectos de los gobiernos elitistas y neoliberales, ¡pero ellos se consideran al mismo nivel que los grandes empresarios! Muchos de esos clasemedieros hoy militantes libertarios, viven en casas construidas y financiadas por el Estado, una de las acciones denigradas por los teóricos libertarios. ¡Pero ni se dan cuenta!
Todos esos libertarios se atienden en obras sociales o en hospitales públicos, y no son conscientes que todo eso sería desguazado si los libertarios llegaran al poder.
Y los libertarios que son de clases altas, no son conscientes que la anarquía social que provocaría la aplicación del “libertarismo” si llegaran al poder, también los afectaría, pues se alteraría profundamente la paz social y la seguridad pública. ¡Pero el exacerbado egoísmo de no querer pagar algunos impuestos, sumado a una gran dosis de soberbia y clasismo, les impide ver algo tan elemental!
Queda en claro, que los liberales, los neoliberales y los libertarios, pueden ser considerados, con sobradas causas, los terraplanistas de la economía, dada la irracionalidad extrema de sus planteos y doctrinas económicas carentes de reales sustentos, basados solo en dogmatismos falaces e indemostrables, mientras que los ejemplos históricos y actuales de sus aplicaciones, muestran la extrema nocividad de sus doctrinas.
Tema aparte, es el de los doctrinarios del marxismo, trotskismo y similares, que incluso llegan a poner sus ideas en un plano pseudo religioso, de un credo pagano que –según ellos- reemplazan a la Fe espiritual (“no se lee la Biblia ni el Corán, pero sí se lee cada vez más El Capital”, afirman muy sueltos de cuerpo, mezclando una doctrina política con los basamentos de la Fe religiosa).
Por supuesto no tienen en cuenta, que para su fragorosa obra, Marx tomó al liberalismo (doctrina falaz) como base de sus análisis; ni tampoco suelen considerar que el barbado escritor, consideró simples bandoleros a nuestros patriotas libertadores San Martín y Bolívar, evidenciando una nefasta visión eurocéntrica. Tampoco mencionan el vergonzoso apoyo del Partido Comunista de Argentina, a los intervencionistas planteos del embajador norteamericano Spruille Braden, alzado contra Perón en 1945. De esas cosas no hablan los marxistas… pero este ya es otro tema.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
sábado, 5 de octubre de 2019
EL NEOLIBERALISMO MACRISTA APELA AL PATRIOTERISMO DE BANDERA
No es ningún secreto, que el grueso de la “familia militar liberal”, tras largas décadas de cerrado y persistente adoctrinamiento político – económico, perpetrado sin solución de continuidad desde 1955, y muy acentuada e incluso brutalmente, desde el siniestro “proceso” -1976-, tiene incorporado el acto reflejo (por ende totalmente irreflexivo) de defender e identificarse totalmente, cerrando filas, con cuanto gobierno de signo económico ultra liberal, que hemos padecido.
Les crearon el reflejo condicionado de aborrecer como supuesto único enemigo, al “comunismo”, con sus sinónimos denominativos de “marxismo”, “trotskismo”, y el más contundente y odiado de “subversivos”; mientras que solo algunos –con mayores lecturas- incluyen otros apelativos sinónimos de enemigos, al “gramscismo”, y al “anarquismo”.
Con el matete mental adosado como “verdad absoluta”, el anacrónico posicionamiento inflexible e irreflexivo que los deja anclados en los años ’70, hace que no solo no perciban, sino que rechacen como “peligrosos y potencialmente subversivos” todos los fundados pensamientos que les puedan “hacer correr el riesgo” de cuestionar los dogmas de ferocidad anticomunista como único objetivo pseudo “patriótico”; y en ese contexto de extrema cerrazón mental, desconozcan por completo la realidad geopolítica actual, en la cual el comunismo es prácticamente un anacronismo, mientras que el neoliberalismo y la globalización salvaje son los principales peligros concretos que amenazan la nacionalidad, incluso bajo el certero riesgo de disolución nacional. Sumado o en realidad asociado a ello, está el accionar de las Potencias Neocolonialistas del Siglo XXI, la tríada militarmente agresiva que desde hace tres décadas usa la fuerza bélica para desarticular y disolver Estados “indóciles”; o alternativamente, asociados con los poderes financieros transnacionales, y las Potencias Atlantistas en su conjunto, que imponen destructivas políticas económicas neoliberales (como en Argentina), o perpetran nuevas tácticas de agresiones, las guerras híbridas (como en Venezuela, Siria, entre otros Estados agredidos).
La gran mayoría de los uniformados argentinos, desconoce o no le da importancia alguna a esa preocupante realidad actual; pues siguen prisioneros de los prejuicios inculcados que les indican que “el único enemigo” es el comunismo,
a lo que no pocos agregan como “sinónimo” (¡¿?!) al peronismo, mezclando todo bajo el ampuloso y hueco concepto de “populismo”, que no entienden bien que es o que significa. Hasta inclusive, desde hace cierto tiempo, enfatizan los “actos amistosos” de los británicos, dejando a un lado la política imperial de usurpación de territorios y de amenazas concretas al Mar Argentino, la Antártida Argentina y la Patagonia Argentina, que representa el accionar de la decadente pero aun peligrosa corona imperial de la “Rubia Albión”.
Como además tienen el reflejo condicionado de rechazar de plano todo lo que cuestione a los dogmas instalados a fuego en sus neuronas; recibiendo permanentes mensajitos de adoctrinamiento, cuidadosamente edulcorados y manipulados para reforzar dogmas sin análisis alguno; y por lo general tienen la costumbre de “hablarse encima” dialogando solo entre ellos o con quienes no los cuestionen en absoluto, refuerzan sus dogmas, por más erróneos que sean.
Por otra parte, actúan determinados “intelectuales de propia tropa”, que sin inocencia alguna, destilan falsedades y verdades a medias, con prosas a veces torpe y en otras cuidadosamente elaboradas, para reforzar los prejuicios, difundiendo mensajes retorcidos y falaces, encubierta o brutalmente agresivos en contra de todo lo que moleste al “pensamiento correcto” de la “familia militar liberal”. Y como provienen de otros uniformados, pasan a ser verdades incuestionables, por más aberrantes que sean.
En ese elaborado y cuidadosamente reforzado concepto de dogmatismos institucionalizados, los componentes de la familia militar liberal de Argentina, ni se ponen a razonar respecto a las viles acciones de entrega de soberanía que a diario perpetra el macrismo. Tampoco entienden las consecuencias nefastas para la Defensa, de las políticas de tierra arrasada que perpetra el neoliberalismo, al cual incluso adoran, por ser “anticomunista”.
En todo ese contexto de aberraciones doctrinales y de colonización mental en grado superlativo, no sorprende que el declinante neoliberalismo macrista, haya intentado reforzar el voto cautivo de la familia militar liberal, utilizando el recordatorio del deleznable ataque guerrillero al cuartel de Formosa, como vector de “alineamiento general”, reafirmando prejuicios políticos simplistas (comunistas y anticomunistas); obviando por supuesto la realidad que las guerrillas y el siniestro “proceso” fueron los dos brazos de la misma tenaza antiargentina, para instalar el neoliberalismo apátrida, que con sus cerrados dogmas político económicos destruye los notables avances que había logrado Argentina y que nos posicionaban en el umbral del desarrollo autosostenible.
Claro está, que los oligarcas apátridas y los neoliberales contumaces, son expertos en “sobadas de lomo” para contentar y mantener alineada a sus designios antinacionales, a la “familia militar liberal”; lejos del paradigma de señores militares de mentalidad nacional que supimos tener.
Y los “liberales de izquierdas”, con sus revulsivas actitudes y prédicas de marxistas de café, refuerzan ese panorama pernicioso, aportando solo odios y confusiones.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
No es ningún secreto, que el grueso de la “familia militar liberal”, tras largas décadas de cerrado y persistente adoctrinamiento político – económico, perpetrado sin solución de continuidad desde 1955, y muy acentuada e incluso brutalmente, desde el siniestro “proceso” -1976-, tiene incorporado el acto reflejo (por ende totalmente irreflexivo) de defender e identificarse totalmente, cerrando filas, con cuanto gobierno de signo económico ultra liberal, que hemos padecido.
Les crearon el reflejo condicionado de aborrecer como supuesto único enemigo, al “comunismo”, con sus sinónimos denominativos de “marxismo”, “trotskismo”, y el más contundente y odiado de “subversivos”; mientras que solo algunos –con mayores lecturas- incluyen otros apelativos sinónimos de enemigos, al “gramscismo”, y al “anarquismo”.
Con el matete mental adosado como “verdad absoluta”, el anacrónico posicionamiento inflexible e irreflexivo que los deja anclados en los años ’70, hace que no solo no perciban, sino que rechacen como “peligrosos y potencialmente subversivos” todos los fundados pensamientos que les puedan “hacer correr el riesgo” de cuestionar los dogmas de ferocidad anticomunista como único objetivo pseudo “patriótico”; y en ese contexto de extrema cerrazón mental, desconozcan por completo la realidad geopolítica actual, en la cual el comunismo es prácticamente un anacronismo, mientras que el neoliberalismo y la globalización salvaje son los principales peligros concretos que amenazan la nacionalidad, incluso bajo el certero riesgo de disolución nacional. Sumado o en realidad asociado a ello, está el accionar de las Potencias Neocolonialistas del Siglo XXI, la tríada militarmente agresiva que desde hace tres décadas usa la fuerza bélica para desarticular y disolver Estados “indóciles”; o alternativamente, asociados con los poderes financieros transnacionales, y las Potencias Atlantistas en su conjunto, que imponen destructivas políticas económicas neoliberales (como en Argentina), o perpetran nuevas tácticas de agresiones, las guerras híbridas (como en Venezuela, Siria, entre otros Estados agredidos).
La gran mayoría de los uniformados argentinos, desconoce o no le da importancia alguna a esa preocupante realidad actual; pues siguen prisioneros de los prejuicios inculcados que les indican que “el único enemigo” es el comunismo,
a lo que no pocos agregan como “sinónimo” (¡¿?!) al peronismo, mezclando todo bajo el ampuloso y hueco concepto de “populismo”, que no entienden bien que es o que significa. Hasta inclusive, desde hace cierto tiempo, enfatizan los “actos amistosos” de los británicos, dejando a un lado la política imperial de usurpación de territorios y de amenazas concretas al Mar Argentino, la Antártida Argentina y la Patagonia Argentina, que representa el accionar de la decadente pero aun peligrosa corona imperial de la “Rubia Albión”.
Como además tienen el reflejo condicionado de rechazar de plano todo lo que cuestione a los dogmas instalados a fuego en sus neuronas; recibiendo permanentes mensajitos de adoctrinamiento, cuidadosamente edulcorados y manipulados para reforzar dogmas sin análisis alguno; y por lo general tienen la costumbre de “hablarse encima” dialogando solo entre ellos o con quienes no los cuestionen en absoluto, refuerzan sus dogmas, por más erróneos que sean.
Por otra parte, actúan determinados “intelectuales de propia tropa”, que sin inocencia alguna, destilan falsedades y verdades a medias, con prosas a veces torpe y en otras cuidadosamente elaboradas, para reforzar los prejuicios, difundiendo mensajes retorcidos y falaces, encubierta o brutalmente agresivos en contra de todo lo que moleste al “pensamiento correcto” de la “familia militar liberal”. Y como provienen de otros uniformados, pasan a ser verdades incuestionables, por más aberrantes que sean.
En ese elaborado y cuidadosamente reforzado concepto de dogmatismos institucionalizados, los componentes de la familia militar liberal de Argentina, ni se ponen a razonar respecto a las viles acciones de entrega de soberanía que a diario perpetra el macrismo. Tampoco entienden las consecuencias nefastas para la Defensa, de las políticas de tierra arrasada que perpetra el neoliberalismo, al cual incluso adoran, por ser “anticomunista”.
En todo ese contexto de aberraciones doctrinales y de colonización mental en grado superlativo, no sorprende que el declinante neoliberalismo macrista, haya intentado reforzar el voto cautivo de la familia militar liberal, utilizando el recordatorio del deleznable ataque guerrillero al cuartel de Formosa, como vector de “alineamiento general”, reafirmando prejuicios políticos simplistas (comunistas y anticomunistas); obviando por supuesto la realidad que las guerrillas y el siniestro “proceso” fueron los dos brazos de la misma tenaza antiargentina, para instalar el neoliberalismo apátrida, que con sus cerrados dogmas político económicos destruye los notables avances que había logrado Argentina y que nos posicionaban en el umbral del desarrollo autosostenible.
Claro está, que los oligarcas apátridas y los neoliberales contumaces, son expertos en “sobadas de lomo” para contentar y mantener alineada a sus designios antinacionales, a la “familia militar liberal”; lejos del paradigma de señores militares de mentalidad nacional que supimos tener.
Y los “liberales de izquierdas”, con sus revulsivas actitudes y prédicas de marxistas de café, refuerzan ese panorama pernicioso, aportando solo odios y confusiones.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
miércoles, 2 de octubre de 2019
EL TIAR ES UN ZOMBIE DE LA GEOPOLITICA – SUS PROMOTORES REGIONALES OPERAN COMO MARIONETAS DE LOS DICTADOS ATLANTISTAS Y ANGLOSAJONES.
Zombie se dice respecto a un muerto al que se le atribuye vida (o que se lo considera vivo), pero que no deja de ser un muerto. Se aplica también a organismos ya descartados e inviables, a los que algunos impresentables intereses pretenden conferirle una aparente vitalidad de la que irremisiblemente carecen.
Eso es plenamente aplicable al TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca), instrumento pergeñado por EEUU cuando comenzaba la Guerra Fría, con el cual de hecho puso a todos los países del continente, y a sus fuerzas armadas, bajo su expresa tutela.
En teoría, estableció la total solidaridad del continente, ante cualquier agresión extracontinental que pudiera amenazar a cualquiera de los países.
Lo real fue manejar geopolíticamente al continente, bajo dominio total de EEUU, pretextando cualquier presunta amenaza de la Unión Soviética, la otra gran potencia mundial de la Era Bipolar; era que duró cuatro décadas y media, hasta el colapso y disolución de la URSS.
El riesgo de una hipotética intervención militar directa soviética en América, más bien podía preocupar a mentes afiebradas, siendo además dudosas las disposiciones logísticas para un eventual operativo a tan grandes distancias; y mucho más remoto fue el “riesgo” posterior de una supuesta amenaza militar china, que por largas décadas careció por completo de capacidad ofensiva a largo alcance, y demostradamente eso no entraba dentro de sus objetivos estratégicos.
Por el desarrollo de los acontecimientos en la revolución cubana castrista, los hechos se consumaron antes de siquiera amenazarse con una intervención armada bajo la cobertura institucional del TIAR, cuando ya Cuba contaba con el explícito respaldo de la URSS. Sobrevendría luego el fiasco de la invasión a Bahía Cochinos por parte de cubanos anticastristas entrenados y equipados por EEUU; allí tampoco fue convocado el TIAR.
En verdad el TIAR fue casi nulo para evitar la crisis de los misiles, que en 1962 puso al mundo al filo de un enfrentamiento directo de ambas superpotencias. Esa crisis se resolvió de hecho, mediante tratativas directas entre Kennedy y Kruschov.
Pero en cambio, fue una herramienta muy funcional, para dar falsamente, cobertura “institucional” a la invasión de EEUU a Santo Domingo, en 1965, con la finalidad real de derrocar a un gobierno que pretendía la soberanía nacional, gobierno que como es usual, fue denigrado como “comunista” o “subversivo”, por
las usinas de comunicación del imperio y las alineadas con ese pensamiento político económico.
El TIAR fue la espada de Damocles, que pendió sobre cualquier gobierno de Íbero América y El Caribe, que intentara salirse de la espesa red de condicionamientos de todo tipo, coartantes de la soberanía; y en todos esos casos la rápida acusación era la de ser “una nueva Cuba” o “un nuevo peligro comunista”.
La era de las guerrillas de orientación marxista – leninista, básicamente en las décadas de los ’60 y ’70, con sus altos costos en vidas y destrucciones, fueron combatidas por gobiernos anticomunistas, sin intervención alguna del TIAR, lo cual
pudo ser lógico, pues fueron considerados conflictos internos, sin amenazas extracontinentales. Sutilezas de la diplomacia, que le dicen…
Esas guerrillas, al menos en el caso argentino, fueron fogoneadas y
parcialmente equipadas por las potencias anglosajonas, para crear las condiciones de guerra civil, en la cual imponer el neoliberalismo y destruir nuestra economía. Lo explican varios expertos en Geopolítica, en especial el Dr. Julio Carlos González.
Claro que las FFAA y las FFSS nunca lo entendieron, como tampoco entienden de Geopolítica ni de Historia ni de Economía, excepto honrosas excepciones. Años de severa colonización cultural, que hicieron estragos en los uniformados argentinos…
El TIAR subsistió anacrónicamente hasta 1982, año de la Guerra del Atlántico Sur, entre Argentina y Gran Bretaña, antes y durante la cual, con “candidez” propia de colonizados mentales en grado superlativo, la Junta de Comandantes Militares y su entorno de civiles ultra conservadores, que usurpó el poder en Argentina,
quiso suponer primero el eventual apoyo de EEUU a Argentina, luego la presunta neutralidad, y en ese contexto de ignorancia geopolítica e histórica muy profunda, se solicitó vanamente el apoyo del TIAR contra la agresión extracontinental perpetrada por el imperio británico.
En esa circunstancia, el TIAR se mostró como letra muerta, un simple galimatías pergeñado por EEUU para subordinar al resto del continente de acuerdo a sus designios. Y los designios de la mega potencia desde comienzos del siglo XX (o incluso antes), tienen a Gran Bretaña como el principal aliado estratégico, potencia colonial a la cual llaman “los primos” por su afinidad cultural,
ideológica e incluso racial. Cualquiera medianamente bien informado lo sabe, los comandantes proceseros no, al igual que muchos retirados de las FFAA y FFSS, que siguen anclados en los años ’70, e ignorantes en grado superlativo del mundo actual.
Como letra muerta, anacrónica y falta de toda lógica, estuvo desde entonces, cuando se desnudó su falsedad ideológica, como mero instrumento de EEUU para alinear y subordinar su “patio trasero”.
En los últimos años, desde 2017, se formó el Grupo de Lima, claramente como organismo ad hoc, para centralizar las operaciones de agresiones diplomáticas y amagos bélicos contra Venezuela, el “vecino díscolo” que se niega a volver a ser manejado a su antojo por las Potencias Atlantistas y los poderes
financieros transnacionales. Incluso, se hicieron eco de tambores de guerra, con operaciones de desestabilización y amenazas directas de intervenciones armadas “de las democracias” u otras figuras retóricas falaces.
Gobiernos claramente oligárquicos impuestos por operativos de guerras mediáticas y/o judiciales con intervenciones de “servicios”, como los de Argentina y Brasil, hicieron punta en los operativos vergonzosamente intervencionistas contra Venezuela, incluso apoyando al hoy desinflado pseudo presidente Guaidó, un títere fogoneado por intereses impresentables, como los de las petroleras
anglosajonas y todo el contexto geopolítico vinculado al poder que implica el dominio de enormes fuentes de energía, y otros recursos valiosos, como los de Venezuela.
Pero lo que molesta principalmente a los Atlantistas y sus marionetas de Íbero América, es el “mal ejemplo” de accionar no subordinado, de Venezuela, Bolivia e incluso Nicaragua; además de los acuerdos estratégicos que esas naciones hermanas mantienen y profundizan con China y Rusia…¡nada menos que alterando la subordinación que los Atlantistas pretenden reinstalar en el “patio
trasero”! Y eso no se termina de entender, si no se razona vinculado con los sucesivos conatos de agresión contra Irán por parte de los Atlantistas y sus aliados, en el Medio Oriente petrolero y gasífero; mientras que en apoyo de Irán también se ve el accionar chino – ruso.
El rejuntado de gobernantes ultra liberales (de la tipología de colonia dócil) de nuestros países, despreciando y pisoteando la doctrina de la no intervención en asuntos internos (como lo es el caso venezolano); con el fogoneo desde el norte, pretendió utilizar al zombie diplomático que es el TIAR, en un operativo con mucho circo mediático y diversas presiones, que parece haberse desinflado, entre otros motivos por las crisis de gobierno que asolan a Argentina, Perú, y parece asomar en Brasil, generando contradicciones que dejan sin sustento al prefabricado “presidente” Guaidó; y que incluso habrían provocado cambios con fuertes cimbronazos internos en el gobierno de Trump, pero esa ya es otra historia, con sus propias complicaciones y vericuetos no siempre conocidos.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Zombie se dice respecto a un muerto al que se le atribuye vida (o que se lo considera vivo), pero que no deja de ser un muerto. Se aplica también a organismos ya descartados e inviables, a los que algunos impresentables intereses pretenden conferirle una aparente vitalidad de la que irremisiblemente carecen.
Eso es plenamente aplicable al TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca), instrumento pergeñado por EEUU cuando comenzaba la Guerra Fría, con el cual de hecho puso a todos los países del continente, y a sus fuerzas armadas, bajo su expresa tutela.
En teoría, estableció la total solidaridad del continente, ante cualquier agresión extracontinental que pudiera amenazar a cualquiera de los países.
Lo real fue manejar geopolíticamente al continente, bajo dominio total de EEUU, pretextando cualquier presunta amenaza de la Unión Soviética, la otra gran potencia mundial de la Era Bipolar; era que duró cuatro décadas y media, hasta el colapso y disolución de la URSS.
El riesgo de una hipotética intervención militar directa soviética en América, más bien podía preocupar a mentes afiebradas, siendo además dudosas las disposiciones logísticas para un eventual operativo a tan grandes distancias; y mucho más remoto fue el “riesgo” posterior de una supuesta amenaza militar china, que por largas décadas careció por completo de capacidad ofensiva a largo alcance, y demostradamente eso no entraba dentro de sus objetivos estratégicos.
Por el desarrollo de los acontecimientos en la revolución cubana castrista, los hechos se consumaron antes de siquiera amenazarse con una intervención armada bajo la cobertura institucional del TIAR, cuando ya Cuba contaba con el explícito respaldo de la URSS. Sobrevendría luego el fiasco de la invasión a Bahía Cochinos por parte de cubanos anticastristas entrenados y equipados por EEUU; allí tampoco fue convocado el TIAR.
En verdad el TIAR fue casi nulo para evitar la crisis de los misiles, que en 1962 puso al mundo al filo de un enfrentamiento directo de ambas superpotencias. Esa crisis se resolvió de hecho, mediante tratativas directas entre Kennedy y Kruschov.
Pero en cambio, fue una herramienta muy funcional, para dar falsamente, cobertura “institucional” a la invasión de EEUU a Santo Domingo, en 1965, con la finalidad real de derrocar a un gobierno que pretendía la soberanía nacional, gobierno que como es usual, fue denigrado como “comunista” o “subversivo”, por
las usinas de comunicación del imperio y las alineadas con ese pensamiento político económico.
El TIAR fue la espada de Damocles, que pendió sobre cualquier gobierno de Íbero América y El Caribe, que intentara salirse de la espesa red de condicionamientos de todo tipo, coartantes de la soberanía; y en todos esos casos la rápida acusación era la de ser “una nueva Cuba” o “un nuevo peligro comunista”.
La era de las guerrillas de orientación marxista – leninista, básicamente en las décadas de los ’60 y ’70, con sus altos costos en vidas y destrucciones, fueron combatidas por gobiernos anticomunistas, sin intervención alguna del TIAR, lo cual
pudo ser lógico, pues fueron considerados conflictos internos, sin amenazas extracontinentales. Sutilezas de la diplomacia, que le dicen…
Esas guerrillas, al menos en el caso argentino, fueron fogoneadas y
parcialmente equipadas por las potencias anglosajonas, para crear las condiciones de guerra civil, en la cual imponer el neoliberalismo y destruir nuestra economía. Lo explican varios expertos en Geopolítica, en especial el Dr. Julio Carlos González.
Claro que las FFAA y las FFSS nunca lo entendieron, como tampoco entienden de Geopolítica ni de Historia ni de Economía, excepto honrosas excepciones. Años de severa colonización cultural, que hicieron estragos en los uniformados argentinos…
El TIAR subsistió anacrónicamente hasta 1982, año de la Guerra del Atlántico Sur, entre Argentina y Gran Bretaña, antes y durante la cual, con “candidez” propia de colonizados mentales en grado superlativo, la Junta de Comandantes Militares y su entorno de civiles ultra conservadores, que usurpó el poder en Argentina,
quiso suponer primero el eventual apoyo de EEUU a Argentina, luego la presunta neutralidad, y en ese contexto de ignorancia geopolítica e histórica muy profunda, se solicitó vanamente el apoyo del TIAR contra la agresión extracontinental perpetrada por el imperio británico.
En esa circunstancia, el TIAR se mostró como letra muerta, un simple galimatías pergeñado por EEUU para subordinar al resto del continente de acuerdo a sus designios. Y los designios de la mega potencia desde comienzos del siglo XX (o incluso antes), tienen a Gran Bretaña como el principal aliado estratégico, potencia colonial a la cual llaman “los primos” por su afinidad cultural,
ideológica e incluso racial. Cualquiera medianamente bien informado lo sabe, los comandantes proceseros no, al igual que muchos retirados de las FFAA y FFSS, que siguen anclados en los años ’70, e ignorantes en grado superlativo del mundo actual.
Como letra muerta, anacrónica y falta de toda lógica, estuvo desde entonces, cuando se desnudó su falsedad ideológica, como mero instrumento de EEUU para alinear y subordinar su “patio trasero”.
En los últimos años, desde 2017, se formó el Grupo de Lima, claramente como organismo ad hoc, para centralizar las operaciones de agresiones diplomáticas y amagos bélicos contra Venezuela, el “vecino díscolo” que se niega a volver a ser manejado a su antojo por las Potencias Atlantistas y los poderes
financieros transnacionales. Incluso, se hicieron eco de tambores de guerra, con operaciones de desestabilización y amenazas directas de intervenciones armadas “de las democracias” u otras figuras retóricas falaces.
Gobiernos claramente oligárquicos impuestos por operativos de guerras mediáticas y/o judiciales con intervenciones de “servicios”, como los de Argentina y Brasil, hicieron punta en los operativos vergonzosamente intervencionistas contra Venezuela, incluso apoyando al hoy desinflado pseudo presidente Guaidó, un títere fogoneado por intereses impresentables, como los de las petroleras
anglosajonas y todo el contexto geopolítico vinculado al poder que implica el dominio de enormes fuentes de energía, y otros recursos valiosos, como los de Venezuela.
Pero lo que molesta principalmente a los Atlantistas y sus marionetas de Íbero América, es el “mal ejemplo” de accionar no subordinado, de Venezuela, Bolivia e incluso Nicaragua; además de los acuerdos estratégicos que esas naciones hermanas mantienen y profundizan con China y Rusia…¡nada menos que alterando la subordinación que los Atlantistas pretenden reinstalar en el “patio
trasero”! Y eso no se termina de entender, si no se razona vinculado con los sucesivos conatos de agresión contra Irán por parte de los Atlantistas y sus aliados, en el Medio Oriente petrolero y gasífero; mientras que en apoyo de Irán también se ve el accionar chino – ruso.
El rejuntado de gobernantes ultra liberales (de la tipología de colonia dócil) de nuestros países, despreciando y pisoteando la doctrina de la no intervención en asuntos internos (como lo es el caso venezolano); con el fogoneo desde el norte, pretendió utilizar al zombie diplomático que es el TIAR, en un operativo con mucho circo mediático y diversas presiones, que parece haberse desinflado, entre otros motivos por las crisis de gobierno que asolan a Argentina, Perú, y parece asomar en Brasil, generando contradicciones que dejan sin sustento al prefabricado “presidente” Guaidó; y que incluso habrían provocado cambios con fuertes cimbronazos internos en el gobierno de Trump, pero esa ya es otra historia, con sus propias complicaciones y vericuetos no siempre conocidos.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos